04 - Su llegada a Auradon
*• sometimes you have
to inject fantasy to not
die of reality •'
Los dos herederos, Allison, el hada Madrina, la Banda de la escuela y la princesa Audrey se encontraban en la entrada de la preparatoria, listos para recibir a los hijos de los villanos.
Allison se encontraba emocionada y ansiosa al no saber quienes vendrían, por otra parte le molestaba la presencia de la mimada novia de su mejor amigo, y sabía que a Maddison, tampoco le agradaba.
La banda comenzó a tocar llamando la atención de la rubia, e indicando que la limusina ya había llegado. El vehículo negro apareció frente a ellos. El chofer bajó, y se dirigió a abrir la puerta de atrás, de donde salieron tres chicos.
—¡No! —gritó uno de ellos tirado en el suelo. Él tenía su cabello blanco con negro—¡Ustedes tienen todo lo demás! ¿Por qué quieren esto que no sé qué es?
—¡Porque tú lo quieres! —contestó entre dientes uno de los muchachos que estaban de pie. Ese era de cabello largo castaño, y con brazos musculosos
—¡Suéltalo! —le gritó el otro.
El corazón de la chica De Crims se aceleró al observar al otro muchacho que también tenía el cabello castaño, pero corto y un poco más claro, de tez blanca y ojos verde claro.
Después de eso, salieron tres chicas. Una vestida totalmente de azul, otra de morado, y la última de rojo. Ella conocía a esa chica, una vez su mirada encontró la suya, supo quién era, por lo que no tardó en ponerse nerviosa, dándose la vuelta dispuesta a irse del lugar. Apenas dió unos cuantos pasos y ya había sido jalada del brazo.
—¿A dónde vas? —murmuró su mejor amigo observándola un poco preocupado.
—¿Cómo que a dónde? —susurró/gritó nerviosa. —¿Qué creían que hacían al traer a la hija de la Reina Roja?
—Pensamos que sería buena idea para que se llevaran bien. —dijo nervioso, la princesa lo vió como si estuviera loco. —Son familia después de todo.
—¡Su madre intentó matar a la mía! —sin ambos saber, su pequeña pelea llamó la atención de los presentes.
—Tranquila ¿si?, prometo que no sucederá nada, lo juro.
—Te odio. —negó la rubia cruzándose de brazos.
—Yo también te amo. —sonrió el príncipe tomándola del brazo nuevamente para regresar al lugar.
—Lo siento... —murmuró la princesa apenada una vez Allison llegó a un lado de ella.
—¡Chicos, chicos! —regañó la peli-morada —Tenemos público.
—Solo... limpiábamos —río nervioso el moreno —Levántate... —murmuró poniendo de pie al menor.
—¡Déjenlo como estaba! —pidió el Hada Madrina con su voz cantora. —Y me refiero a que lo dejen, de verdad.
Ambos chicos se miraron entre sí, para después poner todas las cosas de regreso en la limusina. Jay volvió su mirada a las cinco personas frente a él, notando por fin
a las tres princesas.
—Hola, bonitas. —saludó coquetamente. —Mi nombre es... Jay.
Las tres chicas se sonrojaron un tanto, por lo que Maddy y Audrey soltaron una pequeña risa.
—Bienvenidos a la preparatoria.
—interrumpió la mujer mayor, haciendo que la sonrisa del moreno se borrara. —Soy el Hada Madrina. La directora.—Se presentó.
—¿Es el Hada Madrina? —preguntó Mal.
—¿La del... Bibbidi-bobbidi-boo?
—Bibbidi-bobbidi. Tú lo dijiste.
—respondió ella con una sonrisa.
—Si, sentía curiosidad. —comentó la hija de Maléfica. — ¿Qué habrá pensado Cenicienta cuando... apareciste? Como si nada. —sonrió de manera falsa. —Con esa... varita brillante... y una sonrisa... y esa varita brillante.
—Eso fue hace mucho tiempo atrás. —agregó el Hada. —Eso es lo que suelo decir, concéntrate en el pasado y te perderás el futuro.
—Es un gusto al fin conocerlos —saludó el príncipe— Soy Ben.
—Príncipe... Benjamin. —corrigió la hija de la Bella Durmiente. —Será nuestro Rey.
—Adoro a los príncipes. —comentó Evie dando un paso al frente. —Mi mamá es una reina, eso me convierte en princesa...
—aquello hizo sonreír a la rubia enternecida.
—La Reina Malvada no tiene ningún título aquí. —interrumpió Audrey.— Y tampoco tú.
—Nadie te lo preguntó, Audrey. —habló la hermana del príncipe ente dientes mirándola fijamente.
Ambas princesas mantuvieron la mirada pesada, por lo que Allison al notar eso, habló.
—Y no hay porque ser grosera.
Ben, al notar la tensión que había entre su amiga, novia y hermana, intervino.
—Ella es Audrey. —continuó Ben un tanto incómodo.
—Princesa Audrey. —volvió a corregir la hija de Aurora. —Su novia, ¿Cierto Benyboo? —ella tomó su mano.
—Bueno chicos, mucho gusto. Soy la princesa Maddison, pueden decirme Maddy. —les regaló una sonrisa.
Los dos mellizos voltearon a ver a su mejor amiga para que hablase.
—Soy Allison De Crims, es un placer conocerlos. —sonrió.
—Mi mejor amiga. —hablaron al unísono ambos hermanos, al darse cuenta, compartieron una mirada de extrañeza mientras fruncían el ceño y se miraban de arriba a abajo.
El hijo de madre Gothel inspeccionó a la princesa del País de las Maravillas, sus ojos azules, su cabello rubio, y su encantadora sonrisa. La princesa al darse cuenta de su mirada, se puso más nerviosa de lo que ya estaba, haciendo que sus mejillas se pusieran rosadas.
—Allison, Ben, Maddison y Audrey van a mostrarles el lugar. —dijo la directora.— Y yo los veré mañana. —tomó en un puño las manos entrelazadas de Ben y Audrey y las separó. —¡Nunca se cierran las puertas de la sabiduría! —exclamó al aire, haciendo que los seis villanos se sobresaltaran.
—Pero la biblioteca abre de ocho a once, y como saben, soy exigente con respecto al horario.
Los seis chicos detrás de ella asintieron.
La Banda de la escuela y el Hada se retiraron dejando solos a los mellizos, los seis descendientes, la hija de Alicia, y la hija de Aurora.
Ben miró sonriente a los seis chicos frente a él. La primera en pasar a saludar fue su hermana, la cual se acercó a Jay. Este tomó la mano de Maddy y la besó por lo que esta sonrió.
—Es todo un gusto, conocerlos finalmente chicos... —Ben intentó saludar a Jay, pero este golpeó su pecho divertido. Eso sorprendió al príncipe, pero simplemente rió nervioso.
El hijo del ex-Visir hizo lo mismo con Allison, que había hecho anteriormente con Maddy. La rubia tendió su mano al castaño oji verde estando nerviosa, lo cual causó una sonrisa torcida en el rostro de este. Una vez ambos estrecharon su mano sintieron una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, algo extraño, que jamás habían sentido.
Los ojos de ambos se conectaron haciendo suspirar a la princesa. Si antes estaba nerviosa, ahora mismo podría desmayarse de los nervios como dos veces atrás en el País de las Maravillas.
Lo mismo que sintió Liam con Allison, lo sintió Mal, con Ben.
—¡Está es una memorable ocación! —. exclamó el príncipe, provocando que su mejor amiga y el castaño se soltaran las manos, salieran de su trance y dejaran de verse. —Una ocasión que espero que quede... en la historia. —Ben, al pasar a saludar a Carlos, notó que este tenía chocolate en su mano. —Chocolate...
—murmuró mirando al peli/blanco-negro y limpiándose el pulgar, para luego soltar una risa nerviosa.
La pelirroja miró de arriba a abajo a la hija de Alicia, una vez esta le tendió la mano, la cual aceptó de mala gana.
—Al fin y al cabo, no tienes la culpa de lo que hizo tú madre, ¿verdad? —la chica De Crims abrió su boca para decir algo pero el hijo de madre Gothel intervino.
—Emma... —regañó a su amiga, haciendo que esta rodara los ojos.
Por fin, la rubia saludó a la peli-azul. La corriente que Allison sintió con Liam, Evie la sintió con ella, cosa que la dejó pensativa y nerviosa.
—¡El día en el que nuestros pueblos se unieron! —finalizó Maddy.
—O el día en el que los seis por fin supimos dónde estaban los baños. —añadió Mal.
Ben se acercó a ella —¿Estuvimos un poco formales?
—Si, un poco bastante —rió la peli/morada.
—Bueno, arruinamos nuestra primera impresión —ambos soltaron una dulce risa, para después mirarse el uno al otro.
Audrey notó las miradas de su novio con la hija de Maléfica, por lo que no tardó en intervenir.
—¡Hey! —exclamó llamando la atención de Mal. —La hija de Maléfica, ¿No es cierto? Sabes, no te culpo por qué tú madre haya intentado matar a mis padres y eso. —sonrío forzadamente. A lo cual, Mal rodó los ojos. —¡Oh! Mi mamá es Aurora, la Bella...
—¡Durmiente! —soltó Mal antes de que Audrey acabara. —Si, oí sobre ella. —comentó. — ¿Sabes qué? Yo tampoco quiero... culpar a tus abuelos porque invitaron a gente de todo el mundo... pero a mi mamá no. —recordó. —A esa fiesta tan tonta.
Allison frunció el ceño, claro que los abuelos de Audrey no invitarían a Maléfica después de que intentó matar a su hija, es lo más obvio del mundo.
—Lo pasado pisado. —añadió Audrey.
—Seguro. —asintió Mal, luego ambas rieron sarcásticamente.
Para romper aquella tensión. Maddy se acercó a ellas y dió un aplauso para llamar su atención.
—Okey, demos un paseo, ¿si? —sugirió dándose la vuelta para señalar la escuela.
—La preparatoria, construida hace 300 años y luego convertida en preparatoria por nuestro padre, cuando asumió como Rey.
Los 10 jóvenes llegaron a donde estaba la enorme estatua de Bestia. Los mellizos y su amiga la miraron orgullosos. El príncipe aplaudió dos veces haciendo que la estatua pasara de ser una persona, a una Bestia. Eso provocó que Carlos brincara asustado a los brazos de Jay.
—¡Tranquilo! —exclamó divertida la melliza de Ben. — Nuestro padre quería que su estatua se transformara. Solo para recordarnos que todo es posible.
Su hermano asintió con una leve sonrisa.
—¿Se le cae el pelo? —preguntó Mal mirando el monumento.
—Tiene prohibido subir al sillón. —respondió Ben seguido de una sonrisa.
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