⠀𝟭𝟲. ❛ KNOW YOUR PLACE ❜
016. ╱ ᝰ⠀⠀ ❝ conoce tu lugar. ❞
UNA VEZ CALMADA, Angeline volvió al cuarto de baño y se puso unos pantalones cortos de algodón y una camisa demasiado grande. Se encaramó a la encimera y utilizó una franela húmeda para deshacerse de la sangre seca que tenía alrededor de los tobillos. Aún le temblaban ligeramente las manos, pero al ver desaparecer la sangre de su suave piel, se preguntó por qué la había asustado tanto en primer lugar.
⠀⠀Llamaron rápidamente a la puerta, a pesar de que estaba abierta. Mitch parecía agotado, no por su postura, sino por las ligeras bolsas bajo sus ojos color avellana. De repente parecía tener al menos treinta años en lugar de veintipocos.
⠀⠀—¿Ya casi has terminado? Necesito usar la ducha —dijo Mitch.
⠀⠀La morena asintió mientras terminaba de escurrir la toalla.
⠀⠀—Um... ¿Hay como una cesta de ropa sucia o algo en lo que pueda poner esto?
⠀⠀Mitch se encogió de hombros.
⠀⠀—Déjala en el lavabo. Alguien se ocupará de ello cuando nos vayamos por la mañana.
⠀⠀Angeline no dijo nada pero hizo lo que le decían, dejando la toalla en el lavabo y dirigiéndose de nuevo a la habitación principal. Mitch cerró la puerta tras ella y segundos después oyó que abrían la llave del agua. Se arrastró hacia la cama de matrimonio que al parecer iban a compartir y se estremeció cuando crujió bajo ella, con un muelle metálico sobresaliendo del colchón en la parte inferior.
⠀⠀Permaneció sentada durante unos minutos, con la espalda apoyada en el cabecero de madera y los pies acurrucados contra el pecho, mientras pensaba en todo lo que había sucedido en el último día. No podía evitar pensar en todo aquello, por mucho que deseara desesperadamente bloquearlo. Angeline se preguntaba dónde estaría el piso franco y con quién se quedaría cuando llegara allí. Y lo que era más importante, se preguntaba cuánto tiempo tendría que estar allí.
⠀⠀Obligó a su mente a alejarse de la situación y sus ojos se fijaron en la ventana. Angeline se acercó y corrió las persianas que Mitch había cerrado al minuto de entrar en la habitación del hotel, asomándose por ellas. Abajo sólo se veía el aparcamiento y la carretera principal por la que habían salido. De vez en cuando pasaban coches a toda velocidad y Angeline envidiaba el hecho de que aquella gente probablemente volviera a casa.
⠀⠀La adolescente se apartó de la ventana, escuchando la ducha. El corazón le dio un vuelco cuando una imagen intrusa de Mitch de pie bajo el agua llenó entonces su cerebro, y rápidamente sacudió la cabeza, luchando contra una pequeña sonrisa y obligándose a centrarse en... sus uñas.
⠀⠀Sólo tardó un segundo en aburrirse de su color arándano antes de que su mente vagara hacia aquel lugar una vez más. Se le encendieron las mejillas y volvió a sentarse en la cama, intentando tapar el ruido. Cuando oyó el chirriante chasquido del agua al cerrarse y la cortina al abrirse, Angeline cogió un libro del bolso. Lo había cogido junto a la fotografía de sus amigas antes de marcharse.
⠀⠀Angeline fingió leerlo cuando la puerta se abrió y Mitch apareció en ropa deportiva. Ella gimió interiormente, las gotas de agua cayendo en cascada por sus anchos hombros y su espalda no hicieron nada para detener su imaginación. No estaba segura de por qué de repente pensaba en él de un modo mucho más sexual que de costumbre, pero al menos había dejado de pensar en su familia y en las cosas que habían ocurrido.
⠀⠀Mitch se frotó el pelo con la toalla, se lo secó y lo dejó sobre la silla que había en la mesita de la cocina. Actuaba como si Angeline no estuviera allí, pero ella estaba segura de que podía sentir sus ojos clavados en él mientras miraba por encima de su libro.
⠀⠀—Está al revés —ironizó.
⠀⠀—¿Hm? —Angeline le lanzó una mirada confusa.
⠀⠀—Tu libro. Está al revés —dijo Mitch.
⠀⠀Angeline se sonrojó.
⠀⠀—Sí, bueno, ya lo sé, ¿no? —Tartamudeó, negando con la cabeza—. Ya he leído este libro. Tres veces. Ahora lo estoy leyendo al revés. Estoy entrenando mi cerebro.
⠀⠀—Hm. Nunca había oído hablar de ese truco para fiestas —reflexionó Mitch, y Angeline contuvo la expresión de sus ojos—. Por cierto, tenemos que salir a primera hora de la mañana. De vuelta a la carretera a las seis. Así que yo dormiría un poco si fuera tú.
⠀⠀—¿Seis? —Repitió Angeline incrédula, dejando caer el libro sobre su regazo—. Oh, vamos, ni siquiera me levanto para ir a la escuela tan temprano...
⠀⠀—No te pregunté —respondió Mitch mientras buscaba una camiseta en su bolsa de viaje.
⠀⠀—Ugh, eres tan molesto.
⠀⠀—Ugh, eres una mocosa con tantos derechos —la imitó, usando el tono agudo que ella había mencionado odiar una vez.
⠀⠀Angeline no dijo nada, pero sacó las piernas y se tumbó en la cama. Su pie rozó el muelle que sobresalía del colchón y lo retiró, frunciendo el ceño. Estaba segura de que aquí no iba a dormir bien. No cuando estaba acostumbrada a su cama de matrimonio, acompañada de las almohadas más mullidas y los edredones más lujosos.
⠀⠀Tal vez Mitch tenía razón. Tal vez estaba siendo una mocosa con derechos, pero no podía evitarlo. Aunque ella también tenía razón. Era molesto.
⠀⠀—¿Vas a dormir? —Preguntó con curiosidad.
⠀⠀—Sí —contestó Mitch, sin levantar la vista de donde estaba tecleando de nuevo en su portátil, con sus dedos delgados trabajando con rapidez y sin cometer errores, incluso mientras miraba inquieto la pantalla que tenía delante, con su luz azul resaltándole la cara.
⠀⠀—¿Dónde?
⠀⠀—En el sillón —respondió.
⠀⠀Angeline frunció el ceño.
⠀⠀—Si... si quieres, puedo coger el sillón —sugirió, esta vez ganándose realmente toda la atención del moreno—. Probablemente tú necesites descansar más que yo, sobre todo si vas a conducir. Además, soy mucho más pequeña que tú. Puedo acurrucarme ahí o algo así.
⠀⠀—No —dijo y volvió a teclear.
⠀⠀—No, gracias —le corrigió Angeline.
⠀⠀—Oh, ¿así que conoces los modales? —Mitch se burló.
⠀⠀—Sí, así que chúpamela, gilipollas —le espetó Angeline, frustrada por su actitud.
⠀⠀Mitch la fulminó con la mirada.
⠀⠀—Cuidado.
⠀⠀—¿O qué? —La chica de ojos marrones le empujó.
⠀⠀No estaba segura de si estaba realmente enfadada con él o si simplemente estaba aburrida y necesitaba algo de entretenimiento, pero se encontró a sí misma deseando una buena respuesta de Mitch. Probablemente era una mezcla de las dos cosas.
⠀⠀Mitch le dirigió una mirada escalofriante, sus ojos color avellana se oscurecieron.
⠀⠀—No quieres saberlo, Angel.
⠀⠀Joder. Otra vez ese apodo, el que la había vuelto loca la primera y única vez que él la había llamado así. Recordó que se apresuró a enviarle un mensaje de texto a Ciara al respecto, con una sonrisa en la cara mientras las dos adolescentes bromeaban. Excepto que Angeline ni siquiera estaba bromeando cuando dijo que la excitaba.
⠀⠀La expresión de su cara hizo sonreír a Mitch. Angeline se dio cuenta y se sintió furiosa por haber dejado que la afectara y él lo sabía. Su especialidad era hacer que los hombres se sintieran incómodos, no al revés. Pensó que ya lo habían establecido.
⠀⠀—Tal vez sí quiera saberlo —murmuró Angeline con una mirada sensual, asegurándose de subir y bajar los ojos por su cuerpo para que fuera obvio.
⠀⠀La mandíbula de Mitch se apretó y su mano se cerró en un puño desde donde flotaba sobre el teclado cuando vio la forma en que ella se mordía el labio, su mano subiendo por su pecho para sujetar ligeramente su hombro. La movió hacia arriba y enrolló un mechón alrededor de su dedo, jugueteando con él.
⠀⠀—Para —espetó.
⠀⠀—¿Parar qué? —Preguntó Angeline inocentemente, con sus ojos marrones brillando maliciosamente en contraste—. Sólo le estaba haciendo una pregunta, señor Rapp. Ya que usted es el que manda aquí.
⠀⠀Mitch se levantó de repente, la silla chirrió tras él mientras se dirigía hacia Angeline. Su gran mano le agarró la mandíbula y sus dedos se clavaron en su piel mientras la obligaba a mirarlo. Le clavó los dedos aún más fuerte, de modo que sus labios se fruncieron bajo su contacto. Angeline casi jadeó al ver la furia y la lujuria que había detrás de sus ojos.
⠀⠀—Ya lo creo que mando yo —espetó Mitch, echando a Angeline hacia atrás y agarrándola con más fuerza cuando empezó a sonreírle—. Y no me asusta ponerte en tu lugar cuando te comportas como una mocosa malcriada, Angeline.
⠀⠀Angeline no sabía qué le había pasado.
⠀⠀—Pues ponme en mi lugar —susurró, subiendo la mano para sujetarle el brazo.
⠀⠀Los ojos de Mitch se nublaron y gimió, echándole la cabeza hacia atrás y bajando para aplastar sus labios contra los de Angeline con rudeza. Su mano bajó desde la mandíbula de ella hasta el cuello mientras ella se apoyaba de rodillas encima de la cama, con una mano en el pelo de él y la otra sujetando el brazo con el que podía estrangularla si realmente lo deseaba. Le apretó ligeramente el cuello mientras inclinaba la cabeza, con los labios trabajando furiosamente contra los suyos.
⠀⠀Fue como si meses de tensión se hubieran evaporado de sus cuerpos, fundiéndose el uno en el otro y permitiéndoles mostrar por fin lo verdaderamente molesto que había sido el otro. Angeline le tiró de la parte de atrás del pelo y Mitch gimió en sus labios, mientras le metía la mano por la camisa y luego por debajo.
⠀⠀No hizo ningún movimiento para dirigirse hacia sus pechos, sino que su gran mano sujetó la parte baja de su espalda mientras la empujaba, de modo que ella captó la idea y se levantó de la cama. Sin despegar los labios, Angeline hizo lo mismo, salvo que, una vez frente a él, se vio obligada a arrodillarse. Los ojos marrones de Angeline se abrieron de par en par mientras lo miraba.
⠀⠀—¿Este es mi lugar? —Se atrevió a preguntar—. ¿De rodillas por ti?
⠀⠀Mitch gruñó y la agarró del pelo, tirándole de la cabeza hacia atrás e ignorando su pequeño grito. Le quitó la mano del pelo y le agarró la barbilla, obligándola a mirarle a los ojos mientras su pulgar se enganchaba a su labio inferior y lo arrastraba hacia abajo.
⠀⠀—Sólo si dices que sí —dijo Mitch.
⠀⠀Angeline supo que su nivel de exigencia hacia la especie masculina era bajo cuando el consentimiento hizo que su corazón se desvaneciera un poco. En lugar de responder, sus manos se dirigieron a la cintura del chándal de él, pero Mitch la agarró antes de que pudiera moverlo, su puño casi completamente hundido en el de él.
⠀⠀—Usa tus palabras, Angeline —advirtió Mitch—. No voy a hacer nada contigo a menos que me digas ahora que lo quieres.
⠀⠀—Sí —respondió Angeline sin aliento—. Sí, quiero.
⠀⠀Volvió a ponerle la mano en el pelo.
⠀⠀—Entonces usa tu boca de una vez.
⠀⠀Angeline no sabía que él era del tipo degradante, pero cuanto más lo pensaba, más apropiado le parecía. De todos modos, no se quejaba. La excitación la invadió ante la revelación de que Mitch no sería tan vainilla como lo habían sido algunos de sus novios anteriores. Aunque lo único bueno de Levi había sido su boca.
⠀⠀Su mano empujó la cabeza de ella hacia abajo, más cerca de su entrepierna mientras ella alcanzaba a bajarle el chándal. Angeline no se sorprendió al ver que Mitch estaba empalmado, con la polla ya dura. Mitch inhaló cuando la morena alargó la mano y la movió arriba y abajo durante unos segundos, mordiéndose el labio cuando vio que la cara de Angeline se acercaba a él.
⠀⠀Su polla se crispó ligeramente cuando su boca se cerró sobre ella, su lengua se aplanó mientras utilizaba la punta de su músculo para recorrer su eje mientras empezaba a chupar.
⠀⠀—Joder —siseó Mitch—. ¿Ves? Parece que tu boca sirve para otras cosas que para quejarte sin parar.
⠀⠀Angeline pensó en llevarlo a su punto álgido y apartarlo antes de que llegara al clímax sólo por ese comentario, pero decidió no hacerlo.
⠀⠀Prefería hacerle la mejor mamada de su vida, sólo para poder echársela en cara. Su mano, que antes le sujetaba el muslo, se movió hasta la base de la polla y la sacudió arriba y abajo mientras escupía su longitud, usando su saliva para untarla.
⠀⠀La mano de Mitch se aferró con más fuerza al pelo de ella, echó la cabeza hacia atrás y apretó la mandíbula. Juró que podía ver las estrellas mientras su mano empujaba aún más a Angeline hacia abajo, oyendo y sintiendo sus arcadas a su alrededor. Angeline tenía los ojos llorosos y respiraba por la nariz lo mejor que podía mientras movía la cabeza arriba y abajo.
⠀⠀Mitch se retiró de su boca al cabo de un par de minutos, echando de menos al instante el calor apretado que ella le había proporcionado. Antes de que Angeline pudiera hablar, él volvió a agarrarla por las mejillas y la obligó a hacer otro puchero para él. Mitch le dio a la morena un poco de espacio para abrir la boca y luego escupió directamente dentro de ella, sus ojos se abrieron de par en par.
⠀⠀Antes de que ella pudiera tragar, él volvió a empujarle la polla más allá de los labios, metiéndola y sacándola para que le llegara al fondo de la garganta. Angeline gimió a su alrededor, con las manos apoyadas en los muslos de él para hacer palanca, mientras sus sonidos de ahogo llenaban la sucia habitación del motel y empujaban a Mitch a ir más rápido, sabiendo a ciencia cierta que tendría la garganta jodida por la mañana.
⠀⠀En cuanto bajó la mirada de donde había echado la cabeza hacia atrás mientras estaba en el olvido, sus ojos se encontraron con los de Angeline y no pudo ni avisar antes de correrse. Un fuerte gemido escapó de sus labios mientras Angeline tragaba todo lo que él le daba mientras él empujaba desigual y perezosamente.
⠀⠀—Angel... —respiró.
⠀⠀Angeline se limpió los labios con el dorso de la mano. Mitch decidió que le gustaba más cuando estaba así: con los labios hinchados, el pelo revuelto por las manos de él y las mejillas sonrojadas.
⠀⠀Angeline se levantó del suelo, se sentó de nuevo en el borde del colchón y puso los ojos en blanco mientras se pasaba las manos por las rodillas enrojecidas por la madera.
⠀⠀—Quizá ahora estés menos irritable...—murmuró, con el ceño fruncido cuando Mitch la ignoró y volvió a su portátil—. Um... No actúes como si no te hubiera hecho correrte en cinco minutos. ¿Tienes algo que decir?
⠀⠀¿Algo que quieras hacer? A cambio, ¿quizás?
⠀⠀—¿Qué es lo que quieres? ¿Un trofeo que diga "gracias por chuparme la polla"? —Mitch respondió sarcásticamente, sin volver a mirarla.
⠀⠀—Oh, que te jodan, gilipollas de mierda —escupió Angeline y se dirigió hacia el baño.
⠀⠀Dio un portazo y se dispuso a cerrar la puerta antes de darse cuenta de que Mitch había roto el pomo cuando pensó que estaba herida en el baño hacía una hora. Angeline arrugó la cara con desagrado y se sentó sobre la encimera.
⠀⠀Si Mitch no acababa con ella, tendría que hacerlo ella misma.
⠀⠀Debería haberse apartado y no dejar que se corriera.
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