⠀𝟭𝟬. ❛ FINALLY EIGHTEEN ❜


010. ╱ ᝰ⠀⠀ ❝ por fin dieciocho. ❞




A ANGELINE NUNCA LE GUSTÓ DARLE IMPORTANCIA A SU CUMPLEAÑOS... hasta que por fin llegó el día. Cuando se despertó, lo único que pudo oír fue el zumbido del ventilador sobre su cabeza y el piar de algunos pájaros en el exterior. Un sentimiento de vértigo se extendió por su pecho como el de un niño el día de Navidad, la idea de que por fin tenía dieciocho años era una locura para ella.

⠀⠀El hecho de ser oficialmente adulta era un concepto difícil de asimilar para ella porque definitivamente no se sentía tan mayor. Parecía que era la semana pasada cuando se preparaba para su primer día del séptimo curso, pero de eso hacía ya siete años. Había crecido rápidamente. Pronto iría a una de las mejores universidades del mundo y viviría su propia vida.

⠀⠀Nada más salir de la ducha, Angeline oyó el zumbido de su teléfono en la encimera y corrió como una loca hacia él. Con una toalla envuelta en su cuerpo y otra en su cabello oscuro, contestó emocionada la llamada de su madre.

⠀⠀—Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz —cantó pobremente por teléfono como todos los años—. ¡Te deseamos querida Angel, cumpleaños feliz!

⠀⠀Angeline se rió.

⠀⠀—Gracias, mamá.

⠀⠀—No puedo creer que mi bebé tenga por fin dieciocho años —su madre soltó un dramático suspiro—. Parece que fue ayer cuando te llevaba de la mano a la guardería.

⠀⠀Una pequeña sonrisa cruzó el rostro de la chica.

⠀⠀—Lo sé. Es raro, no me siento realmente de dieciocho años.

⠀⠀—¿Algún plan para el gran día? ¿Tu padre te llevará a cenar?

⠀⠀—Eh, probablemente no, creo que Paige está organizando una reunión en su casa, así que... —Habló Angeline despreocupadamente, sabiendo que lo más probable es que su padre ni siquiera recordara que hoy tenía dieciocho años.

⠀⠀—Bueno, he transferido algo de dinero a tu cuenta porque no estaba segura de qué regalarte —dijo su madre.

⠀⠀—Gracias, mamá.

⠀⠀La madre y la hija sólo hablaron unos minutos más antes de que Angeline dijera que debía empezar a prepararse para la escuela. Se secó el pelo y se hizo unos rizos sueltos y su rutina de maquillaje habitual y se puso el vestido blanco de verano que la hacía sentir como si debiera estar en Italia de vacaciones, así como un par de Vans a juego.

⠀⠀Angeline se preparó antes de lo habitual, cogió su mochila y bajó corriendo la escalera donde encontró al señor Lewis y a Elliot preparándose para el día. La morena fingió no verlos mientras cogía una manzana del frutero, mirándolos de reojo para ver si le prestaban atención.

⠀⠀—Angeline, tendrás que estar en casa esta noche. Vamos a tener otra comida con Renolds, como respeto por todas las horas extra que ha hecho últimamente —dijo el señor Lewis y Angeline casi dejó caer la fruta que tenía en la mano, incrédula.

⠀⠀—No puedo —dijo ella, haciendo que su hermano la mirara con extrañeza—. Tengo una cosa que hacer esta noche.

⠀⠀Esperó un "feliz cumpleaños" que nunca pareció llegar. El señor Lewis la miró ligeramente, ajustándose las gafas en el puente de la nariz.

⠀⠀—No puede ser más importante que esto.

⠀⠀—Lo es —respondió Angeline con el mismo fuego—. Es importante para mí.

⠀⠀—Simplemente llega a casa a las ocho —resopló el señor Lewis antes de salir por la puerta de la cocina, con su hijo justo detrás.

⠀⠀No estaba muy segura de lo que esperaba, y aunque Angeline despreciaba a los dos hombres, habría sido agradable escuchar un feliz cumpleaños de su padre y su hermano. Angeline dio un fuerte mordisco a la manzana roja, mirando fijamente el espacio en el que habían estado mientras la masticaba con amargura.

⠀⠀—¿Lista para otro divertido día de clases? —La voz sarcástica de Mitch llegó desde detrás de Angeline, haciéndola saltar.

⠀⠀La morena miró por encima de su hombro, viendo al hombre de pelo oscuro que estaba allí moviendo las teclas alrededor de sus delgados dedos. Angeline se dio cuenta de que probablemente se había afeitado esta mañana, y su rostro parecía más fresco que de costumbre. Seguía llevando la camisa negra y los pantalones vaqueros que siempre le obligaban a llevar, y también su radio y su pistola pegadas a la cadera.

⠀⠀—Al menos es viernes —le respondió Angeline, cogiendo su mochila y saliendo con él por la puerta.

⠀⠀Una vez en el camino, Angeline se desconectó y su mente se dirigió a cientos de lugares. Se preguntaba si sus amigos la estarían esperando con regalos cuando llegara a la entrada del colegio, o si esperarían hasta el periodo libre de la segunda hora para darle sus regalos. Sintió que su estómago daba vueltas de emoción, olvidándose de su padre y de su hermano.

⠀⠀—Mmh, sólo un frappuccino de caramelo... con extra de caramelo.

⠀⠀Cuando Angeline salió de su aturdimiento, con la frente despegada de la ventanilla, se sorprendió al ver que estaban en el drive-thru del Starbucks, ya en el altavoz. Hoy parecía bastante tranquilo, sólo un par de coches por delante de ellos.

⠀⠀Esta era su rutina habitual, pero antes de que Angeline pudiera meter su tarjeta en la máquina, Mitch agarró su pequeña mano con la suya y la apartó. Ella frunció el ceño, confundida, y vio cómo él introducía su tarjeta y pagaba su bebida.

⠀⠀—¿Qué estás...?

⠀⠀—Piensa en ello como un feliz cumpleaños —dijo Mitch encogiéndose de hombros con indiferencia, sin siquiera mirarla mientras avanzaban en la fila hacia la siguiente ventanilla.

⠀⠀Angeline lo miró fijamente, con sus ojos marrones brillando un poco. No podía creer que él se hubiera acordado cuando su propio padre lo había olvidado, y que fuera lo suficientemente amable como para traerle algo, aunque fuera tan poco como su pedido habitual de café.

⠀⠀—Gracias, Mitch —dijo suavemente.

⠀⠀Cuando el camarero les entregó la bebida, Mitch murmuró un pequeño "Gracias" y se la dio a Angeline antes de marcharse. Tomó unos sorbos, gimiendo por el sabor como cada mañana. No importaba cuántas veces lo tomara, Angeline siempre adoraba su dulce sabor.

⠀⠀Angeline no podía dejar de pensar en el hombre que se sentaba a su lado y empezó a odiar que su nivel de exigencia con los hombres fuera tan bajo que cuando uno se acordaba de su cumpleaños ella se desmayaba de repente por ellos. No ayudaba que Mitch pareciera haber sido literalmente esculpido por los propios ángeles. Si no fuera un guardaespaldas, Angeline estaba segura de que podría haber sido un modelo.

⠀⠀Una vez que llegaron a la escuela, Angeline vio a Paige, Ciara y Darcy de pie en su lugar habitual y volvió a sentir vértigo. Antes de que Angeline pudiera agacharse y coger su mochila, Mitch la llamó rápidamente por su nombre y metió la mano en la guantera que tenía delante, pulsando un botón para que se abriera.

⠀⠀Angeline vio cómo su gran mano agarraba un sobre y se lo entregaba con una pequeña inclinación de cabeza. La morena se quedó callada y sus dedos lo abrieron rápidamente para revelar una tarjeta de cumpleaños con una tortuga en el centro y el lema "¡Que tengas un día increíble, amigo!

⠀⠀Se rió en voz baja, pasando la mano por encima.

⠀⠀—Es tan bonito... Como la tortuga en mi tobillo, ¿verdad?

⠀⠀Mitch asintió torpemente, rascándose la nuca.

⠀⠀—Realmente no sabía qué más te gustaría.

⠀⠀Angeline lo abrió de un tirón.

⠀⠀Sonrió y sacudió la cabeza divertida al ver la escritura de Mitch en el interior. Se dio cuenta de que probablemente él había dudado en hacerlo, teniendo en cuenta que se empeñaba en mantener su relación lo más profesional posible.

⠀⠀—Te abrazaría si no creyera que te va a dar un aneurisma por ello —se rió un poco Angeline, cerrando la tarjeta y deslizándola ordenadamente en su mochila—. Gracias, Mitch. En serio, significa mucho.

⠀⠀—De nada —pareció esforzarse por mirarla a los ojos cuando dijo las palabras, con las manos agarrando el volante—. Que tengas un buen día en el instituto.

⠀⠀—Gracias —volvió a susurrar Angeline antes de salir del vehículo.

⠀⠀En cuanto Angeline estuvo a unos metros de distancia, el coche de Mitch salió a toda velocidad del aparcamiento, dejándola abandonada en el infierno que todos los demás llamaban escuela. Al instante, Paige la llamó por su nombre y la rubia se acercó corriendo, agarrándola por los brazos.

⠀⠀—¡Feliz cumpleaños, Angel! —Chilló, envolviéndola en un corto abrazo—. Por fin tienes dieciocho años.

⠀⠀Angeline se rió un poco.

⠀⠀—Gracias, Paige.

⠀⠀Ciara y Darcy también le dieron su propia alegría antes de que Paige le pusiera en las manos un pequeño joyero. Angeline lo abrió y sus ojos se abrieron de par en par al ver el collar que había dentro.

⠀⠀—Combinará perfectamente con tu anillo Cartier, y es realmente minimalista y bonito —explicó Paige.

⠀⠀Ciara le regaló a Angeline un bolso que se parecía a su edición limitada de Chanel, mientras que Darcy había optado por un cheque regalo y una magdalena casera con chispas rosas y alas de ángel en la parte superior, que parecía sacada de una película de la década del 2000.

⠀⠀—Es una... magdalena especial, si sabes lo que quiero decir —Darcy guiñó un ojo—. Obviamente no te lo comas todo.

⠀⠀—Compartamos todas —sugirió Angeline.

⠀⠀Las chicas se dirigieron a un banco donde Angeline partió la magdalena en cuatro trozos y la repartió, dando un mordisco al bizcocho de vainilla y gimiendo de placer.

⠀⠀—Deberías montar tu propio negocio, Darcy —exclamó Ciara con la boca llena de pastel—. Esto es la bomba. 

⠀⠀—Además, es un buen material —sonrió Darcy con picardía, y las cuatro adolescentes se rieron para sus adentros mientras el timbre de la escuela sonaba odioso desde arriba.

DURANTE TODO EL DÍA LA GENTE HABÍA ESTADO HABLANDO CON ANGELINE SOBRE LO EMOCIONADA QUE ESTABA POR SU FIESTA DE CUMPLEAÑOS MÁS TARDE, lo que llevó a la morena a suponer que Paige se había adelantado y había invitado literalmente a toda la escuela. A ella no le importaba mucho, siempre y cuando ninguna de sus amigas las obligara a cantarle el cumpleaños feliz en algún momento de la noche.

⠀⠀Cuando por fin llegó la última hora, Angeline descubrió que Darcy estaba en su clase de gimnasia con ella, la rubia y la morena sentadas a un lado mientras la entrenadora Gomez gritaba a las últimas chicas que dejaran de molestar y salieran de los vestuarios.

⠀⠀Ambas llevaban el uniforme de gimnasia del colegio: un polo blanco y un par de pantalones cortos azul marino que algunas chicas consiguieron cortar para que fueran más cortos. Angeline no se molestó; compró su camisa unas cuantas tallas más grandes para cubrir los feos pantalones de todos modos, y no estaba allí para parecer una especie de modelo... estaba allí porque la escuela la obligaba.

⠀⠀No es que la clase de gimnasia fuera tan mala. Angeline creció con docenas de pasatiempos como la natación o el karate o el tiro con arco o el ballet, así que mientras no estuvieran corriendo, estaba bien.

⠀⠀—Odio la gimnasia —refunfuñó Darcy desde su lado, jugueteando con los rizos rubios que no se había molestado en atar—. Odio este uniforme.

⠀⠀Angeline sonrió burlonamente mientras miraba a Darcy. Sus piernas parecían extenderse a lo largo de kilómetros y parecía incómoda llevando algo que no fuera cuero o cuadros o rasgados, pero de alguna manera lo hacía funcionar.

⠀⠀—Te queda bien algo que no sea el negro —bromeó Angeline.

⠀⠀Darcy puso los ojos verdes en blanco.

⠀⠀—Estás empezando a sonar como mi madre, Angel.

⠀⠀—Bueno, al menos no tenemos que llevar el uniforme las veinticuatro horas del día —se encogió de hombros Angeline, apoyando la cabeza en la pared detrás de ella mientras veían cómo la entrenadora Gomez discutía con un par de chicas para que se quitaran los pendientes—. En mi antiguo colegio teníamos que hacerlo.

⠀⠀—Yo renovaría mi uniforme —tarareó Darcy—. Me vería como una especie de vampiro de escuela privada.

⠀⠀Angeline soltó una risita y negó con la cabeza. 

⠀⠀—No, no. Es imposible que mi uniforme escolar se vea mejor. Era una camisa azul claro, una corbata, una chaqueta azul marino, una falda negra hasta la rodilla, medias negras y zapatos negros. Sin joyas, sin maquillaje, sin esmalte de uñas, sin pelo de color.

⠀⠀—¿Dónde fuiste a la escuela? ¿La cárcel?

⠀⠀Antes de que la chica Lewis pudiera responder, la entrenadora Gómez estaba haciendo sonar su silbato tan fuerte y largo como podía, obligando a todas las chicas a agruparse a su alrededor. Angeline se dio cuenta de que Grace estaba de pie a pocas personas de ella, con el pelo recogido en su habitual scrunchie rosa brillante y las uñas a juego ajustándolo.

⠀⠀—Bien, chicas, es viernes por la tarde, así que tomémoslo con calma, ¿sí? —La entrenadora Gómez se puso a zumbar, sus ojos miraron el portapapeles que tenía en sus manos mientras suspiraba—. Vamos a jugar un bonito y amistoso partido de dodgeball. Todas conocemos ya las reglas, ¿verdad, señoritas?

⠀⠀Hubo un coro de respuestas aburridas, todos estaban de acuerdo con lo que decía la mujer mayor. Angeline se desconectó, pero un par de segundos más tarde volvió a prestar atención cuando la llamaron por su nombre.

⠀⠀—Así que Grace es la capitana del equipo uno, y Angeline la del equipo dos —resopló la entrenadora—. Grace, tienes la primera elección de tu equipo.

⠀⠀Angeline casi resopló ante la ironía de la situación: no podía creer que estuviera a punto de participar en algo tan cliché como un partido de dodgeball en el instituto contra una de sus ex mejores amigas. Sin embargo, la chica permaneció imperturbable, cruzando los brazos sobre el pecho mientras observaba a Grace escudriñar a la multitud de chicas con una sonrisa en el rostro.

⠀⠀—Hmm... —se golpeó la mejilla con su uña rosa—. Voy a ir con la chica nueva. Darcy.

⠀⠀El ceño se frunció inmediatamente en la cara de Angeline, su boca actuó antes que su cerebro

⠀⠀—¿Qué demonios? —Soltó.

⠀⠀—Me opongo —dijo Darcy con una pequeña mirada.

⠀⠀Grace entrecerró los ojos oscuros.

⠀⠀—No te puedes oponer... Soy la capitana del equipo y te elijo a ti.

⠀⠀Darcy miró a la entrenadora Gomez como si fuera a pedirle ayuda, pero la mujer simplemente sacudió la cabeza en dirección a Grace, obligándola a acercarse y ponerse detrás de ella. Angeline estaba casi hirviendo de ira en ese momento. Si estuviera en un dibujo animado infantil, estaba segura de que le saldrían vapores de las orejas y su cara estaría muy roja.

⠀⠀Mantuvo la compostura, sin dejar que Grace se apoderara de ella.

⠀⠀—Jane —eligió.

⠀⠀Finalmente, ambas chicas tenían sus propios equipos, pero no sin un montón de miradas acaloradas cada vez que alguien que la otra quería en su bando era robado. A estas alturas, todas las chicas del gimnasio sabían que esto ya no era sólo un estúpido juego de dodgeball, sino una cuestión de ego. Si Grace perdía, Angeline estaba segura de que se desataría el infierno.

⠀⠀Sin embargo, lo había dicho una vez y lo volvería a decir: Angeline Lewis no era una perdedora. Ella iba a sacar a Grace.

⠀⠀En cuanto la entrenadora Gomez hizo sonar el silbato, sus cortas piernas saltaron hacia los balones rojos de quemados en el centro de la sala y ella se llevó uno al pecho y retrocedió. Angeline lanzó la pelota tan lejos como pudo para golpear a una chica del otro lado, sonriendo con victoria cuando la sacó.

⠀⠀Cada vez que tenía una pelota en sus manos, Angeline nunca fallaba. Las esquivaba mientras venían volando y las lanzaba como si su vida dependiera de ello, pidiendo disculpas cuando sacaba a algunas de las chicas que le gustaban.

⠀⠀—Angel, a tu izquierda —llamó Zara, una chica de su clase de matemáticas.

⠀⠀Angeline esquivó por poco una pelota que se dirigía a su cara, formando una mirada cuando se dio cuenta de que había sido Grace la que la había lanzado. Corrió a recoger la pelota que había fallado, sabiendo por la altura del lanzamiento que Grace no estaba tratando de sacar a Angeline, sino que sólo intentaba herirla.

⠀⠀Angeline se desvió para no alcanzar otra pelota que volaba en su dirección, y sólo ahora se dio cuenta de que quedaban unas dos chicas más en su equipo y sólo Grace, Darcy y otras dos chicas en el otro lado. En cuanto vio la oportunidad, Angeline lanzó la pelota con toda la fuerza que pudo, sonriendo una vez que impactó en el costado de Grace.

⠀⠀—¡Argh! —la chica de piel oscura aulló al ser derribada un poco, sujetándose la cadera—. ¿Qué demonios, Angeline?

⠀⠀—¡Grace, estás fuera! —La entrenadora Gomez hizo sonar el silbato.

⠀⠀La chica morena sonrió con picardía y se despidió de Grace con la mano, viendo como su antigua amiga salía de la pista y se iba a sentar en el banquillo junto a las demás chicas que también estaban fuera. Angeline sacó a otra chica antes de oír que su última compañera era golpeada por detrás por Darcy.

⠀⠀—¡Vamos, Angel! —Alguien de su equipo llamó.

⠀⠀Oh, mierda, casi gimió cuando se dio cuenta de que era la última que quedaba en su equipo.

⠀⠀Angeline esquivó las pelotas que lanzaban Darcy y la chica de pelo de ébano, agachando la cabeza mientras corría a coger una para ella. Una vez que lo hizo, se la lanzó a la otra chica, sacándola a la primera.

⠀⠀—Sólo tú y yo ahora, Angel —sonrió Darcy, ambas tenían una pelota en las manos mientras se miraban fijamente la una a la otra.

⠀⠀Angeline se estremeció al oír la voz de Darcy, sus mejillas casi se calentaron de vergüenza al ver a todas las chicas mirándolas. Excepto que, obviamente, no se lo habían tomado como ella, y Angeline volvió a odiarse a sí misma por sentirse tan atraída por Darcy. La chica podia golpear la pelota en su cara y romperle la nariz y Angeline probablemente asentiría y diría "juego limpio".

⠀⠀—Vas a caer, Darcy —dijo Angeline, pasando la bola roja entre sus manos lentamente.

⠀⠀Darcy le devolvió el guiño y Angeline casi se atragantó. Dios, ¿qué pasaba con todas las insinuaciones sexuales de los últimos dos días?

⠀⠀Aprovechando la distracción de Angeline como ventaja, Darcy lanzó el balón para que chocara con los brazos de Angeline. No tuvo suficiente tiempo para soltar el balón en sus manos y ya atraparlo, su boca se abrió cuando el entrenador Gómez hizo sonar el silbato y se dio cuenta de que había perdido sin más.

⠀⠀Darcy se acercó mientras su equipo hacía una pequeña celebración, agarrando el balón de las manos de Angeline y tirándolo al suelo junto a sus pies. Sus delgados dedos se alzaron y cerraron suavemente la mandíbula de Angeline, con sus ojos verdes brillando y una sonrisa en sus sonrosados labios. Los ojos de Angeline parpadearon hacia ellos, con el estómago revuelto.

⠀⠀—Hi-Hiciste trampa —tartamudeó Angeline.

⠀⠀Darcy se burló un poco.

⠀⠀—Oh, por favor, Angel. Te he dominado totalmente.

⠀⠀Una vez más, Angeline supo que había implicaciones detrás de las palabras de Darcy y se retorció. Su fiesta de cumpleaños de esta noche iba a ser... interesante. Podía sentirlo.

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