➷ capítulo veintisiete: stiles stilinski
the other woman ― lana del rey

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𝕷𝖆 𝖙𝖊𝖓𝖘𝖎𝖔́𝖓 𝖋𝖑𝖔𝖙𝖆𝖇𝖆 𝖊𝖓 𝖊𝖑 aire cuando Stiles Stilinski y Michaela McCall se encontraron en el rincón más sombrío de la escuela. El aire frío de la mañana se colaba por la ventana mientras ambos enfrentaban la realidad incómoda de su infidelidad.

―Esto no puede seguir así, Stiles ―declaró Michaela con voz firme, sus ojos se encontraron con los de Stiles en un intento de sostener su posición. ―Ella es nuestra amiga, no podemos hacerle esto.

Stiles asintió, reconociendo la gravedad de la situación, ―lo sé, lo sé, Mick, pero esto se salió de control y...

―Rompe con ella ―sugirió, ―si seguirás engañándola conmigo, entonces rompe con tu novia, porque yo ya estoy aburrida de ser a la que buscas cuando ella te manda a comer mierda.

Hubo un instante de silencio tenso antes de que Stiles respirara profundamente y rompiera la mirada.

―Pero es que, no quiero dejarla ―murmuró apenado.

―Entonces déjame tranquila ―la joven McCall se dio la vuelta, dispuesta a irse, pero Stiles la detuvo, tomándola por el brazo.

―Lo lamento, Mick. Las quiero a ambas, y no quiero lastimarlas más.

―¿Y qué pretendes, quedarte con las dos? ―preguntó indignada, ―no comparto la poligamia, así que si realmente nos quieres, elige a una y deja a la otra en paz.

Le dolía decirlo, pues sabía que Stiles escogería a Malia con los ojos cerrados; ella no era ni de cerca tan guapa como la mujer coyote, mucho menos tan sexy. Se había resignado a no ser más que la otra mujer.

―Mick, por favor.

―Adiós, Stiles.

En los siguientes días, Stiles enfrentó la difícil tarea de romper con Malia y tratar de arreglar las cosas con Michaela, pues, para su mala suerte, ninguna de las dos querían verlo. Pero él la quería a ella, y trataría de arreglar las cosas así tuviera que enfrentarse a un Scott molesto en el proceso.

Al llegar a la casa McCall, Stiles se encontró a Mick en el porche, acostada en una hamaca mientras leía Harry Potter y el cáliz de fuego. Sus miradas se encontraron por un momento, y antes de que pudiera articular una palabra, Michaela se levantó de la hamaca y entró a la casa.

―¡Mick, ábreme por favor! ―exclamó desde la puerta.

―¡Lárgate! ―respondió molesta.

¿Cuándo me ha importado que me cierren la puerta?, al diablo.

Sin pensárselo mucho, entró a la casa y siguió a Michaela a pasos rápidos.

―Te dije que te fueras, no quiero escucharte ―dijo la morena al sentir la presencia del lunarejo.

Stiles, desesperado por redimirse, se sinceró, ―Michaela, entiende que te amo. Sé que lo haces por respeto a Malia, pero eres humana, igual que yo. Nadie va a señalarte por querer esto.

―No quiero perder a mi amiga ―murmuró, ―ya metí la pata antes, no quiero hacerlo de nuevo.

―Créeme Mick, haré lo que sea necesario para demostrarte que puedo ser la persona que mereces.

Así, en un momento cargado de emociones fuertes y disculpas, Michaela se dió cuenta de que el camino hacia la redención sería largo, pero estaba dispuesto a enfrentarlo junto a Stiles. Fue entonces cuando la tensión se disipó con un apasionado beso entre ambos.

― Kala's note:

Este shot va dedicado a LiloOBrien

Lamento haber demorado en hacer tu pedido, espero que te guste, y si hay algún error, no dudes en hacérmelo saber. Espero que la espera haya valido la pena.

Malia: me quitaste ese bulto de sal de encima, tú no ves que la cachera que estaba llevando ahora te la vas a mamar tú.

Eso sería todo por hoy, nos leemos el viernes. Cuídense y tomen agüita <3