❥ 23. scott mccall


capítulo veintitres: scott mccall
cinnamon girllana del rey

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𝕿𝖍𝖊𝖘𝖘𝖆 𝕬𝖗𝖌𝖊𝖓𝖙 𝖆𝖘𝖊𝖌𝖚𝖗𝖔́ 𝖙𝖔𝖉𝖆𝖘 𝖑𝖆𝖘 𝖕𝖚𝖊𝖗𝖙𝖆𝖘 de su casa y bajó las cortinas para evitar que cualquiera pudiera ver hacia adentro. Desde hace varias semanas había estado apareciendo en las noticias matutinas la alerta de que había un asesino suelto causando muertes en masa a grandes familias, y no eran familias elegidas al azar. Eran familias reconocidas por ser cazadores de monstruos.

Los cazadores estaban siendo cazados, y nadie sabía por qué.

La hija restante de Chris Argent estaba asustada, casi al borde de la desesperación. Se encontraba en un punto tan crítico que ni siquiera se atrevía a salir de su casa por mucho tiempo.

Alguien dio tres golpes en la puerta y dijo: ―¿Thess, estás en casa?

Sabiendo de quién se trataba, la nombrada abrió las 5 cerraduras que había puesto en su puerta recientemente y dejó que Scott ingresara en su casa.

―¿Qué tal todo? ―Sonrió amablemente.

El moreno se aproximó a ella y la envolvió en un cariñoso abrazo, había estado muy preocupado por ella los últimos 3 días y solo quería verla.

―Me alegra verte ―Murmuró, acariciando el cabello de la muchacha.

―Tampoco es como que tienes años sin verme ―Dijo Thessa riendo ―Tengo café preparado, ¿Gustas un poco?

―Si me lo das tú, claro que sí.

Ambos se aproximaron a la cocina y Thessa tomó dos tazas de Harry Potter para llenarlas de café.

―Aquí tienes ―Le extendió una taza a su amigo y recostó los brazos en la isla de la cocina ―Hay galletas de maní con caramelo en tupper.

―Sé que tal vez no quieras hablar del tema, pero ¿Cómo estás llevando lo de las muertes?

Thessa apartó la mirada.

―Estoy bien, tengo todo bajo control ―Respondió sin mirarlo.

Scott sabía que estaba mintiendo, pero no iba a presionarla, eso la podría peor. Al menos ahora abría la puerta. Hace una semana no quería que nadie entrara en su casa.

―Has arreglado bien tu casa ―Dijo desviando el rumbo de la conversación.

Ella asintió: ―Aún quiero poner otras cosas, pero lo hare cuando todo este asunto esté acabado. ¿Podrías hacerme un favor?

―Claro, lo que quieras.

La castaña sacó su billetera de su bolsillo y le dio 100 dólares a su amigo.

―Llévale ese dinero a Lydia, ella me ayudará con las compras.

El hombre lobo torció los labios. Le preocupaba la situación de Thessa.

―¿Te gustaría que me quede unos días contigo? Ya sabes, para que te sientas más segura.

Scott tomó la mano de Thessa y le dio un apretón: ―Puedes contar conmigo para lo que necesites. Solo llámame y estaré aquí, aunque sea para verte hacer café.

Entonces, un fuerte ruido proveniente de la sala alertó a la chica Argent, no quiso ponerse paranóica porque por lo general esos ruidos eran causados por su gata, pero no pudo evitar asustarse cuando escuchó pasos.

Esa definitivamente no era su gata.

―Scott, ¿Tú cerraste la puerta? ―Preguntó Thessa, asustada.

―Pensé que tú lo harías ―Respondió perplejo.

―Ve a la entrada y verifica que no haya nadie, yo voy por mi katana.

Inmediatamente, ambos se separaron y Thessa salió corriendo de la cocina en dirección al ático, ahí era donde escondía sus armas. Poco después escuchó un aullido de dolor, Scott estaba herido y tenía que ir a salvarlo.

Apresuró el paso con desespero, el corazón se le quería salir del pecho, y cuando vio que dos siluetas robustas se interpusieron en su camino, sintió como los nervios empezaban a consumirla. Estaba sola y desarmada, no había mucho que hacer.

―¿A dónde crees que vas?

Thessa respondió con una patada al aire, y logró lastimar a uno, pero fue en vano. Los intrusos no tardaron en romperle el tobillo para que no huyera, y retorciéndose de dolor pudo sentir el aroma del cloroformo entrando por sus fosas nasales.

Estaba jodida.

·   ·   ·

Thessa parpadeó varias veces, intentando hacer que su vista se adaptara a la luz que la estaba cegando. Trató de divisar el lugar en el que se encontraba, pero no pudo distinguir el lugar.

Cerca de ella, el cuerpo débil de un hombre que yacía en el suelo llamó su atención. Era otro cazador.

―¿Cuánto tiempo llevas aquí? ―Le preguntó curiosa.

―Ya perdí la cuenta ―Masculló roncamente.

La castaña se sintió mal por él, y le dijo: ―Seguro tu familia está buscándote, igual que la mía.

El hombre rió ―Mi familia está muerta, y si eres como yo, seguro tu familia corre el mismo riesgo. No quiero desilusionarte, pero no creo que salgamos vivos de aquí.

―En eso tienes mucha razón, Miles ―Un hombre encapuchado entró a la habitación con un plato de comida en manos y lo tiró frente a Thessa ―Come.

―Créeme, no quieres comerlo ―Dijo Miles, ganándose una fuerte patada en el abdomen. La chica quiso defenderlo, pero su tobillo lastimado no la ayudó mucho.

―¡Ya déjalo! ¿No lo has torturado lo suficiente? ―Exclamó enojada.

―Cállate, perra ―Repuso, dándole un golpe en la cara que la hizo sangrar ―Sigue queriendo ser la heroína de la historia y terminarás muerta y enterrada junto a tu queridísima hermana.

Una lágrima traicionera brotó de su ojo y bajó por su mejilla.

Jamás debió abrir esa puerta.

Por otro lado, Scott estaba histérico. Solo recordaba que lo habían herido y cuando Lydia lo encontró, Thessa había desaparecido y se sentía culpable por eso.

―Debe haber algo, no pudieron habérsela llevado así sin más. Debemos seguir buscando.

―Scott, cálmate. Sé que la encontraremos ―Dijo Lydia, intentando hacer sentir mejor a su amigo.

―¡No me pidas que me calme! ―Exclamó exasperado, asustando a la rubio fresa. Inmediatamente el moreno se sintió mal por lo que había dicho ―Lo siento, yo... Solo estoy preocupado, en serio perdón.

―Amigo, no te había visto así desde... ―Stiles hizo una pausa, porque no sabría que tanto impacto tendrían sus palabras ―Allison.

Y eso fue como una luz al final del túnel. Claro que tenía sentimientos fuertes por Thessa, él lo sabía y sus acciones hacia ella lo demostraban, pero no era algo que se atrevía a decir en voz alta precisamente por respeto a su novia muerta.

―Espera, ya lo tengo ―Lydia llamó la atención de los presentes ―Son cazadores de cazadores, piensan como ellos, actúan como ellos... Viven como ellos.

―¿A qué te refieres? ―Preguntó Malia, todavía sin entender.

―Todos los cazadores tienen alguna sala secreta y segura donde guardan sus armas, una sala que no es fácil de hallar, como un bunker. Como el bunker de los Argent.

―¿Quieres decir que Thessa está en el búnker de los Argent? ―Liam hizo una mueca.

―No, idiota. Ya la habríamos encontrado de ser así ―Dijo Stiles rodando los ojos.

―Solo hay 6 bunkers en todo Beacon Hills, y 2 de ellos están sellados permanentemente desde hace siglos ―Siguió explicando la rubio fresa.

―Ahí debe estar, viva o muerta, pero ahí debe estar ―Comentó Malia, feliz por saber que estaban más cerca de encontrar a Thessa.

―¿Y cuál es el plan, allanar todos los bunkers del condado?

―Técnicamente ―Lydia asintió ―Miren, solo hay 4 bunkers habilitados actualmente, 3 sin contar el de los Argent. No es mucho lo que debemos buscar.

Scott asintió ―Si nos dividimos en grupos será mejor. Debemos apresurarnos, no sabemos cuánto tiempo de vida tiene.

―A este punto, para cuando la encontremos ya estará muerta.

―¡Malia, eso no se dice! ―La regañó el beta de Scott, y ella solo se encogió de hombros.

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Se apartó el cabello de la cara como pudo. Empezaba a creer que sufría deshidratación, y había perdido mucha sangre los últimos días.

¿Cuánto había pasado?

¿Días?

¿Semanas?

Al igual que Miles, había perdido la cuenta, y hablando de Miles, el pobre hombre estaba muriendo lentamente... Igual que Allison, igual que ella. Tal vez su captor tenía razón y al final sí acabaría reuniéndose con su hermana.

―¿Ya perdiste las esperanzas, cierto?

Thessa volteó la cabeza lentamente hacia su compañero de celda y asintió. Estaba segura de que nadie iría a buscarla, y seguro Scott había encontrado otro problema del cual preocuparse.

Y como si lo hubiera llamado con el pensamiento, el sonido de unos disparos inundó el lugar seguido de mucho humo. Habían varias personas en el lugar, pero caso no se podía ver a nadie. 

―Nos llegó la hora ―Miles palmeó el hombro de Thessa ―Fue un gusto pasar mis últimos días contigo.

―Lo mismo digo, compañero ―Thessa imitó la acción del hombre.

Poco después, escuchó esa voz que tanto anhelaba volver a escuchar.

―¡Thessa! ¿Estás aquí? ―Exclamó Scott, buscando entre el humo.

La garganta de la chica ardía como los mil soles, pero sin importarle eso gritó con todas sus fuerzas: ―¡Scott! ¡Scott, aquí estoy!

El moreno siguió la voz de Thessa hasta llegar a ella. Cuando finalmente la tuvo en brazos, tomó su rostro con delicadeza y la besó, la besó como si no hubiera un mañana, como si Thessa estuviera a punto de desvanecerse.

―Scott... ―Murmuró incrédula. Siempre había querido que algo así pasara, pero no podía creer que sería justamente en ese momento.

―No estoy seguro de muchas cosas, tú más que nadie sabe eso, pero de lo que sí estoy seguro es que, te amo, Thessa Argent. Te amo desde que me golpeaste cuando te dije que no me gustaba la música de Taylor Swift ―Ambos rieron al recordar aquello ―Nunca quise decirlo por respeto a Allison, pero sé que ella hubiera querido que fuera feliz.

Thessa le dio un beso al muchacho, pero este duró menos, porque ella también quería expresarse.

―También te amo. Estoy muy enamorada de ti desde mucho antes de haberte golpeado por ofender a Taylor, me gustaste desde que llegué a este lugar, y ahora que sé que no soy solo yo, estoy dispuesta a luchar por nosotros.

―No quiero perderte otra vez, Thess ―Susurró, pegando su frente con la de la chica.

―Y yo no quiero interrumpir su bonito momento, pero ya debemos irnos ―Dijo Stiles, mirando con ternura. No hace mucho que el humo había comenzado a dispersarse.

―Esperen, no podemos dejar a Miles ―Dijo la castaña, señalando a su compañero ―Hay que ayudarlo.

Inmediatamente, Chris se acercó al hombre y verificó sus signos vitales. Volvió la mirada a su hija y negó, entonces ella entendió que Miles había decidido dejar de dar batalla.

Como pudo, se arrastró hacia el cuerpo inerte del hombre que recibió golpes solo para que a ella no le hicieran tanto daño. Había pasado varios días encerrada con ese tipo, era inevitable el hecho de que terminaran llevándose bien, solo se tenían a ellos.

―Dale un abrazo a Allison de mi parte ―Susurró, dejando que las lágrimas inundaran sus ojos.

Scott supo que era momento de alejar a Thessa de todo lo que había sufrido, así que la tomó en brazos y la cargó para sacarla del bunker.

Ahora sí podía estar segura de que no iban a atacarla. La amenaza finalmente había acabado.

O no...




―Kali's note:

Este shot es dedicado a 

Lamento haber demorado tanto con tu pedido, espero que la espera haya valido la pena y te guste el shot. Un abrazo. ♡

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