❥ 19. scott mccall


capítulo diecinueve: scott mccall
my inmortalevanescence

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𝕬𝖑𝖎𝖈𝖊 𝕮𝖚𝖑𝖑𝖊𝖓 𝖈𝖆𝖒𝖎𝖓𝖆𝖇𝖆 𝖆𝖑𝖊𝖌𝖗𝖊𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊 hacia la sala de su casa cargando con un hermoso jarrón de porcelana azul lleno de rosas, cuando de repente, paró en seco y dejó caer el jarrón al suelo, a causa de todas las imágenes que estaban pasando por su cabeza en ese momento. Rosalie y Jasper corrieron hacia la vampiresa pelicorta, la ayudaron a llegar hasta el sillón y le dieron una hoja de papel y un lápiz, al notar que su mano se movía frenéticamente, como queriendo agregar algo.

―Alice, ¿Qué ves? ―Preguntó Esme con curiosidad.

―Ya vienen ―Murmuró Alice, con la mirada perdida, mientras dibujaba en la hoja, y los demás se miraron entre si, pensando en que si los Vulturis habían adelantado su llegada, estaban todos realmente jodidos ―El licántropo que se se elevó a la categoría de alfa por su propia fuerza de voluntad y carácter. Viene acompañado de un omega que logró escapar a penas con vida de la cacería salvaje. Son nuestros testigos de Beacon Hills.

Alice soltó el lápiz, y volvió en si, dándose cuenta de que quienes estaban en el dibujo, eran cuatro brujas que los habían ayudado en la pelea de neófitos, pero por algunos problemas de convivencia y privacidad, terminaron cortando conexiones con ellas.

―Las hermanas Ravenwood ―Murmuró Emmett, viendo el papel con incredulidad.

―Espero que no vengan, no soportaría verlas de nuevo ―Comentó Bella con un deje de irritación, al recordad como solían tratarla cada vez que les daba la gana.

―Pues yo creo que si deberían venir ―Repuso Jasper, encogiéndose de hombros ―Entre más testigos haya, más probabilidades tendremos de que los Vulturi acepten dejar todo por la paz.

―No es discutible Jasper, dije que no ―Insistió la madre de la híbrida.

―Pero no eres tú la que decide eso. Todos tenemos que estar de acuerdo con la decisión, por si lo habías olvidado, y hasta ahora no veo que alguien esté apoyando tu idea ―Habló Rosalie, cruzándose de brazos.

Carlisle intervino ―Si quieren ayudarnos, bien. Y si no, también.

―Ellas no vendrán, pero dos de sus amigos si lo harán, y algo me dice que deben ir con las primas de Denali primero ―Dijo Alice, mirando a cada uno de los miembros de su familia con expresión seria.

•   •   •

Reúnan a cuantos testigos puedan antes de que endurezca la nieve. Es cuando vendrán.

Las instrucciones de Alice fueron bastante claras, pero persistía la pregunta. ¿Por qué se fueron ella y Jasper cuando más los necesitaban. 

¿Qué era lo que sabían?

La búsqueda de testigos comenzó con un viaje al norte, a ver a sus primos de Denali, los parientes mas cercanos de los Cullen.

―Edward, ¿Está todo bien? ―Preguntó Carmen, acercándose lentamente a su primo.

―¿Por qué no nos dijiste que vendrías? ―Preguntó ahora Kate, mostrándose muy confundida.

Tanya se adelantó, y habló ―Es Irina, ¿Has escuchado algo de ella?

―No directamente ―Respondió Edward, metiendo sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

―¿Por qué dejaste a tu esposa en el auto? ―Inquirió Eleazar, señalando el vehículo con la cabeza.

―La pregunta correcta es... ―Eloisa intervino ―¿Por qué trajiste a un hombre lobo contigo? Desde aquí puedo sentir su asqueroso olor a perro mojado ―Se cruzó de brazos.

―Mi familia está en peligro, necesito su ayuda ―Confesó, sin dejar de mostrarse serio.

―¿Qué ocurrió? ―Carmen miró a Edward con preocupación.

―Solo pido que mantengan la mente abierta, de acuerdo.

―Por supuesto ―Murmuró Kate, y Eloisa asintió, al igual que Tanya.

Edward giró la cabeza, y asintió en dirección a su auto. En cosa de minutos, Bella y Jacob se bajaron del vehículo, acompañados de Renesmee, los Denali al ver a la pequeña niña pecosa, sintieron temor, y se alejaron como si de una plaga en desarrollo se tratase.

―Los Vulturis vendrán por nosotros ―Le dijo Kate a Tanya y Eloisa.

―Tienen que llevársela ―Ordenó Tanya, con voz fuerte y mirada enfurecida.

―Ella no es lo que piensan ―Edward levantó las manos en señal de paz.

―¡Esto es un maldito crimen! ―Gritó Eloisa, antes de abalanzarse sobre su primo y poner cuatro dedos sobre su cuello, para arrebatarle la vitalidad poco a poco. Ese era su don, la vitalidad o la mortalidad, tenía ambas cosas al alcance de sus manos. 

Poco antes de que Edward pudiera volver a ser un humano y morir en el acto, logró deshacerse del agarre de Eloisa y tirarla en la nieve. Pero tan pronto como la cuarta rubia Denali cayó, Kate y Tanya corrieron hacia Edward, el hombre logró vencer a Tanya muy rápido, pero Kate no se había dado por vencida, y tomó la mano de Edward, para proporcionarle alto voltaje y hacerlo bajar la guardia.

Bella, quien veía todo desde lejos con mucho coraje, corrió hacia su esposo y detuvo a Kate, lanzándola a la nieve, tal y como Edward lo había hecho con Eloisa y Tanya.

―¡Deténganse! ―Exclamó Bella, respirando agitadamente debido al enojo que estaba conteniendo.

―La sangre corre por sus venas, pueden sentir su calor ―Explicó Edward, arreglando su suéter, que después de ese ataque, quedó como si una estampida de rinocerontes le hubiera pasado por encima a toda su ropa. 

―Es verdad, puedo sentirlo ―Agregó Carmen, demasiado sorprendida como para advertir que las tres rubias aún estaban tiradas en la nieve.

―Yo soy su padre biológico, Bella es su madre.

―Imposible ―Comentó Kate, cuando por fin se dignó a levantarse.

―Es verdad, nació cuando yo aún era humana ―Repuso Bella, mirando a las Denali con firmeza.

―Nunca oí cosa igual ―Habló Eleazar, igual de confundido que las demás.

―Puede mostrarles si la dejan ―Propuso la mujer Cullen, sonriendo levemente y sin mostrar los dientes.

Kate, Tanya y Eloisa intercambiaron miradas serias y dudosas, acción que no pasó desapercibida a los ojos de los recién llegados.

Edward soltó un suspiro, y se volvió hacia la cuarta Denali ―Eloisa, nos deben esto al menos. Fuimos condenados a muerte porque tu hermana no nos dejó explicar.

Eloisa pareció pensarlo, pero aún así, asintió, sabiendo que Edward tenía por lo menos un poco de razón. Tan pronto como Eloisa dió el visto bueno, Jacob y Renesmee se acercaron. Bella tomó a su hija en brazos y la acercó a Eloisa, pero esta se alejó rápidamente, cuando la pequeña extendió su mano hacia su cara.

―No temas, así se comunica.

Eloisa se acercó a la niña, y tan pronto como sintió su tibia mano, un montón de imágenes comenzaron a pasar por su cabeza. Como si en su cerebro hubiera un reproductor de fotos kodak, pero esta vez, mostrando todo desde antes y después de que Renesmee naciera.

―Es cierto, no es inmortal... ―Murmuró Eloisa, alejándose de la niña, completamente sorprendida.

Bella y Edward sabían que el resto de su familia sentiría el mismo temor. Temor a lo desconocido, temor a los Vulturis.

•   •   •

―Entonces... ―Comenzó Rosalie, batallando por ignorar el apestoso hedor que había inundado la habitación ―Ustedes son los perros de los que nos hablaba Alice ―Finalizó con una mueca, y Eloisa rió, llamando la atención del moreno, quien se quedó viéndola, como si de una hermosa obra de arte se tratase.

Al ver que Scott no decía nada, Peter rodó los ojos y habló ―Sí, somos nosotros. Nos enviaron sus amigas las brujas.

―Lo sabemos ―Repuso Carlisle, uniéndose a la conversación ―Pero si están aquí, es porque nos dieron la oportunidad, y están dispuestos a apoyarnos en esto.

―Según me explicaron las Ravenwood, ustedes fueron condenados a muerte sin haber cometido un crimen ―Habló Scott, y los vampiros del clan Olímpico asintieron en respuesta. Luego volvió su mirada a Peter, e hizo una mueca con los labios ―Estamos muy familiarizados con eso. Solo vinimos para ayudar.

―Lo aprecio mucho, de verdad, gracias ―Dijo Bella, sonriendo sin mostrar los dientes.

―Pero ―Intervino Peter ―Necesito estar seguro de que ninguno de ustedes, o de sus invitados va a atacarnos mientras estemos aquí. Todos saben que la mordida de un licántropo puede matar a un vampiro, y no queremos eso, ¿verdad?

―No se preocupe señor Hale, todos los testigos prometieron no cazar en el área, y eso también los incluye a ustedes ―Comentó Edward con aplomo, causando que Peter asintiera.

―Nosotros no cazamos, así que pienso que no habrá problemas ―Dijo Scott, meciendo los pies de un lado a otro ―¿Quién es la niña? ―Preguntó, intentando aligerar el ambiente incomodo que se había formado en la sala de estar.

―Nessie, ven aquí cariño ―Rosalie llamó la atención de la pequeña niña, y esta llegó corriendo hacia su tía.

―Hola, a ambos ―Saludó, ganando una sonrisa enternecida por parte de Scott.

―Hola Nessie ―Replicó el mayor.

Bella se agachó a la altura de su hija, y le acaricio el rostro con delicadeza ―Cariño, tienes que mostrarles, así como lo hiciste con las Denali.

Renesmee asintió, y caminó hacia el par de licántropos, para comunicarse con ellos, tal y como lo había hecho hace dos semanas, con Eloisa.

―Es la cosa más increíble que he visto ―Murmuró el alfa, mostrándose completamente sorprendido y fascinado al mismo tiempo.

Peter asintió ―Confirmo.

―Vamos, tenemos que ponerlos al tanto de algunas cosas ―Comentó Esme, sabiendo que Scott y Peter habían sido de los últimos testigos en llegar.

Todos los presentes comenzaron a salir lentamente de la habitación, y Scott quiso esperar a que la sala se vaciara, para poder entablar una conversación con la vampiresa rubia que le había llamado la atención.

―Hola, McCall Scott me llamo yo ―Balbuceó el moreno, causando que Eloisa frunciera el ceño al no entender lo que había querido decirle. Scott suspiró ―Lo siento, quise decir. Me llamo Scott McCall.

La rubia sonrió de lado, extendió su mano hacia Scott de manera amistosa, y este la apretó con gentileza.

―Eloisa, un gusto.

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Muchas semanas habían pasado, y para este punto, los Cullen habían conseguido todo un batallón que estaban dispuestos a ser testigos de que su hija no era una niña inmortal, como los vulturi piensan. La amistad de Scott y Eloisa mejoró notablemente, ahora pasaban mucho tiempo juntos, y si un desconocido llegase a verlos, pensaría que son pareja.

Claro, Scott estaba demasiado atraído por Eloisa, sin embargo, sentía que no era el momento indicado para comenzar una relación. Es decir, los vulturis querían matar a todo el clan olímpico, Alice y Jasper aún no habían regresado, y por si fuera poco, otra familia de cazadores más letales que los Argent, había llegado a Beacon Hills.

―Tierra a Scott ―Habló Eloisa, pasando la mano frente a la cara del moreno, para llamar su atención.

―Lo siento Isa, ¿Qué me decías? ―Preguntó Scott, apenado por no haber escuchado a la rubia.

―Decía que si aún quieres ver la película que sigue, es que te vez cansado ―Dijo la muchacha, haciendo una mueca con lo labios.

Hace unos días, Scott le había confesado a Eloisa que nunca había visto más de la primera película de Harry Potter, cosa que indignó a la vampiresa, y terminó obligándolo a ver una maratón de su saga favorita, tal y como Stiles lo hizo con Star Wars hace años.

―No te preocupes, solo pensaba ―Respondió el moreno, sonriendo para tranquilizar a Eloisa.

―¿Estás seguro? ―Inquirió, antes de agarrar el perfume de hombre que estaba en la mesita de noche, para echarle un poco a Scott, puesto que ya estaba comenzando a oler a perro mojado.

―Sí, muy seguro ―Dijo el alfa, riendo por la acción de Eloisa.

―Tu mamá llamó en la mañana, ¿Hablaste con ella?

―Sí, le expliqué que vine a Forks con Peter, también le conté sobre los vulturis y que es un asunto de vida o muerte. Luego me putió, y me dijo que tuviera cuidado ―Comentó Scott, levantándose de la cama para retroceder la película hasta donde dejó de prestarle atención.

―Mira, ahí es cuando Harry queda en segundo lugar por sus valores morales ―Explicó Eloisa, señalando la pantalla que mostraba a Cedric Diggory celebrando el primer lugar.

―Cedric es un buen personaje, pero tengo que admitir que su cara se me hace conocida.

―Si, a mi también ―Replicó ―Ven aquí.

Scott se tendió en la cama, apoyó su cabeza sobre las piernas de Eloisa e instantáneamente la rubia comenzó a acariciar los mechones de cabello del joven McCall, mientras que este mantenía la vista en la televisión, pero de vez en cuando, volteaba a ver a Eloisa, deleitándose con las caricias en su cabello, y apreciando cada mueca que esbozaba a medida que avanzaba la película. 

Los ojos de Scott vagaron por el despreocupado rostro de Eloisa, mirando sus hermosos ojos oscuros, sus largas pestañas, sus sonrosadas mejillas, y entonces, su mirada recayó cobre los labios de la vampiresa, que a los ojos de el alfa, parecían estarlo invitando a probarlos.

―¿Qué pasa? ―Preguntó la rubia, cuando sintió la atenta mirada de Scott.

El moreno se puso nervioso, y sin tener ninguna excusa que no sonara extraña, dijo lo primero que le llegó a la mente ―Cedric va a morir, ¿Cierto? ―Preguntó de vuelta, y Eloisa hizo un gesto triste, antes de asentir.

•   •   •

―Esto sí me gusta ―Comentó Jacob, sentándose en el viejo tronco que estaba junto a Scott y Eloisa ―Una hoguera antes de la batalla, contando historias de la guerra.

―O simplemente parados como estatuas ―Agregó Peter, mirando a Senna y Zafrina.

―Nombren cualquier batalla, yo estuve ahí ―Dijo Garrett, uniéndose a la conversación.

―Pequeño gran cuerno ―Habló Benjamin.

―Estuve a punto de morder a Custer, pero los indios llegaron primero ―Respondió el vampiro de cabello arenoso, apretando sus puños con dramatismo.

―¿Alguna vez estuviste en la cacería salvaje? ―Preguntó Scott, mirando a Garret con curiosidad.

―Amigo, si yo hubiera estado en la cacería salvaje nadie sabría de mi existencia.

―Te equivocas ―Repuso Peter ―Yo estuve ahí, y mírame.

―Yo supe algo de eso ―Habló Eloisa, recostando su cabeza delicadamente sobre el hombro de Scott ―Según lo que he escuchado, Beacon Hills es un faro de lo sobrenatural ―Peter asintió, dándole la razón.

―Te conviene salir de ahí, amigo ―Comentó Emmett, levantando las cejas con sarcasmo.

―El asalto de Oleg a Constantinopla, él no la ganó solo ―Dijo Kate, llegando con su super velocidad para sentarse en las piernas de Garrett.

Eloisa había notado, que desde que llegaron a la casa de los Cullen, Kate había estado coqueteando con Garrett. Sabía que ambos se atraían mutuamente, pero Kate era demasiado orgullosa como para admitirlo en voz alta, que podía decir, ella también es así con Scott. Así son las Denali.

―Si hablamos de batallas, hablemos de la guerra de once años, nadie hace rebeliones como los Irlandeses ―Liam se unió a la conversación, llegando junto a Siobhan y Maggie.

―Pero perdieron la guerra de once años ―Dijo Eloisa, confundida.

―Sí, pero fue una tremenda rebelión ―Repuso el irlandés, y Garrett le hizo una seña de aprobación.

Vladimir y Stefan, miembros del aquelarre rumano, se unieron al círculo, llamando la atención de los demás presentes. El vampiro con cabello rubio cenizo fue el primero en hablar.

―Cuando nosotros regimos teníamos todo; presas, diplomáticos, lame botas. Tal era nuestro poder, pero nunca nos pusimos sombreros blancos ni dijimos que éramos santos.

―Fuimos honestos, respecto a lo que éramos ―Le siguió Stefan. 

Eloisa se removió un poco para acomodarse, y Scott pasó un brazo por su espalda, para abrazarla por los hombros.

―Estuvimos quietos por mucho tiempo, no notábamos que nos estábamos petrificando.

―Tal vez los vulturis nos hicieron un favor cuando quemaron nuestros castillos. Hemos esperado 1,500 años para devolver el favor.

•   •   •

El día finalmente había llegado, la nieve se había endurecido y el clan olímpico, junto a sus aliados, esperaban sin mucha emoción, la llegada de los vulturis a la enorme explanada en el bosque. Todos estaban estratégicamente divididos en sus clanes correspondientes, excepto Scott y Peter, ya que el alfa se coló en el clan Denali, y Peter en el clan rumano. Aunque claro, ni Stefan ni Vladimir se negaron a recibir al hombre Hale en su clan, al igual que Scott con los Denali.

―Si sobrevivimos a esto, prometo seguirte a donde sea que vayas Eloisa ―Susurró Scott, al oído de la nombrada, y ella volvió la mirada hacia el muchacho.

―Y ahora me lo dices ―Dijo Eloisa indignada, sabiendo que Scott lo estaba diciendo en el momento menos oportuno. En serio esperaba, de hecho, necesitaba salir con vida de ahí.

De repente, lo escucharon. Todos los presentes escucharon las fuertes pisadas sobre la fría nieve, que indicaba la presencia de los vulturis.

―Vienen los casacas rojas, vienen los casacas rojas ―Canturreó Garrett, saltando como si se preparara para una pelea de boxeo.

―Cállate, por favor ―Dijo Kate soltando un suspiro.

―Opino lo mismo que el colega lobuno. Si salimos de esta con vida, estaré contigo por siempre, mujer ―Repuso Garrett, y Kate esbozó una sonrisa antes de asentir.

La presencia de los vulturis, era simplemente algo aterrador para todos los vampiros, pero Scott y Peter no eran la excepción. De lejos, Eloisa pudo ver como Aro, Caius, Jane y Alec se abrían paso entre la multitud, causando que la rubia entrelazara su mano con la de Scott. Pero a medida que los visitantes iban avanzando, dejaron ver a Irina a su lado, y las Denali quedaron completamente estupefactas.

Del frondoso bosque cubierto de nieve, salieron todos los licántropos que conformaban la manada de Jacob y Sam, uniéndose a los demás, pero aún así, Eloisa no pudo evitar hacer una mueca casi imperceptible. Ya que aunque eran muchos, los vulturis los superaban en número, y definitivamente no quería saber que pasaría si no consiguieran la paz.

Scott se acercó más a Eloisa, demostrándole que él puede llegar a ser bastante protector con ella.

―Aro, hablemos como solíamos hacerlo, de manera civilizada ―Carlisle habló primero.

―Palabras justas Carlisle, pero un poco fuera de lugar considerando el batallón que has reunido contra nosotros ―Respondió Aro, con un deje de ironía en su voz.

―Te doy mi palabra, esa nunca fue mi intención. No se ha roto ninguna ley.

―Vemos a la niña, no te burles de nosotros ―Intervino Caius, mirando a Edward con el ceño fruncido.

―No es una niña inmortal, todos ellos lo atestiguan. Mírala tú, ve el color de la sangre en sus mejillas ―Dijo Carlisle, señalando a Reneesme con la cabeza, de manera discreta.

―Artificios ―Caius volvió a hablar.

Aro levantó la mano, y lo hizo callar ―Yo encontraré cada faceta de la verdad.

Bella, Edward, Jacob y Emmet acompañan a Renesmee a ver a Aro y este extiende su mano hacía Renesmee para leerle la mente, pero ella ignora su mano y le toca la mejilla para mostrarle por medio de su telepatía que ella no es inmortal.

―Magnifico ―Murmuró ―Mitad mortal, mitad inmortal, concebida y llevada por esta neófita cuando aún era humana.

―Imposible.

―¿Crees que me engañaron, hermano? ―Preguntó Aro, volviéndose hacia Caius.

―Traigan a la informante ―Ordenó el rubio, haciendo que los demás le dieran el paso a Irina ―¿Esa es la niña que viste? ―Preguntó.

―No estoy segura ―Balbuceó la mujer Denali.

―Jane.

Irina volvió a hablar ―Ha cambiado, esta niña es mas grande.

―Tus acusaciones son falsas ―Repuso Caius, sorprendido.

―Los Cullen son inocentes, me equivoqué y asumo mi responsabilidad ―Dijo Irina, mirando a sus hermanas con pena ―Perdónenme.

―¡Caius, no! ―Exclamó Edward, al ver las intenciones del vampiro rubio, pero Caius se hizo de oídos sordos, y sus compañeros vulturi decapitaron a Irina, y le arrancaron los brazos.

―¡Irina! ―Gritó Eloisa antes de comenzar a correr junto a Kate y Tanya, e intentar atacarlos y detenerlos por asesinar a su hermana, pero Scott corrió para retener a su compañera, sabiendo que no sobrevivirían si atacaban a Caius. Él sufrió a través de las descargas de mala energía que Eloisa estaba dándole, pero aún así no estaba dispuesto a soltarla.

―Ciégalas ―Le dijo Edward a Zafrina, y de inmediato la mujer del clan de las amazonas enceguece a las tres rubias, haciéndolas bajar la guardia, para que no cometan un error que inicie una batalla entre los Cullen y los vulturi.

―Devuélveme la vista ―Exigió Tanya, enojada al igual que Kate y Eloisa.

―Escúchenme bien, si dan el primer golpe, saldremos perjudicados y todos moriremos ―Les dijo Edward con tono severo, y cuando notó que las tres vampiresas estaban más calmadas, volvió la mirada hacia Zafrina, para que les quitara la ceguera.

―Aro, no se ha quebrantado ninguna ley ―Insistió Carlisle, de manera tranquila.

―De acuerdo, pero eso significa que ya no existe el peligro ―Dijo el líder, y cuando todos pensaron que no iba a haber guerra, Aro volvió a hablar ―Por primera vez los humanos son una amenaza para nosotros, con su tecnología moderna, han fabricado armas que podrían destruirnos. Proteger nuestro secreto nunca ha sido más imperativo, en tan peligrosos tiempos, solo lo conocido es seguro, tolerable, y no tenemos ninguna idea de lo que esta niña podría provocar. ¿Viviremos con tal incertidumbre? Evitamos una pelea hoy, para dejar de existir mañana.

De repente, Alice y Jasper hacen acto de presencia. Aro llama a Alice para que se acerque a él, y mientras ella obedece, a Jasper lo abofetean.

―No importa lo que te haya mostrado, aún así no cambiarás tu decisión ―Dijo la pelicorta enojada, después de alejar su mano de Aro violentamente. En ese momento, Alice pateó a Aro y este salió volando, causando que los demás la atraparan. Carlisle intentó salvarla, pero fue decapitado ante la mirada de todos. 

Allí inicia la batalla, en esta muere también Jasper. Él era protegido por Bella y su escudo, pero Alec al percatarse de eso la atacó y Jane incapacitó a Jasper, luego Felix le quitó los brazos, y Demetri lo decapitó ante los gritos de dolor de Alice. Luego muerió Seth, debido a que un vulturi lo aplastó sin piedad, y mientras esto pasaba Jacob huía con Reneesme, seguidos por otro vulturi.

En la batalla Emmet mató a Alec por la muerte de Jasper y el ataque a Bella, luego Benjamin abre el suelo muchos Vulturis caen, pero se ven afectados Eloisa, Edward y Esme, un vulturi intenta hacer que Esme caiga al abismo, pero Leah se sacrifica y salva a ambas mujeres.

Scott corre hacia Eloisa, atacando y matando a muchos vampiros en el camino, pero desafortunadamente, Jane logra alcanzarlo, haciéndolo caer a la nieve retorciéndose por el horrible dolor que le hacía sentir. Caius aprovechó la situación, y antes de que Eloisa pudiera recomponerse, atravesó el pecho del alfa, arrancándole el corazón en el acto, justo frente a los ojos de la Denali.

―¡NO! ―Gritó Eloisa, antes de correr hacia el cuerpo inerte de Scott, no sin antes apresar la cabeza de Caius con sus manos, y así poder quitarle la inmortalidad, dejándolo seco como una pasa, haciendo que la decapitación fuera más fácil.

Rápidamente, Bella cubrió a Eloisa con su escudo, dándole la oportunidad a Kate y Tanya de que fueran por ella, antes de que también muriera. Pero cuando llegaron, por mucho que forcejearon, Eloisa se negaba a dejar de abrazar el cuerpo sin vida de Scott.

―¡Déjalo ya, Isa. Se fue, y no podemos hacer nada para cambiar eso! ―Le gritó Tanya a su hermana,  haciéndola entrar en razón.

Dimitri intenta arrojar a Edward por la brecha que Benjamin había creado, y creyéndolo muerto se va, dándole la ventaja a Edward, quien sin esperar un segundo más, lo decapitó. Alice enfurecida por la muerte de Jasper, ataca a todos bajo la protección del escudo de Bella, ella se acerca a Jane y la atrapa, se la lleva a Peter como venganza, y este sin dudarlo le arranca la garganta con los dientes, para luego arrancarle la cabeza y los brazos. 

Al final Aro muere tras ser decapitado por Bella y Edward.

Y entonces, todo vuelve a la realidad. Esa solo había sido una visión de Alice, eso pasaría si se iniciaba con una batalla, por lo que Aro los deja irse, y al llegar a la casa Cullen, se muestran todos felices. Especialmente Scott y Eloisa.

Ninguno de los dos sabía que les esperaba en el futuro, pero no querían saberlo, solo les importaba el ahora, y ahora eran ellos contra el mundo.

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