❥ 18. lydia martin


capítulo dieciocho: lydia martin
not gonna get us ― t.a.t.u

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𝖁𝖆𝖑𝖊𝖗𝖎𝖊 𝖘𝖊 𝖑𝖊𝖛𝖆𝖓𝖙𝖔́ 𝖉𝖊 𝖋𝖔𝖗𝖒𝖆 𝖊𝖝𝖆𝖌𝖊𝖗𝖆𝖉𝖆𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊 𝖗𝖆́𝖕𝖎𝖉𝖆, advirtiendo en el momento que estaba sobre una gran charca de agua, vistiendo solo unos shorts y un sostén blanco que estaba manchado por la tierra. Su blusa estaba hecha añicos y a penas se podían apreciar algunos retazos de la tela.

La chica Whittemore sintió un dolor quemante en la cadera, y cuando volvió la mirada hacia esa parte de su cuerpo, pudo darse cuenta de que tenía una mordida que parecía ser reciente.

Algunas imagenes de lo que había ocurrido la noche anterior comenzaron a pasar por su mente: recordaba haber ido en busca de Jackson, y también recordaba estar en una calurosa discusión con Derek Hale por lo que le pudo haber pasado a su hermano. Luego nada, todo estaba en blanco, cómo si hubieran tomado parte de sus recuerdos y los hubieran guardado en un frasco dónde ella no pudiera encontrarlo.

Valerie no lograba ubicarse, en ese momento solo sabía que estaba en medio del bosque, pero no podía ver nada que la ayudara a regresar a casa, incluso sus cosas estaban perdidas, y lo cierto es que no estaba muy segura de lo que hacía, pero prefirió quedarse esperando a alguien la encontrase. Y no tuvo que esperar tanto tiempo, ya que en cosa de minutos, Scott McCall la encontró.

―Val ¿Dónde estabas? Todos están muy preocupados por ti... ―Dijo Scott, sorprendido al ver como se encontraba la chica.

―Jackson ―Murmuró, antes de dejarse caer sobre los brazos del hombre lobo que había estado buscándola toda la noche.

•    •    •

Todos los estudiantes que estaban en la clase de química miraban disimuladamente a las dos chicas que estaban sentadas una frente a la otra en la misma mesa, claro, ellas aún no se habían dado cuenta de eso, pero sentían las miradas quemantes en sus nucas, y eso era algo que ellas sabían que pasaría, ya que Valerie no fue la única en desaparecer en la intemperie.

―Val, cielo ―Murmuró Lydia, llamando la atención de su novia.

―¿Qué pasa? ―Preguntó Valerie, de igual manera, intentando que Harris no les llamara la atención.

―Tu nariz está... ―Lydia comenzó a señalar el lugar afectado, sin embargo, no encontraba las palabras correctas para explicar lo que veía ―Sangrando, creo.

―¿Qué? ―Volvió a preguntar, y tocó su nariz, dándose cuenta de que efectivamente, estaba sangrando, pero lo curioso era que la "sangre" no era roja, sino que parecía tinta negra de impresora ―Demonios ―Se quejó, antes de levantarse de su silla para correr al baño.

―¡Oiga, señorita Whittemore, regrese aquí ahora mismo! ―Le gritó Harris, mostrándose irritado. Pero como siempre, Valerie hizo caso omiso a sus regaños.

Cuando Valerie llegó al baño, le puso picaporte a la puerta del primer cubículo, e intentó detener el fluido con papel higiénico, pero a pesar de intentarlo por mucho tiempo, la "sangre" seguía saliendo de su nariz. Derek golpea, y luego rompe la puerta del baño, dejando a Valerie completamente asustada.

―No puedes entrar aquí ―Dijo la pelinegra, mirando a Derek con una pizca de desconfianza.

―No puedo, ¿Pero qué crees? Ya lo hice. Déjame ver eso ―Dijo vacilante, y Valerie le enseñó su nariz ―Parece que tu cuerpo está rechazando la mordida.

―¡¿Qué me hiciste?! ―Exclamó Valerie, enojada.

―La mordida, es un regalo. Solo que no existe un punto medio, por lo que solo hay dos opciones; te convierte o te mata.

―¿Y por qué me mordiste si sabías que esto pasaría?

―Estaba el noventa porciento seguro de que funcionaría ―Confesó, mientras se acercaba a la puerta del baño para ponerle pestillo.

―Claro... ―Murmuró, pero Derek pudo escucharla perfectamente.

Algo en su voz hizo que él se volviera para mirarla y la mano de Valerie restalló contra su cara en un bofetón que lo balanceó hacia atrás sobre los talones. Derek se llevó la mano a la mejilla, más sorprendido que dolorido.

―¿Y eso por que fue? ―Preguntó Derek, aún con la mano en su mejilla.

―Por el otro diez porciento ―Contestó ella, dando a entender que realmente no quería que la mordieran.

•   •   •

Algunas semanas habían pasado ya, y Valerie había mejorado notoriamente; ya no salía líquido negro de su nariz, e incluso algunos pensaban que no era una mujer lobo, ya que nadie la había visto convertida, ni ella misma, y la luna llena no le afectaba en lo más mínimo. Para Valerie, lo del asunto de la mordida había sido como una gripe, que vino y se fue.

La única cosa que la tenía muy preocupada en ese momento, era Lydia, ya que Peter también la había mordido, y por eso Derek y su manada, sospechaban que la rubio fresa era un tipo de mujer lagarto asesina sedienta de venganza.

―Derek está afuera esperando a Lydia ―Informó Scott a sus tres amigos, sí, porque ahora Valerie también estaba metida en todo ese asunto.

―¿Para matarla? ―Preguntó Allison.

―Ay Allison, cómo se te ocurre. Derek solo quiere invitar a Lydia a una fiesta del té con unos cuántos cazadores de sombras y subterráneos ―Dijo Valerie desbordando sarcasmo, y su amiga le dedicó una mala mirada.

―Es que él cree que ella es el kanima, y después de lo que pasó en la piscina... ―Repuso Scott, ignorando el comentario de la novia de Lydia.

―Ella no puede ser el kanima ―Comentó Stiles, aún sorprendido por lo que había pasado hace poco en la clase de química.

―Stiles, le hicieron la prueba y no pasó nada.

―No creo que sea ella.

―Eso no importa, porque Derek está muy convencido de que Lydia es el maldito lagarto asesino ―Valerie se cruzó de brazos.

―Exacto, solo nos queda convencerlo de que está equivocado, o descubrimos una manera de protegerla ―Allison secundó a la pelinegra.

―No creo que Derek sea capaz de hacer algo aquí.

―Sí, pero no podemos quedarnos aquí todo el día.

―¿Y si buscamos algo en el bestiario? Algo que nos ayude a probar que Derek se equivoca ―Propuso la chica Argent.

―Ah, el libro de novecientas paginas escritas en latín que nadie puede leer. Buena suerte con eso ―Comentó Stiles, sarcástico como siempre.

―Holaaaa, yo sé leer latín, imbécil ―Dijo Valerie, como si fuera lo más obvio del mundo.

Stiles se giró hacia la pelinegra, y la miró con indignación ―Oh vaya, no tenía idea, y nos hubieras ahorrado mucho si lo hubieses dicho antes.

―Tú no lo preguntaste ―Valerie se encogió de hombros.

―Sí, porque tu siempre me ignoras ―Repuso el lunarejo.

―Okay, basta ―Allison intervino, antes de que sus amigos terminaran matándose.

Scott tomó la palabra ―De igual manera son muchísimas páginas, jamás podremos encontrar algo a tiempo ―Hizo una pequeña pausa, y soltó un suspiro ―Puedo hablar con Derek, puedo convencerlo de dejarnos demostrar que no es ella. Pero si pasa algo, dejen que yo lo arregle.

―¿Qué significa? ―Preguntó Allison, mirando a su novio con un deje de sentimentalismo.

―Qué ustedes no sanan como yo, y no quiero que les hagan daño.

Allison bufó, se acercó a su bolso y comenzó a registrarlo. Luego de pocos segundos, sacó una mini ballesta cargada, junto a una pistola eléctrica, y le pasó esta última arma a su segunda mejor amiga.

―Estoy muy segura de que podemos cuidarnos solas ―Comentó Valerie, sonriendo con autosuficiencia.

―¿Qué? ¿Pasa algo más?― Preguntó Allison, dejando la ballesta a un lado al ver la cara de Scott.

―No quiero que te hagan daño, en serio, si pasa algo llámenme ―Dijo el joven, mientras acariciaba las mejillas de su novia, y Valerie rodó los ojos ante la estúpida cursilería que tenían armada esos dos ―¿Sí? No me importa que tu papá se entere, si las cosas se ponen feas, tú llámame, escríbeme, grita y yo llegaré lo más rápido que pueda, lo prometo.

Scott se dió la vuelta para irse, pero de repente, una flecha salió disparada justo hacia su omoplato, y el tirador habría atinado, de no ser porque el moreno se dio la vuelta gracias a sus sentidos de hombre lobo y logró atrapar la flecha con las manos. Valerie y Allison intercambiaron miradas serias, sabiendo quien había sido el curioso.

―Lo siento, lo siento. Tiene un gatillo sensible ―Se disculpó el lunarejo, y Valerie volvió a rodar los ojos. 

―Vete, nosotras vamos por el bestiario ―Dijo Valerie, antes de tomar los hombros del moreno, y sacarlo de la habitación.

―De acuerdo.

Con Scott fuera del camino, y Stiles planeando ir a buscar a Lydia, Allison y Valerie corrieron a la biblioteca para encargarse del bestiario, o más bien, Allison buscaba entre las copias que había impreso, y Val se limitó a escuchar a Avril Lavigne en su mp3 hasta que su amiga encontrara la mentada hoja del bestiario.

―Val, mira esto ―Indicó Allison, cuando encontró lo que buscaba, pero al darse cuenta que la pelinegra no le prestaba atención, pasó directamente a quitarle los audífonos y el mp3.

―¡Oye! ―Se quejó la chica Whittemore.

Allison le indicó que guardara silencio, y le extendió la hoja en latín ―Tradúcelo, pero no hables tan alto. Creo que mi madre tiene más que una cámara escondida en todas partes.

―Allison, tengo que decirlo. Tú madre está mal de la torre ―Valerie se aclaró la garganta, y comenzó a leer ―Al igual que el lobo, su poder es mayor en el pico de la luna. El kanima es un ser social, pero mientras el lobo busca una manada el kanima... Busca un amo.

―Y... ¿Quién creer que pueda ser el amo?

―No me preguntes a mi, solo llevo tres o cuatro semanas metida en este lío. Según tengo entendido, tu estás más empapada de esto que yo ―La pelinegra soltó un suspiro y miró hacia el techo de la biblioteca ―Dios mío, porque no dejaste que me fuera a vivir a Rosewood con Spencer y Lina. Estoy muy segura de que ahí no hay peligros sobrenaturales ―Chilló con las manos juntas, como si pidiera clemencia.

―¿Quienes son Spencer y Lina? ―Preguntó Allison, de repente.

―Mis mejores amigas de intercambio ―Respondió Valerie, encogiéndose de hombros.

―Vaya, seguramente Rosewood es más tranquilo que aquí.

―Podría decirse que sí.

―¡Chicas! ―Gritó Stiles desde lejos, llamando la atención de ambas chicas ―Creo que es hora de irnos, Derek está afuera con Scott. Isaac y Erica ya vienen por Lydia.

Ahí en ese momento, justo dónde estaba, Val se preguntó en qué momento terminó estancada en un grupo de raros adolescentes sobrenaturales.

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Era oficial, Valerie Whittemore era el verdadero kanima, y ahora estaba muerta, o por lo menos, eso pensaban los demás debido a lo que había pasado anteriormente en el partido de Lacrosse.

La chica pelinegra estaba en la morgue, dentro de una bolsa de plástico negro, siendo cuidada por Melissa McCall. Esta se dió cuenta de que un peculiar líquido viscoso goteaba de bolsa para cadáveres y decidió investigar; bajó la cremallera de la bolsa, y vió a Valerie cubierta en un capullo claro desde el cuello hacia abajo.

―¡Virgen santísima! ―Exclamó la mujer, llevando sus manos a su boca con sorpresa ―¿Qué ocurrió contigo, Val? ―Murmuró, mientras quitaba algunos cabellos de su cara, el único lugar que no estaba cubierto de baba.

Melissa sacó el celular de su bolsillo y salió de la morgue para llamar a su hijo. Todo estaba relativamente normal a los ojos de Melissa, hasta que Scott le advirtió que no dejara a Valerie sola, pero ya era tarde. Cuando Melissa corrió de regreso al interior de la morgue, la pelinegra había desaparecido, solo quedaba la bolsa para cadáveres vacía.

―Scott ―Melissa llamó la atención de su hijo, por medio de la línea telefónica ―Creo que tenemos un problema... ―Dijo, cuando vió la ventana de la morgue rota.

―Mamá ―Scott imitó la acción de su madre ―Creo que no hace falta que me lo digas... ―Susurró lo último, mientras se movía cautelosamente, intentando alejarse de Valerie kanima.

El moreno cerró la llamada, y guardó el teléfono en su bolsillo del pantalón. 

De repente Allison dispara un rayo de su ballesta y Scott logra esquivar el tiro, pero golpea a Isaac, haciéndolo caer al suelo, adolorido. Isidora Argent, la prima de Allison, se sorprende un poco al no creer lo que acababa de ver, rápidamente se apresura a ayudar a su novio y Chris dispara varios tiros a Valerie. 

Las balas no parecen hacerle daño, pero sí provocan su transformación de media a forma completa. Ella saca su cola, la envuelve alrededor de la pistola de Chris y lo desarma. Chris sale corriendo para llegar a una mejor posición defensiva frente a la criatura, se vuelve armado sólo con un cuchillo y se enfrenta a ella, pero Valerie lo vence fácilmente.

Derek se enfrenta al Valerie kanima en su forma de lobo. Scott y Isaac también se transforman, y se preparan para la batalla. Todos consiguen unos buenos golpes en la pero al final ella es mejor.

Scott es arrojado contra la pared y Derek arañado, lo que causó que quedara parcialmente paralizado. Isaac se levanta para acercarse a Izzy, pero Allison, armada con un cuchillo en cada mano, se interpone en su camino. Lo acuchilla en el intestino y luego gira para apuñalar ambos cuchillos en su espalda. Isaac se desploma en el suelo mientras se retira de los cuchillos goteando con su sangre.

―¡¿Estás loca, Allison?! ―Gritó la hija de Kate, mirando a su prima con molestia y desagrado.

―No Iz, tú estás loca, traicionando a tu propia familia ―Repuso la hija de Chris, mirando a Izzy de la misma manera.

―Estás perdida... ―Murmuró Izzy, antes de darle una fuerte bofetada a su prima, porque muy en el fondo, la quería, y quería que entrara en razón.

―¡NO! ―Gritaron Scott y Isaac al mismo tiempo, cuando vieron que Valerie aprovechó la pelea de las Argent y tomó a Izzy por el cuello con la cola, y a Allison con las manos.

―Aún no, cariño ―Dijo Gerard, caminando entre las sombras con aires de superioridad.

―¿Qué estás haciendo? ―Preguntó Allison al borde de las lágrimas.

―Justo lo que planeaba hacer ―Repuso Scott, mirando al viejo con recelo.

―Lo sabes... ―Sonrió socarronamente.

―¿De qué diablos está hablando? ―Preguntó Izzy, con visible enojo.

Gerard ignoró la pregunta de su nieta, y habló ―Fue la noche en el hospital ¿Cierto?, Cuando amenacé a tu madre, sabía que había notado algo en tus ojos. Pudiste olerlo.

―Está muriendo ―Intervino Isaac, sorprendido.

―Así es, desde hace un tiempo, lo malo es que la ciencia aún no tiene cura para el cáncer. Pero lo sobrenatural sí.

―Eres un puto monstruo ―Chris lo insultó.

―No, aún no.

―¿Por qué nos haces esto? ―Opinó Izzy, sin dejar de mostrarse fuerte, aunque por dentro se estaba derrumbando.

―En serio serías capaz de matarlas a ambas, ¡A tus nietas! ―Replicó Chris.

―Si es para sobrevivir, mataría a mi propio hijo ―Confesó de forma insensible.

El plan de Gerard resultó ser más que obvio, quería curarse el cáncer. Así que en una decisión desesperada, amenazó con matar a las Argent con tal de que Scott o Isaac se ofrecieran de voluntarios para ayudarlo. Les aseguró que si lo ayudaban, podrían tener a una, pero no a ambas.

Scott le dedicó un asentimiento disimulado a Isaac y tomó la cabeza paralizada de Derek para poder meterle el brazo de Gerard en la boca. Todos se limitaban a observar cautelosamente.

―No puede ser... ―Murmuró Izzy, viendo como de la mordida salía un extraño líquido negro, igual al de Valerie cuando Derek la mordió.

El líquido negro comienzó a salir de sus ojos y nariz. Scott inmediatamente se atrevió a revelar que una vez olió el cáncer pudo deducir el plan de Gerard. Él y Deaton conspiraron para cambiar las pastillas del viejo con cápsulas rellenas de wolfsbane, por lo que el cuerpo de Gerard rechazaba violentamente la mordida.

―¡Mátalos... Mátalos a todos! ―Gritó indignado el viejo.

Una vez que se derrumba, la criatura se libera de su control y suelta a las Argent. Valerie kanima se tira al suelo justo cuando Stiles y Lydia llegaron estrellándose a través de la pared con el Jeep. Stiles tenía los ojos cerrados, pero se las arregló para obtener el paradero de Valerie, chocando contra ella a toda velocidad.

En cuestión de segundos, el kanima se alza en el capó del jeep, por lo que Stiles emite un grito asustadizo antes de abandonar el vehículo. Lydia decide enfrentarse a su novia, y la llama por su apodo "Val". La pelinegra retira su mano, como si su consciencia estuviera luchando por dominar a la bestia, logrando convertirse en una humana otra vez.

Viendo su oportunidad, Peter surge de las sombras y Derek desde el suelo. Derek hunde sus garras en el abdomen de Valerie, mientras que Peter las pone en su espalda. La levantan del suelo entre ellos y cuando vieron que la muchacha estaba perdiendo su fuerza de vida, la soltaron. 

Scott se precipitó hacia adelante para atraparla, y se arrodillaron juntos.

―Debo decir... Que llegué a pensar que eras algo atractivo, de vez en cuando ―Murmuró la pelinegra, acariciando con suavidad la mejilla del moreno, y este tomó la mano de Val con cariño ―Tal vez no lo recuerdes, pero cuando éramos niños, me propusiste matrimonio por enseñarte a leer, y yo solo lo hice porque la maestra me había obligado a ayudarte, pero igual te dije; querido Scott pídemelo cuando tengamos 18.

Scott rió al recordar los librazos que le proporcionaba Valerie cuando se equivocaba. Era obvio que la habían obligado a ayudarlo.

―No cambies nunca, eres una persona maravillosa y siempre serás ese único niño que me gustó antes de volverme lesbiana ―Valerie rió dolorosamente, y Scott veía con tristeza como poco a poco sus hermosos ojos azules iban perdiendo ese brillo tan característico ―Scott, dile a Jackson... Dile... Dile que quiero que se vaya aquí ―Finalizó, antes de soltar su último aliento.

Scott abrazó a Valerie, con mucho pesar y dolor, mientras sentía como las lágrimas corrían por sus mejillas, y Lydia no pudo evitar romper en llanto, algo que Stiles aprovechó para ir a consolarla.

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