❥ 15. isaac lahey
➷ capítulo quince: isaac lahey
deja vu ― olivia rodrigo
║▌│█║▌│█║▌│█│║▌║
𝖁𝖊𝖗𝖔́𝖓𝖎𝖈𝖆 𝕬𝖗𝖌𝖊𝖓𝖙 𝖊𝖓𝖙𝖗𝖔́ 𝖆 𝖑𝖆 𝖈𝖑𝖆𝖘𝖊 𝖉𝖊 𝖑𝖊𝖓𝖌𝖚𝖆 𝖞 literatura como si su vida dependiera de ello, esta vez no había llegado tan puntual como siempre, así que mientras se sentaba junto a su mejor amiga Lydia, rezaba mentalmente para que la profesora no notara su tardanza.
Detrás de ella, se encontraba su novio Isaac, quien se dedicaba a enredad y desenredar con sus dedos algunos mechones del cabello de Verónica, una tierna manía que comenzó a hacer desde que empezaron a salir, tiempo en el que Isaac aún pasaba desapercibido a la vista de los demás, y Verónica se había vuelto muy popular.
―¿Por qué llegaste tarde hoy? ―Preguntó Isaac, susurrando al oído de su novia.
―Allison se quedó dormida y no puso la alarma. Anoche llegó muy tarde a casa y papá le dio el castigo de su vida.
―¿Te dijo de dónde venía? ―Volvió a preguntar, esta vez sonando algo preocupado, pero Veronica lo dejó pasar.
―Mencionó que estaba con Lydia, pero Lydia estaba conmigo, así que... ―Levantó los hombros. ―Cambiando de tema ¿Irás a la fiesta sorpresa de Julieta? ―Preguntó de repente, recordando que en pocos días la prima de Stiles cumpliría dieciocho años.
―De hecho, creo que ese día estaré algo ocupado, pero le enviaré a Jules mi regalo.
―Oh, entiendo.
―Lahey, la señora McCall te está buscando afuera ―Habló la profesora ―Lo quiero de vuelta en 15 minutos, o le pongo fuga.
Melissa asomó la cabeza por la puerta del aula y sonrió de felicidad al ver a las dos pelirrojas, a lo que ellas le devolvieron el gesto. Isaac tomó sus cosas rápidamente, aprovechó que la profesora no los veía y le dio un casto beso a su novia.
La chica Argent sonrió enternecida, y habló ―Nos vemos luego amor, te amo.
―Yo también.
Veronica frunció el ceño. Isaac estaba comportándose muy extraño, y eso no era nada nuevo, porque desde hace unas dos semanas ella comenzó a notar que poco a poco su chico se estaba alejando, algo que de cierta manera, no le daba buena espina.
Sentía que lo estaba perdiendo, pero no sabía por qué.
• • •
Verónica sabía que existía una grandísima diferencia entre un "te amo" y un "yo también". De eso se dio cuenta en ese preciso momento, cuando vió con sus propios ojos como su hermana se besaba con el chico que se hacía llamar "el amor de su vida".
La pelirroja pudo sentir como todo el mundo se le caía en pedazos, y un valde de agua hirviendo se le derramó encima. Siempre había tenido inseguridades con su relación, como todos, pero estaba segura de que el hecho de que su novio estuviera engañándola con su propia hermana, jamás había pasado por su mente.
Ella no era ninguna estúpida, y no iba a permitir que un hombre cualquiera quisiera seguir tomándola del pelo. Había nacido sola, y le importaba una mierda tener que quedarse sola, porque tenía mucha vida por delante.
Inmediatamenre se amarró el cabello en una coleta despeinada, se quitó los aros que adornaban sus orejas y soltó un suspiro enojado antes de acercarse a ellos. Isaac las iba a pagar muy caro.
―Eres una porquería ―Comentó mirando al chico con desagrado ―Que descaro confundir el pelirrojo con el castaño. Siempre supe que tenías un tipo de retraso, pero nunca pensé que fuera tan grave.
―V, te puedo explicar to... ―Isaac no pudo terminar de hablar, porque Verónica lo había hecho tragar sus palabras, estampando su puño contra la cara del chico.
―Ahorrate tus comentarios, no me interesa saber nada ―Levantó el rostro con altivez a pesar de estar muriendo por dentro y volvió la mirada a su hermana. ―No esperes mucho de un hombre infiel, si lo hizo una vez, lo seguirá haciendo. Está en su naturaleza.
Estaba a punto de irse, pero entonces pensó en que debía dar el golpe final. Aún no podía irse de la pelea.
―Ah, y Allison ―Llamó la atención de la nombrada ―Nosotros hicimos eso también, ya sé que crees que eres especial, pero es todo reutilizado.
Finalmente, la joven pelirroja se dio media vuelta y se alejó, sintiéndose bien consigo misma por haber tomado al toro por los cachos.
―No me mires así ―Murmuró Isaac, mientras acariciaba su mejilla adolorida bajo la atenta mirada acusatoria de la castaña.
―Te dije que esto no estaba bien ―Allison se pasó la mano por la frente, estaba triste y frustrada al mismo tiempo. Estaba decepcionada de ella misma. Siempre se había encargado de que nadie le rompiera el corazón a su hermana, y al final ella fue quien provocó que su hermana pasara por un momento difícil ―Por Dios, ¿Qué hice?
· · · · ✦ · · · · · · · · · · · · ·
―¡Es mi hermana, maldita sabandija. Que asco me da verte! ―Gritó exaltada la pelirroja, tirándole a Isaac todo lo que se encontrara.
Así es, Isaac había ido a la casa de los Argent para intentar enmendar las cosas con Verónica, pero hasta el momento no estaba haciendo un buen trabajo.
―Lo lamento, en serio quiero que me perdones. Lo que pasó con Allison no fue algo que planeamos, fue espontáneo. Un día estábamos castigados, y yo creí que la odiaba, pero muchas cosas pasaron y... Sentí química.
―¡Cállate, ya no quiero escucharte!
―Te amé muchísimo V, pero las cosas no estaban bien entre nosotros.
―Lárgate de mi casa, Isaac ―Verónica bajó la mirada, incapaz de mirarlo a los ojos. A ese punto no podía ni tenerlo cerca ―¡He dicho que te largues de mi puta casa! ―Gritó al ver que no pensaba moverse.
Al escuchar los gritos de desesperación, Chris llegó corriendo a la habitación y supo que el momento de intervenir había llegado.
El hombre fulminó a Isaac con la mirada, y se acercó a su oído para decirle "o te vas, o Allison tendrá que enterrar un ataúd contigo adentro". Chris Argent siempre había estado del lado de Verónica, y siempre iba a estar del lado de Verónica.
· · · · ✦ · · · · · · · · · · · · ·
Algunos meses más tarde, la relación amorosa de Allison y Isaac se había vuelto estable, a pesar de los problemas, Verónica había hecho las paces con su hermana, y ya había aprendido a vivir con el hecho de que ahora Isaac era el chico de Allison.
El problema principal ahora estaba centrado en Lydia. Con todo lo que había estado ocurriendo con Stiles, tardaron un poco en darse cuenta de que el nogitsune la había secuestrado, y aunque ella no quería que la encontraran, los demás estaban muy preocupados por y solo pensaban en ir a rescatarla.
―¿Qué es lo que no veo? ―Se preguntó Allison a si misma, llamando la atención de su hermana, quien sonrió al ver que aún estaba intentando buscar respuestas en una bala de plata.
De repente, el celular de Allison comenzó a sonar, y ella no dudó ni un segundo en contestar, para después poner la llamada en altavoz.
―¿Scott?
―Lydia está en Oak Creek.
La llamada finalizó por parte de Scott. En ese mismo momento, Vero sacó su celular y llamó a su papá. Allison se levantó de la silla y se acercó a la vitrina para sacar su arco y el de su hermana.
―¿Veronica?
―La encontraron, Scott la encontró papá, encontraron a Lydia. Nos veremos en Oak Creek, Allison y yo ya estamos listas, vamos en camino.
―Verónica, espera. Tú y tu hermana deben esperar.
―No podemos papá, ya no hay tiempo.
―Chicas, estoy hablando en serio, espérenme.
Verónica iba a resignarse, pero Allison intervino.
―No hay tiempo papá, ya es de noche.
―Obedece Allison, es una orden.
La castaña cerró la llamada, le pasó el arco a la pelirroja y ambas salieron de la casa para encontrarse con Kira, Isaac, Scott y Stiles en la entrada de Oak Creek.
―Ya hicimos esto antes, hace un par de semanas estábamos aquí y salvamos a Malia, ¿Recuerdan? ―Preguntó Scott, y las hermanas Argent asintieron ―Era una desconocida... Ahora es Lydia.
―Estoy aquí para salvar a mi mejor amiga ―Comentó Vero con seguridad.
―Nuestra mejor amiga ―Allison la corrigió, y la pelirroja asintió.
―Y yo estoy aquí para salvar al mío ―Scott miró a Stiles y le sonrió.
Isaac abrazó a Allison por los hombros, y Verónica en un intento de ser disimulada, bajó la mirada, algo que no pasó desapercibido a los ojos de Stiles, quien sin dudarlo pasó su mano por el hombro de la chica con intenciones de darle apoyo. Vero ignoró la frialdad de los dedos de su amigo y puso su mano encima de la de Stiles, para luego sonreírle sin mostrar los dientes.
―Y yo no quería ponerme a estudiar.
La pelirroja rodó los ojos ante su intento de hacer que la tensión desapareciera, y todos entraron al lugar, encontrándose con Noshiko Yukimura parada frente a dos guerreros oni.
―Kira, da la vuelta y regresa a casa, llévate a tus amigos contigo ―Demandó, utilizando un tono severo.
―No puedo. Cuando mire el tablero me di cuenta contra quien estaba luchando, eres tú.
Verónica templó su arco, apuntándole a un oni. Allison imitó su acción.
―Diles que se detengan ―Ordenó la castaña.
―¿Creen que basta con atraparlo? ¿Creen que pueden salvarle la vida? ―Preguntó la mayor, enarcando una ceja.
―¿Y si podemos? ―Le preguntó Kira de vuelta.
―Intenté algo parecido hace setenta años. Su amigo ya no existe.
―¿Estás segura? O es porque si Stiles no muere, Rhys tampoco tenía que hacerlo.
―Veo que yo ya no soy el zorro Kira, tú lo eres, pero el nogitsune sigue siendo mi demonio para enterrar.
En cosa de minutos la seriedad abandonó el rostro de Noshiko, cambiando por una expresión de sorpresa. Rápidamente abrió su mano y allí se encontró una luciérnaga, que desapareció en una nube de humo negro.
―¿Mamá?
―¿Qué es eso, qué significa? ―Preguntó Isaac, sin entender la situación.
―Significa que hubo un cambio de dueño, ahora me pertenecen ―Respondió void Stiles haciendo aparición junto a los onis.
―Esto tiene que ser una maldita broma ―Masculló Verónica, soltando un suspiro.
Los oni se acercaron peligrosamente a los demás, sin intenciones de parar. Kira sacó su katana y comienzó a luchar contra dos oni con ayuda de Verónica, quien se encargaba de cubrir su espalda disparando flecha tras flecha junto a Allison.
Debajo de ellos, Stiles y Scott lograron llegar hasta el lugar donde el nogitsune había encerrado a su amiga.
―Lydia ¿Estás bien? ―Preguntó Scott, abriendo la puerta de hierro que los separaba de Lydia.
―No, no, no no, no, no. ¿Por qué están aquí?
―Lydia, vinimos por ti ―Dijo Stiles, igual de sorprendido que Scott. Ninguno de los dos esperaba esa reacción por parte de la rubio fresa.
―No se suponía que vinieran, ¿No recibieron mi mensaje?
―Lydia, ¿Qué pasa?―Scott frunció el ceño, denotando confusión.
―¿Quién más vino? ¡¿Quién más vino con ustedes?! ―Exclamó desesperada, y los chicos intercambiaron miradas preocupadas.
Por encima del suelo, Verónica trataba de herir a los guerreros oni, pero aunque intentaba de todo para poder vencerlos, ellos esquivaban sus flechas con demasiada facilidad. Kira ya estaba algo adolorida, Isaac estaba muy herido, y Allison se estaba quedando sin flechas.
―¿Cómo los detenemos? ―Preguntó Isaac, cansado de dar pelea.
―No, no pueden ―Respondió Noshiko desde las sombras.
Scott, Lydia y Stiles corrieron hacia la superficie, pero Stiles se debilitó y se quedó atrás, por lo que Lydia permaneció a su lado mientras Scott siguió corriendo.
Los oni continuaban atacando a Isaac, quien en ese momento estaba demasiado débil como para darle tiempo a sus heridas de que sanaran. Verónica sintió mucho dolor de verlo así. Estiró su arco y justo antes de lo que habría sido el golpe mortal para Isaac, logró dispararle al oni. La flecha se clavó en el pecho del demonio y la luz de la luciérnaga comenzó a brillar a su alrededor.
El suelo tembló, y poco después, el oni desapareció en una masa de humo negro.
Allison le sonrió a su hermana con orgullo, y cuando estaba a punto de acercarse a ella, un oni estuvo a punto de herirla con su espada. Pero Verónica fue más rápida y empujó a Allison, lo que causó que ella fuera atravesada con la espada.
Lydia sintió el golpe y gritó en los túneles debajo de la base.
―¡VERONICA!
Isaac se quedó helado, no sabía que hacer o cómo actuar en ese momento. Allison tenía una herida en el brazo y yacía tirada en el suelo. Isaac en su mente no estaba seguro de lo que iba a hacer, pero muy en el fondo de su ser quería ir con Veronica, y eso fue excactamente lo que hizo.
El rubio corrió hacia la pelirroja, llegando a tiempo para tomarla en brazos antes de que se desplomara. Su mano rozó por accidente con el brazo de la contraria, y las venas de Isaac se tornaron negras, ahí fue cuando se dio cuenta de que Verónica estaba sufriendo.
―Lo lamento V, lo lamento mucho, jamás quise herir tus sentimientos. Me arrepiento por todo el daño que te hice, sé que fui un imbécil, pero nunca pensé que te perdería de esta manera.
―Está bien, estoy en los brazos de mi primer amor y el único chico al que realmente quise y amé con locura, te amo Isaac, Isaac Lahey ―Con la poca fuerza que le quedaba, Vero acarició la mejilla de Isaac y a duras penas le sonrió.
Isaac cerró los ojos dejando caer las lágrimas y abrazó a Verónica con fuerza, no quería soltarla, no estaba preparado para dejarla ir... Pero de repente no sintió nada más. La muchacha miraba a un punto fijo sin parpadear, sus labios estaban manchados por su propia sangre y su cuerpo estaba completamente inmóvil.
―No, no, no. Por favor no te vallas, Verónica no me hagas esto, no puedes irte así ―Suplicó el rubio entre sollozos, pero ya era tarde. ―Yo también te amo. Carajo V, yo te amo muchísimo
UN AÑO DESPUÉS
La manada había decidido tomarse un fin de semana para ir de paseo a unas cabañas a las afueras del condado. Scott estaba sentado en una banca particularmente más alejada de los demás, apreciando las preciosas flores de cerezo que caían.
―¿Se puede? ―Liam llamó su atención y este asintió, haciéndole señas para que se sentara a su lado ―Perdón si soy entrometido, pero me da curiosidad saber... ¿Por qué Lydia se pone nostálgica cuando ve ciertas cosas de color rojo?
―Teníamos una amiga que... falleció, al mismo tiempo que su hermana Allison, mi ex-novia. Le encantaba el rojo, ese era su color. Todavía duele recordarla.
Scott rió, al recordar la pequeña disputa que tuvo con la pelirroja cuando jugaban india y le dieron las fichas de color verde.
―¡YO SOY EL ROJO! ―Exclamó Verónica, cruzándose de brazos.
―De acuerdo, ya entendí ―Scott levantó las manos en señal de paz.
Allison negó riendo y le quitó a Stiles las fichas rojas, para dárselas a su hermana.
―Ya estoy satisfecha, gracias.
―Fue novia de Isaac, V lo amaba mucho. Pero el la engañó con Allison, fue algo horrible para ella. Una vez nos contó que tenía un novio que estudiaba en la preparatoria Devenford, pero eran niños, así que nunca llegaron a algo duradero.
Scott hizo una pausa para respirar profundamente y evitar que su voz se quebrase cuando dijera lo que tenía en mente, ―Una noche, en medio de una pelea V se sacrificó por Allison, pero al final ella también murió... No soportamos perder a ambas.
―Espera, espera, ¿Era esta chica? ―Liam abrió un bolsillo pequeño de su billetera y con sumo cuidado sacó una fotografía de Verónica, parecía que la había arrancado de un anuario, estaba doblada y un poco desgastada, pero se podía apreciar claramente el rostro de la chica.
―Sí, ¿Cómo tienes una foto de ella? ―Preguntó el moreno, denotando confusión.
―Porque yo fui ese novio.
Scott se sorprendió ante esa confesión. Sin duda, la vida daba muchas vueltas.
―Yo era el nuevo en esa escuela y la primera vez que la vi, estaba hablando con Brett antes de empezar el primer partido de la temporada, ella me sonrió solo por ser amable y yo me derretí en ese mismo momento. Juraría que esa sonrisa me haría perder la cordura ―Liam rió bajo la atenta mirada de su alfa, quien estaba muy interesado en seguir escuchando la historia.
»―Una vez hicimos una fiesta por la victoria del equipo, y me armé de valor para acercarme a hablarle. Al parecer le caí muy bien desde el principio, siempre fue muy cariñosa conmigo y cada vez que pasábamos tiempo juntos, por muy poco que fuera, para mí era algo espectacular. Después de unos 4 meses de habernos conocido, le pedí que fuera mi novia y le regalé un collar de cereza, lo usó hasta que rompió conmigo un mes después. Solo me había enviado una carta diciendo que su familia debía irse, y que no quería tenerme atado a alguien que no podría quererme como me lo merecía, luego los meses pasaron y no la volví a ver. Nunca volví a saber de ella, pero siempre la recordaba ―Una lagrima traicionera se deslizó por la mejilla del rubio, pero este rápidamente la secó ―Y lo peor es que... Ni siquiera pude despedirme.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top