➷ capítulo cuatro: lydia martin
all the things she said ― t.a.t.u

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𝕷𝖞𝖉𝖎𝖆 𝖞 𝖅𝖔𝖊 𝖎𝖇𝖆𝖓 𝖈𝖆𝖒𝖎𝖓𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖆𝖌𝖆𝖗𝖗𝖆𝖉𝖆𝖘 de la mano en dirección a la casa de la rubia de cabello largo, y mientras compartían sus opiniones sobre temas controversiales como el acoso callejero, a Lydia se le ocurrió ver por milésima vez "diario de una pasión", lo cual era toda una tortura para Zoe.

La pelirroja era muy consciente de que a su novia no le entretenía ver esa película, es decir, le gustaba, pero había dejado de ser divertida cuando notó que ya se sabía los diálogos por haberla visto tantas veces.

―Ya es mi turno de escoger la película ―Protestó la rubia, mirando a Lydia de reojo.

―Esperaba que no lo recordaras ―Se quejó ―Pero dime, ¿Qué tienes en mente?

―Los juegos del hambre ―Sonrió inocentemente.

―¿Qué? ¡Claro que no! Eso no es nada romántico, Zoe.

―¿Prefieres que veamos american horror story? ―Enarcó una ceja.

―Prefiero diario de una pasión.

―Pero amor, tú has visto diario de una pasión un millón de veces.

―No me importa, será diario de una pasión o nada ―Sonrió coqueta y se acercó a Zoe para darle un beso lento y pausado.

―Mira, son ellos otra vez ―Murmuró Zoe, viendo como en unos arbustos alejados estaban escondidos Jackson y Stiles. Ambos llevaban mucho tiempo intentando recuperar a las chicas que en algún momento fueron sus novias.

―¿Quiénes? ―Preguntó Lydia confundida.

―Tu pasado hetero y el mío nos están mirando desde un matorral... Dizque espiándonos.

―Son unos idiotas ―Comentó fastidiada y le dio otro beso a su novia.

―No hace falta que me lo digas, sabes que pude confirmarlo yo misma.

Lydia volvió a tomar la mano de Zoe, y siguió caminando ―Apúrate, quiero llegar a tu casa para hacer una maratón de crepúsculo.

―Ni creas que vamos a ver a Robert Pattinson brillando como bola de discoteca ―Dijo burlona la rubia.

―No quieres ver diario de una pasión, no quieres ver crepúsculo, ¿Qué quieres ver, mujer?

―Los juegos del...

―¡No!

―Bueno, bueno, entonces tú te quedas aquí y yo me voy a mi casita a ver american horror story ―Bromeó.

―Iremos a tu casa, veremos diario de una pasión, comeremos hasta engordar, y vamos a hacernos mil mascarillas... Y también nos haremos la pedicura ―Corrigió.

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Y ahí estaba Zoe... Acostada en su cama junto a su novia, viendo diario de una pasión por sexagésima vez, como siempre termina pasando, y es que, por mucho que la rubia diga que no volvería a ver esa película, en el fondo es capaz de verla mil veces más, solo si Lydia se lo pide.

―Gracias ―Dijo la pelirroja de repente.

―¿Gracias por qué? ―Zoe se confundió.

―Por hacerme feliz ―Sonrió y envolvió a su novia en un cariñoso abrazo.

―Te quiero, Lyd ―Zoe puso una mano en la mejilla de Lydia, y ambas se acercaron poco a poco hasta juntar sus labios en un tierno y cálido beso.

―Te quiero, Zoe.