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Cap 3/

8 de Marzo

Los pasillos del instituto estaban tan llenos de ruido y movimiento como su cabeza. Jake caminaba sin rumbo fijo, tratando de aclarar sus pensamientos. El reto. Esa estúpida idea que se le había ocurrido a Kristal. En teoría, todo era un simple juego, algo para pasar el tiempo. Pero, ¿en la práctica? Era una receta para el desastre. Especialmente para él.

Jake suspiró, pasando una mano por su cabello mientras esquivaba a un grupo de estudiantes que discutían frente a sus casilleros. Quería rendirse. Quería tirar la toalla antes de que esto fuera demasiado lejos. Ellie y Aiden estaban lidiando con sus propios problemas, y él... bueno, él no estaba seguro de querer abrir ese capítulo de su vida otra vez.

"Ya es suficiente," pensó mientras giraba la esquina. "Hablaré con Kristal. Esto se acaba hoy."

Cuando llegó al pasillo principal, la vio. Kristal estaba apoyada contra su casillero, charlando animadamente con un chico alto de cabello castaño claro y sonrisa fácil. Jake reconoció al instante a Troy, uno de los populares del instituto y, aparentemente, parte del círculo cercano de Kristal.

-"Jake, ¡ven aquí!" -llamó Kristal, haciendo un gesto con la mano.

Jake caminó hacia ellos con una mezcla de resignación y curiosidad. Kristal le sonrió ampliamente, y antes de que pudiera abrir la boca, ella habló:

-"Troy, este es Jake. Jake, Troy."

Troy le ofreció la mano con una sonrisa amistosa, aunque sus ojos parecían analizarlo.

-"Encantado, Jake. He oído mucho sobre ti."

Jake arqueó una ceja mientras estrechaba su mano.

-"¿Sí? Espero que nada demasiado escandaloso."

Troy se rió, pero antes de que pudiera responder, Kristal intervino.

-"Bueno, ya que las presentaciones están hechas, ¿por qué no te vas a buscar a tus amigos, Troy? Jake y yo necesitamos hablar."

Troy se encogió de hombros y se despidió con un saludo casual antes de alejarse por el pasillo.

-"¿Qué demonios fue eso?" -preguntó Jake, cruzándose de brazos.

Kristal inclinó la cabeza con una sonrisa inocente.

-"¿Qué? Pensé que sería bueno que conocieras a Troy. Es un encanto, ¿no crees?"

Jake suspiró, dejando pasar el comentario.

-"Escucha, Kristal. Vine aquí para decirte que... ya no quiero seguir con el reto. Esto es una mala idea. Todos saldremos heridos si seguimos con esto."

La sonrisa de Kristal desapareció, reemplazada por una expresión seria.

-"¿Rendirse tan pronto, Jake?"

-"Vengo de parte de todos."

-"Como sea. Pensé que tenías más resistencia que esto."

-"No se trata de resistencia. Se trata de sentido común." - Jake la miró fijamente, tratando de transmitirle la gravedad de su decisión -"Esto no va a terminar bien, y tú lo sabes."

Kristal cruzó los brazos y se acercó a él, reduciendo la distancia entre ambos.

-"¿Y qué? ¿Prefieres dejar que Emily y yo ganemos sin siquiera intentarlo? ¿Vas a dejar que te humille delante de todo el instituto?"

Jake frunció el ceño, sintiendo cómo la frustración comenzaba a hervir dentro de él.

-"Esto no es un juego, Kristal. Estás jugando con personas, con sus emociones."

-"¿Y qué crees que estás haciendo tú?" -replicó ella con un tono gélido -"No te hagas el santo, Jake. Todos estamos en esto juntos, y no voy a dejar que me dejes colgada. Así que, hazme un favor y empieza a tomarte esto en serio."

Jake la miró en silencio, su mente luchando entre la lógica y la presión.

-"Te lo advierto, Jake." -Kristal continuó, su voz baja pero cargada de amenaza -"Si intentas salirte de esto, te haré la vida imposible. Y créeme, no quieres eso."

Jake apretó los dientes, odiando la sensación de estar atrapado. Finalmente, suspiró y asintió.

-"Está bien. ¿Qué quieres que haga?"

Kristal sonrió, satisfecha con su victoria.

-"Para empezar, ve a buscar a Hunter. Es hora de que inicies tu parte del reto."

Jake rodó los ojos y se dio la vuelta, caminando por el pasillo mientras sentía cómo el peso de la situación crecía sobre sus hombros. Hunter. Perfecto.

"Esto va a ser un desastre" pensó mientras se dirigía hacia el gimnasio, donde sabía que probablemente encontraría a su próxima "víctima".

...

[ Jake ]

Cruzar la gran cancha de fútbol del instituto nunca había sido algo que disfrutara. No porque no me gustara el deporte, sino porque siempre parecía el lugar donde las cosas iban mal. Hoy no era diferente. Con cada paso que daba, la hierba crujía bajo mis zapatillas, y el sol caía sobre mi cabeza como si estuviera tratando de recordarme que el día aún podía empeorar.

Mis pensamientos estaban en otra parte, como siempre. Kristal, el reto, el hecho de que ahora tenía que buscar a Hunter... Todo eso daba vueltas en mi cabeza como un torbellino imposible de detener. ¿Por qué Hunter, de todas las personas?

Había algo cruel en la ironía de todo esto. Hunter había sido, en algún momento, más que un simple compañero de instituto para mí. No éramos amigos cercanos ni nada por el estilo, pero durante un tiempo, lo había visto de una forma diferente. Era ese tipo de atracción inexplicable, el tipo que intentas ignorar porque sabes que no va a ningún lado. Él era Hunter: popular, carismático, y completamente fuera de mi alcance.

Tal vez, en algún rincón de mi mente, había imaginado cómo sería si las cosas fueran diferentes. Pero esos pensamientos no llevaban a ningún lugar, y eventualmente, aprendí a enterrar ese capítulo en lo más profundo de mi cabeza. Hasta ahora, claro. Gracias a Kristal y su brillante idea del reto, todo volvía a salir a la superficie.

-"Estúpido reto." - murmuré para mí mismo, pateando una piedra que se cruzó en mi camino.

Estaba tan inmerso en mis pensamientos que no me di cuenta de que el equipo de fútbol estaba entrenando al otro lado del campo. Escuché un grito distante, pero no lo procesé hasta que fue demasiado tarde.

-"¡Cuidado!"

Un impacto repentino en el lado de mi cabeza me hizo tambalearme. Todo se volvió borroso por un segundo mientras intentaba mantener el equilibrio.

-"¡Ey! ¿Estás bien?"

Me llevé una mano a la cabeza, masajeando el lugar donde el balón había hecho contacto. Levanté la vista para ver a un chico del equipo de fútbol corriendo hacia mí, con una expresión de preocupación mezclada con algo de diversión.

-"¿Qué crees tú?" -murmuré, todavía aturdido.

El chico del equipo de fútbol corrió hacia mí mientras yo intentaba estabilizarme. Aunque el golpe no había sido tan fuerte como para derribarme, el mareo repentino hizo que mi equilibrio se tambaleara un poco. Antes de que pudiera caer por completo, sentí una mano firme sujetándome del brazo.

-"¿Estás seguro de que estás bien?" -preguntó, ayudándome a mantenerme de pie.

Me tomó un momento enfocarme, pero cuando lo hice, me encontré con un chico alto, con una complexión claramente atlética, y una mascarilla cubriéndole la mitad del rostro. Sus ojos transmitían genuina preocupación, lo cual fue... inesperado.

-"Sí, sí, estoy bien." -respondí, restregándome la sien con una mano -"Solo me sorprendió, eso es todo."

Él soltó un suspiro aliviado, pero no soltó mi brazo hasta asegurarse de que estaba completamente estable.

-"Perdón por eso. No quería pegarle a nadie. Solo... bueno, tengo mala puntería cuando estoy distraído." -Se rascó la nuca con algo de vergüenza, y luego bajó la mirada hacia el balón que sostenía.

Levanté una ceja. No estaba acostumbrado a que alguien del equipo de fútbol me hablara con tanta cortesía, menos aún a que parecieran genuinamente interesados en si estaba bien.

-"No te preocupes, he sobrevivido a cosas peores." -dije con un toque de sarcasmo.

Él asintió, pero seguía viéndose algo nervioso. Hizo una pausa antes de hablar de nuevo.

-"En serio, lo siento. Soy Tom, por cierto. Si necesitas ir a la enfermería, puedo acompañarte."

Ah, claro. Tom. Había oído hablar de él. Uno de los chicos más fuertes del equipo, pero siempre en las sombras. Los rumores lo pintaban como un tipo callado, un poco antisocial. También era famoso por su habilidad de patear balones fuera de límites... literalmente. Las chicas del equipo de voleibol vivían quejándose de que terminaba lanzando sus balones al techo por accidente.

Y lo mismo con los tipos del equipo de fútbol en general.

-"Estoy bien, Tom." -respondí, rodando los ojos con una pequeña sonrisa -"Pero ya que estás aquí, tal vez puedas ayudarme con algo."

Él inclinó la cabeza, intrigado.

-"¿Con qué?"

-"Estoy buscando a alguien. Hunter. ¿Lo has visto?"

Tom se tensó ligeramente al escuchar el nombre, pero luego señaló hacia los vestidores sin dudarlo.

-"Sí, está en los vestidores. Probablemente terminando de cambiarse después del entrenamiento."

-"Gracias." -respondí, comenzando a caminar hacia la dirección que me indicó. Pero antes de que me alejara demasiado, me detuve y lo miré por encima del hombro -"Oye, buena puntería para alguien que dice que no tiene puntería."

Por un momento, pensé que iba a disculparse de nuevo, pero en lugar de eso, me dedicó una sonrisa que se podía adivinar incluso detrás de la mascarilla.

-"No soy muy bueno con los humanos, eso es todo."

No pude evitar soltar una risa ligera antes de seguir mi camino. Tom era extraño, pero al menos parecía genuino, algo que no se veía mucho por aquí. Mientras cruzaba la cancha hacia los vestidores, todavía con la cabeza ligeramente adolorida, no podía evitar preguntarme si enfrentarme a Hunter iba a doler tanto como el pelotazo. Probablemente más.

...

[ Omnisciente ]

Jake respiró profundamente antes de entrar a los vestidores. Ese lugar siempre tenía un ambiente particular, mezcla de sudor, bromas entre chicos y el ruido de las duchas. El sonido de unas risas lejanas le indicó que no estaba solo. Hunter debía estar ahí, probablemente terminando de cambiarse después del entrenamiento, tal como Tom había dicho.

Al entrar, Jake lo vio inmediatamente. Hunter estaba frente a su casillero, con el cabello todavía húmedo y un aura de despreocupación que siempre lo hacía destacar. Vestía una camiseta ajustada que dejaba entrever su figura atlética, algo que probablemente sabía de sobra.

Hunter levantó la vista al escuchar los pasos de Jake y sonrió, esa sonrisa despreocupada que podía derretir a cualquiera.

-"¡Jake! ¿Qué haces por aquí? ¿Extrañabas mi encanto natural?"

Jake rodó los ojos, intentando no perder la compostura.

-"Sí, claro, porque eso es exactamente lo que necesito después de un pelotazo en la cabeza."

Hunter arqueó una ceja, intrigado.

-"¿Pelotazo? ¿Quién fue? ¿Debo ir a ajustar cuentas?"

-"Tranquilo, héroe, no hace falta. Fue un accidente."

Hunter dejó escapar una carcajada y cerró su casillero de un golpe.

-"Entonces, ¿a qué debo el honor? ¿Viniste a reclutarme para una de tus locuras o algo así? Haré lo que sea."

Jake respiró hondo, preparándose para mencionar el reto, pero antes de que pudiera decir algo, Hunter lo interrumpió.

-"Espera, antes de que digas nada. Tengo algo que proponerte."

Jake parpadeó, sorprendido.

-"¿Proponerme? Eso suena sospechoso."

Hunter se apoyó en el casillero, cruzando los brazos con esa actitud relajada que siempre parecía tener bajo control.

-"Voy a hacer una fiesta en mi casa este viernes. Nada demasiado grande, solo la gente de siempre... y tal vez algunos extras. Quiero que vengas."

Jake levantó una ceja, un tanto incrédulo.

-"¿Yo? ¿A tu fiesta? Eso suena como una trampa."

Hunter rio suavemente, negando con la cabeza.

-"No seas dramático. Es una invitación genuina. Además, puedes traer a tus amigos, ¿cómo se llamaban? Adrian y Elizabeth, ¿no? Les vendría bien un poco de diversión."

-"Aiden y Ellie."

Hunter soltó una pequeña risa, avergonzado.

-"Porsupuesto. Nunca fui bueno recordando nombres."

Jake lo miró con cierta desconfianza.

-"¿Qué clase de fiesta es? Porque si va a ser el típico desfile de egos, no estoy seguro de que sea nuestro estilo."

Hunter sonrió de lado, inclinándose ligeramente hacia él.

-"Jake, confía en mí. Sabes que mis fiestas son algo... diferentes. Y bueno, si no te gusta, siempre puedes irte temprano."

Jake cruzó los brazos, fingiendo pensarlo.

-"Hmm. Supongo que podríamos pasar un rato. Pero si es un desastre, te lo haré saber."

Hunter soltó una carcajada, claramente satisfecho.

-"Perfecto. Entonces los espero. Y tranquilo, te prometo que valdrá la pena."

Jake asintió, pero no pudo evitar notar cómo Hunter lo observaba con un brillo en los ojos, como si estuviera calculando algo más allá de la simple invitación.

Mientras Hunter se alejaba, Jake se quedó en el vestidor por un momento, procesando la conversación. ¿Por qué Hunter de repente quería que fuera a su fiesta? Y más importante, ¿qué tan mala idea podía ser llevar a Ellie y Aiden a ese tipo de entorno?

Sacudió la cabeza y se encaminó hacia la salida. Si algo había aprendido, era que Hunter siempre tenía un motivo oculto para sus acciones. Este no iba a ser la excepción.

...

Jake salió de los vestuarios con la invitación de Hunter aún fresca en su mente. Había algo extraño en todo esto. No estaba acostumbrado a ser invitado a fiestas, mucho menos por alguien como Hunter, quien era conocido por ser tan popular y por su actitud relajada que, en cierto modo, lo hacía destacar entre el resto. Se rascó la nuca mientras caminaba por el pasillo, buscando distraerse del cosquilleo nervioso que sentía al pensar en lo que eso podría significar.

Al cruzar el umbral de la puerta principal del instituto, vio a Aiden y Ellie hablando en el vestíbulo, como si estuvieran esperando a alguien o simplemente pasando el rato. Ellie, como siempre, parecía estar en su mundo, lanzando bromas mientras Aiden la miraba con una leve sonrisa. Jake no pudo evitar pensar que, a pesar de todas las cosas raras que sucedían a su alrededor, ellos dos siempre parecían estar en su propio espacio, como una burbuja que ni las miradas ajenas ni los rumores podían romper.

Aiden fue el primero en notar su presencia.

-"¿Qué tal, Jake? ¿Todo bien?" -le preguntó con su tono despreocupado.

Jake asintió, intentando disimular cualquier rastro de lo que estaba pensando.

-"Sí, todo bien. Estaba en los vestuarios hablando con Hunter."

Ellie levantó una ceja, claramente interesada.

-"¿Hunter? ¿El mismo Hunter que...?"

Jake la interrumpió antes de que pudiera continuar.

-"Sí, ese mismo. Y, al parecer, estoy invitado a su fiesta este viernes."

Aiden miró a Jake con una sonrisa socarrona, mientras Ellie, por otro lado, lo miraba como si estuviera a punto de estallar de curiosidad.

-"¿Una fiesta, eh?" -dijo Aiden, con un tono que dejaba claro que no podía resistir hacer comentarios. "¿Seguro que no tiene algo más en mente, Jake? ¿Te está invitando solo por ser su 'amigo'?"

Jake se encogió de hombros, tratando de disimular su incomodidad.

-"No sé, Aiden. No parece tener segundas intenciones. Pero, eh, invito a los dos si quieren venir. No tengo idea de qué esperar, así que mejor si no voy solo."

Ellie lo miró con una sonrisa traviesa, como si ya estuviera imaginándose todo tipo de escenarios.

-"Ya veo... ¿Estás nervioso por ir, Jake? No te preocupes, yo también voy a ir."

Jake arqueó una ceja, algo sorprendido.

-"¿Tú también vas?"

-"Claro, ¿por qué no? A veces puede ser divertido salir de la rutina. Aiden también debería acompañarnos, ¿no?"

Aiden frunció el ceño y luego se rió.

-"Venga, no soy tan malo, lo haré solo para asegurarme de que no terminen haciendo locuras."

Jake asintió, aliviado de que sus amigos lo apoyaran en esta rara invitación. Aunque aún se sentía un poco extraño por la idea de ir a una fiesta organizada por Hunter, estaba comenzando a pensar que quizás sería una buena oportunidad para escapar de la rutina diaria. Un cambio de aire nunca venía mal. Además, lo bueno de ir con Ellie y Aiden era que podía contar con ellos para sentir que al menos no estaría solo en este experimento.

Mientras caminaban hacia la salida del instituto, Jake se perdió en sus pensamientos una vez más. "Hunter invitándome a una fiesta..." La idea todavía no le hacía mucho sentido. Pero al menos, si sus amigos iban con él, estaría un poco más tranquilo.

En su mente seguía rondando la pregunta: ¿Por qué Hunter me invitó? Y sobre todo, ¿Qué implicaba todo eso?

...

Jake llegó a casa, cerrando la puerta detrás de él con un suspiro largo. Su mochila golpeó el suelo del recibidor, y se permitió un momento para apoyarse contra la pared, mirando al techo como si ahí pudiera encontrar las respuestas que buscaba. La conversación con Hunter, la invitación a la fiesta y todo lo que había sucedido ese día seguían girando en su mente como un disco rayado.

-"Jake, ¿eres tú?" -preguntó una voz desde la sala. Era su madre.

-"Sí, ma." -respondió con un tono cansado, deslizándose los zapatos y caminando hacia la cocina.

-"¿Cómo te fue en la escuela?"

Jake dudó por un segundo antes de contestar.

-"Bien, lo de siempre."

No quería entrar en detalles. Aunque su relación con su madre era buena, hablar de las cosas que realmente le preocupaban, como el reto o la invitación de Hunter, no era algo que se sintiera listo para compartir. Abrió el refrigerador, sacó una botella de agua y la sostuvo en la mano, mirando por la ventana hacia el jardín trasero.

-"¿Seguro? Pareces distraído."

Jake sonrió, aunque sabía que ella no podía verlo desde la sala.

-"Es solo el cansancio. Mucha tarea y esas cosas."

Sabía que su madre no insistiría más. Siempre le daba espacio cuando lo necesitaba, y él lo agradecía. Subió las escaleras con la botella de agua en la mano y se dirigió a su habitación, cerrando la puerta detrás de él.

...

Jake estaba tumbado en su cama, con los ojos fijos en el techo. Había intentado concentrarse en cualquier cosa que no fuera el caos del día, pero su mente seguía volviendo al momento en el campo de fútbol.

Tom.

Ese chico nunca había estado en su radar. Siempre lo había visto como un típico "fife" del equipo de fútbol, uno más en la lista de chicos arrogantes que creían que el mundo giraba a su alrededor. Pero hoy... algo había cambiado.

Jake cerró los ojos, recordando el golpe del balón y el rápido acercamiento de Tom para ayudarlo a levantarse. La preocupación genuina en su mirada, la forma en que se disculpó, casi torpe, y luego cómo le dio indicaciones sobre Hunter. Todo eso lo había dejado desconcertado.

"¿Desde cuándo un jugador de fútbol se preocupa por algo más que su propio ego?" pensó, dándose la vuelta en la cama.

Claro, Tom no era exactamente como los demás. Jake lo sabía. Había escuchado los rumores, pequeñas historias aquí y allá sobre cómo Tom solía patear balones fuera del instituto cuando las chicas de voleibol no lo pedían y cómo, a pesar de ser parte del equipo de fútbol, nunca se unía a las bromas crueles de los otros chicos. Pero verlo de cerca había sido diferente.

La forma en que Tom llevaba puesta esa mascarilla también había llamado su atención. Había algo en su manera de estar presente, como si intentara pasar desapercibido, pero al mismo tiempo no podía evitar destacar.

Jake suspiró y se pasó una mano por el rostro.

-"Es ridículo. Seguro solo fue amable porque me dio un pelotazo."

Pero no podía sacarse de la cabeza esa sensación, esa ligera chispa de curiosidad que Tom había dejado en él. ¿Quién era realmente ese chico? ¿Y por qué tenía que quedarse pensando en él justo ahora, cuando ya tenía suficiente en qué preocuparse?

Apretó los ojos, intentando ahuyentar los pensamientos. Pero el recuerdo de Tom, su tono inseguro pero amable, y esa postura tranquila pero firme seguían volviendo a él como una melodía que no podía dejar de escuchar.

De repente, un par de golpes suaves en la puerta lo sacaron de sus pensamientos. Jake levantó la cabeza, algo desconcertado, y se encontró con su hermano mayor, Shawn, asomándose por el marco.

-"Oye, ¿puedo pasar?" -preguntó Shawn con su tono calmado, aunque sus ojos reflejaban una leve inquietud.

Jake se incorporó en la cama, apoyándose contra el cabecero.

-"Claro, ¿qué pasa?"

Shawn entró y cerró la puerta tras de sí, cruzando los brazos como si buscara las palabras adecuadas. Finalmente, decidió ir al grano.

-"Es la abuela. Está en la casa. Volvió de Manhattan esta tarde."

Jake sintió cómo su pecho se llenaba de calidez instantánea al escuchar eso.

-"¿En serio? ¿Por cuánto tiempo?"

-"No lo sé. Depende de cómo avance su tratamiento. Ya sabes cómo es. Siempre positiva, pero..." -Shawn hizo una pausa, mirando a su hermano menor con una mezcla de seriedad y ternura- "Está en la sala esperándote. Ya sabes que eres su favorito."

Jake dejó escapar una sonrisa, aunque trató de no mostrar demasiado.

-"Eso no es cierto. Siempre dice que nos quiere a todos por igual."

-"Ajá, claro. Y por eso siempre te lleva galletas cuando viene, pero a mí me da consejos financieros." -Shawn puso los ojos en blanco, aunque con un tono claramente juguetón.

Jake rió por lo bajo. Sabía que su abuela lo adoraba, pero siempre había mantenido eso en privado entre los dos. La sola idea de verla después de tanto tiempo llenó el espacio que, hasta hace unos segundos, había estado ocupado por pensamientos confusos sobre el día.

Jake bajó las escaleras con pasos ligeros, intentando controlar la mezcla de ansiedad y emoción que siempre le provocaba ver a su abuela. Al entrar a la sala, la vio sentada en su lugar habitual: el sillón junto a la ventana, con un libro abierto sobre su regazo. Aunque los años se reflejaban en su cabello gris y en las líneas de su rostro, su sonrisa cálida seguía siendo tan reconfortante como siempre.

-"¡Jake, mi niño!" -exclamó ella al verlo, extendiendo los brazos hacia él.

-"¡Abuela!" -respondió él, acercándose para darle un abrazo apretado, hundiendo la nariz en el olor familiar de lavanda y té.

-"Déjame verte" -dijo ella, sujetándole las mejillas con ambas manos y examinándolo con un gesto cariñoso, como si pudiera leer cada pensamiento que pasaba por su mente.

Jake esbozó una sonrisa.

-"Estoy bien, abuela. ¿Y tú? ¿Cómo va todo?"

-"Oh, ya sabes, la misma rutina de doctores y medicamentos. Nada emocionante. Pero me alegra estar aquí, donde puedo vigilarte a ti y a tu hermano."

Se sentaron juntos en el sofá, y Jake notó que su abuela lo miraba con ese gesto sabio y perspicaz que siempre lograba incomodarlo un poco.

-"¿Y tú, Jake?" -preguntó de repente-. "¿Cómo has estado? Y no me vengas con un "bien". Quiero la verdad."

Él se tensó ligeramente, mirando hacia sus manos.

-"¿Por qué lo preguntas?"

-"Porque te conozco, niño. Has estado... diferente. Silencioso, distraído. Como si llevaras algo pesado en los hombros."

Jake tragó saliva. Su abuela siempre había tenido una habilidad inquietante para detectar cuando algo andaba mal, pero esto era algo que no podía compartir. No con ella, no con nadie.

-"No es nada, abuela. Sólo cosas del instituto. Ya sabes, exámenes, proyectos, esas cosas aburridas."

Ella arqueó una ceja, claramente no convencida, pero decidió no presionarlo demasiado.

-"Mmm. Cosas aburridas, ¿eh? Bueno, sólo recuerda que siempre puedes hablar conmigo. No importa lo que sea, siempre estaré de tu lado."

Jake sonrió, aunque su pecho se apretó con una mezcla de alivio y culpa.

-"Lo sé, abuela. Gracias."

Ella le dio una palmadita en la mano antes de cambiar el tema.

-"Bueno, dime. ¿Qué hay de nuevo en el instituto? ¿Hay alguna chica que te guste?"

El corazón de Jake dio un vuelco, pero mantuvo la compostura.

-"No, abuela. Nada de eso."

-"Hmm." -Ella lo miró de reojo, con una pequeña sonrisa- "Bueno, cuando haya alguien especial, quiero ser la primera en enterarme."

Jake soltó una risa nerviosa, deseando que el tema terminara ahí.

-"Claro, serás la primera."

Ella asintió, aparentemente satisfecha, y volvió a hablar de cosas más ligeras. Pero mientras Jake escuchaba su voz suave y familiar, no podía evitar preguntarse cómo sería si algún día pudiera ser completamente honesto con ella.

La conversación ligera con su abuela se interrumpió de repente cuando la voz grave y firme de su padre resonó desde la cocina, llamando su atención.

-"¡Jacob!" -gritó- "¡Ayuda a tu hermano con la cena!"

Jake suspiró, miró a su abuela con una sonrisa resignada y se levantó del sofá.

-"El deber llama." -dijo con un encogimiento de hombros.

-"Ve, ve" -respondió ella, agitando una mano con una sonrisa cálida- "Pero vuelve más tarde. Quiero que me cuentes más de esas cosas 'aburridas'."

Jake asintió, besándole la frente antes de dirigirse hacia la cocina, dejando atrás la sensación reconfortante de estar con ella y preparándose para enfrentar el caos de la cena con Shawn.

Y con eso, el día avanzaba un paso más, mientras los pensamientos enredados en su mente seguían esperando su turno para resolverse.

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HII, como les trata el año.

Pregunta:

¿Que les gustaría ver?

Dato: Jake lee Heartstopper en secreto. Ellie y Aiden le dieron el primer libro para su cumpleaños, y más tarde, Hunter le daría otro para san Valentín (14 de febrero).

Diseño de Jake ↓


No me convence mucho. Cómo dije (no, no lo dije), es algo temporal. Quiero decir, si no estoy satisfecho con el resultado haré uno nuevo y allí yo si lo muestro o algo.

- Ojo, Jake suele tener su poleron puesto de cualquier forma. Con el cierre a medias (como la imagen), con el cierre hasta arriba o hasta abajo. Incluso amarrado en la cadera. Lo usa para todo.

Nos vemos, vvs. Mati, fuera.

(Nagito te amo)

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