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...

Cap 7/

Ellie salió del baño todavía sintiendo el estómago revuelto, aunque más por la culpa que por lo que acababa de pasar. Necesitaba aire fresco. Al cruzar la sala, entre la multitud, notó a Gabby. La chica estaba cerca de la puerta, poniéndose la chaqueta como si estuviera a punto de irse.

-"¡Gabby!" -llamó Ellie, alcanzándola antes de que pudiera salir.

Gabby se detuvo, pero no giró la cabeza del todo, solo un poco, como si no estuviera muy interesada en lo que Ellie pudiera decir.

-"¿Te vas?" -preguntó Ellie, medio sin aire por la carrera.

Gabby asintió.

-"Sí. Creo que ya tuve suficiente de esta fiesta."

Ellie frunció el ceño, percibiendo algo raro en su tono.

-"¿Estás bien? ¿Pasó algo?"

Gabby finalmente se giró para mirarla. Sus ojos estaban serios, pero no enojados, más bien... decepcionados.

-"¿Por qué me preguntas eso, Ellie?"

Ellie ladeó la cabeza, confundida.

-"Porque... no sé, te ves como si estuvieras molesta o algo. ¿Es por la música? ¿Te patearon en la pista de baile? Si alguien te hizo algo, dime y le lanzo un vaso en la cara."

Gabby negó con la cabeza, dejando escapar una risa seca.

-"Ellie, no soy una niña perdida en un centro comercial. Estoy bien."

Ellie parpadeó, un poco sorprendida por la respuesta.

-"¿Entonces por qué actúas raro?"

Gabby apretó los labios, claramente dudando si decir algo o no. Al final, suspiró.

-"Vi lo que pasó con Alec."

El corazón de Ellie dio un vuelco.

-"¿Qué? ¿Qué viste?"

Gabby se cruzó de brazos, mirándola directamente.

-"Vi el beso, Ellie."

Ellie abrió la boca para responder, pero Gabby levantó una mano para detenerla.

-"No tienes que explicarme nada. Es tu vida, puedes besar a quien quieras."

-"Pero no fue-"

-"No importa lo que fue." -Gabby interrumpió, su tono era tranquilo, pero había algo en su mirada que hizo que Ellie se sintiera aún peor- "Solo... pensé que eras diferente."

Ellie dio un paso hacia ella, confusa.

-"¿Diferente? ¿A qué te refieres? No estoy entendiendo nada."

Gabby suspiró, apretando los labios.

-"Nada. Olvídalo. Probablemente ni siquiera tiene sentido."

Ellie sintió que el corazón le daba un vuelco cuando escuchó a Gabby mencionar el beso con Alec. Pero no fue solo el comentario lo que la impactó, sino la manera en que Gabby lo dijo: con una calma cortante, casi como si le estuviera diciendo una verdad dolorosa que Ellie aún no había procesado.

"Vi el beso, Ellie."

Las palabras quedaron flotando en el aire, y de repente, como una bofetada, un recuerdo cruzó por su mente.


Hace unos días, Ellie estaba recostada en la cama, hablando con Gabby por llamada. Habían terminado de burlarse de un video ridículo que alguien había subido al grupo del instituto, y de pronto, sin mucho contexto, Gabby mencionó a Alec. Tal vez, fue porque fue el idiota que envío la nacada.

-"Ese tipo me da tanta rabia."

Ellie, que estaba a punto de responder con una broma, se detuvo. Sabía que ese tipo era cargante. Se la pasaba molestandola, y de vez en cuando, siendo cómplice del bullying que recibían varios de allí.

-"¿Por qué? ¿Qué hizo ahora?"

Gabby tardó un poco en responder, pero su tono era seco cuando lo hizo.

-"No sé, simplemente... siempre está metido en el grupo que hace las cosas más horribles. ¿Te acuerdas de lo de mi casillero?"

Ellie apretó los labios, sintiendo una punzada de vergüenza por algo que ni siquiera había hecho.

-"¿Eso fue él?"

-"Él y sus amigos." - Gabby rió, aunque sin alegría - "Claro que no lo hizo directamente, pero estaba ahí, riéndose con ellos. Es lo mismo, ¿no crees?"

Ellie no respondió de inmediato. Había algo en la manera casual en que Gabby lo decía que la hacía sentir extraña, incómoda. Pero en vez de profundizar, decidió cambiar el tema con una de sus típicas respuestas sarcásticas.

-"Bueno, no sé por qué esperas algo diferente de Alec. Ese tipo es patético. Va por la vida actuando como si fuera un regalo de los dioses, pero en realidad es solo un idiota con buena mandíbula."

Gabby rió un poco más, esta vez con un poco más de sinceridad, y Ellie sintió que había hecho lo correcto.


De vuelta en el presente, las palabras de aquel día resonaron en su cabeza mientras veía a Gabby irse. "Ese tipo es patético". "Es lo mismo, ¿no crees?". Ellie sintió un nudo en el estómago. ¿Qué demonios había hecho?

Había besado al mismo chico que Gabby despreciaba, incluso, al que ella misma había criticado durante toda su instancia escolar... y no solo eso: un chico que había sido parte de las cosas horribles que Gabby había tenido que soportar. ¿Qué clase de amiga hacía algo así?

Y para antes que se diera cuenta: Ellie se despertó tarde, lo más tarde posible sin que fuera sospechoso. Era domingo, el único día donde podía aplazar enfrentarse al mundo. Pero el mundo, como siempre, tenía otros planes. Un rayo de sol se coló por el maldito espacio vacío entre las cortinas, dándole directo en la cara, y su resaca decidió hacer acto de presencia con un dolor de cabeza punzante que casi la hizo regresar bajo las sábanas.

Después de un minuto de lucha interna, se levantó, tambaleándose y frotándose los ojos. Su pijama de Spider-Man, que parecía haber sido diseñada para alguien dos tallas más grande, le colgaba de manera cómica mientras bajaba las escaleras arrastrando los pies.

Al entrar a la cocina, lo primero que vio fue a su madre. Ella estaba sentada en la mesa, sosteniendo una taza de café como si fuera la única razón por la que no había asesinado a nadie esa mañana. Ellie tomó aire, tratando de prepararse mentalmente para lo que venía. Siempre hacía un esfuerzo por ser tolerable con sus padres, porque sabía que un mal humor podía convertir cualquier conversación en una batalla campal. Pero claro, a veces el esfuerzo duraba unos cinco minutos, con suerte.

-"Buenos días." -dijo, su tono lo suficientemente neutral para no parecer hostil pero tampoco entusiasta.

Su madre levantó la vista de la taza, observándola con una ceja arqueada.

-"¿Buenos? No sé si son tan buenos. Mira la hora, Ellie."

Ellie se encogió de hombros, dirigiéndose hacia la cafetera.

-"Es domingo. ¿Qué importa la hora?"

-"Importa porque es indicativo de lo irresponsable que te estás volviendo."

Ellie se detuvo, cerrando los ojos por un momento mientras trataba de no soltar un suspiro muy obvio.

-"Mamá, por favor. No empieces. Necesito café antes de escuchar tu conferencia."

-"No es una conferencia, Ellie. Es un simple comentario sobre cómo estás desperdiciando tus días."

Ellie vertió café en una taza, intentando no tirar nada en el proceso, y se giró lentamente hacia su madre.

-"Es domingo. No hay nada que desperdiciar. Ni siquiera hay días los domingos. Solo... agujeros temporales."

-"Tal vez si usaras esos 'agujeros temporales' para hacer algo productivo, no estarías en este estado."

Ellie alzó una ceja, llevándose la taza a los labios antes de responder con tono ácido:

-"¿En qué estado, exactamente? ¿Con vida? Porque eso ya parece un logro últimamente."

La respuesta pareció desarmar momentáneamente a su madre, quien la observó con una mezcla de cansancio y exasperación. Finalmente, suspiró, levantándose de la silla.

-"Haz lo que quieras, Ellie. Siempre lo haces."

Ellie la observó salir de la cocina, su humor ya empeorando aún más de lo que había estado al despertar. Se dejó caer en una silla, dejando que el aroma del café llenara el silencio, mientras un millón de pensamientos giraban en su cabeza. El beso. Alec. Gabby. La mirada de Gabby al irse de la fiesta. Todo se entremezclaba en un torbellino que le provocaba una punzada en el estómago. No había forma de evitarlo. Tendría que enfrentar las cosas eventualmente.

Justo cuando levantaba la taza de nuevo, su teléfono vibró sobre la mesa. Lo tomó con desgana, esperando algún mensaje de Aiden o Jake con una estupidez que la distrajera. Pero no fue así.

Alec: "¿Podemos hablar? Sobre lo de anoche."

Ellie dejó el teléfono sobre la mesa con un golpe seco, sintiendo cómo la punzada en el estómago se intensificaba. Tomó un largo sorbo de café y cerró los ojos, murmurando para sí misma:

-"Mi vida claramente no puede ser peor."

Y entonces, como si el universo escuchara y decidiera reírse de ella, su madre apareció nuevamente en la cocina, con las manos en la cintura.

-"Ah, se me olvidaba. Tu padre quiere que cenemos juntos esta noche. Dice que es importante."

Ellie la miró con incredulidad.

-"Porque mi vida no era lo suficientemente complicada..."

Su madre frunció el ceño, pero Ellie ya estaba levantándose de la silla, café en mano, dispuesta a refugiarse en su habitación antes de que más drama la encontrara. Subió las escaleras con la taza de café en la mano, arrastrando los pies como si fueran de plomo. Su cabeza todavía retumbaba con el eco de la conversación en la cocina, pero lo que más le pesaba era el mensaje de Alec. Cuando llegó a su habitación, dejó la taza sobre su escritorio, tiró su teléfono en la cama y se dejó caer junto a él, con el rostro hundido en la almohada. El olor familiar a tela de detergente y culpa la envolvió.

-"¿Hablar? ¿Hablar de qué? Ya quedó clarísimo que fue un desastre..." -murmuró, aplastando su cara contra la almohada antes de girarse para mirar al techo.

Se estiró y alcanzó su teléfono. Alec. Había algo en ese nombre que la irritaba más de lo que debía, y ahora tenía el agregado de los eventos de la noche anterior para empeorar las cosas. Ignoró el mensaje, desbloqueó la pantalla y abrió el chat de Gabby.

Ahí estaba. La última conversación. Gabby diciéndole que no quería hablar más de Alec, que el beso había sido la confirmación de lo obvio. Y Ellie no había respondido.

Dejó el teléfono sobre su pecho y soltó un largo suspiro. Cada segundo que pasaba, sentía que su habitación se hacía más pequeña, como si el aire se cargara de todos los problemas que había acumulado en los últimos días.

Finalmente, se levantó de un salto, pateando unas zapatillas tiradas en el suelo.

-"Ok, Ellie. Respira. Prioridades. Primero Gabby... luego al negro."

Decidida (aunque su versión de "decidida" parecía más bien un acto de pura desesperación), tomó su teléfono y escribió:

Ellie: "Oye. ¿Podemos hablar? No sé... arreglar lo que pasó. Lo siento, Gabby."

Le dio a enviar antes de que pudiera cambiar de opinión. Luego dejó el teléfono a un lado y comenzó a caminar en círculos por su habitación.

(Por la ansiedad, se puso a ordenar su pieza)

El tiempo parecía ralentizarse mientras esperaba una respuesta, cada vibración de su teléfono era un latido extra en su pecho. Cuando finalmente llegó, Ellie casi dejó caer el aparato por los nervios.

Agarró su teléfono con manos temblorosas, y cuando vio el nombre de Gabby en la pantalla, casi se le escapó. Respiró hondo, como si estuviera a punto de saltar al vacío, y deslizó el dedo para contestar.

-"Gabby... Hola." -dijo, con un tono que intentaba ser casual pero que estaba cargado de nervios.

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea. Gabby parecía estar dudando, pero finalmente habló:

-"Hola, Ellie."

El saludo fue suave, como siempre, pero Ellie sintió la tensión implícita, como si la polaca estuviera midiendo cada palabra. Ellie se llevó una mano a la frente, cerrando los ojos mientras trataba de ordenar sus pensamientos.

-"Escucha..." -comenzó, su voz más rápida de lo que pretendía- "Seguramente lo que te diré sonará básico, porque prácticamente cada pareja infiel siempre dice 'No significó nada.' Pero te juro, Gabby, no significó nada."

Gabby permaneció en silencio, así que Ellie continuó, sabiendo que no podía detenerse ahora.

-"El idiota salió con que le gustaba, y por un momento pensé que... no sé, que era una broma pesada o algo. Pero, bueno, supongo que eso pasa cuando el alcohol y el ego masculino hacen equipo."

Hizo una pausa, riéndose nerviosamente.

-"Fue justo cuando pensé en el grave error de haber dejado a Aiden solo por mi instinto lésbico que me llamaba a la pista por Chappell Roan... pero entonces pasó."

-"¿El beso?" -preguntó Gabby, con una voz apenas audible.

-"SI, ESO. Y déjame decirte que fue horrible. O sea, no en plan 'horrible porque Alec es asqueroso'. Aunque también aplica. Sino porque, Gabby, fue como besar un cartón mojado."

Ellie se detuvo, dándose cuenta de que estaba divagando.

-"Perdón. Lo que trato de decir es que fue un error. Y, hasta ahora, lo único que le di fue una cachetada y casi le vomito encima en la fiesta. No le he hablado desde entonces, y créeme, no planeo hacerlo. No buscaba... para nada, buscaba un problema contigo por él."

Gabby no respondió al instante, y Ellie sintió cómo la ansiedad la consumía. Finalmente, Gabby soltó un pequeño suspiro, casi como un respiro contenido.

-"Ellie."

-"¿Sí?"

-"Todo está bien."

Ellie parpadeó, confundida por un segundo.

-"¿Cómo que todo está bien?"

Gabby dejó escapar una risa leve, un sonido suave que de alguna manera calmó un poco el caos en la mente de Ellie.

-"Porque no me importa Alec. No lo hizo antes, y no lo hace ahora. Es... Alec. ¿Sabes? El tipo que lleva toda su vida pretendiendo ser más importante de lo que es."

Ellie dejó escapar un sonido mezcla de risa y alivio.

-"Exacto. Es como si su ego tuviera un departamento propio."

Gabby se rió, y por un momento, todo se sintió menos complicado.

-"Ellie, en serio. Lo único que me importaba era... bueno, tú. Si estabas bien. Pero veo que, a tu manera caótica y extraña, lo estás manejando."

Ellie sonrió, aliviada pero aún algo nerviosa.

-"Gracias. En serio, Gabby. Y siento todo esto... yo no quería que termináramos así. De verdad. Tú me importas."

-"Lo sé."

La línea quedó en silencio por un segundo, un silencio cómodo esta vez, antes de que Gabby hablara de nuevo:

-"Aunque sí, tal vez deberías reflexionar sobre tus 'instintos lésbicos' y cómo te meten en problemas."

Ellie rió, sacudiendo la cabeza.

-"Eso haré. Te lo prometo."

Y con eso, la conversación terminó, dejando a Ellie sintiéndose un poco más ligera.

Llamada: Alec

Claro, aún faltaba Alec.

-"Ah, ¡mierda! CANSATEEEE." - Grito, lanzando el celular a su cama nuevamente. Cómo si tuviera la culpa el pobre aparato.

...

Aiden llegó al parque unos minutos tarde, con las manos metidas en los bolsillos de su sudadera gris y el cabello todavía algo revuelto por no haberlo peinado. Había considerado no ir, pero quedarse en casa significaba enfrentarse a su propia mente, y últimamente eso era una batalla perdida. Así que ahí estaba, caminando hacia una de las mesas de picnic donde James ya lo esperaba, con una lata de soda en la mano y una expresión despreocupada.

-"Llegas tarde." -dijo James, alzando una ceja mientras le hacía un gesto para que se sentara frente a él.

-"Es domingo." -respondió Aiden con un encogimiento de hombros, dejándose caer en el banco- "La puntualidad no aplica."

James soltó una risa breve y le lanzó otra lata de soda que había traído. Aiden apenas logró atraparla.

-"Bueno, pensé que necesitarías salir de casa después de... ya sabes, todo lo de anoche."

Aiden abrió la lata, haciendo una mueca cuando el gas casi se le derrama encima.

-"¿Te refieres a que terminé solo, borracho, mientras tú desaparecías después de gritarme?"

James desvió la mirada por un momento, como si estuviera recordando el momento.

-"Sí, sobre eso... fue un poco intenso. Pero, vamos, ambos estábamos borrachos."

Aiden lo miró fijamente, sin decir nada. James suspiró, apoyando los codos en la mesa.

-"Mira, no quería dejarte tirado, ¿ok? Pero tú estabas en modo 'voy a pelearme con Alec', y yo pensé que era mejor sacarte de ahí antes de que terminaras con un ojo morado."

-"¿Y luego qué? Me dejaste solo porque te enojaste conmigo."

James apretó los labios, claramente incómodo.

-"Sí. Eso fue... no mi mejor momento."

Aiden bufó, pero no dijo nada. Abrió la lata y tomó un sorbo, mirando el parque alrededor. Un grupo de niños jugaba en el área de juegos, mientras unos ciclistas pasaban por el camino pavimentado.

-"Entonces, ¿por qué me citaste aquí?" -preguntó finalmente, rompiendo el silencio.

James lo miró, dudando por un segundo antes de responder.

-"Porque... quería asegurarme de que estuvieras bien. Y, no sé, quizá para disculparme por ser un idiota anoche."

Aiden levantó una ceja, sorprendido por la sinceridad.

-"¿Eso es una disculpa oficial de James 'No sé pedir perdón'?"

-"Cállate." -respondió James, rodando los ojos, pero había una pequeña sonrisa en su rostro- "Sí, lo es. Pero tampoco te emociones demasiado."

Aiden rió suavemente, el sonido algo raro incluso para él después de cómo se había sentido últimamente.

-"Está bien. Supongo que acepto tu disculpa. Aunque todavía tengo ganas de golpear a Alec."

-"Eso es entendible." -respondió James con un asentimiento solemne- "Pero tal vez deberías enfocarte en otras cosas. Como no meterte en problemas por un idiota que no vale la pena."

Aiden lo miró por un momento, pensando en lo que había dicho.

-"Tienes razón. Pero, para que conste, sigue siendo un idiota."

-"Eso no lo discuto."

Ambos se quedaron en silencio por un momento, observando el parque mientras el sol de la tarde iluminaba el lugar. No era una conversación profunda ni una reconciliación dramática, pero era suficiente.

...

La cocina estaba hecha un desastre. Jake tenía harina en el cabello, un delantal torcido con manchas de chocolate y un bol de masa que se negaba a quedarse quieto mientras mezclaba frenéticamente. Tarareaba una canción de señora dolida mientras revisaba el horno, donde un par de docenas de pastelitos estaban dorándose lentamente.

-"Ok, Jake. Pastelitos perfectos para Tom. Porque ser decentemente humano merece un premio, aparentemente." -murmuró, colocando otra bandeja en la encimera y decorando los pastelitos ya fríos con glaseado de colores.

Tomar esa decisión de última hora de cocinar no había sido la idea más lógica, pero para Jake, era lo único que lo mantenía con los pies en la tierra después de la fiesta. "Pastelitos de reconciliación", los llamó en su cabeza. Aunque técnicamente no había nada que reconciliar.

Una vez que terminó de empacar los pastelitos en una pequeña caja, suspiró al mirar el desastre a su alrededor.

-"¿Limpiaras eso?" - dijo Shawn, su hermano mayor, entrando a la cocina.

-"Lo limpiaré luego. O nunca. Lo que ocurra primero. Tal vez incluso te tire la culpa." -dijo antes de quitarse el delantal y tomar las llaves de su casa.

Con la caja de pastelitos en mano, Jake caminó las seis cuadras hacia la casa de Tom. El viento fresco de la tarde hacía que su cabello aún polvoreado con harina se moviera ligeramente, pero él seguía avanzando, sin dudar.

-"Esto no es raro, para nada." -se dijo en voz baja, ajustando la caja en sus manos mientras llegaba a la entrada de la casa de Tom. Subió los escalones del porche y respiró hondo antes de tocar la puerta.

Tom abrió la puerta unos segundos después, luciendo sorprendido al ver a Jake allí parado.

-"¿Jake?" -dijo, frunciendo el ceño levemente, pero no de forma hostil- "¿Qué haces aquí?"

Jake sonrió y extendió la caja hacia él.

-"Son para ti."

Tom tomó la caja con una mirada curiosa.

-"¿Pastelitos?"

Jake asintió mientras entraba en la casa tras el gesto de Tom para que pasara.

-"Es por haberte comportado decentemente conmigo, a pesar de que estaba caliente."

Tom levantó una ceja, cerrando la puerta detrás de ellos.

-"¿Un premio por no haberme aprovechado de ti?"

Jake se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada.

-"Sip. Algún otro idiota no lo hubiera pensado y me hubiera convertido en el Jacob facilón, el gay desesperado por hombres."

Tom rió suavemente mientras dejaba la caja sobre la mesa del comedor y miraba a Jake.

-"Ya veo. Gracias, supongo. Aunque, para ser justos, no es como si alguna vez pensara en aprovecharme de ti."

Jake se encogió de hombros, metiendo las manos en los bolsillos.

-"No es algo que se pueda decir de todos. Así que... pastelitos."

Tom sonrió y abrió la caja, observando los pastelitos decorados con glaseado perfecto y lleno de esfuerzo.

-"Ok, pastelitos aceptados. ¿Quieres uno?"

Jake lo pensó por un momento antes de sonreír de nuevo.

-"Claro. Pero sólo si eliges el que más parece un desastre. Es la tradición."

Tom rió, tomando el pastelito con el glaseado más desordenado y extendiéndoselo.

-"La tradición es importante."

Tom mordió el pastelito y se quedó en silencio unos segundos, mirando a Jake con los ojos ligeramente entrecerrados. Jake, que estaba mordisqueando su propio pastelito con aire despreocupado, notó la expresión de Tom y frunció el ceño.

-"¿Qué pasa? ¿Está horrible o algo?" -preguntó Jake, alzando una ceja.

Tom negó con la cabeza, todavía saboreando, y luego se sentó en el borde del sofá, sosteniendo el pastelito con una mano.

-"No. Está... increíblemente bueno. O sea, fuera de broma, este es probablemente el mejor pastelito que he comido en mi vida."

Jake rodó los ojos, aunque una pequeña sonrisa se asomó en su rostro.

-"Por supuesto que está bueno. ¿Qué creías? Mi abuela era una chef de clase mundial. Bueno, no oficialmente, pero debería haberlo sido. Me enseñó todo lo que sé."

Tom se rió entre dientes, todavía saboreando el pastelito.

-"Entonces, ¿estos pastelitos son una prueba de tus habilidades legendarias?"

Jake se encogió de hombros, aunque claramente disfrutaba del cumplido.

-"Algo así. Aunque no son nada comparado con su tarta de manzana. Ese era su as bajo la manga. Tenía esta técnica de caramelizar las manzanas que era... bueno, prácticamente magia."

Tom lo observó con curiosidad, apoyando el codo en el respaldo del sofá mientras lo escuchaba.

-"Tu abuela suena genial. ¿Cocinabas con ella mucho?"

Jake asintió, su expresión suavizándose un poco.

-"Todo el tiempo. Cuando era niño, cada verano me quedaba con ella. Pasábamos horas en la cocina, horneando cualquier cosa que se nos ocurriera. Decía que la cocina era como la vida: caos y orden, pero siempre había una forma de que todo saliera bien si ponías el corazón en ello."

Tom sonrió, notando cómo los ojos de Jake parecían brillar al hablar de su abuela.

-"Suena como alguien muy especial."

Jake asintió lentamente, tomando otro mordisco de su pastelito.

-"Lo era. La mejor persona del mundo. Aunque también era una tirana en la cocina. Si usabas la harina equivocada o medías mal un ingrediente, te lanzaba un cucharonazo. Pero, bueno, aprendí rápido."

Tom soltó una carcajada.

-"Con razón eres tan bueno. El miedo al cucharón debe ser una gran motivación."

Jake se rió entre dientes, aunque luego su sonrisa se desvaneció un poco.

-"Sí, bueno... supongo que cocinar es mi forma de sentirme cerca de ella ahora. No sé, es como si, cada vez que hago algo bien en la cocina, estuviera honrando lo que me enseñó."

El ambiente se volvió un poco más serio, pero no incómodo. Tom lo miró con una mezcla de comprensión y respeto antes de levantarse y caminar hacia la caja de pastelitos.

-"Entonces, si estos pastelitos son tu manera de honrarla... creo que tu abuela estaría muy orgullosa."

Jake levantó la vista, un poco sorprendido, pero luego sonrió con esa mezcla de arrogancia y calidez que lo caracterizaba.

-"Claro que estaría orgullosa. Soy increíble."

Tom negó con la cabeza, sonriendo mientras se llevaba otro pastelito.

-"Por supuesto. ¿Por qué esperaría otra respuesta?"

Jake soltó una carcajada y se dejó caer en el sofá, cruzando los brazos detrás de la cabeza.

-"Exacto. Y ahora que te has comido mi regalo de agradecimiento, oficialmente me debes algo."

Tom arqueó una ceja, llevándose el pastelito a la boca.

-"¿Oh, sí? ¿Y qué es lo que te debo, oh maestro pastelero?"

Jake fingió pensar por un momento antes de sonreír con picardía.

-"Una tarde contigo. Haciendo algo que no implique pastelitos ni idiotas como Troy."

Tom se rió, asintiendo.

-"Trato hecho."

Tom se recostó en el sofá, dejando la caja de pastelitos a un lado, y miró a Jake con una sonrisa relajada.

-"Por cierto, ¿ya te enteraste del paseo de inicio de año al museo más grande de la ciudad?"

Jake levantó una ceja, claramente confundido.

-"¿Qué paseo? No he escuchado nada."

Tom se inclinó un poco hacia él, apoyando los codos sobre las rodillas.

-"El director lo anunció esta semana, pero como no pones atención a nada que no sea drama o comida, supongo que te lo perdiste. Vamos todos al museo el próximo viernes. Dice que es para relajarnos antes de los exámenes."

Jake soltó una carcajada sarcástica.

-"¿Relajarnos? Claro, porque nada dice 'relajación' como filas interminables. Me imagino al director riéndose mientras planea esto, sabiendo que vamos a estar agotados para los exámenes de la cantidad de cosas que hay allí. Será como llevar a un montón de niños a un parque de diversiones."

Tom se rió, asintiendo.

-"Probablemente. Pero al menos será divertido, ¿no? Gabby me dijo que ella tal vez se siente con Ellie en el autobús."

Jake alzó una ceja, claramente interesado.

-"¿Ellie? ¿Gabby? Eso suena... interesante."

Tom se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa.

-"Sí, parece que se han estado acercando últimamente."

Jake no pudo evitar sonreír con malicia.

-"¿Acercándose, eh? ¿Como amigas o algo más?"

Tom le lanzó una mirada de advertencia, pero no pudo evitar reírse.

-"No sé, Jake. No empieces con tus teorías raras. Sólo sé que Gabby dijo que quería sentarse con Ellie, y pensé en mencionártelo porque..."

Tom hizo una pausa, mirando a Jake con un poco de nerviosismo.

-"Porque me gustaría sentarme contigo."

Jake lo miró sorprendido por un segundo antes de soltar una carcajada, relajándose en el sofá.

-"¿Sentarte conmigo? ¿Por qué? ¿No tienes a nadie más desesperado por tu atención?"

Tom lo miró, rodando los ojos.

-"No. Y, sinceramente, creo que eres la única persona con la que no terminaré queriendo saltar del autobús después de diez minutos."

Jake fingió pensarlo un momento, cruzándose de brazos.

-"Hmm... tentador. Pero soy un compañero de asiento muy demandante, ¿sabes? Me gusta tener espacio para mis piernas y no soporto a la gente que ronca. Solo a Aiden se lo dejo pasar."

Tom le lanzó una mirada divertida.

-"No ronco, Jake. Y puedo asegurarme de darte todo el espacio para tus piernas que necesites. Además, podría llevar algunos snacks de esos que te encantan, ¿eh? Una pequeña negociación."

Jake fingió estar impresionado, llevándose una mano al corazón.

-"¿Snacks? Ahora estás hablando mi idioma."

Ambos se rieron, y Jake finalmente asintió.

-"Está bien, Tom. Seré tu compañero de asiento. Pero más te vale que esos snacks sean de calidad."

Tom sonrió, aliviado.

-"Trato hecho. Pero, hablando en serio, ¿te emociona el museo?"

Jake se encogió de hombros, aunque una pequeña sonrisa traviesa se asomó en su rostro.

-"¿Excitarme por el museo más grande e interactivo de la ciudad? Obvio. Pero creo que me emociona más ver qué desastre se desata esta vez. Porque con nosotros, siempre hay drama garantizado."

Tom rió y asintió.

-"Tienes razón. Es imposible que un evento con todos juntos sea tranquilo. Pero, al menos, tendremos buenos pastelitos para sobrevivir."

Jake sonrió con orgullo, levantando su mano para chocar los cinco con Tom.

-"Pastelitos y drama. Lo que mejor hacemos."

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Amo como la relación de Tom y Jake se va desarrollando. Se que no han tenido muchas apariciones, pero como voy poniendo fechas, se podrán imaginar.

¿Que sucederá en el museo? (Flashbacks de mi primer fanfic) Quería hacer que vayan a un parque de diversiones pero los que leen desde mi primer fanfic, ya saben que escribí mucho sobre momentos buenos y malos (malos de terribles) en ese lugar, así que, para más adelante.

Canal de WhatsApp:

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Esta directamente para copiar en mi TikTok (específicamente en mi último vídeo), por si les da paja escribir o no les deja copiarlo.

Pregunta:

¿Que les gustaría ver?

Dato: Sobre la relación entre Ellie y sus padres, Courtney y Scott (si, los mismos de siempre pk tengo escenas planeadas para un futuro), me base de la relación amor odio en LadyBird. No sé asusten si de repente son bien mrd o bien lindos, ok, son de carácter fuerte.

Mati, fuera.

Kiero a mi James.

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