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Yoon Gi había comprado semillas para el jardín en el último viaje que realizó al centro de Zelendia. Había viajado por algunos suministros que faltaban. Tae Hyung apenas vio a su protector regresar se quedó esperando frente a la mesa mirando las compras que iba sacando de los sacos.

—¿Me ha comprado algo?

—Sí, he traído pinturas, pinceles y lienzos, sé que se le acabaron al pasar diciembre.

—¡Muchas gracias, señor Min!

—También le he traído esto —mencionó al sacar unos sobrecitos y dejarlos sobre la mesa.

—¿Son caramelos de miel?

—No, son semillas de rosas, le voy a enseñar cómo cultivar y cuidarlas para que florezcan —el niño de ahora diez años sonrió amplio mirando las bolsitas—. Príncipe Tae Hyung, su... madre solía plantar rosas, el rey ha querido que usted también aprendiera a plantar.

El rey Kim le había pedido a su pareja que trajera semillas de rosas que se solían sembrar en sus años fértiles, aceptó aunque no estaba de acuerdo. El lacayo tenía malos recuerdos sobre las bellas rosas y por ello se dejaron de cultivar, pero Tae Hyung las recordaba con cariño, e incluso se le había dicho que las rosas de sus recuerdos las plantaba su madre, no era verdad.

Al rey Kim se le había partido el corazón cuando se encontró a su hijo llorando la semana pasada, cuando se acercó a preguntarle éste le confesó que extrañaba a su madre a pesar de sus vagos recuerdos. Plantar las rosas podría ayudarle a sanar.

—Ohh, mi madre... sí quiero ¿Se puede invitar al príncipe Seok Jin?

—Cómo usted deseé —sonrió emocionado. El príncipe Seok Jin llegará mañana después de tanta espera.

Temprano esa mañana, los príncipes desayunaban juntos en el jardín bajo la sombra de los árboles. Tae Hyung no se había percatado que durante el mes de enero que Seok Jin no fue a visitarlo, había crecido mucho más que él, se lo hizo saber de inmediato.

—Es porque ya tengo doce, he crecido, tú apenas tienes diez.

—Quiero ser tan alto como tú, así es más fácil trepar a los árboles.

—¿Has trepado a los árboles últimamente?

—He aprendido como se hace, pero solo subo a los limoneros, ya no a los árboles altos.

—Debes ser cuidado... Espera, mírame otra vez —el mayor le tomó del mentón hasta que se miraron a los ojos—. ¿Siempre has tenido los ojos como girasol? El... el contorno de tus ojos... dónde están las pupilas alrededor son amarillos, como girasoles.

—No es cierto, me vi esta mañana y son verdes —el señor Min se aproximó a los más jóvenes para llevarlos al jardín de tierra fértil donde se plantarán las bellas rosas—. Señor Min, ¿es verdad que mis ojos tienen girasoles? —el lacayo dejó su caminar.

—¿Qué ha dicho, príncipe Tae Hyung?

—Señor Min, veo en los ojos del príncipe Tae Hyung girasoles alrededor de sus pupilas... es decir veo amarrillo su... —pero Min lo interrumpió de prisa «¿Puede verlos?», pensó rápidamente aún sorprendido.

—Príncipe Tae Hyung vaya al tercer jardín y quédese ahí. Voy a retar al príncipe Seok Jin para que no mienta.

—¡¿Qué?! No quiero que lo haga —dijo al abrazar al príncipe, pero Seok Jin vio una singularidad en la mirada del lacayo que lo hizo acceder.

—Príncipe Tae Hyung, estaré bien... es que cuando he venido al jardín, accidentalmente dejé caer un jarrón —mintió.

—¿Está bien? —preguntó mirando al príncipe.

—No me lastimé.

—Príncipe Tae Hyung, por favor déjenos a solas —el menor obedeció no muy convencido. Se apartó de ellos y cuando se aseguró que el menor estuviera lejos pudo hablar—. ¿Usted puede verle al príncipe un tipo de aro amarillo alrededor de su pupila?

—Es justo eso ¿Usted lo ve también?

—No, no puedo verlo.

—No entiendo.

—Príncipe Seok Jin, compartiré un secreto con usted, debe jurar no decir hablar de esto en un juramento real. No se lo debe decir al príncipe Tae Hyung, ni a nadie, o él puede salir lastimado —el mayor de los príncipes juró con su vida su silencio en una promesa real, Min resopló ante la mirada asustada—. Algún día usted será un rey y deberá casarse —el príncipe asintió sin comprender por donde giraba la conversación—. Hay una leyenda popular en Zelendia, una que dice que cada persona nace conectada con una persona especial, una destinada para cada quién, y usted ha encontrado la suya.

—¿Es él...? —titubeó—. ¿Cómo lo sabe señor Min?

—Porque ha podido ver ese color de ojos... solo quien es su destino puede ver esa singularidad en su pupila, sólo usted puede verlo, el príncipe no puede verlo en ti, pero sí puede expresarlo porque es de sangre Zelendiana. Es muy joven para entender, pero prometo explicarle más cuando crezca. Ahora es importante que siempre lo cuide, es su destino y debes hacerlo por su honor y amor, pero no puede decirle a nadie que puede ver ese color de ojos y no contar lo que he dicho —el príncipe Seok Jin estaba asombrado y muy confundido, pero él sentía amor por Tae Hyung, probablemente era verdad lo que el lacayo le decía.

—Juro cuidarlo con mi vida si es necesario.

—Cuídalo mucho —lo abrazó y el príncipe le correspondió un poco confundido—. Ahora ve con él, usted es muy listo, sabrá como responder a sus preguntas... los alcanzaré dentro de diez minutos —el menor asintió y se apartó del lacayo quién también tomó otra dirección. Entró al palacio hasta encontrar al rey en su oficina mientras revisaba un tratado importante del cual se mantenía trabajando—. Mi rey —llamó al abrir las puertas.

—¿Ha sucedido algo? —preguntó al mirar el paso acelerado de Yoon Gi, quedó frente al rey quien miraba sus los ojos brillosos y las mejillas húmedas—. Mi Yoon Gi, ¿qué ha pasado?

—Seok Jin es su destinado, él puede ver sus ojos circulus —el rey sonrió mirando a su amado de hermosos ojos negros con una peculiar forma amarilla alrededor de la pupila, porque el rey también tenía un destinado.

El príncipe Seok Jin llegó al tercer jardín encontrando a Tae Hyung sentado en el césped mientras que picando con sus dedos la tierra creando pequeños agujeros para acunar las semillas.

—Te ha regañado mucho... has tardado en regresar.

—No, es solo... me aconsejó a no... tirar jarrones... —se hincó en el césped y tomó las manos del menor—. Debo decirte algo. En este día, quiero jurar algo frente a ti.

—¿Jurar? —preguntó con la voz chillona llena de dudas.

—Voy a protegerte toda mi vida.

—¿Protegerme de qué?

—De todo, voy a cuidarte, voy a protegerte y amarte para siempre, no voy a dejarte nunca, te lo juro.

—¿Por qué dices todas esas cosas? —murmuró avergonzado, pero Seok Jin sonrió mirando como los ojos verdes del príncipe resplandecían con su pequeño aro amarillo como los girasoles.

—Lo siento aquí —mencionó al poner la mano sobre su pecho—. En mi corazón —lo vio sonreír. Seok Jin también lo hizo, lo amaba mucho.

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Carta de promesa

Prometo cuidar, proteger y amar a mi príncipe Kim Tae Hyung de Zelendia, toda su vida.

Firma su príncipe, Seok Jin de Hostelzen.

Sus ojos son mis ojos jsjs

De ahí me inspiré, más adelante explico mejor de qué va el tema de los ojos y por qué Min también los tiene.

Muchas gracias por leer💜

-: ✧ :-゜・.FairyWinB

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