𝟎𝟗
Comenten bastante y voten para subir el siguiente ✨
𝟎𝟏𝐱𝟎𝟔; 𝐏𝐚𝐫𝐜𝐞𝐥𝐚 𝟗
—Bienvenido a casa —fue lo primero que dijo Ward a John B cuando llegaron a la mansión.
Sunny sonrió al verlo, algo tímida.
—Y esta es tu habitación —le dijo mientras pasaban.
—Wow —respondió John, dejando su gorra en la cama, o más bien, la tiraba, mientras caminaba para dejar su mochila
—No está tan mal —comentó Sunny, mirando a su alrededor.
—Sí, no está nada mal —afirmó John B, explorando el espacio.
—Y mi habitación se encuentra al final del pasillo, por si... —Sunny lo miró con curiosidad—. ¿Estás bien?
—Sí. Estoy bien. Lo tengo —respondió el chico, sentándose en la cama y quedando frente a ella.
—... Pero debo advertirte, soy sonámbula —anunció Sunny con un tono juguetón. Ambos se rieron al escuchar eso.—Así que, si me ves extrañamente a medianoche... —decía Sunny.
Pero John B sonrió y preguntó divertido—: ¿Me adapto a la situación?
—Sí, tal vez —respondió Sunny, sonriendo mientras se acercaban más el uno al otro, listos para besarse, cuando una voz los interrumpió.
—Sunny Marie Cameron —llamó Ward a su sobrina mientras ingresaba a la habitación, continuando—. Ya rompiste la primera regla, ¿Cuál es? —preguntó divertido.
—Alejarse de los cuartos del otro —Sunny sonrió, pero con un tono juguetón—. Si me preguntas, creo que alucinas un poco.
Ward rodó los ojos.
—En serio —les dijo, con la mirada seria mientras señalaba la entrada del cuarto—. Imaginen eso como un límite. Es como un campo minado, ¿sí, señores? —preguntó, tomando un tono autoritario.
Sunny sonrió, respondiendo—: Sí, señor.
Ward miró a John B directamente. —¿Y tú, sr. John B? —preguntó.
—Sí, señor —respondió el mencionado, manteniendo la seriedad.
—Bien, cariño, ¿nos das al paciente y a mí un minuto? —dijo Ward con un tono más suave.
Sunny sonrió y asintió mientras se iba, mirándole una vez más—: Por favor, sé amable.
—Lo seré —respondió Ward, mirando a John B, mientras la puerta se cerraba tras Sunny.
Sunny estaba en la cocina, organizando algunos utensilios y preparándose para la cena. La casa ahora tenía una energía diferente desde que John B se había mudado con ellos. Era un nuevo comienzo, y aunque había algo un poco abrumador en la idea de tener a John B bajo su techo, la emoción la llenaba.
Justo cuando se concentraba en cortar algunas verduras, Sarah entró en la cocina saltando con una energía desbordante que era inconfundible.
—¡No puedo creer que John B se quede con nosotros! —exclamó Sarah, con los ojos brillantes de entusiasmo—. ¡Es como un sueño hecho realidad! Para ti
Sunny soltó un suspiro, mirando hacia donde estaba John B en la sala, que parecía acomodar sus cosas. Aunque su entusiasmo era contagioso, Sunny sentía que debían ser un poco más cautelosas.
—Sí, pero... —dijo mientras lanzaba una mirada a Sarah, dispuesta a evitar un alboroto en la casa—. ¿Podrías hablar más bajo? No quiero que todos lo escuchen.
Sarah frunció el ceño, claramente divertida.
—¿Qué? —preguntó, riendo—. ¿Tenías una conversación secreta con él?
Sunny se pasó una mano por el cabello, sintiendo la calidez en sus mejillas. Era verdad que había estado esperando este momento, pero también quería evitar que se volviera un tema de conversación para todos.
—No... bueno, no exactamente —Sunny se sonrojó aún más, intentando no reír a medida que recordaba los momentos en que había compartido con John B—. Pero, ya sabes, quiero que esto sea un poco... privado, al menos por ahora.
Sarah se acercó un poco más, con una sonrisa traviesa.
—Oh, vamos, Sunny... —bromeó—. ¿De verdad crees que se me olvidó lo del tesoro? No me dejarán fuera de esto.
Al escuchar eso, Sunny no pudo evitar sonreír de nuevo. La idea del tesoro siempre había sido parte de su vida, un misterio que los unía.
—Nunca —dijo Sunny, su voz llena de sinceridad—. ¿Te he dicho que eres la mejor prima?
Sarah alzó una ceja porque conocía el tono de Sunny.
—Nunca —dijo, mientras le hacía una ligera caricia en la cabeza a Sunny, fingiendo preocupación—. ¿Segura que estás bien?
Sunny sonrió ante el gesto, sintiéndose afortunada de tener a una prima tan comprensiva y divertida. Había una conexión especial entre ellas; eran como hermanas.
—Totalmente, solo... estoy emocionada por lo que viene — Sunny se sentó en la mesa de la cocina, sintiéndose un poco más relajada.
—¡Yo también! —exclamó Sarah, tomando una de las zanahorias que Sunny había cortado—. Pero en serio, Sunny. ¿Crees que todas esas historias que cuenta sobre buscar tesoros son ciertas?
Sunny se encogió de hombros, disfrutando del aire ligero de la conversación.
Por otro lado, Después de la extensa charla con Ward, John B se sintió un poco amenazado, pero logró superar esa sensación.
Estaba llegando al restaurante de los padres de Kiara, sintiendo un ligero nerviosismo en el estómago. Al entrar, se encontró con Kiara, quien lo miró con incredulidad.
—Lo siento, ¿te estás quedando dónde? —preguntó Kiara, sin poder creérselo.
—En Tannyhill —respondió John B, mientras tomaba asiento junto a ella.
—Así que ahora vives con Sunny Cameron. —La expresión de Kiara era una mezcla de sorpresa y curiosidad.
John B levantó las manos en señal de rendición.
—Mira, la única razón por la que vivo ahí es porque su tío me rescató —aclaró, un poco incómodo con el tema—. Y es mucho mejor que un hogar de acogida que, por cierto, es a donde iba a ir si Ward no...
Pope, quien se había acercado, lo interrumpió.
—¿Tienes una membresía para los clubes ahora? —preguntó, bromeando.
—No lo sé, Pope —respondió John B mientras se sentaba con ellos.
—¿Qué hay de esos carritos de golf? ¿Tienes uno? —preguntó ahora JJ, emocionado con la idea.
Pope asintió, contribuyendo a la conversación.
—¿Viene con chaleco, o debes comprarlo?
—Mira, lo prometiste —dijo Kiara, tratando de cambiar de tema. —¿Qué pasó con eso de que Sunny era un medio?
John B se sintió en la defensiva.
—Pensé que dijiste que no importaba si salía con Sunny —aclaró, lo que llevó a todas las miradas hacia él.
—Ahora lo admites —añadió Kiara, con una sonrisa sarcástica.—Te dije que no me importaba, pero unieron a Sarah con todo esto. Eso sí me importa. Y no haré esto con ella.
—¿La ven aquí? —preguntó John B, frunciendo el ceño.
—No.
—Bien. Un poco de concentración sería fantástico. Tenemos el mapa, ¿no? —dijo John B, tratando de desviar la atención a su verdadero propósito.
—Es confuso; el tipo estaba drogado cuando lo dibujó —dijo JJ, mirando el mapa con frustración.
Kiara lo miró incrédula.
—Es porque la costa cambió—le aclaró.
—Entonces busquemos puntos que no hayan cambiado —sugirió John B, asumiendo el liderazgo.
Eso los llevó a todos a recorrer la ciudad en la Twinkie, emocionados por el posible tesoro que podrían encontrar. Mientras tanto, Sunny y Sarah estaban en una esquina del pueblo, buscando un lugar para relajarse y disfrutar del buen clima.
—Da la vuelta, ¡da la vuelta! —dijo Sarah apurada, mientras Sunny la miraba con incredulidad.
—¿Está todo bien? —preguntó Sunny, sintiendo que algo no andaba bien. Pero al mirar a su alrededor, vio a Noah Shoupe.
—Oh, ¿es por Noah? —Sunny preguntó, comenzando a entender las cosas.
—No quiero hablarle de nuevo —aclaró Sarah mientras se alejaban con prisa.
—Bien, creo... —comentó Sunny cautelosa—. Pero, ¿por qué?
Sarah frunció el ceño, parece estar debatiendo internamente si debía abrirse o no. Finalmente, suspiró.
—No sé, simplemente no quiero caer de nuevo en ese juego. Es un chico encantador, pero... no sé, siempre acaba metiéndome en problemas.
Sunny asintió, comprendiendo la complicada dinámica de las relaciones adolescentes. Había algo en Noah que siempre había parecido atractivo, pero también sabía que podía ser un chico problemático.
—Te entiendo, a veces es mejor mantenerse alejada de ciertas personas —dijo Sunny, mientras intentaba alentar a su prima a hablar.
—Sí, pero eso no significa que no me duela un poco —admitió Sarah, mirando al suelo mientras caminaban.
Sunny se detuvo, poniéndole una mano en el hombro.
—Lo sé.
Sunny y Sarah terminaron sentadas en el auto, el motor apagado y el ambiente un poco tenso. A través del parabrisas, podían ver cómo los últimos rayos del sol se desvanecían en el horizonte, mientras una suave brisa movía los árboles alrededor de la casa en Tannyhill.
—Oye, Sarah —comenzó Sunny, rompiendo el silencio. —¿Puedes decirme qué está pasando con todo esto? Hay tanto drama en el aire, y realmente quiero saber por qué.
Sarah suspiró, recostándose en su asiento mientras miraba hacia adelante, evitando la mirada de Sunny. —No sé por dónde empezar —dijo, el peso de sus palabras evidente en su voz.
Sunny, sintiendo la serenidad del momento, giró su cuerpo para mirar a Sarah más de cerca.
—Lo sabes, puedes hablarme. Solo quiero entender.
Finalmente, Sarah se giró y le dio una mirada pesada. —Está bien, supongo que debo explicarlo.
—Por favor, sí —Sunny instó. —Vine aquí pensando que las cosas se calmarían y que tendría a mi prima aquí realmente feliz. Pero veo que estás luchando con lo de Topper y lo de Noah.
La expresión de Sarah cambió, volviéndose más cerrada.
—Topper... —comenzó, su voz titilando—. Definitivamente ha terminado entre nosotros. A veces siento que me liberé de algo que me estaba ahogando.
Sunny asintió, sintiendo que había mucho más detrás de esas palabras.
—Entiendo eso, pero, ¿por qué parece que todavía hay tanto drama?
Sarah suspiró nuevamente, tomando un momento para recolectar sus pensamientos.
—Es complicado. Topper y yo tuvimos algo serio, pero... él no siempre fue bueno conmigo.
Sunny frunció el ceño, recordando las veces que Sarah había mencionado sus luchas. —Lo sé. Pero, ¿por qué ahora? Después de que terminaron, se supone que deberías estar libre.
—Exacto... —dijo Sarah—. Pero ahí es donde entra Noah. No quiero tener que enfrentarme a ellos. Noah siempre está en la mezcla. Es como si su presencia fuera un constante recordatorio de todo lo que pasó.
Sunny se inclinó hacia adelante, interesada en la respuesta.
—¿Te molesta Noah?
—No es que me moleste exactamente... —Sarah se detuvo, buscando las palabras correctas—. Es más que eso. Me lastimó en momentos en que más lo necesitaba. Y verlo, especialmente después de lo de Topper, es más doloroso de lo que creí.
—Lo entiendo —respondió Sunny con dulzura. —Todo este caos de relaciones puede ser agotador.
—Exactamente —dijo Sarah, descansando su cabeza en el volante—. Solo quiero un poco de paz. Y cuando lo veo a él, me da ansiedad. Solo no estoy lista para lidiar con eso ahora.
Sunny sintió un nudo en el estómago al escuchar la vulnerabilidad en la voz de su prima.
—A veces, es difícil. Pero, Sarah, eres más fuerte de lo que crees.
Sarah levantó la vista, sorprendida por la calidez de Sunny.
—Gracias, Sunny. Solo siento que estoy atrapada en un mal episodio de mi vida. Quiero liberarme y seguir adelante, pero hay tantas cosas en juego.
—Dame una razón por la que no deberías seguir adelante —dijo Sunny, con firmeza—. Tienes que dejar que esas cosas te afecten de menos.
—Lo sé, lo sé —respondió Sarah, sintiéndose cada vez más reconfortada por las palabras de su prima—. Pero la verdad es que no quiero cruzarme con Noah. Todavía tengo sentimientos confusos sobre él.
Sunny tomó la mano de Sarah y la apretó levemente.
—Entonces, tal vez deberías poner límites. ¿Has pensado en eso?
Sarah miró por la ventana, contemplando. —No es fácil, pero tienes razón. Tal vez debería simplemente evitarlo y concentrarme en lo que es bueno para mí.
Sunny sonrió, contenta de ver que su prima comenzaba a encontrar su voz.
—Sí, y si alguna vez necesitas hablar, aquí estoy. Además, siempre existe la posibilidad de que el drama disminuya pronto y las cosas se calmen.
—Gracias, Sunny. A veces es agradable tener a alguien que realmente escuche y se preocupe —dijo Sarah mientras finalmente sonreía, sintiendo un poco de alivio.
Ambas comenzaron a reír, lo que hizo que la tensión que había llenado el auto antes comenzara a desvanecerse. Finalmente, el auto se detuvo frente a la casa, y Sunny pudo sentir que una nueva energía los rodeaba.
—Bien, llegamos —dijo Sunny, mientras ambas salían del carro.
—Gracias por escuchar —dijo Sarah, antes de separarse en dirección a su habitación—. Realmente lo aprecio.
Sunny sonrió, viéndola irse con un corazón más ligero. Sabía que el camino hacia la paz de Sarah no sería fácil, pero al menos ahora habían dado un paso hacia adelante.
(...)
John B había regresado a Tannyhill, sintiéndose emocionado por ver a Sunny. Sabía que ella era su novia, y eso lo hacía sentir en la cima del mundo. Se dirigió rápidamente a la sala, donde la encontró leyendo un libro, sumergida en su propio mundo.
—¡Sunny! —exclamó, acercándose con una sonrisa—. ¡Salgamos de aquí!
Sunny levantó la vista del libro y sonrió.
—¿Está todo bien? —preguntó, un poco preocupada.
Él asintió, aunque sabía que había más que quería decir.
—Puede ser que también necesite que Sarah esté aquí... O mejor dicho, que venga.
Sunny suspiró y respondió.
—Bueno, acabamos de tener una conversación intensa con Topper que vino, pero voy a ir a preguntarle y luego vamos.
Sunny se levantó, dirigiéndose hacia el cuarto de Sarah, con la esperanza de que todo se resolvería de alguna manera. Al llegar, y después de un breve intercambio, los tres se encontraron caminando hacia la casa de John B. La emoción estaba en el aire mientras Sunny y John B estaban tomados de la mano junto a Sarah a su lado, la chica en la bicicleta.
—¿Encontraste el oro? —preguntó Sarah, que pasaba en su bicicleta junto a ellos.
John B asintió.
—Sí, pero... bajo la casa de una asesina —añadió, consciente del drama que podría generar.—Bueno, sí, más o menos —terminó diciendo, mirando a Sunny, que estaba emocionada.
—¡Es perfecto! —exclamó Sunny, sonriendo radiante hacia John B.
—Sí, es perfecto —comentó él, mirándola a los ojos, ambos sonriendo con complicidad.
Sarah, sin poder evitarlo, rodó los ojos.
—Tortolitos —murmuró.
Ambos ignoraron su comentario, y John B agregó: —Pero el pozo es muy profundo.
—Ojalá hubiera estado con ustedes —comentó Sunny, sin malas intenciones.
John B asintió.
—Ahí estarás esta noche —dijo, y luego se volvió hacia Sarah—. ¿Eso está bien?
—Sí, claro —afirmó Sarah, sintiéndose aceptada.
Sunny lo miró, un poco insegura, y John B se dio cuenta de su expresión.
—¿Qué pasa? —preguntó, curioso.—Vlad y Vick deben estar juntos —señalando hacia ellos.
—Lo sé, pero me refiero a los demás chicos —respondió Sunny—. Sé que no tienen problemas conmigo... pero... —Señaló a Sarah.
Sarah intervino, sintiéndose atacada.
—Hablan como si fuera una total mean girl.—Sunny la miró con desdén. Y Sarah suspiró. —Kiara dijo algo, ¿no?
—No —respondieron al unísono Sunny y John B, lo que confirmó las sospechas de Sarah.
Sunny miró a John B, acusándolo. —Eres el peor mintiendo.
—No miento —aclaró él rápidamente, intentando mantener la calma.
—Escuchen los dos —interrumpió Sarah. —Si ella se pone territorial...
John B negó con la cabeza.
—No creo que eso pase. —Ambos parecían estar en la misma sintonía.
—Eres parte de esto, Sarah —aclaró Sunny, con sinceridad. —Nos ayudaste a conseguir el mapa y me has cubierto cuando lo necesito.
John B se unió a ella, apoyando su afirmación.
—Sí, cuando estemos todos, verás que estarán emocionados, lo prometo.
(...)
—Mintió de nuevo —murmuró Sarah, sintiendo que todo se tornaba incómodo.
Cuando llegaron a la casa, lo primero que hizo Kiara fue exclamar con indignación.
—¡De ninguna manera, carajo! ¿La trajiste? ¿Y qué? —se quejó, mirando a Sunny. —¿Ahora está en esto?
Todos los Pogues se quedaron en silencio, un poco incómodos.
—Mira, lo único que me importa es que su parte salga de tu parte —respondió JJ, mirando a Sunny.
—No recuerdo haber votado, esto es nuestro. Es algo de Pogues —replicó Kiara, desafiando la situación.
Por primera vez, Pope habló, sintiéndose un poco fuera de lugar. —Debo decir que estoy un poco incómodo con todo esto.
—¡Gracias! —le dijo Kiara, claramente frustrada.
Sunny no pudo evitarlo y replicó: —¿Y cuándo no estás incómodo, Pope?
—No sé. Vine en la parte trasera de la bicicleta de JJ. Muy cómodo —se defendió el chico.
—Es verdad. Lo más relajado que lo vi —añadió JJ, tratando de mantener el ambiente ligero.
John B, sintiendo que la tensión crecía, intervino con un tono de broma.
—Qué lindo, chicos.
—Estábamos muy cómodos con Sunny —dijo Kiara—, hasta que trajiste a lo peor de los Cameron.
—¡No hables como si no estuviera! —le gritó Sarah a Kiara, quien ignoraba en su demanda.
Kiara le respondió sin dudar. —Entonces vete.
—Te lo dije —comentó Sarah, mirando a Sunny.
Sunny sintió que la situación se tornaba más y más incómoda. —Oh no, esto no está bien —murmuro mientras comenzaba a darse cuenta de que la tensión aumentaba.
—¿Qué le dijiste exactamente? —preguntó Kiara con un tono desafiante, enfocándose en Sunny. —¿Qué eres una mentirosa?
—Que eres una perra que habla mierda —respondió Sarah, visiblemente enojada.
Esto sorprendió a todos, y los chicos comenzaron a intercambiar miradas en estado de shock.
—¿Sí? —replicó Kiara, sin inmutarse. —¿Cuándo te mentí? Te acercas a alguien durante un mes, y luego le das la espalda...
Mientras tanto, Pope y JJ comenzaron a apostar entre ellos sobre quién ganaría la discusión.
Sunny, sintiendo que no podía dejar que la pelea continuara, intentó calmar a ambas.
—Chicas, por favor...
Fue entonces cuando John B, exasperado, gritó. —¡Cállense todos!
El silencio que siguió fue asombroso, permitiéndole a él tomar la iniciativa. —Kie, eres mi mejor amiga, ¿no? —le dijo a Kiara, buscando la calma, y luego miró hacia Sunny y continuó—. Y Sunny, eres... Eres mi novia.
—Eso es nuevo —murmuró Pope, levantando una ceja con curiosidad.
—Te dije que tenía que admitirlo en algún momento —comentó JJ hacia su amigo, sintiendo que el ambiente se encendía.
—¿Ahora sí sales con Sunny? —preguntó Kiara, frunciendo el ceño mientras Sunny se mostraba visiblemente confundida.
—No —respondió John B.
El chico intentaba mantener la calma, pero Pope rápidamente añadió: —Sí, dijiste esas cosas.
Sí, si dijiste esas cosas.—dijo JJ
El aire se sentía tenso, y Sunny sintió cómo el malestar la invadía, preguntándose si realmente habían surgido esos rumores.
—El amor irrumpió, ¿sí? —comenzó John B nervioso, sin querer que todo esto saliera de control. —Solo pasó.
—Voy a vomitar con todo esto —dijo Kiara, claramente agotada de la situación.
—No lo voy a negar, ¿no? —continuó John B, sintiéndose cada vez más presionado.
—Esto es ridículo —respondió JJ, intentando mantener la situación en un tono más ligero, pero era evidente que las cosas se estaban complicando.
—Mira, John B, deja de mentir. —añadió Kiara, mirando a Sunny con desdén—. Sunny puede estar en todo, pero si Sarah entra, yo salgo.
—Kie, no puedo hacer eso —respondió John B, dándole la espalda.
La tensión creció y le respondió desafiante.
—bien, tú no cuentas—Kie miró hacia su mejor amiga—pero Me interesa mucho: ¿ella o yo? —preguntó Kiara, mirando a Sunny de forma desafiante.
Sunny sintió un fuerte dolor de cabeza y una presión en el pecho. Las palabras resonaban en su mente mientras la atmósfera se volvía cada vez más pesada.
—Ambas —respondió Sunny, incapaz de tomar partido en medio de la guerra entre las chicas.
Kiara, frustrada, se dio la vuelta y se marchó.
Sunny quedó en un silencio profundo, sintiendo la incomodidad de lo que acababa de suceder. Sarah, sin embargo, no dejó que la tensión se disipara. Miró a John B, con una expresión burlona.
—¿Sería genial, no? —imitó con sarcasmo, parodiando las palabras que él había dicho anteriormente.
Sunny se levantó del sofá, sintiendo que era el momento de escapar. —Vámonos, Sarah —dijo, buscando la salida, intentando cortar con la tensión de la situación.
—Sunny, no... —intentó decir John B, pero ella ya se había decidido.
—Los dejaremos hablar —fue lo último que dijo Sunny antes de irse con Sarah, sintiendo que escapar era lo mejor en este momento.
Mientras ambas se alejaban, Sunny sintió que el nudo en su estómago comenzaba a resolverse levemente, aunque las palabras de Kiara aún resonaban en su cabeza. Se preguntaba cómo manejaría todo esto y si había realmente un lugar para ella entre los Pogues.
La caminata fue silenciosa, pero Sunny sabía que debía aclarar las cosas con John B más tarde. Tenía que hablar con él, porque no podía pensar que había algo engañoso entre ellos.
—¿Estás bien? —preguntó Sarah a Sunny, rompiendo el silencio, sintiendo la presión en el aire que las rodeaba.
—No lo sé —respondió Sunny, suspirando mientras se adentraban en la brisa fresca de la tarde, pero la realidad seguía presente y, en el fondo, sabía que lo que sucedió estaba lejos de haber terminado.
(...)
Sunny no había llegado muy lejos cuando sintió que algo la alcanzaba. Al voltear, vio que John B venía corriendo tras ella, con una expresión de preocupación en su rostro.
—Hey, espera —dijo él, intentando recuperar el aliento mientras se detenía a su lado—. Lo siento por lo que pasó allá dentro.
Sarah suspiró, y habló;—Yo me iré, te veo luego Sunny, suerte con el idiota.
Así quedaron solos los dos adolescentes
Sunny se cruzó de brazos, sintiendo todavía la tensión en el aire. —No es solo eso, John B. Todo se sintió tan... incómodo. No sé cómo manejarlo...Y tú pareces ocultas cosas
John B frunció el ceño, acercándose un poco más.
—Lo sé. Pero quiero que sepas que de verdad te aprecio. Eres increíble, Sunny.—el chico le tomó los hombros suavemente.— Tengo muy claro que me gustas, y eres lo más increíble.
Sunny se sintió un poco más relajada por sus palabras. Sus ojos se encontraban, y el mundo pareció desvanecerse a su alrededor por un momento.
Sunny sonrió
— también me gustas mucho—sonrió—...Pero vuelves a ocultar algo como decir que era un medio, y será lo último que sabes de mí.
John B asintió muchas veces seguidas
—más claro que el agua.
Sunny le dio un beso rápido.
—Lo superaremos. Siempre lo hacemos, y sé que a Kiara le importa, pero a veces no sabe cómo expresar sus sentimientos.—la chica pareció tener una idea más clara—Debe estar asustada de perder a su mejor amigo, ve a Sarah como una amenaza, ambas tienen mucho por hablar
—Estoy seguro de que podemos hacer que se reconcilien. ¿Por qué no nos ayudamos a hacer que Kiara y Sarah hablen?
Sunny miró hacia el suelo, reflexionando. —No tengo idea de cómo podríamos hacerlo.
John B sonrió, con un brillo decidido en sus ojos. —Podemos hablar con JJ y Pope. Tal vez ellos tengan algunas ideas.
—Está bien, hagámoslo —respondió Sunny, sintiéndose un poco más animada. La idea de trabajar juntos para resolver la situación la emocionaba y aliviaba al mismo tiempo.
Ambos comenzaron a caminar de regreso hacia donde los chicos estaban esperando, y Sunny sintió que con cada paso se estaba alejando de la incomodidad anterior.
Al llegar, Pope y JJ los miraron.
—¿Todo bien? —preguntó JJ, notando la expresión esperanzadora en los rostros de Sunny y John B.
—En realidad, tenemos un plan —dijo John B, con una sonrisa confiada—. Sunny y yo pensamos que deberíamos ayudar a Kiara y Sarah a reconciliarse.
—Sí, porque necesitamos que el grupo esté unido —añadió Sunny, sonriendo a medida que se unía a la conversación—. No podemos dejarlas así. Y principalmente necesitamos encontrar El Oro
Pope asintió. —Eso suena genial. ¿Cómo lo hacemos?
—Podríamos organizar una pequeña reunión y hacer que hablen entre ellas, lejos de la tensión y con un ambiente relajado —sugirió JJ.
John B sonrió con satisfacción. —Exactamente. Necesitamos ser creativos para que se sienten y se escuchen.
— ¿están diciendo que las encerremos en el barco?—Los tres compartieron miradas y luego la miraron, Sunny abrió sus ojos al comprender— ¿¡y qué esté con ellas ahí!? Me van a matar
—No si logras antes que se reconcilien—aclaró JJ como si eso ayudara.
Sunny miró a los chicos, sintiendo que había una chispa de esperanza en el aire. Quizás no todo estaba perdido, y juntos podrían encontrar el camino hacia la reconciliación.
—¿Entonces estamos de acuerdo? —preguntó Sunny, mirando a cada uno de ellos.
—Sí, estamos de acuerdo —respondieron todos al unísono.
Sunny sonrió, sintiéndose parte de algo más grande, y al mirar a John B, supo que juntos podían superar cualquier obstáculo.
(...)
Sunny y John B se habían alineado con los chicos para crear un plan que los llevaría a una nueva aventura. Mientras tanto, en el mini barco, Kiara estaba ayudando a los demás con unos ajustes cuando, de repente, Sarah logró salir del lugar al que la habían encerrado. Con una mirada furiosa, se topó con ella.
JJ y John B se habían lanzado del barco, hacia el bote donde los esperaba Pope para irse.
—¡Qué demonios! —exclamó, frustrada Sarah.
Justo en ese momento, Sunny salió del otro lado, sonriendo.
—Hola, chicas, ¿qué tal todo?
Kiara y Sarah giraron la vista hacia Sunny y luego se dieron cuenta de que los chicos se alejaban rápidamente.
—¿Es un chiste? —les gritó Kiara a los chicos, al verlos irse.—¡Regresen aquí ahora! —exigió, con el tono de voz elevado.
—No podemos. No hasta que lo solucionen —respondió John B a lo lejos, sin mirar hacia atrás.
—¡Los mataré a cada uno de ustedes! —amenazó Kiara, furiosa.
—¡No pueden irse! —gritó Sarah, sintiéndose impotente.
—Hay comida en la cabina, JJ hizo un porro y les dejamos a Sunny —gritó Pope, tratando de minimizar la tensión en el aire.
—¡Sunny es intermediaria! —gritó John B, tratando de salvar la situación—. Quiero a mi novia intacta, ¡mátense entre ustedes! No a ella.
—¡Es de hidropónico! —dijo JJ, defendiendo su elección de hierba mientras seguía se iban.
—Esto es ridículo —comentó Kiara, quien se quitaba la ropa para quedar en bikini—. Prefiero ahogarme a quedarme aquí contigo.
Al mismo tiempo, Sarah entonó, sarcástica: —Bien, adelante. Quizá por fin te calles.
—Chicas, por favor —intervino Sunny, levantando las manos en señal de paz—. Solo tenemos que hablar.
Pero las dos chicas ignoraron su intento y rodaron los ojos, frustradas.
Al final del día, una medusa picó a Sarah mientras intentaba nadar, lo que la obligó a regresar al barco, visiblemente molesta.
—¿Estás bien? —le preguntó Sunny, manteniéndose en su lugar con los brazos cruzados, observando a su prima.
—Oh, gracias —respondió Sarah, con un tono irónico—. No me había dado cuenta, gracias por avisarme que habían medidas.
—¿Duele? —preguntó Kiara, con un toque de maldad.
Sarah respiraba entrecortado, incapaz de evitar el malestar.
—¿Sabes lo que dicen? —preguntó Sarah, mirando a Kiara con un brillo travieso.
—No —respondió Kiara, sin poder suponer hacia dónde iba esta conversación.
—Sobre curar picaduras de medusa —dijo Sarah, antes de que Sunny interviniera rápidamente.
—Nadie está orinando sobre ti, Sarah. Tengo una mejor idea —contestó Sunny, impidiendo que la conversación se desviara hacia un camino incómodo.
Al final, las tres, Kiara, Sunny y Sarah, se encontraron sentadas en la cubierta con el porro que había dejado JJ.
—Es para el dolor —dijo Kiara, ofreciéndoselo a Sarah, quien se veía un poco más relajada.
—Claro que sí —respondió Sarah, aceptando la oferta.
—Despacito —le dijo Sunny a su prima, cuando vio que estaba fumando demasiado rápido—. No te lo quieres acabar todo de un golpe.
—Es del primo liciado de JJ —comentó Kiara, haciendo una broma para quitarle un poco de seriedad al momento.
De repente, Sarah comenzó a toser, ahogándose con el humo. Si, quedaba una gran noche para que se reconciliaran todas, porque el tesoro había que buscarlo.
Hola! Espero que te este gustando la historia si puedes VOTA y COMENTA, no sean lectores fantasmas, además, si gustan pueden SEGUIRME, y así verán más actualizaciones sobre todo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top