Chapter 7:-

Regresó a casa con su cuerpo cansado, lo que más quería en esos momentos era tomar un largo bañó de agua tibia, alimentarse y luego ir a dormir hasta él día siguiente.

Cuando llegó, todo se encontraba a oscuras, encendió la lamparilla de las escaleras y se perdió en el segundo piso yendo hasta su habitación. Una vez allí, busco su pijama y colocó su vista en el escritorio. Algo faltaba, mas no le dio importancia ya que no recordaba qué era.
Fue al cuarto de baño y estuvo en la ducha por casi media hora, al salir su cuerpo recuperó sus fuerzas como también su apetito. Bajó ya vestida hacia la cocina, pero al pasar por la sala se detuvo inmediatamente en cuanto las luces dieron de llenó en sus oscuros ojos.

Ambos adultos se encontraban sentados frente a frente, con rostros totalmente serios.

-Buenas noches.-saludó tímidamente. Quizás la regañarian por llegar tardé a casa.-¿Sucedio algo malo? .-preguntó curiosa.

-Chaeyoung, debemos hablar contigo seriamente.-contestó su tío señalándole e invitándola a tomar asiento en él sofá que estaba entre ellos. La rubia aceptó y tomó asiento donde le decían anteriormente.
-Exactamente, ¿qué es esto? .-dejó caer sobre la mesilla de centro los estudios que se había realizado y la ecografía recientemente hecha.

En la habitación reinó el silenció, transformándolo en uno tétrico y horrible.
Rosé abría y cerraba la boca torpemente con intenciones de responder o siquiera decir una sílaba, pero de ella no salía palabra alguna y se le quedaban trabadas en la garganta. Levantó la mirada de los papeles y notó la decepción en sus familiares.

-Dime que es una maldita broma.-volvió a decir el hombre.-¡¡Responde!! .-gritó alto asustándola, haciéndola brincar.

-... F-fue un ... Accidente.-dijo al fin.

-¿Un accidente? ¡¿Un accidente!?! ¡Estas cosas no suceden por un accidente! ¡Eres igual a todas las muchachas, una irresponsable! .-gruñó su tío señalándola con acusaciones.

-L-lo ... Lo s-siento... .-murmuró con voz quebradiza. Sus marrones ojos ya se encontraban rojos, cristalinos y las lágrimas corrían por sus abultadas mejillas.

Pronto sintió su mejilla derecha arder, obligándola a llevar su mano hasta la zona lastimada.
Sandara la había abofeteado, y lo hubiese seguido haciendo si no fuera porque su hijo la detuvo.

-¿Lo sientes? ¡¿Eso es lo único que puedes decir?! .-decía la anciana con rabia.-¡¿Sabéis lo que acabais de hacer, estás consiente?! ¡Arruinaste tú vida y futuro por ser una suelta! .-Rosé mantenía su mirada baja mientras escuchaba atentamente las palabras hirientes de su abuela.-¡Eres una niña aún, no podéis traer al mundo a un bebé todavía! ¡¡No pensasteis en las consecuencias!!

-¡Voy a hacerme responsable de mis actos! Lo tendré y cuidaré de él.-a su tío se le desfiguró la cara al escucharla.

-¡¿Estás loca?! ¡No permitiré que sigáis con tu embarazo! .-exclamó asustandola.-¡Mañana mismo iremos a terminar con todo esto! .-dijo finalizando la discusión. Después se retiró de la habitación dejando a ambas féminas a solas, en un incómodo silenció.

-... A-abuela... Yo, por favor... P-perdoname.-suplicó con un nudo en la garganta.-¡Te lo iba a decir! Lo prometo.

-¿Cuándo, cuando ya caminará y te dijera “mamá”? .-habló con sarcasmo.

-¡Lo siento mucho! .-dijo entre lágrimas. La mujer ni siquiera la miró, negó y se retiró al igual que su hijo anteriormente.
-... Lo siento... Lo siento...

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Quizás ya eran cerca de la una de la madrugada. Anteriormente, había llorado con todas sus fuerzas mientras se abrazaba a sí misma y acariciaba su notorio vientre.
Ahora se encontraba haciendo un bolso, en donde guardó algunos de sus libros, ropas y él dinero que había mantenido ahorrado hasta ése día.

Una vez lista, bajó las escaleras con sumó cuidado de no hacer ruido alguno, y salió de la residencia mirándola por una última vez. Sujetó con fuerzas la correa del bolso y emprendió en un rumbó desconocido para ella.

No dejaría que nadie lastimará a su bebé, ni siquiera su familia.
Esto era una carga que únicamente ella podía sobrellevar, y por esa razón era que abandonaba su casa.

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Tomó asiento en una banca de un parque cercano al centro. Sus pies dolían por tanto caminar, dejó un lado su bolso aún manteniéndolo cercano, y fijó su vista en ningún punto en específico. Su mirada estaba completamente pérdida, y sus lágrimas no se detenían al igual que sus gimoteos.

-¿Rosé unnie? .-escuchó una suave voz a unos cuantos pasos. La rubia levantó su mirada y la colocó sobre la chica aún con las marcas de lágrimas en sus mejillas.

-Chaeyoung-ah.-susurró.
Son Chaeyoung, era su compañera de trabajo en la tienda de convivencia.
-¡Que vergüenza! .-exclamó mientras se deshacía de las lágrimas sin éxito alguno.

-¿Sucedió algo malo? .-preguntó sentándose a su lado.

-No es nada... .-sonrió forzosamente.

-¿Te estás muduando a éstas horas? .-cuestionó observando la mochila y bolso de la contraria.

-Me he ido de casa.-murmuró bajando la cabeza.

-Pero, ¿por qué?

-Porque... Ya no puedo seguir viviendo ahí. Es algo difícil de procesar.

-¿Qué harás ahora?

-Probablemente, duerma aquí está noche. Luego tendré que buscar un lugar donde vivir por un tiempo, pero no te preocupes, seguiré trabajando, necesitó él dinero.-mencionó sonriente.

-Unnie, no dejaré que duermas aquí, ¡¿estás loca?! Es peligroso dormir en las calles, y más para una jovencita como tú. No, hoy duermes cómodamente.

-Pero,... No tengo dónde más ir. Además, no quiero ser una carga ni mucho menos que tengáis problemas con tus padres

-De eso nada.-tomó un bolso de ellos y se incorporó para que la rubia la imitará.-Mi familia estaba buscando a alguien que quiera arrendar un departamento, pero creó que ya encontré a la persona indicada.

-Chae, no podría pagarte él alquiler, sólo tengo... .-le enseñó él dinero que cargaba con ella. La menor sonrió y negó. Colocó su mano sobre la contraria, la cerró y acercó a la dueña.

-No os preocupéis por eso. No podría cobrarle a una amiga tan cercana como tú, después arreglamos todo eso con mis padres. Ellos entenderán, no te asustes.

Rosé asintió con timidez. Lo menos que le gustaba era aprovecharse de oportunidades, pero ahora tenía que pensar en el bienestar de su hijo y nada más.

-Vamos, que está haciendo demasiado frío.

-S-sí...

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Llegaron a un barrio tranquilo, iluminado y con muchos árboles a su alrededor. Frente a ellas, se encontraba un edificio de doce pisos, el cual contaba con estacionamiento y terraza con pileta.

Al entrar, había lo necesario para un arrendador. Una cocina, un baño, tres habitaciones, la sala/comedor, y hasta un balcón pequeño.

-No es mucho, pero supongo que podría servirte por ahora.

-Es perfecto, muchas gracias. Es más de lo que podría haber pedido.-agradeció inclinándose en noventa grados.

-Seguro que debéis estar pasando por un mal momento, así que si necesitáis algo, no dudéis en pedírmelo. Sabéis que puedes contar conmigo.

-Muchas gracias Chae-ah, no sabría como agradecértelo.

-Ya te lo dije anteriormente, de eso no te preocupes. Ahora me iré para que podáis acomodarte.

La mayor se inclinó una vez más, Chaeyoung sonrió imitándola y se retiró dejándola a solas.

Rosé le dio una última mirada al lugar, con una buena limpieza y pintura estaría en buenas condiciones. Por él momento lo único que necesitaba era descansar.
Ingresó a la habitación principal y se recostó sobre la cama tocándola con suavidad.

Luego buscó entre sus cosas la ropa para dormí y su móvil celular. Después de cambiarse a su pijama y acomodar todo para el día siguiente, se acurrucó y apagó la lamparilla del buró.
Pronto volvió a llorar descontrolada mente, que después de unos largos minutos se quedó dormida haciéndolo.

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-¡HaeJin, Rosé no está en su cuarto! .-dijo Sandara desesperada. Él hombre se incorporó y corroboró con sus propios ojos que su sobrina se había escapado de casa.

-Así que está es su decisión.-murmuró con molestia.

-¿Qué vamos a hacer? .-preguntó la anciana con preocupación. Después de todo, era su única nieta y estaba embarazada.

-Desde el momento en que ella abandonó ésta casa, nos ha dejado en claro cual es su decisión. Rosé ya no es nuestra responsabilidad, ella deberá mantenerse por sí misma.

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Había tenido un encantador sueño, en donde Rosé le confesaba que lo amaba y quería estar con él para siempre. Pareció tan realista con ese sonrojó característico en sus abultadas mejillas, que hasta podría nunca haberse despertado.

Desafortunadamente, su sueño de fue a la basura en cuanto su madre lo llamó tras la puerta de su habitación, diciéndole que iba tardé a clases.

Como todos los días bajó listó y sin ningún minuto para desayunar.

-¿Escuchaste lo que te dije, Jim? .-preguntó su padre al verlo en él recibidor.

-No realmente.

-¡Dije que no tardéis en llegar a casa! .-gritó enfadado.-Tengo que presentarte a alguien en cuanto llegues.

El adolescente no dijo nada, simplemente cerró la puerta en la cara de su padre y se marchó.
Mientras iba caminando se encontró con Taehyung, quién lo único que murmuraba eran cosas sobre Jennie Kim. Sobre lo bella que era, que ella era su alma gemela, que ella era la mujer de su vida y madre de sus futuros hijos, y mucho más, que a él no le importaba en lo más absoluto.

Al llegar al portón del establecimiento, se cruzaron con Park, quien venía con la cabeza gacha y sin mucho ánimo.

-Escuché que Rosita dejó él equipo de porristas.-dijo Taehyung mientras ambos la miraban.-Debe ser por eso que está tan triste.

Jimin la observó como siempre y no respondió. La rubia caminaba lentamente y se miraba tan débil y como si no hubiera dormido lo suficiente, en más, sus ojos estaban completamente rojos, lo que podría significar que había estado llorando.

-Es una verdadera lástima, era muy buena en ello, ¿por qué lo habrá dejado?

-No lo sé...

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Aunque Lalisa le hablará de miles de tema diferentes, ella no estaba escuchando ninguno en especial. Al contrarió, se encontraba perdida en sus propios pensamientos.
Todavía le dolía como la habían tratado el día anterior, y más con lo que querían hacerle a su bebé, ahora realmente se sentía sola.

Al llegar Jennie y Jisoo, se unieron a los temas de Manoban. Quien les contaba de Jeon, él cual ni siquiera se le había acercado para realizar el trabajo de Literatura.
Rosé desvío la mirada, y una traicionera lágrima se deslizó por su mejilla, la cual no paso desapercibida por Jimin, quien la observaba con preocupación.

-Park Chaeyoung, él director te necesita en su oficina.-dijo el profesor ni bien entrar al salón. La nombrada se incorporó y salió del aula siendo seguida por la avellana mirada de Jimin.

Caminó por el corredor, hasta llegar a una puerta color marrón, la deslizó y se encontró con la secretaria.
Esperó pacientemente a que la atendieran, lo cual parecía ser una eternidad. Una vez la mujer salió de la oficina ella se colocó de pié.

-Park-ssi, el director te verá ahora -Rosé agradeció y luego entró cerrando la puerta tras de sí.
Tras el escritorio se encontraba un hombre mayor, quien la miraba con seriedad.

-Alumna Park, hemos recibido un extrañó llamado ésta mañana.-menciono él hombre apoyando sus manos sobre la madera.

-¿Un llamado?

-Tu tío llamó, diciendo que haz dejado tu cada, ¿es eso verdadero? .-la menor se colocó rígida ante el pánico que se apodero de ella.

-... S-sí... .-él de traje se tomó la frente y se la restregó durante unos segundos.

-Entiendo. También, nos dijo que ya no pagaría más la mensualidad.-suspiró.-¿Sabéis lo que eso significa, no?

-¿Tendré su abandonar la institución? .-cuestionó con miedo y voz entrecortada.

-Deberías, pero tu abuela ha venido a hablar conmigo personalmente conmigo. Me pidió que no te expulsará, y me comentó sobre tu “estado”.-Rosé supo de inmediatamente que se trataba de su embarazo.
-Eres una buena alumna, y todos los profesores estuvieron de acuerdo en darte una oportunidad, por ello, voy a darte una beca.
Si mantenéis notas altas y tu promedio no baja de ochenta reduciré la cuota, ¿estás de acuerdo? .-ella afirmó.-Él problema es que, tu abuela pagará solo una mitad, ¿tú podrías pagar el restante? .-la menor afirmó nuevamente, está vez moviendo su cabeza lentamente.

Sin nada más que decir, dejó la oficina y se dirigió directamente a la azotea.
Sus lágrimas no tardaron en salir, y lloró lo necesario para sacar todo él dolor que sentía en esos momentos.

¿Qué haré ahora?

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Momo🍑💞