𝙥𝙧𝙤𝙡𝙤𝙜𝙪𝙚, the princess who was born in a storm
───PROLOGUE
la princesa que nacio en una tormenta
EN UNA NOCHE DEL año 110 después de la conquista en medio de una dura tormenta, la consorte del rey habia entrado en labor de parto.
La reina Alicent tenía apenas ocho meses, un mes menos del que debería dar a luz, lo que mantenía ligeramente preocupados a los maestres por el estado adolorido y desesperado de la Hightower por las contracciones que le robaban aliento y un par de lagrimas.
Su cuerpo tendido en una cama, con una de sus damas de compañía sirviendo de apoyo en vez de su señor esposo quien seguramente estaba con su primogénita, pero eso no importaba ahora, aun cuando estaba furiosa por la falta de su apoyo como lo era habitualmente.
El maestre exigia que pujase y parara cuando el decia, pero Alicent ciertamente no lograba escuchar bien por sus gritos de dolor que lograban camuflarse con los truenos fuera de la fortaleza, apretando la mano de su criada y buscando fuerzas de donde no las tenia.
Alicent había tenido ya dos partos a sus veintidós onomásticos, pero este era el peor, desalentador y desesperante.
───Talya───Llamo debilmente, la mujer de cabellos rojizos se acerco mas a ella para escucharla───Ordena que traigan a mi hermano───Susurro quejandose por lo bajo.
Talya se separó y avanzó hacia la puerta, ordenándole a sir Criston Cole que trajera a sir Gwayne de inmediato para servir de apoyo a su preciada hermana.
Alicent volvió a pujar, con fuerza y furia al no poder parir, llevando casi toda esa noche en labor de parto doloroso.
Por breves segundos, en su mente recordó la razón de la muerte de la reina Aemma, por un parto dificultoso casi igual al suyo, por no decir idéntico.
El miedo fundió su cuerpo y la furia se adueñó de sus ojos, pujando con más fuerza de la requería haciendo que el maestre exigiera a toda costa que parara y tuviera un descanso.
La puerta se abrió y sir Gwayne ingresó a paso rápido, arrodillándose a su lado y tomando la mano de su hermana, retirando de sus rizos rojizos que cubrían su frente sudorosa.
───Hermana───Llamó asustado por la vista, se veía tan débil, como si fuera una niña.
───No me quieren decir como va el parto───Susurro acercandose a el───Siento que me muero───Gruño furiosa por este parto.
Era un infierno, ¿que hizo para obtener este castigo?
───No digas eso───Susurró en reprimenda, mirando al maestre───Mas vale y abra la boca y diga cómo va el parto, sino su cabeza rodara por su ineptitud.
El hombre palideció y tartamudeó.
───Apenas se ve la cabeza, mi reina───Afirmó al ver los ojos de la mujer intentar matarlo con solo eso.
Ante la afirmación, Alicent recostó todo su cuerpo y se permitió soltar lágrimas silenciosas llena de cólera.
───Haga algo───Exigio furioso, acariciando la cabeza de su hermana───La reina debe vivir.
───Es difícil mi señor, la criatura aparentemente es muy grande───Murmuro preocupado.
Y tenía razón quizás, su vientre siempre fue muy grande, con tres meses parecía de cinco, y con cinco parecía de casi nueve meses. Incluso todos llegaron a pensar que cargaba en su vientre dos dragones para la dinastía.
───Mi reina, requiero de su calma y respire hondo, sus nervios no ayudan en el parto, la criatura podría asfixiarse y...
───¡Si muere no me importara!───Grito furiosa, abriendo de mas sus ojos al darse cuenta de sus palabras───No, no───Susurro asustada───Que la madre me perdone───Susurro arrepentida, Gwayne saliendo de su estupefaccion acaricio la frente de su hermana.
───¿Que se debe hacer?───Pregunto fijando su mirada en el hombre.
Gwayne, por la mirada del maestre, pudo saber cuál era la otra opción.
───Puja───Incentivo Gwayne tomando con fuerza su mano, Alicent se quejo───¡Puja, Alicent, debes pujar!───Le exigió cerca de su rostro───El bebe y tú morirán si no lo haces───Susurro desesperado.
Alicent gruño con molestia, apretando la mano de su hermano y la sábana blanca antes de pujar, soltando un grito desgarrador y escuchando al maestre celebrar por ver la cabeza fuera.
───¡Siga pujando, majestad!
Gwayne miró fijamente al maestre al notar el nerviosismo del hombre, reconociendo que era por sentir que el mismo iba a matarlo si algo salía mal.
Y era bueno que así lo sintiera.
Sus ojos fueron a su hermana nuevamente, besando su mano y alentándola a seguir pujando.
Alicent creyó que moriría allí mismo, de una forma que nunca espero tener y que nunca querría, pero al escuchar al maestre alabar a los dioses y pedir una sábana de seda, apenas tuvo fuerzas para intentar oír.
Y allí pudo darse cuenta de que el bebe no lloraba.
───¿Por que no llora?───Pregunto Gwayne extrañado, el maestre lo miro nervioso antes de levantarse de su silla───¡Vuelva ahora!
Pudo verlo cotorrear con las ayudantes, notando sus expresiones preocupadas mientras el viejo señor palmeaba la espalda de la criatura.
Gwayne sostuvo con más fuerza la mano de su hermana dándose cuenta de la situación delicada, deseando tomar su espada y rajarle la cabeza al viejo señor.
Cuando un trueno resonó más fuerte que todos los anteriores, el llanto de la criatura se hizo escuchar haciendo que todos en el lugar pudieran respirar en paz.
───Mi reina, felicidades, es una hermosa niña───Le tendió a la criatura viendo el estado renegado de Alicent en recibirla───Majestad...
───Alejenla de mi───Susurro acomodandose en la cama, Gwayne la llamo incredulo───Llevensela.
───Es tu hija───Le recordo levantandose del suelo, Alicent lo miro de soslayo y siguio imperturbable───Demela───Pidio extendiendo sus brazos al maestre.
El viejo hombre no tardó en darsela, Gwayne la acomodo en sus brazos notando lo grande que era, su rostro arrugado por el llanto y manos buscando donde aferrarse, pudo ver un destello del cabello rubio de la criatura y su piel rojiza por el llanto silencioso que cargaba.
───Es hermosa, parece una viejita───Se burlo haciendo reir a las personas en medio de la tension───Hermana, solo mirala───La alento sentandose en la cama y mostrandosela.
───Gwayne───Le advirtio molesta, casi muere por culpa de la criatura.
No le interesaba.
Gwayne frunció el ceño y nuevamente acuno a la niña en su pecho, mirando brevemente a su hermana con desaprobación antes de fijarse en la criatura que tenía en sus brazos.
───¿Le pondrás el nombre tu o lo hará el rey?───Pregunto cortamente, jugando con las pequeñas manos de la niña que se aferraba a su dedo.
───El rey lo hara───Murmuro con brazos cruzados.
Una matrona se acerco a el esperando a que le diera a la niña para alimentarla, Gwayne frunció el ceño y se giró hacia su hermana.
───Alicent, deja de ser inmadura y recibe a tu hija, necesita de ti.
Gwayne en verdad esperaba que su hermana recapacitara, tenía dos hijos ya, había tenido dos partos y el tercero fue horrible; seguía siendo su hija.
Pero ella estaba reacia, porque casi muere por darla a luz.
───Alicent───Llamo en un regaño recibiendo los ojos de su hermana en él de forma furiosa.
───Alejarla de mí───Gruño aun mas furiosa, quejándose por lo bajo al sentir su vientre doler.
Al final, Gwayne no tuvo más opción que entregarle su sobrina a la matrona, viendo a la mujer arrullar a la niña y alejándose para alimentarla.
No miro a su hermana, simplemente avanzó hasta el maestre y murmuró un par de cosas hacia el hombre antes de retirarse y buscar a su padre, tal vez el sí la haga entrar en razón.
Alicent estaba agotada de oír a su padre y hermano intentar acercarla a la bebe, durante gran parte de la noche y toda la mañana habían estado a su lado intentando que viera a la criatura que nació de ella.
Viserys, el rey, simplemente no había aparecido todavía, inmerso en su ciudad de cerámica más que en el estado de su esposa e hija recién nacida.
Alicent no le importo ponerle un nombre a la pequeña, Gwayne había sido quien la cuido. Otto no le puso realmente atención por no ser un varón.
───Sir Hightower───Llamó la matrona detrás suyo───Es hora de alimentar a la princesa.
El pelirrojo solo asintió y le extendió su sobrina a la matrona, alejándose de ella para evitar incomodidades.
La puerta no tardó en abrirse para consternación de Gwayne, viendo a uno de los guardias inclinarse un poco.
───El Rey Viserys pide la presencia de su hija recién nacida.
Él frunció el ceño y le ordenó retirarse.
───¿Puede alimentarla una vez volvamos?───Preguntó escuchando a la mujer afirmar que si───Bien───Susurro tomando a la niña y retirándose de la habitacion.
Gwayne no permitió que nadie mirara a la criatura, tapándola con una fina tela de seda que evitará los malos ojos de las personas en la fortaleza.
A Gwayne no le gustaba ese lugar, era horripilante, lleno de personas desleales e incluso atroces.
Gwayne nunca podría admitir que su padre era así, y su hermana iba por el mismo rumbo.
───Dime, pequeña, ¿no te gustaría venir conmigo a Oldtown?───Le pregunto como si la criatura pudiera entenderlo───Yo te protegerá de cualquier mal, no estarías lejos de mi.
La niña sencillamente era un respiro a su tenso entorno.
Sus ojos violetas no eran como los de Aegon o Helaena, tampoco como los de la heredera Rhaenyra, eran mucho mas claros, quizas por lo poco con vida que tenia todavia, pero eran de un tono lila, pero tambien podia diferenciar exactamente que uno era más oscuro que el otro.
Admirando a su sobrina no se dio cuenta de que estaba frente a la puerta del rey, carraspeando para retomar enteramente su compostura como caballero permitió que los guardias le avisaran al rey de su visita como ordeno, ingresando poco después con recelo.
El rey estaba impasible, fijo en su maqueta de cerámica y no en él con su nueva descendiente en brazos.
───Sir Gwayne───Saludo tras volver en sí, quejándose un poco por las heridas de su cuerpo por una extraña infección.
Gwayne se inclinó ante él con un falso respeto, afirmando a la niña contra él antes de mirarlo nuevamente.
───¿Es esa mi nueva hija?───Preguntó con una ligera sonrisa, Gwayne supo diferenciar que no era una de especial gusto alegre. Era más una de carga.
───Así es, majestad.
───Nacida en medio de una tormenta, muchos la llaman stormborn───Se burló con una nueva alegría───Rhaenyra nació en una mañana muy calurosa, nacieron de modo distinto.
Gwayne no pudo evitar sentir decepción.
No importaba la situación, las palabras, la conversación crucial. El rey siempre mencionaba a su primera hija, o a su difunta esposa.
───Supongo que es una niña muy especial.
───Lo es quizas───Sonrió extendiendo sus manos a el, Gwayne se sintió receloso a dársela, pero no tuvo más opción que hacerlo───Ah, mirate, una belleza valyria───Suspiro acariciando su rostro───Una niña que es especial necesita un nombre, ¿Alicent no se lo dio?
Gwayne no supo ni que decir. Alicent ni siquiera mencionaba su parto, actuaba como si nunca estuvo embarazada y nunca tuvo a su tercera vastago.
───Está demasiado agotada, majestad───Justifico para mal gusto en su boca, cruzando sus manos atrás de su espalda en una pose defensiva.
───Hm, en ese caso lo hare yo───Sonrio haciendo al pelirrojo fruncir el ceño, su hermana había mentido───Viserya───La nombro haciendo a Gwayne sonreír ligeramente amargo.
Pero con solo ver la sonrisa de la ahora Viserya lo animo.
───Viserya stormborn───Nombro con más fuerza Viserys, observando a la niña con una nueva adoración.
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