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chapter two
❝cayendo por ella❞

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Julio 2012

ODESSA SIEMPRE AMO SU trabajo pese a que existían días en donde la carga era demasiado y se cuestionara si realmente había tomado la decisión correcta al unirse a la Interpol. Sin embargo ahora que Emily había llegado al lugar, esos días y pensamientos parecieron quedar en el olvido.

Aún cuando el trabajo era demasiado y gracias a esto habían tenido que posponer en mas de una ocasión su salida a los invernaderos, Odessa se sentía demasiado feliz de poder pasar tiempo con Emily.

Todas las mañanas, Odessa se encargaba de llevarle a la pelinegra su café favorito y en las tardes, siempre intentaban comer juntas, aunque fuera en cualquiera de las oficinas o tuvieran que compartir algo pequeño.

Pasaban cada momento que el trabajo les permitía juntas y eso hacía feliz a Odessa, quien en mas de una ocasión se descubrió a si misma contando los minutos que faltaban para volver a reunirse con Emily.

Se estaba interesando de mas en Emily y claro que lo sabía, pero no tenía ni la más mínima intención de frenar sus sentimientos o de alejarse por experimentar lo que estaba sintiendo. No cuando esto había sido lo que la estaba haciendo sonreír como nunca antes.

¿Y es que cómo no caer ante una mujer como Emily Prentiss?

Era hermosa, inteligente, dulce, amable, creativa, astuta, valiente, y todo esto por decir lo menos. Odessa veía en Emily cientos de cualidades que muy probablemente le tomaría bastante tiempo enlistar.

Esa noche de Julio, los relojes de ambas mujeres marcaban las siete y media de la noche cuando pudieron terminar sus labores del día. Estaban sorprendidas, era lo mas temprano que habían terminado desde que la pelinegra se había unido a la Interpol.

— ¿Entonces ya nos podemos ir?— le preguntó Odessa a Emily— Es raro, siento que ya pasaron demasiados años desde la última vez que salí a esta hora y parece tan irreal

— Pues por lo visto si. Terminamos con todos los pendientes de la semana y no le veo sentido a quedarnos mas tiempo— respondió Emily— Avanzamos bastante rápido, estoy sorprendida del buen equipo que hacemos, pero me gusta

— Si... a mi también me gusta— suspiró Odessa viendo a la pelinegra con una sonrisa— Trabajar contigo... me gusta trabajar contigo

— A mi también. Realmente el tenerte cerca estos últimos días me está siendo de gran apoyo para poder adaptarme— decía Emily mientras guardaba sus cosas en su bolso— Es más, como agradecimiento por ayudarme tanto, ¿Tienes algo que hacer esta noche?

— No realmente, pero no tienes que hacer nada por mi, lo hago con gusto y porque me emociona la idea de que mas mujeres entren en cargos tan importantes como el que ahora tienes—decía Odessa imitando las acciones de Emily

— Insisto. Realmente has hecho demasiado por mi, déjame pagarte al menos con una cena— dijo Emily sonriendo— Además eso me sirve para ir conociendo buenos lugares, toda recomendación es buena

Odessa sonrió emocionada.

Había convivido los últimos días con Emily y aunque habían hablado bastante, cada que alguna situación referente al trabajo su actitud era bastante seria y dura.

Una faceta por completo diferente a lo que Odessa había estado viendo.

Y era gracias a eso que la castaña tenía dudas sobre el resto de las facetas de Emily Prentiss.

— Está bien, acepto— accedió ella— Me gusta mucho la pizza y tengo una idea de a donde podemos ir. ¿Te gusta la idea?

— La pizza suena perfecta y me encanta, por supuesto que me gusta la idea— asintió la pelinegra

•••

Odessa amaba la pizza, era su cosa favorita en el mundo, no había cosa que pudiera superar la felicidad que le causaba comer su alimento favorito. O al menos así fue hasta que tuvo la oportunidad de compartir la cena con Emily.

Adoraba escuchar su risa, su voz, todas esas anécdotas increíbles en compañía de su antiguo equipo, ver sus ojos brillar cuando hablaba de las cosas que tanto le apasionaban.

Todo era un momento realmente mágico y Odessa se encargó de hacer que cada minuto que pasara fuera inolvidable.

— Siento que te estoy aburriendo con todas mis historias. No te he dado la oportunidad de hablar...— dijo Emily

— Es imposible que me aburra si estás cerca— contestó Odessa sin pensarlo— Quiero decir... eres una persona bastante interesante y tienes grandes historias...

— Entiendo, entiendo, gracias por eso. Pero aún así quiero saber mas sobre ti— dijo Emily riendo— El día que nos conocimos me dijiste que no tenías grandes historias por contar y yo te dije que eso no podía ser posible. No con un empleo como el que tenemos...

— Lo recuerdo, lo recuerdo— sonrió Odessa recordando ese día

— Bueno, ya pasaron algunos días. Debes de recordar alguna buena anécdota... no precisamente tiene que ser del trabajo, pero cuéntame más sobre ti...

Odessa siempre creyó que tendría algo que contar. Su vida en varias ocasiones llegaba a ser caótica y eso le generaba grandes anécdotas, sin embargo, al encontrarse ftente a Emily sentía que todas esas cosas se hubieran esfumado de su memoria.

Vaya que Emily la ponía bastante nerviosa.

“Piensa Odessa, piensa”. Se repetía la castaña

— Oh ya, tengo una muy buena que te puede demostrar como pese a que tengo un porte bastante serio en el trabajo, no siempre fui así— recordó Odessa con una sonrisa— Aunque me da un poco de pena contarlo

— Cuéntame— animó Emily

— Cuando llegué a las oficinas de la interpol por primera vez estaba tan nerviosa que cuando salí del elevador no me di cuenta que la correa de mi bolso se había quedado atorada en las puertas— contó Odessa riendo— Lo noté hasta que sentí un jalón en el bolso. Para cuando volteé el asensor ya estaba subiendo, al igual que mi bolso

— ¡No puede ser!— exclamó Emily cubriendo su boca para ocultar su risa— ¿Y qué hiciste?

— Comencé a pedir ayuda. Algunos oprimieron los botones para que el asensor volviera, pero no sirvió de mucho— siguió contando la castaña entre risas— Al final no pudimos hacer que el asensor volviera y mi bolso se rompió

— ¡Que espanto!— dijo Emily

— Lo sé. Fue aún mas vergonzoso cuando mis labiales rodaron por el suelo e hicieron que Clyde resbalara cuando iba llegando para darme la bienvenida— decía Odessa sin parar de reír— Como si mis primeros minutos no hubieran sido lo suficientemente desastrosos, hice que mi jefe se cayera

Emily no podía seguir conteniendo la risa, por lo que al termino de las palabras de la castaña, soltó una sonora carcajada.

Odessa se tomó unos momentos para apreciar el sonido de la risa de Emily, acción que la hizo suspirar por unos instantes.

Ante sus oidos, era el sonido más angelical que había tenido la oportunidad de escuchar. Era maravilloso... la risa de Emily mezclada con su hermosa sonrisa, dieron como resultado que los latidos de Odessa se intensificaran.

Que raro era el sentirse atraída de esa manera a alguien a quien apenas conocías, pensaba Odessa.

Porque no había manera de negarlo y Odessa tampoco se molestaría en frenar la atracción. Era claro que se había sentido atraída por Emily desde el primer instante donde sus miradas se cruzaron.

Solo un idiota se atrevería a negar que Emily Prentiss era una de las mujeres mas hermosas que existían en el mundo. No había manera de no sentirse atraída por ella.

Sin embargo, el encontrarse en ese momento junto a ella, la hacía darse cuenta que su atracción tal vez no era solamente física y eso si espantó un poco a Odessa...

No por la parte de que temiera el volver a enamorarse, si no mas bien porque Emily era su jefa. El involucrar sentimientos mas intensos, podria llegar a ocasionar problemas en el ambito laboral y eso era algo que no podía permitir. No cuando le había costado tanto el llegar hasta ese punto en su carrera.

— ¿Estás bien?— preguntó Emily al notar a Odessa algo distraída— Sentí que te perdí por unos instantes...

— Me quedé pensando unas cosas. No te preocupes, todo en orden— asintió la castaña con una sonrisa— Te decía... hice que Clyde se tropezara, yo tenía un bolso roto en mi primer día de trabajo y una vergüenza enorme

— Y yo pensé que mi llegada a la UAC había sido un tanto vergonzosa por el hecho de que quien era mi jefe ni siquiera estaba enterado de mi ingreso al equipo— contó Emily sin dejar de sonreír— Pero sin duda me ganaste. No me vuelvo a quejar de mi silencio incómodo con mi antiguo jefe

— Creo que hubiera preferido mil veces que me ocurriera eso, a tener a Clyde sobre mi durante el primer mes— rio Odessa— Creo que temía que hiciera caer a otras personas. No lo juzgo, de hecho gracias a eso dejé de tomar el asensor ese primer mes. No me iba a arriesgar a otro incidente

— Sabía que debías tener historias interesantes, solo que por mi mente jamás pasó la idea de que hicieras caer a tu jefe en tu primer día de trabajo— seguía riendo Emily

— Soy como una caja de pandora. Llena de cosas inesperadas, algunas buenas, otras malas, pero ten por seguro que una vez que te tenga confianza, siempre tendré algo que contar— decía Odessa mientras le daba una mordida a su rebanada de pizza

— Entonces espero ansiosamente llegar a ese momento en donde me tengas la suficiente confianza para contarme mas sobre ti

Odessa sintió el calor subir por sus mejillas, aunque trató de disimularlo bebiendo el contenido de su vaso. Lo que menos quería era que Emily notara lo nerviosa que la ponía.

— Me gusta estar contigo— confesó Emily después de unos momentos— Quiero decir, eres muy divertida y realmente me has ayudado a que todo mi proceso de adaptación sea mas fácil de llevar... te lo agradezco muchísimo

— No tienes nada que agradecer, estoy encantada de poderte ayudar— sonrió de lado la castaña— Y créeme que a mi también me gusta estar contigo... espero que pronto puedas terminar de adaptarte a este cambio y que podamos seguir forjando una amistad

— Si... por supuesto... una amistad, eso estaría bien— dijo Emily sin dejar de mirar a su acompañante a los ojos