Capítulo 3|𝐄𝐍𝐅𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎
—¡Jungkook! ¿No desayunarás con tu madre? Me tienes olvidada cariño.
La señora Jeon aparecía con su aura llena de grandeza y clasismo, era una hermosa mujer de pelo negro y largo, con pequeñas ondas en las puntas de su cabello. Traía un vestido floreado pegado a su cuerpo, que para su edad, era bastante atractiva.
—Si madre.
—Yoongi, por favor, que pongan otro plato en la mesa, mi hijo desayunara conmigo.
—Enseguida señora Jeon.
Salió de aquella casa y fue hacia el comedor de la familia Jeon. Jungkook vivía cerca de la casa de su madre por su seguridad, ella tenía fobia hacia el mundo exterior, por lo cual solo su mayordomo podía salir y hacer sus encargos en su lugar.
Aunque Jungkook no mostrará ningún tipo de sentimiento o emoción, eso era algo que le dolía en el fondo, no ver a su madre como antes, donde salía de compras o traía cualquier cosa exótica para su hogar. Así que por ello tomó la decisión de vivir cerca de ella, aparte de mandar construir un establo para sus caballos y tenerlos ahí, así podía distraerse un rato, ensillandolos o salir a montar.
Pero lo que más amaba, era poder salir a caminar con Bam, su doberman.
—Bueno querido, cuando estés listo, ve a casa, quiero platicar algunos asuntos contigo.—el pelinegro la miró y asintió.
La mujer salió, dejando a su hijo arreglarse para el trabajo.
Esa era su rutina, trabajar y dormir.
Era un completo robot.
[...]
Jungkook comia su rica ensalada, Yoongi era su chef personal, aparte de ser el mayordomo de su madre, era muy perfeccionista incluso con su dieta. No comía nada procesado o comida chatarra, él tenía que ver que la comida sea natural y sin ningún tipo de grasa o carbohidrato.
—Así qué...Grace te invitó a su fiesta de compromiso. —Jungkook asintió. —No te ves triste, llevaban años juntos.
El pelinegro soltó su tenedor un poco brusco y miró a su madre.
—Ella no lo ama mamá, solo es un capricho de ella.
—Jungkook, ella ya aceptó casarse con ese tal Mingyu, ¿por qué actuas con desinterés?
—Mamá...
—Nada de mamá, ella era tan perfecta para nuestra familia Jungkook, la candidata ideal para ser tu esposa.
Jungkook la miró harto, estaba seguro que su madre adoraba a Grace, siempre las veía platicando juntas o incluso, la rubia venía a cenar con ella.
—Madre, yo sé lo que hago con mi vida, lo que pasó entre Grace y yo, ya es cosa del pasado.
Miyeon, su madre, le dio una sonrisa forzada y siguió comiendo. Ahora sólo se sentía la tensión en aquella mesa.
Mientras su padre solo se quedaba callado y observaba cada actitud de su esposa e hijo.
[... ]
—Vamos Edah, acompañanos.
La castaña seguía acomodando las cosas en la parte de arriba de su carro mientras sus amigas la veían y esperaban afuera.
—Por más que quisiera ir, no puedo, tengo que ir a esperar a Taehyung...
Su teléfono empezó a sonar y observó que era su novio. Le mostró la pantalla de su celular con la llamada entrante a sus amigas y ellas suspiraron dando una de sus sonrisas forzadas.
—¿Hola, Tae?-respondió emocionada.
—Edah, hola. ¿Como éstas?
—Bien, de hecho iba directamente a esperarte.
—Sobre eso, ya estoy aquí.
—!¿Qué?!—sus amigas la miraban inexpresivas, aunque ya veían venir esa actitud desinteresada de parte del castaño.—Dijiste que me avisarias.
La castaña estaba triste, había esperado tanto por ver a su novio y ahora sólo tenía que esperar a que él tuviera tiempo para poder verla, aunque sea solo una vez.
—Si, por eso te hablaba, hoy no podré verte, lo siento. Mis padres tienen un compromiso importante y eso me incluye a mi, perdón.
Edah suspiro y asintió, aunque su novio no pudiera verle.
—No te preocupes, será otro día entonces. -comenta algo desanimada, aunque eso era algo que el chico del otro lado de la llamada parecía importarle poco.
—Entonces... Te veo luego, cuidate Edah.
—Te veo... —no dejó que la castaña respondiera y colgó. —luego.
Edah suspira triste y siente una punzada en su pecho. Quería alejar ese sentimiento de su corazón, amaba tanto a Taehyung que a veces olvidaba cuando fue que la trató con cariño o se interesara por ella, más nada llegaba a su mente.
—De nuevo te dejó plantada. —comenta su amiga Scarlett. —Edah, ¿por qué sigues con él?
La castaña la mira enternecida, sin saber ye responder.
—Sabes, mejor ven con nosotras, hoy iremos a esa conferencia, sirve que te distraigas un poco.
Edah asintió y las demás chicas celebraron.
—Miren a la cámara y digan su más grande sueño. —aparece Serenity con una Cámara grabando a cada una de sus amigas.
—Yo soy una gran abogada y mi sueño es tener mi propio despacho sin las ataduras de mi padre. -comenta Gianna.
—Yo amo mi trabajo y tener dinero, próximamente quiero una moto. —dice Scarlett cuando la pelirroja se acerca a ella.
—Tu Neveah, cuéntanos. —dice la fémina mientras observa a la pelinegra.
—Ser una gran bailarina de Pol-dance.
Las demás rien y chocan sus manos apoyando el sueño de su amiga.
—Dada, dinos tu sueño preciosa.
—Mi sueño ya se lo ha robado un imbécil llamado Jeon Jungkook. Lo odio.
El ambiente se puso tenso y las demás chicas se miraban entre sí, sin saber que decir, hasta que Serenity acabo con aquella tensión.
—Yo quiero formar una gran familia y tener un buen hombre a mi lado, que sea muy guapo, por supuesto.
—Algún día Serenity, algún día. —Scarlett palmea su hombro y sube al carro de Edah cuando esta les hace una señal para que suban.
[...]
En la radio, se escuchaba Somebody de fondo y ambas chicas cantaban a todo pulmón la canción, con sentimiento.
—¡When you go out in the night, you're under the lights...!—canta Neveah, siendo seguida por Gianna.
—Oh, I hoped you'd find somebody, hoped you'd find...
—¡Somebody to ride, somebody to die!—grita con sentimiento Scarlett, al ritmo de la canción.
—Oh, I hoped you'd find somebody, I hope you know that somebody ain't me...
Edah reía ante las voces desafinadas de sus amigas pero amaba verlas felices, cantando y animandose entre todas.
—Amo a este hombre, su voz es tan hermosa. —comenta la pelinegra.
—Deja tu la voz, lo que tiene debajo de...
Edah interrumpe a Scarlett cuando ve que su coche no avanza.
—No no no, no me hagas esto carrito.
—Ay que calmarnos, no pasa nada. —dice Neveah.
Las demás asistieron y la castaña recargo su cabeza en el volante soltando un suspiro.
—Adelantense, ya les queda cerca, yo buscaré el estacionamiento.
—Ok, con cuidado. —dice la pelirroja, antes de bajar del coche y caminar con sus amigas.
[...]
—Aquí no puede estacionarse señorita, del otro lado hay otro aparcamiento.
Edah lo mira enojada, tratando de calmarse para no lazanrse hacia aquel señor y darle un puñetazo por lo idiota que se ha portado con ella desde el rato que había querido estacionar su auto.
—Entonces porque ese auto sí, ¿ah? —señala el Mercedes-Benz que esta frente suyo.
—Porque ese es del arquitecto que dará la Conferencia en esta Universidad, por favor señorita, no haga esto más difícil.
—Entiendo, pues que usted y ese auto se pudran.
Giró sus talones y subió a su auto para estacionarse en el otro aparcamiento. Una vez estacionado, bajo y se dirigió hacia el Auditorio de la Universidad, observó como aquellos que eran sus compañeros traían sus togas y birretes listos para ser los próximos graduados de Arquitectura paisajista.
—¡Edah!, que gusto volver a verte.
Una mujer alta y rubia se acerca a la fémina, dándole un abrazo y un beso en la mejilla.
—Hola, el gusto es mío.
La rubia rió y le señalo la banca que estaba a unos pocos metros de ellas para sentarse.
—Justo estaba por llamarte, te tengo una buena noticia.
—Oh...
—Podrás volver a la Universidad y graduarte.
La castaña la miro sorprendida. —¿Encerio?
La. maestra asintió y Edah estaba segura que lloraría ahí mismo de la emoción.
—Solo qué ya no tendrás la beca.
—¿Qué? Pero, yo...
—Podrás volver y graduarte, pero tendras que pagar la última mensualidad, sé que no es de gran ayuda pero al menos puedes pensarlo y ver si puedes conseguir el dinero.
—No puedo, en mi trabajo no gano mucho y mi tía no puede prestarme porque pagará el préstamo que sacó del banco para su negocio.
—Entiendo. Piénsalo y me llamas, ¿entendido? —la fémina asintió. —De igual manera, hablaré de nuevo y veremos que podemos hacer para devolverte la beca, cuidate Edah.
La maestra se despidió, dejando a la castaña aún más herida, con lágrimas recorriendo sus mejillas.
[...]
Llegó al lugar y vió a Serenity haciéndole una seña para que se acercara a ellas.
—Vale Dada, ¿donde te has metido?, nos tenias preocupadas.
—Estuve buscando lugar para estacionar el coche y saludé a la profesora.
La pelirroja asintió y volvió su vista hacia la mujer que presentaba la Conferencia.
—Estamos aquí para ver al gran arquitecto que a su temprana edad, ha tenido bastantes reconocimientos y forma parte de la empresa de arquitectura más famosa del país.
La castaña recargo su mano, aburrida sin ningún tipo de interés sobre lo que decía la mujer que estaba frente a ella.
—Recibamos con un fuerte aplauso a Jeon Jungkook.
El público aplaudía eufórico mientras la castaña sentía que el mundo se paralizaba al escuchar aquel nombre.
Observó de nuevo al frente y vió la silueta de aquel joven aparecer ante la lu, traía un traje negro que lo hacia ver muy elegante, tenía un cuerpo fornido pero no exagerado, era muy...
—Guapo, está como quiere. —susurra Scarlett.
—C-claro que no.—añade la castaña.
—Señor Jeon, platiquenos de su empresa.
—Claro que sí, gracias por la invitación. —la mujer asintió y sonrió. —Art life es una empresa que busca enriquecer el arte y pasión de la arquitectura, hemos recibido premios por nuestro arduo y trabajo, incluso, brindando becas a los mejores estudiantes de esta Universidad.
Edah lo miró furiosa y se levantó de su lugar.
—Eso es mentira.
El Auditorio quedó en absoluto silencio al escucharla y Jungkook paró su discurso.
—¿Perdón? Debe haber un error.
—Claro que no lo es, usted es un mentiroso, eso de que brinda becas a los mejores estudiantes no es verdad.
—Podría acercarse por favor, para poder verla.—comenta el pelinegro.
La fémina observó a sus amigas y volvió a mirar al frente.
—Edah, no lo hagas. —susurra Serenity. —¡Edah!
Edah se acercó hacia la luz que alumbraba el lugar mientras Jungkook la veía, este quedó sorprendido ante la belleza de la castaña, diría que quedó flechado por aquella jovencita refunfuña.
—¿Puede decirme su nombre por favor?
—Da igual, usted no tiene el derecho de saberlo.
Lo miró por última vez y salió de aquel lugar siendo perseguida por sus amigas.
—Disculpe joven Jeon.
Este solo asintió y volvió a mirar hacia donde había ido aquella bella chica.
Otro capítulo más de "You & me", espero les guste. Iré actualizando esta semana.
Besos 💋
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