Capítulo 25|𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐒𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐘 𝐓𝐄𝐍𝐒𝐈𝐎́𝐍 𝐒𝐄𝐗𝐔𝐀𝐋

El día de la fiesta de compromiso había llegado, Jungkook soltó un suspiro de cansancio al ver que había terminado el proyecto y los planos para su cliente, no había dormido en toda la noche por estar pensando en eso, en especial, en la castaña. No sabía que era lo que estaba sintiendo cuando la veía, pero le agradaba la sensación, solo un poco o tal vez mucho, no podía describirlo pero si averiguarlo.

Iba vestido con un pantalón de mezclilla que se acentuaba perfectamente a sus muslos grandes, junto a una playera blanca, dejando a relucir sus brazos musculosos,resaltando al que tenía lleno de tatuajes. Salió hacia el jardín para ver a su madre que organizaba el evento de su "matrimonio falso", pues le había pedido que ella se encargara de eso y lo pudiera dejar tranquilo.

La señora Jeon sonrió al ver a su hijo acercarse a ella. Terminó de ordenar lo que debían colocar los organizadores de la pequeña fiesta, pues a pesar de que no fuera por un compromiso real aún así quería que todo saliera de maravilla.—Las flores colóquenlas en la entrada y en el centro de cada mesa. —señala cada parte donde se encontraban las mesas para los invitados.

—Mamá... —susurra Jungkook cuando la ve acercarse con una irradiante sonrisa.—¿Se puede saber que es todo esto?-preguntó irritado mientras sobaba su sien.

Trataba de relajarse, pues había aprovechado de invitar al señor Choi para poder cerrar el trato y comenzar con la elaboración del proyecto.

—Cielo, me dijiste que planeara tu fiesta de compromiso y eso estoy haciendo.—respondió con seguridad, acariciando las mejillas de su hijo.

—Sí, pero no para una reunión tan grande como esto, solo nosotros y la familia de Edah.

—Querido...—sonrió con malicia mientras le susurra en voz baja, mirando a todos lados para comprobar que nadie pueda escucharlos.—Te recuerdo que tu hiciste esto sin llegar a consultármelo, así que agradece que pude organizar todo en pocas horas ya que no me diste otra alternativa.

Jungkook no protestó a lo que dijo su madre, tan solo suspiró y observó el jardín decorado, nada tenía que salir mal ese día.

—Por cierto, dile a Sefda que pase a verme, necesito platicar con ella.—acarició su cabellera negra mientras observaba a los demás que seguían acomodando los adornos para el evento, su hijo la miró irritado.

—Su nombre es Edah mamá.—dijo con cierta molestia.

—Cómo sea, dile a Sefda que me busque cuando llegue, necesito hablar con ella sobre algunas cosas importantes.—Jungkook asintió poco convencido.

—¿Y mi padre?—indagó curioso, pretendiendo que la respuesta que le daría su madre fuera buena.

—No quiere saber nada sobre tu prometida y esta boda.

El tatuado resopló rendido, su padre a veces solía actuar de forma inmadura y grosera con él. Desde que Jungkook fundó su propia empresa de arquitectura y se hizo independiente de su padre, el señor Jeon dejó de ver a su hijo como alguien en el que podía confiar, ahora solo lo veía como un rival a quien destruir completamente.

—Mejor ve a verlo, platica con él y tal vez cambie de opinión.—sugirió su madre con sinceridad, pues a pesar de que su hijo tomara esas decisiones tan drásticas como el casarse con una mujer que no amaba solo para provocarle celos a Grace, aún así, aquella mujer siempre apoyaría a su hijo aunque no lo demostrara del todo.

Por el lado de Jungkook, este iba directo hacia la otra parte de la casa, en la que se encontraba su padre desayunando con un periódico en las manos, desinteresado por lo que ocurría a su alrededor.

—Mi madre dijo que viniera a verte, supongo que estás enterado de todo y asistirás a la boda.

JaeKyung lo miró por unos leves segundos y después siguió leyendo el artículo del periódico, ignorando la presencia de su hijo.

—No estoy dispuesto a ser participe de estas locuras tuyas Jeon, mucho menos estoy de acuerdo con ese compromiso con aquella chica, no me interesa conocerla.

—Entiendo, pero al menos esperaba apoyo de tu parte...padre.

—¿Quieres mi apoyo cuándo estás por dejar en decadencia por un berrinche de niños? Grace se casará con otro hombre Jungkook, ¿Y tú actúas así?—aclaró su padre al haber dejado el periódico sobre la mesa para ver a su hijo con esos orbes negros más oscuros de lo normal por el enojo que estaba sintiendo.

Jeon Jaekyung tenía una réplica suya delante de él, pero dudaba en admitirlo, pues muy en el fondo, adoraba a su hijo.

—No te preocupes papá, solo que si queremos otra alternativa es decirle a Grace que nos venda sus acciones y asunto arreglado. Además, ella no le interesa mucho lo que tenga que ver con la empresa. —respondió con seguridad.

—Sólo espero no te estés equivocando, las acciones que realizamos sin llegar a pensarlas a veces traen consecuencias negativas en nuestra vida.

Jungkook no respondió a eso, tan solo asintió y dejó a su padre solo, con aquellos pensamientos egoístas y atroces que lo atormentaban desde aquel día.

[...]

El pelinegro estacionó su auto frente a la floristería de la castaña. Bajó de este con el aura que siempre lo caracterizaba, uno dominante pero sexy a la vez. Edah, por otro lado, terminaba de agregar unos tulipanes morados en el arreglo que tenía sobre la mesa, eran un encargo de su cliente frecuente.

Jungkook la observó embobado, pues a pesar que no era el tipo de mujer que le gustara vestir de manera tan elegante, sabía verse bella todos los días con la sencillez de su vestimenta.

No debía esforzarse para serlo, Edah Bernthold era la mujer más hermosa que haya visto en su vida.

—Vine a recogerte. —exclamó, captando la atención de la chica.

—¿No te han enseñado que cuando llegues a un lugar debes dar los “buenos días” o un “hola” por lo menos?—pregunta burlona.

Jungkook tan sólo bufa y suelta una risita cínica, pero de repente comienza a estornudar, es ahí cuando se da cuenta que era por las flores que albergaban en el lugar. Quedó confundido al sentirse así, pues nunca le había pasado eso, ni siquiera lo sabía y eso que era precavido con su salud.

La castaña le ofreció un vaso de agua y este lo aceptó agradecido, mientras que ella dejaba la floristería a cargo de su asistente.

—¿Eres alérgico a las flores? —cuestionó curiosa, mientras tomaba sus cosas y una bolsa grande de color negra con un gancho para poder llevarlo en la mano con facilidad.

—No lo sé, es la primera vez que pasa, ni siquiera yo lo sabía. —respondió sereno, mientras limpiaba su nariz con el papel que tenía guardado en su pantalón.

—Eres raro. —dijo la chica con una leve sonrisa, ganándose una mala mirada de Jungkook.

Ambos subieron al auto y se dirigiron a la casa del arquitecto. No pasaron tantos minutos para que llegaran rápidamente al lugar. Jeon no estaba sorprendido por lo que había en el jardín, en cambio, Edah estaba más que sorprendida por lo que estaba observando, había imaginado que sería un evento pequeño, pero por lo visto, estaba equivocada.

—Mi madre quiere verte. —dice Jungkook, mientras observa su reloj para poder organizar sus tiempos. —Ve con ella, luego vas a la casa a cambiarte, tenemos que salir juntos para que no suelten rumores absurdos.

—De acuerdo.

El tatuado dejó a la mujer en el jardín y fue directamente a su casa donde estaría su equipo de trabajo para poder verificar por última vez el proyecto.

—¡Señorita Edah! —grita Yoongi, el mayordomo de su "suegra".—Espero esté lista para el evento de al rato.

—Señor Yoongi, me alegra de verlo. —admite sincera. —Quería saber algo, ¿usted fué quien colocó aquellas flores con el centro de mesa alto de color gris?

Yoongi negó. —Fue la señora Jeon quién organizó todo.

—Entiendo, pero la verdad es que ese centro de mesa no combina con las flores, además, las flores se ven muy tristes, podrias cambiarlas por las doradas, ¿por favor?— Yoongi asintió.—Muchas gracias.

Edah se alejó de él y camino hacia la casa de los papás de Jungkook, no sabía que era lo que aquella mujer pudiera decirle pero tenía un presentimiento que nada podía salir bien esa noche.

Una vez llegó a la entrada de aquella casa, la señora Jeon Heein la esperaba sentada con sus típicos lentes de sol, que al verla, tuvo que levantar la mirada para escanearla de arriba a abajo con despectividad.

—Antes que mi hijo te presente a las personas que estarán aquí dentro de poco, necesito que utilices esto. —la mujer le mostró un collar de diamantes, que a simple vista se veía carísimo.

Pero eso no fué lo que llegó a molestarla, sino, el simple hecho de que la tratara irrespetuosamente y la viera inferior a ella.

—Señora Jeon, agradezco que se haya tomado el tiempo y la gratitud de querer prestarme esa joya, pero no la necesito. Y si solo me llamaba para eso, me retiro, que su hijo está esperándome y no quiero escuchar sus quejas después.

No dejó que la madre de Jeon respondiera y se fué hacia la casa de su novio falso, donde se encontraban todo su equipo de trabajo. Ella los saludó cordialmente y pasó adentro del hogar para ir directamente a la habitación que Jeon le había dicho que podía usar para poder vestirse, así que durante ese lapso de tiempo, comenzó a arreglarse, luciendo un hermoso vestido amarillo de tirantes y que le llegaba arriba de la rodilla.

Pero justo cuando ya estaba de dar por terminado su arreglo personal, al querer subir su vestido no pudo, causándole frustración en ese momento.

La puerta de repente fue abierta, revelando la presencia de cierto tatuado que al ingresar a la habitación tragó saliva por la vista que tenía ante sus ojos.

Edah lo miró a través del espejo y observó a Jungkook parado en el umbral de la puerta, ahora mirándola con interés y un brillo en sus ojos.

—Mmm...¿necesitas ayuda con el vestido? —preguntó el tatuado cuando sintió que el silencio se hacia largo en aquella habitación.

—No te preocupes, ¿tu madre podría ayudarme?

—Lamentablemente está muy ocupada con el orden la comida y los invitados, si quieres, puedo ayudarte, claro, si me das permiso.

La chica no lo dejó de mirar y simplemente asintió. Jungkook se acercó a ella a pasos lentos hasta quedar muy cerca, tomó el cierre del vestido que no cubría su espalda y comenzó a subirla, mandando escalofríos en todo su ser a Edah, quien podía sentir y escuchar de cerca la respiración de Jeon.

Al terminar de cerrar su vestido, dejó un leve beso en el hombro de la castaña, quien sorprendentemente no se inmutó ante tal gesto, tan sólo vio como los ojos de Jungkook se volvían más oscuros, viéndola con un aspire de deseo, al igual que ella, que no se vió avergonzada al observar sus labios.

En ese mismo instante, era como si la intensidad y tensión sexual fueran incrementando en ambos.

HOLAAA, ESPERO SE ENCUENTREN MUY BIEN. QUERÍA PEDIRLES DISCULPAS POR LA DEMORA DE ACTUALIZACIÓN, MI TESIS ME ABSORBIÓ POR COMPLETO Y HACE UNOS INSTANTES, MI INTERNET SE FUÉ PERO VOLVIÓ A REGRESAR.

ESPERO LES GUSTE EL CAPÍTULO Y DÉJENME EN LOS COMENTARIOS QUE TAL LES PARECIÓ 🤭.

OTRA COSA, SI ABRO UN GRUPO DE WHATSAPP, PARA AVISAR ALGUNOS SPOILERS QUE PUEDAN SER ÚTILES EN ESTA O OTRAS HISTORIAS ¿ME SEGUIRÍÁN?

NOS LEEMOS PRONTO
CUÍDENSE MUCHO Y BEBAN AGÜITA.

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