Capítulo 3
Ya dirigiéndose al bosque para el encuentro de entrenamiento con Snape.
Divisó a lo lejos a un pelinegro, Theodore Nott, haciendole un ademán de saludo, se lo devolvió un poco irritado por lo tarde que iba y porque no podría explicarle que hacia ahí.
-Hola Theo, ¿que haces por aquí?- pregunto con una media sonrisa.
-Hola Draco, pasaba por aquí a leer un libro tranquilo, sabes muy bien que me gusta la soledad pero ya que estas aquí podríamos hablar un rato-respondió con la misma media sonrisa común de el.
-Bueno hermano, pero rápido porque necesitó buscar unos libros e ingredientes para las pociones de Snape- mintió con un tono de tranquilidad, disimulado su irritación.
-No tranquilo, solo será un rato como he dicho, además si te gustaría caminar por aquí sería más rápido,¿no crees Dragón?-dijo el pelinegro esbozando una sonrisa.
-Claro, Claro- respondió más tranquilo, por lo menos un poco de distracción a sus problemas no le irían mal pensó.
Ya caminando con el pelinegro aún lado, hablando de cosas triviales además, de lo irritante que puede llegar a ser Pansy, soltando ambos unas bochornozas carcajadas.
Ambos se quedaron callados al ver a la sangre sucia de Granger con un montón de libros perdiendo el equilibrio cayendo encima de ambos que estaban cerca de la casa de Hagrid, soltando la castaña un grito por el impactó.
-¡Maldicion, Sangre Sucia!, la próxima vez me dejarás sin piernas, maldita rata de biblioteca-soltó el, mucho más irritado de lo que estaba.
-Lo siento nos lo ví, pero tampoco es mi culpa que divages cerca de mí, estúpido rubio oxigenado-atacó molesta y adolorida por sus piernas raspadas.
-¿yo cerca de tí? Estas loca, aparte de ciega, chiflada- dijo contra atacando molesto.
-¡Habla lo que quieras no me importa!-atacó la castaña eufórica.
-¡Ya basta los dos!, parecen un viejo matrimonio, Dragón ya dejala solo se cayó no lo hizo a propósito- dijo ya frustrado el pelinegro ayudando a levantar cuidadosamente a la castaña
-¿Estas bién?- pregunto suavemente para que solo la castaña escuchará, viendo como ella se sonrojaba violentamente por el acercamiento del Slytherin.
-Sí...Solo unas raspadas nada grave- con una sonrisa de agradecimiento la Gryffindor.
-Bueno no tendré problema con llevarte con Pomfrey-dijo tranquilo esbozando una sonrisa de sus labios.
Mientras el pelinegro y la castaña hablaban el aprovechó la oportunidad y se marchó al entrenamiento con Snape, sin contraatacar al comentario de Theo, no tenía tiempo aunque fuera muy incómodo y fuera de lugar su comentario, ya encontrándose con Snape se esfumaron sus pensamiento con la mirada severa que le dirigía Snape.
-Joven Malfoy, le recuerdo que no es cuando a usted se le de en gana de aparecerse, cuando yo le diga que sea puntual, usted acate aunque sea esa orden tan simple como la puntualidad- le informó el pelinegro con su mirada molesta y severa clava en el.
Antes de que Malfoy pudiera responder-ahorre se sus excusas y comencemos inmediatamente- dijo el pelinegro en un tono firme.
(...)
Ya volviendo del entrenamiento dirigiéndose hacia las mazmorras encontrándose con Theo con un libro en sus manos lo ignoró y siguió hacia su Sala común.
-Dragón, ¿que te pasa?- dijo Theo sin despegar la mirada del libro.
-No me pasa nada, a menos no a mi, no debería ser yo quien pregunte eso, ¿no?, ¿que demonios hacías con la sangre sucia? O mejor dicho ¿que carajos hacías diciendo que esa rata de biblioteca y yo un matrimonio? Eso estuvo muy fuera de lugar-preguntó molesto con una mirada de reproche clavada en el pelinegro.
-calmate Dragón, no me pasa nada es solo que ella es una chica, tu más que nadie sabe que no me importa el estatus de sangre, además si hice el comentario es porque no dejaban de pelear- dijo tranquilo.
-eso lo sé Theo, pero no enfrente de mi, me repugna, y más si es una sangre sucia- dijo con asco.
-anotado dragón, ¿algo más? - preguntó sarcásticamente.
Observó al pelinegro con su típica mirada fría clavada en el murmurando un "muy gracioso" y se alejó con su porte aristocrático.
Llegó a su habitación, suspiró con cansancio y se dio una ducha relajante, ya tranquilo se acostó cayendo en los brazos de Morfeo.
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