IX. Red Hood
CAPÍTULO NUEVE
CAPUCHA ROJA
Laurel entra en aquella habitación de hospital y se encuentra a Tommy completamente dormido en uno de los incomodos sillones junto a la cama de su hermana Tessa, quien también estaba dormida.
Los días después del incidente había sido duros para todos, Laurel lidiaba con la vuelta de su madre y su loca idea de que Sara podía seguir viva. Y Tommy lidiaba en secreto con lo que había descubierto sobre Oliver y sobre lo que le había pasado a su familia.
—Hey, Tommy—murmura Laurel acariciandole el brazo—
—Hey—murmura él al abrir los ojos—¿Que haces aquí?
—Quería ver a Tessa—le responde separándose de él—En verdad no sabía que estabas aquí.
—¿Quieres hablar?—le pregunta él—Sobre lo de esta mañana.
—La verdad es que no, Tommy—le responde ella recordado como Tommy se había negado a contarle lo que le pasaba—Nos vemos mañana ¿vale?
Tommy la observa y asiente mientras ella sale de la habitación. Entonces un suspiro de frustración sale de su boca mientras se pasa las manos por la cara con cansancio.
—Deberías hablar con Oliver—murmura Tessa—
—Hey—murmura Tommy acercándose a ella—¿Como estas?
—Bien—le asegura ella con una pequeña sonrisa—Deberías hablar con Oliver.
—No te preocupes por eso—le pide él—
—Es tú mejor amigo, Tommy—le insiste ella—
Tommy suspira y baja la mirada mientras asiste.
—Vale, si es lo que quieres.
—Lo importante no es lo que yo quiera, es lo que tú necesitas. Lo que ambos necesitáis—le explica ella cogiéndole de la mano—
—Lo sabias ¿verdad?—le pregunta de repente—
—Le dispararon—recuerda ella—Me llamó para que le curara. Si, lo sabía.
—Y no me lo dijiste...
—No era mi secreto, Tommy—le interrumpe ella—Lo sabes bien.
En ese momento Oliver se dispone a entrar en la habitación pero se queda parado en el umbral de la puerta con un ramo de flores y un pequeño osito de peluche en sus manos.
—No quería molestar—les dice—
—No lo haces—sonreí Tessa—¿Eso es para mi?
—Si—sonríe dejando el ramo junto a ella y entregándole el peluche—Tuvimos una noche dura ayer y pense que te gustaría.
—¿Que pasó?—cuestiona preocupada dándose cuenta por primera vez de la venda en el brazo izquierdo de su hermano—¿Que te ha pasado?
—Helena Bertinelli—responde él con frustración—
—¿The Huntress?—exclama ella con sorpresa. Oliver asiente—Voy a matarla por hacerte daño.
—Eh, estoy bien—le asegura Tommy—Izzie me curó bien el brazo. Y no hace falta que hagas nada.
—También obligó a Felicity a que hiciera algo por ella—recuerda Oliver—
—Dios. ¿Felicity está bien?—le pregunta preocupada—
—Perfectamente—le asegura él con una pequeña sonrisa—
—Oye, tío ¿podemos hablar?—le pide Tommy a su amigo mientras camina hacia la puerta de la habitación—
—Claro—asiente dedicándole una ultima sonrisa a Tessa para luego salir al pasillo junto a él—
Tessa suspira y mira el peluche que Oliver le había traído.
—Ya se lo de McKenna—suspira Tommy mirado a Oliver una vez se encuentran en el pasillo del hospital—¿Estás bien?
—En realidad no—admite recordando que The Huntress había herido a la que era su novia—
—Oye, se que me he portado como un capullo—admite Tommy—Es que no podía entender cómo podías ocultarme algo tan importante. Pero no había pensado en lo duro que debía de ser para ti.
—Engañar a la gente a la que más quiero es lo más difícil—admite Oliver con frustración y tristeza—
—Lo entiendo.
—Me equivocaba—se queja Oliver—Al creer que podía tener ambas cosas. Que podía hacer lo que hago y llevar una vida normal. Y compartirla.
—Si siempre estas solo nunca podrás ser feliz—le asegura Tommy—
—Puede que no, pero mi felicidad no es lo más importante ahora. Lo mas importante es que Tessa se recuperen, que McKenna se vaya de esta ciudad y se cure, y que nadie os haga daño. Ni a ti, ni a Felicity, ni a nadie que no sea yo.
—Yo no pedí que The Huntress me hiciese esto—comenta Tommy mirado su brazo vendado—Y Felicity no pidió lo que sea que ella le hiciera. Pero no es culpa tuya.
—Yo no lo veo así—admite Oliver—
Tessa se adentra en el Verdant y con su mirada busca a su hermano mientras se aferra a su bolso, el cual cuelga en uno de sus hombros.
—¿Enserio a venido gente este sitio?—cuestiona acercándose a la barra—
—¡Tess! ¿Que haces aquí?—exclama Tommy acercándose a ella con preocupación—Te dije que me avisarás si te daban el alta. No deberías estar de pie.
—Estoy bien—le asegura ella—Y con lo de los secuestros en los Glades prefería estar contigo.
—Esto está en los Glades—recuerda él—Deberías haberte ido a casa.
—¿A caso no me has oído?—cuestiona irritada—Quería estar contigo.
—El secuestrador parece tener otra víctima—habla el presentador de la noticias haciendo que ambos miren la televisión—Y esta trasmitiendo imágenes, de nuevo, a su página web. Advertimos a los espectadores de que esto es en directo así que no sabemos lo que se va a ver.
Tommy se separa de su hermana y observa la televisión con atención al ver el vídeo del secuestrador.
—¿Tommy?—cuestiona Tessa confusa y preocupada al ver su expresión—
—Este es Roy Harper—habla el secuestrador con un distorsionador de voz—Detenido por hurto, robos y múltiples agresiones. Sin embargo sigue en la calle. Otro pandillero más de los Glades, libre. Como los que mataron a mi mujer. Yo también me crie en ese barrio y no por eso soy un criminal.
—Claro, porque secuestrar y matar gente no es un acto criminal—comenta Tessa cruzándose de brazos mientras Oliver se coloca a su lado—
—Le conozco—habla Tommy mirado al chico que han secuestrado—
—¿Que?
—¿De que?—le pregunta su amigo—Tommy.
—¡Ollie!—exclama Thea entrando a la discoteca con rapidez—
Oliver posa su mirada en su hermana, quien rápidamente llega a su lado y se queda mirado la pantalla de televisión mientras comienza a llorar.
—¡Dios mío, no!—solloza—
—Thea—la llama su hermano para que la mire—
—No sabia a donde ir—le dice ella entre lágrimas—
—¿Le conoces?—pregunta sujetándola de los hombros con delicadeza—
—Es Roy—le responde ella con nerviosismo—Es mi amigo. Estábamos discutiendo y un tío salió de la nada y nos atacó. ¡Roy no merece morir!
—Te prometo, Thea, que todo saldrá bien—le asegura mirándola a los ojos—Quédate aquí con Tommy y Tessa ¿vale?
—Si.
—Te doy 10 minutos para defenderte, Roy—habla el secuestrador—Dinos ¿Por qué deberías vivir?
—No debo—murmura él con dificultad—Hágalo. Dispare. ¡Vamos! ¡Máteme!
—¿Te da igual vivir o morir?—le pregunta confuso—
—Nadie me echará de menos—asegura el chico—No valgo nada.
—Al menos estamos de acuerdo en algo. Este mundo sería mejor si no estuvieras en él.
—¿Esto es enserio?—cuestiona Tessa con indignación mientras sujeta la mano de Thea con fuerza. Y entonces la grabación se corta—
Thea mira a su mejor amiga y comienza a llorar. Tommy se acerca a ella con cuidado y coloca su mano en su nuca para acercarla a él y abrazarla con fuerza intentando así tranquilizarla.
—Lamentamos informales que la señal se ha cortado—habla el presentador de las noticas—Pero seguiremos la historia y les seguiremos informando de cualquier cosa que sepamos.
Thea se aferra a Tommy escondiéndose en su pecho y él aprovecha para besar su cabeza con preocupación mientras Tessa no suelta en ningún momento la mano de la chica a la que consideraba una hermana.
La hora de abrir la discoteca llego y a pesar de todo Tommy tenía que preparar la llegada de la gente. Así que Tessa se quedó junto a Thea en unas sillas de la barra mientras el Verdant se llevaba de personas.
—Thea—murmura un chico llegando a su lado—
Ella le mira confusa y comienza a llorar al ver que se trata de Roy y sin dudarlo se lanza a sus brazos para abrazarle con alivio.
—Creí que ibas a morir—murmura ella—
—Pues ya somos dos—le asegura él—
—Debo de estar horrible—comenta ella al separarse pero él niega—Voy a ir al servicio a lavarme bien la cara.
—Vale.
—Ahora vuelvo—le asegura cogiendo su bolso y mirando a Tessa—Oh, ella es Tessa. Te he hablado de ella.
Roy asiente y la observa alejarse de ellos con rapidez.
—Tessa Merlyn ¿no?—le pregunta confuso—
—La misma—sonríe ella—Roy Harper, supongo. Siento lo que te ha pasado. Me alegra que estes bien.
—Gracias.
—Bueno, tengo que irme—le dice cogiendo su bolso y observándole—Un placer. Y por cierto, bonita sudadera.
—Gracias—sonríe el chico confundido mientras mira su sudadera roja—Igualmente.
Después de haber estado apunto de morir todo parecía más claro para Tessa y en lo único que había podido pensar era en abrir ese cofre. Así que nada más llegar a su casa subió a su habitación y lo abrió.
En su interior había mapas náuticos de una zona específica del Océano Atlantico, el Triángulo de las Bermudas. Y entonces recordó que su padre conoció a su madre en Florida.
—Tiene se ser una broma—murmura mientras coge un pequeño broche de una flecha que se encontraba entre los mapas—
Lo sujeta entre sus dedos y lo observa con detenimiento cuando de repente alguien llama a su puerta.
—Señorita Merlyn, el inspector Lance quiere hablar con usted—le informa Lisa, una de sus sirvientas, desde el otro lado de la puerta—
—¿Quentin Lance?—cuestiona confusa mientras recoge las cosas y las vuelve a guardar en el cofre—
—Si—responde Lisa—
Tessa suspira frustrada y abre su puerta.
—La espera abajo.
—Gracias, Lisa—sonríe ella cerrando su habitación para bajar al recibidor de la mansión de su padre—Inspector Lance ¿A que debo el placer?
—No creo que vaya a ser un placer, Tessa—admite él observándola llegar a su lado—¿Conoces el Vértigo?
—¿La droga?—cuestiona confusa—He oído hablar de ella. ¿Por qué?
Lance suspira y baja la mirada antes de volver a posarla en ella.
—No me gusta recordar esto, como supongo que a ti tampoco—habla con incomodidad—Pero debido a tu pasado y algunas pruebas encontradas en el Verdant, la discoteca de Oliver y tu hermano, creemos que podrían estar traficando con ella.
—Ya y debido a mi pasado cree que yo la tomo—asume ella cruzándose de brazos—No me drogo desde ese día, inspector. Y le aseguro que mi hermano no trafica con drogas. Nunca lo haría y menos después de lo que me paso a mi.
—Ya, bueno, igualmente me gustaría hacerte unas preguntas—continúa él—
—Claro, en presencia de mi abogado—le contesta ella con rapidez—Y con una orden o en la comisaría si tiene pruebas para arrestarme. Si no, puede irse. Sabe donde está la puerta.
—Tessa...
—Jimmy—llama ella a su guarda espaldas mientras continúa con su mirada posada en Quentin—Enséñale la puerta al inspector, por favor.
—Por supuesto, señorita Merlyn—asiente acercándose a Lance—Por aquí, señor.
—Tessa—insiste Quentin pero ella le ignora y vuelve a subir a su habitación con rapidez—
—Lisa—habla al verla en el pasillo—¿Puedes traerme un té cuando puedas?
—Por supuesto—sonríe ella—
Tessa le corresponde el gesto y se adentra en su habitación para coger su teléfono y llamar a Tommy con rapidez.
—Hey, ¿Todo bien?—cuestiona su hermano al responder—
—Lance cree que traficáis con drogas en la discoteca—le informa recibiendo un suspiro de frustración por su parte—¿Algo que contar?
—Una chica fue atropellada anoche, estaba drogada—le explica él—Había venido al Verdant.
—Pues ha querido hacerme preguntas pero como soy muy lista y tengo experiencia con policías, las he esquivado—le informa ella—
—Vale, gracias por decírmelo—suspira él con frustración—No te metas en ningún lío ¿vale?
—No es a mi a quien investigan por ser una posible traficante de drogas—comenta con diversión lo que hace que Tommy ruede los ojos—Llámame si pasa algo ¿vale?
—Lo mismo digo—le responde antes de colgar la llamada—
Tessa suspira y vuelve a sacar el cofre para revisar el resto de su contenido. Y es una foto lo que le llama su atención. Se trataba de una mujer sujetando a un bebé. Un escalofrío recorre el cuerpo de Tessa al verla y observa que por la parte de atrás hay algo escrito.
Alyssa y la pequeña Tessa
5 de Diciembre 1995
—Alyssa—murmura observando a la mujer—Mamá.
Sin poder evitarlo, sus ojos se llenan de lágrimas. Después de tanto tiempo podía ponerle cara a su madre. Después de tanto tiempo tenía la esperanza de poder encontrarla, hablar con ella, abrazarla.
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