II. Sara
CAPÍTULO DOS
SARA
—Felicity, yo solo intento que te sea más fácil—insiste Roy mientras se adentran en el Verdant—
—¿Haciéndome reconfigurar completamente el sistema telefónico?—cuestiona ella con incredulidad—¿Sabes lo difícil que es hackear o clonar un teléfono multiplex?
—No. Pero solo porque tú no hablas en cristiano.
Tessa sonríe ante su comentario mientras baja las escaleras hacia la guarida.
Pero lo que les espera allí hace que su sonrisa se borre y su respiración se congele. El cuerpo de Sara Lance se encontraba sobre una mesa con tres flechas en su abdomen. A su lado, Laurel les miraba con desesperación.
—Dios mío—sus palabras salen como un murmullo casi inaudible, excepto para Oliver, quien estaba a su lado—
Las piernas de Tessa tiemblan y sus ojos se llenan de lágrimas. Si no fuera por los brazo de Oliver, Tessa habría caído al suelo rompiendo en llanto. Pero su amigo la abrazo con fuerza y ella pudo ocultar su rostro en su pecho para intentar regular su ansiedad.
—Sara—susurra Oliver confirmando la identidad del cuerpo—
—No sabía a donde llevarla—la voz de Laurel suena nerviosa y rota—No podía dejarla en la calle.
—Hay que avisar a alguien, hay... hay que llevarla a un hospital—solloza Felicity con nerviosismo—
Pero tanto ella como todos los presentes sabían que no había vuelta atrás. Sara Lance estaba muerta, y esta vez de verdad.
Roy abrazo a Felicity de la misma forma que Oliver a Tessa, pero esta última no aguantaba más y se separó de él con búsquedas para subir de nuevo a la discoteca. Necesitaba estar a solas.
—Ollie, Ollie no es justo—se queja Laurel acercándose a él, quien mira las escaleras por donde Tessa se había dio corriendo—Acaba de volver. No es justo.
Los ojos verdes de Oliver se posan de nuevo en Sara y con su mano le cierra los ojos antes de abrazar a Laurel, quien rompe en llanto de nuevo.
—Lo siento. Lo siento, Laurel—susurra Oliver—
A vista de cualquiera, la chica parecía un zombi caminando por las calles de la ciudad sin ningún destino en particular. Y es que todo en Tessa se había paralizado. La imagen del cuerpo sin vida de Sara la perseguía como un fantasma, al igual que la de su hermano Tommy.
Se podría pensar que el haber estado cinco años pensado que la joven Lance estaba muerta ayudarían a sobrellevar ese momento. Pero no era así. Y es que después de reencontrarse, Sara y Tessa habían mantenido contacto durante todo el año. Y para Tessa había sido muy importante la ayuda de la rubia después de perder a su hermano. Pero al perderla a ella no sabía que hacer para sobrellevarlo.
Parecía esta hundiéndose, y el salvavidas que había encontrado acababa de explotar.
—Tessa ¿Eres tú?—la voz de Emma fue lo primero en llegar a sus oídos cuando se adentró en su nuevo hogar—Este loft es genial. Nunca había vivido en una ciudad así, sin contar Paris, claro. Todo es muy distinto. Y... ¿Has probado los batidos de ese sitio de la esquina? ¿Como se...
Sus palabras quedan en el aire cuando se encuentran con los ojos llorosos de su amiga.
—¿Que ha pasado?—le pregunta con rapidez—¿Estas bien?
Aunque quería responderle y decirle que todo estaba bien, aunque no era verdad, ninguna palabra salía de su boca, y cuando Emma dio un paso más hacia ella no pudo aguantar más y rompió en llanto.
—Ey, no llores—pide la rubia abrazándola—No llores.
—Sara.
Esa es la única palabra que sale de los labios de Tessa en medio de su llanto. Y fue repetida varías veces durante media hora, donde no hizo más que llorar por su muerte.
Entonces la puerta del loft fue abierta y un cansado James observó a su sobrina. Se la encontró tumbada sobre el sofá, hecha un ovillo y con la cabeza apoyada en el regazo de Emma, quien acariciaba su pelo con delicadeza.
—Shh, se ha dormido—le susurra la chica—
—¿Que ha pasado?—le pregunta con preocupación en el mismo tono de voz para no despertarla—
—Llegó llorando y hasta que no se durmió no he podido preguntar a nadie más. Murmuraba el nombre de Sara, así que le mande un mensaje a Felicity. Al parecer ha muerto.
James deja caer su maletín al suelo con delicadeza y se acerca a ellas para observar a su sobrina. Él sabía muy bien lo importante que era Sara Lance para ella. Y temía que esto solo provocara que Tessa volviera hacia atrás y estuviese deprimida, tal y como lo había estado tras la muerte de Tommy.
Sus temblorosas manos sujetaban una templada taza de café, su mirada se encontraba perdida y a sus oídos llegaba la voz de su tío, el cual se encontraba hablando por teléfono a unos metros de ella. La suave mano de Emma posándose en su muñeca fue lo que la trajo de vuelta a la realidad y sus ojos llorosos se posaron en ella.
—Felicity pregunta por ti—le informa arrastrando su teléfono por la encimera hacia ella—
—Dile que estoy bien—le pide con un tono de voz tan neutro y sin emociones que hace que un escalofrío recorra la columna de la rubia—
—Tessa... ambas sabemos que eso no es verdad—susurra Emma—Y todos están preocupados por ti. Oliver...
—Dile a Oliver que atrape al asesino—la interrumpe Tessa—Es lo único que quiero. Justicia. Y si yo salgo a conseguirla se que acabará en venganza, y le prometí a Sara no volver a ser así.
—Eso lo entiendo, de verdad. Y me alegro de que sepas dónde están tus límites. Pero quedarte en casa tampoco creo que sea la solución.
Tessa rueda los ojos y suspira con pesadez para después disponerse a responder a su amiga. Pero el timbre hace que ambas dirijan su mirada hacia la puerta del loft. James las mira por un segundo antes de colgar su teléfono y dirigirse ha abrir la puerta.
—Hola, buscó a Tessa—la voz de Laurel suena nerviosa cuando James abre la puerta—Soy... Soy Laurel Lance, la hermana de Sara. Usted debe de ser James, su tío ¿cierto?
—Así es, pasa—le indica él haciéndole sitio—
Laurel asiente nerviosa y se adentra en el loft. Sus manos se encuentran delante de su pecho y se mueven con nerviosismo jugando con sus dedos. Su respiración es agitada y sus ojos se encuentran rojos y tristes.
Tessa la observa con atención y rápidamente suelta la taza de sus manos en la encimera y se levanta de la silla para imitar la postura de la recién llegada.
—Laurel, lo siento, yo...
Los brazos de Laurel rodeándola la interrumpen y entonces la tristeza vuelve a llenarla. Sus ojos se humedecen y en medio de ese abrazo la nostalgia la inunda.
Laurel y Sara eran muy diferentes, pero sus brazos se sentían iguales en ese momento. Tessa sabía lo que era perder a un hermano, a una parte de ti misma, y al fin y al cabo era la única que entendía a Laurel en ese momento.
—Vamos a atrapar a quien lo haya echo—asegura al separarse—Haremos justicia para Sara. Ayudaré a Oliver en todo lo que pueda, pero me gustaría que tú...
—Laurel—la interrumpe Tessa—No puedo. No después de lo de Tommy. No después de prometerle a Sara que no caería en la oscuridad. Haré lo que quieras, lo que necesites, excepto ir tras su asesino. No puedo.
Laurel la mira a los ojos y asiente levemente. Baja sus manos hacia las de Tessa y las entrelaza.
—Necesito que estes con mi padre—le pide—No sabe lo de Sara. Y no quiero decírselo hasta que no tengamos al culpable. Pero necesito que estes a su lado. Por favor.
—Por supuesto—asiente Tessa con rapidez—
—He hecho unas llamadas para que tengas una excusa para ir a la comisaría. He conseguido que la revisión del caso de Connor fuese hoy—habla sacando una carpeta de su bolso—¿Te parece bien?
—¿La revisión del caso?—cuestiona frunciendo el ceño con confusión—
—Si, son solo unas preguntas por protocolo. Nada importante. Solo debes ir a la comisaría y un agente te hará preguntas. Te dará una excusa para estar allí, estás cosas suelen durar todo el día, son muy lentos y...
—Haré lo que sea, Laurel—asegura Tessa con rapidez—Incluso recordar el mayor error de mi vida. Lo que sea por Sara.
—Gracias—le dice con una leve y pequeña sonrisa—Necesitarás un abogado y yo...
—Yo me encargo—la interrumpe James haciendo que le mire—Yo soy abogado.
—Perfecto. Muchas gracias—le dice con sinceridad—
—¿Estas seguro de esto?—cuestiona Tessa con nerviosismo—
—Soy abogado, Tessa, ya lo sabes. Claro que estoy seguro—le responde su tío—
—Ya, si. Es solo que... esto es algo difícil para mi. Lo que pasó con Connor...
—Me lo contaste hace unos meses—le recuerda él adentrándose en la comisaría de policía—Se lo que pasó y no te juzgo por ello. Si te contara yo los líos en los que me metía de joven...
—Seguro que ninguno acabo con alguien muerto—suspira ella—Además, fue el primer novio que tuve y desde lo que pasó... no he sido capaz de tener una relación con nadie.
—Cada cosa a su tiempo—le dice él con tranquilidad—Ya lo verás. Encontrarás a alguien.
—Es raro hablar de esto contigo—se queja mirándole con una mueca—Aunque esta claro que es mejor hablarlo contigo antes que con mi padre.
Entonces su cuerpo choca de bruces contra el de otra persona. Se trataba claramente de un hombre, pues sus músculos eran fuertes y su altura era superior a la de ella. Además, su aroma a café mezclado con vainilla hicieron que Tessa sintiese un pequeño mareo.
—Lo... lo siento—tartamudea Tessa con nerviosismo—
—Deberías mirar por donde vas—se queja el hombre sujetándola de los hombros para estabilizarla y apartarla de él—
Como acto reflejo, Tessa frunce el ceño molesta y le sigue con la mirada al notarle pasar por su lado.
—Y tú deberías ser un poco más amable—le recrimina con irritación—
El aludido rueda los ojos y la ignora continuando con su camino.
—Imbécil—murmura ella sin dejar de mirar el sitio por donde ha desaparecido—
—Tessa—la voz de Quentin llega a sus oídos trayéndola de vuelta a la realidad—¿Que haces aquí?
—Detective Lance—saluda James extendiendo su mano hacia él—Soy James Morgan. El abogado de Tessa.
—Ahora es Capitán Lance—apunta la castaña mirando a su tío, quien asiente y mira a Lance en forma de disculpa—
—¿Abogado?—cuestiona él confuso mientras le estrecha la mano y dirige su mirada hacia la castaña—Creía que mi hija era tu abogada.
—Lo es—asegura Tessa con rapidez—Pero tenía trabajo y hoy era la revisión del caso de Connor. James era amigo de Tommy, se ha presentado voluntario para ayudarme.
—Oh, bien, de acuerdo—asiente—El caso de Connor, si. Me ha llegado esta mañana. No creo que debamos hurgar mucho en él. Ya te interrogue en su momento y no me parece bien revivir traumas. Pasad a mi despacho, lo haremos lo más rápido posible.
—Gracias, Quentin—sonríe Tessa con amabilidad—
Quentin Lance conocía muy bien el caso de Connor Reynolds. Él había sido el detective a cargo del caso y además siempre se había preocupado mucho por Tessa. En su momento llegó a ser como otra hija para él. Y es que Sara y la joven pasaban mucho tiempo juntas. Eran mejores amigas, casi como hermanas.
La muerte del chico y los acontecimientos en los Glades hicieron ver al detective que Tessa había cambiado mucho desde esos tiempos. Ya no era esa niña tierna que quería ser igual que Sara, ni la niña que iba todo el tiempo detrás de su hermano buscando protección y cariño. Tessa era una mujer joven que cometía errores, como el resto de personas. Pero además era inteligente, capaz y muy astuta. Se parecía a su padre, si, pero no solo en las cosas malas como el instinto de venganza, si no también en la persistencia y la paciencia.
Tessa Merlyn había pretendido aprender todo lo posible de las personas a su alrededor. Desde Sara y Tommy hasta Oliver y Laurel.
Después de pasarse el día entero en la comisaría de policía rememorando el peor recuerdo de su vida, Tessa se reunió con el equipo, Emma y Laurel en el cementerio de Starling City, donde iban a enterrar a Sara en la tumba que se había puesto por ella siete años atrás cuando se la dio por muerta en el naufragio.
—Ya puede descansar—habla Oliver mirado el ataúd—Ya está en casa.
A su lado, Felicity solloza y se acerca a la montaña de tierra. Con sus manos temblorosas coge un puñado y lo tira encima del ataúd en señal de despedida.
—Es la costumbre judía—explica entonces al notar las miradas de todos los presentes en ella—Se que ella no lo era. Pero así me despido.
Oliver baja la mirada al suelo y segundos después decide imitarla. Pues el ritual le parece adecuado en ese momento.
—Laurel—la llama entonces—
—No—niega ella en medio del llanto—Esto no está bien. No es justo. Ni siquiera tiene una tumba nueva. Esto es perverso.
—Se merece un entierro decente—habla Tessa llamando la atención de todos—Se lo ha ganado.
—No, no es justo—insiste Laurel con tristeza—Nadie sabra quien era de verdad. No es justo. No es justo, no es justo.
Los ojos de Tessa bajan al suelo sin saber que decir mientras que Oliver se acerca a Laurel y la envuelve con sus brazos para intentar consolarla.
—Nosotros lo sabemos—habla John mirándola—Laurel, se que no es consúelo, pero... Lyla y yo vamos a llamar Sara a nuestra hija. Nunca la olvidaremos.
Su declaración hace que las lágrimas resbalen por las mejillas de Tessa sin poder ser frenadas. Emma acaricia su brazo con cariño pero no es hasta que Roy la abraza, que Tessa consigue tranquilizarse un poco.
—Gracias—responde Laurel entre lágrimas—
—Si algo se seguro es que vaya donde vaya, Sara no estará sola—habla Tessa llamando su atención—Ella y Tommy estarán juntos, cuidando de nosotros.
Laurel la mira y asiente más tranquila. Pues, aunque no lo pareciera, las palabras de Tessa habían provocado una extraña paz en ella que la hacía sentirse, en una muy pequeña parte, mejor.
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