- ͙۪۪̥˚┊❛ 𝐍𝐨𝐭 𝐀 𝐊𝐢𝐝 ❜┊˚͙۪۪̥◌
—Chicos no se detengan, está detrás de nosotros.–Pidió papá mientras corríamos pro el bosque. Claro que sabíamos que estaba detrás de nosotros, pero el cansancio a veces podía más.
Bajamos a lo que parecía un río que llevaba muy poca agua y nos agachamos ahí para que no nos viera.
—Escuchen.–Llamó nuestra atención.–tendrán que seguir sin mi.
—¿Qué?–Preguntamos Eli y yo al mismo tiempo.–Papá, no te dejaré con una loca maniática. Yo puedo ayudarte, soy fuerte.
—No, eres una niña.
—¡No soy más una niña! Merezco una oportunidad, se que puedo ayudarlos, que soy más fuerte de lo que crees, en serio.
—No. Fin de la discusión.
—No, quiero tener mi oportunidad.
—Chicos, Allison está cerca, así que...–Inició Eli.
—Claro, yo intentaré comunicarme con ella.
—Te lanzó una flecha y casi te atravesó.
—Tienen que correr, no estamos lejos de la carretera. La mantendré ocupada.
—No podemos, no podemos hacerlo sin ti.
—Descuida Eli, estarán juntos. Si Allison tiene oportunidad de saber quién es, necesita un empujón. Vayan con Derek, necesitan de su ayuda.–Nos hizo una seña y Eli empezó a moverse.–Cassi.
—¿Cuando dejarás de tratarme como una niña?
—¡Cuando dejes de actuar como una!–Levantó la voz. Pocas veces lo hacía, y aún menos lo hacía conmigo. Él pareció arrepentido al instante, pero yo me levanté y fui detrás de Eli sin decir nada más.
Eli me miró como esperando a que explotara, pero no quería, no lo haría. Solo seguí corriendo por el río, tratando de estabilizarme.
Llegamos a la carretera y casi nos atropelló una de las camionetas de policías. Mi zorro volvió a hacerse presente para protegernos, a pesar de que nos esquivó justo a tiempo. Ambos estábamos agitados de tanto correr.
Del auto salió un hombre, uno de los comisarios del pueblo.
—McCall y Hale en problemas. Creo que estoy teniendo un deja vu.–Murmuró.
[...]
Subimos al auto con él y nos llevó a la casa de los Hale. Era bueno haberlo encontrado, porque si no, habríamos tenido que caminar hasta acá.
Eli fue el primero en bajar del auto con prisa. Entró por la puerta principal.
—Papá.
—Eli.
—Papá.–Ambos se acercaron y se dieron un fuerte abrazo, incluso soltando ligeras lágrimas.
—Esto me recuerda a mi y a mi hijo.
—¿Quien es su hijo?
—Stiles.
—¿Lo extraña?–Lo mire de lado.
—Todos los días de mi vida. Pero entiendo que él tenía que irse para cumplir sus sueños. Es agente del FBI ahora.
—Eli. Estas a salvo.–Derek dijo apenas se separó de su hijo.
—Todo gracias a Cassi, ella me salvó.–Derek me escudriñó con la mirada.
—¿Kitsune?
—Así es.
—Bueno, si salvaste a mi hijo y por ti está bien, ya me agradas.
—Hag alguien que no está tan bien. Scott está con Allison ahora.
—Tenemos un problema.–Admitió el oficial Stilinski.
—Son tres.–Corrigió el tío Alan.
Un montón de Oni Guerreros aparecieron en la casa. Tomé mi katana sin dudar.
—Wow, wow, ¿por qué tienes un arma?–Preguntó Stilinski.
—Creo que no es la pregunta correcta en el momento.
Se acercaron a nosotros sin esperar nada y tuvimos que empezar a pelear, intentaba atacarlos, hacer cualquier cosa, pero nada parecía funcionar.
Vi como le encajaban la katana a Stilinski por la espalda, su grito de dolor me hizo estremecer. Después fue Alan.
Logré empujar a uno de ellos fuera de la casa. Sonreí orgullosa.
—¡Cassi!–Escuche gritar detrás mío, voltee y sentí la espada atravesarme. Mis ojos cambiando al color naranja como cada vez que me transformaba y lágrimas cayendo de mis ojos. Un humo negro me envolvió y caí en el.
Aparecimos en un lugar remoto, parecía como si estuviéramos bajo tierra. Estábamos amarrados a postes, trate de luchar, pero era imposible.
—¿Crees que no lo hemos intentado ya?–Me preguntó una chica japonesa. Supe de inmediato que ella era como yo, igual que ella conmigo.–¿Qué clase?
—Trueno.
—Poderosa. Me agradas. Soy Hikari.
—Cassi McCall.
—¿McCall? No te...
—Soy adoptada.
—Eso tiene sentido.
—Si ya terminaron con las presentaciones...–Empezó a decir un chico con cabello castaño claro, un lobo.–¿Cómo saldremos de aquí?
—Ni siquiera sabemos dónde estamos Liam.–Le recordó Derek.
—Parece como... una versión de Beacon Hills bajo tierra.–Notó el tío Alan. Mire también a mi alrededor, notando a alguien.
—¡Eli! ¿Él está bien?
—No ha despertado como nosotros.–Dijo Derek.–¡Eli! ¡Eli! ¿Puedes oírme?
Él levantó la cabeza, estaba vivo al menos. Solté el aire que no sabía que estaba conteniendo. Eli miró a su alrededor, a su papá, a mi, a todos. Él estaba amarrado de las muñecas.
—No estamos muertos.–Dijo extrañado.
—Todavía no.
—Que positivo eres Liam.–Hablé con sarcasmo.
—¿Dónde estamos?–Preguntó Eli.
—Es solo una ilusión.–Aseguró Derek.
Algunos oni descendieron a donde nosotros estábamos, pero quedándose en la entrada. Cuatro de ellos en una formación perfecta, como piezas en un tablero retorcido.
Empezaron a avanzar hacia nosotros.
—Chicos... ¿qué hay de ellos? ¿Suponemos que son otra ilusión o...?–Pregunte tratando de desatarme. Los demás voltearon a verlos. Los oni empezaron a hacer su ruido característico, era como escuchar a una serpiente cascabel acercándose.
Pronto se les unieron aún más oni. Siendo más o menos ocho de ellos, nos veíamos en problemas.
Derek intentó deshacer los nudos con fuerza bruta, jalándolos hacia adelante.
—Derek, no estoy seguro de que ni tú fuerza rompa esos lazos, aquí no.–Aseguró el tío Alan.
—¿Eli, estás bien? ¿Cómo está tu pierna?–Le cuestiono su padre.
—Está bien. Esta curada.
—¿Aprendiste a curar?
—Más o menos. Scott hizo la mayor parte...
—¡Es increíble!–Parecía muy orgulloso de su hijo, sonaba súper orgulloso de que siguiera el legado familiar de los lobos.
—Oye Derek, intenta ser un poco más sutil con tus esfuerzos.–Le sugirió el detective Stilinski al ver cómo se nos acercaban más y más los oni.
Desenfundaron sus katanas y se pusieron en posición de ataque.
—El nogitsune no nos va a matar. No todavía. Nos puso aquí para que lo veamos ganar.–Explicó Hikari.–Estamos aquí por nuestro dolor.
—¿Entonces el cree que todo esto es un juego?–Interrogue con duda. ¿Cómo podría creer eso?
—Los nogitsunes no son como nosotras. Son entes puramente malvados. Son invocados por los kitsunes y no tienen un cuerpo hasta que controlan a alguien, incluso pueden hacer copias de sus huésped.
—Como con mi hijo.–El señor Stilinski pegó su cabeza contra la madera detrás de él.–Stiles sufrió mucho esa vez.
—Los Nogitsunes pueden sentirse ofendidos, son hábiles, pero su naturaleza ganadora los hace vencibles, los hace indefensos cuando creen que no hay nadie mejor que ellos.
—¿Entonces si se les puede vencer?–Preguntó Eli.
—Claro. Pero se necesita tener una mente muy aguda para eso. Saber cómo ganar en un juego que no conoces.–Nos quedamos en silencio un rato.
—¿Escuchan eso?–Liam cerró los ojos. Nos concentramos todos en el poco sonido que había en la oscuridad.
Sonaba como golpes, un golpe de un palo contra la tierra, gente corriendo, una pelota y gente vitoreando.
—Suena como...–Empezó a recordar uno de los policías que estaba con nosotros.
—Lacrosse.–Completó Liam.
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