El manto plateado gobernaba el cielo en su completa expresión, el viento suave agitaba los ásperos troncos de los arboles con suavidad contenida, la luna no era nada más que una parte más de un cielo oscurecido por el anochecer, y entre toda esta tristeza que cargaba la Estación sin hojas, otra desgracia era presencia de una noche más, entre el hielo y el cielo una guerrera de pelaje azulado como un Lirio de Agua sostenía un par de hermosos cachorros, su rostro reflejaba una tristeza incalculable de una madre luego de perder un hijo, su mirada era frágil y su pequeña sonrisa que se formaba en su rostro cada vez que sus hijos la miraban delataba lo mal que se sentía, estaban cerca del río que separaba su Clan con el Clan del Río, no faltaba mucho para que conocieran a su padre, como un rayo sintió una punzaba dolorosa en la cabeza cayendo así en el lago congelado  junto con sus cachorros, el atacante no era nada más que un macho plateado brillante que sostenía una sonrisa en su rostro, por detrás de este apareció un fornido macho marrón claro el cual se abalanzaba con las garras desenvainadas hacia él, el contrario esquivo con facilidad su ataque para luego cortar el cuello de su atacante, en ese instante las estrellas brillaron con más intensidad, algo estaba pasando entre ellas, algo se estaba reescribiendo..