⸻ ⋆𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞 ; 𝐰𝐡𝐚𝐭 𝐝𝐨 𝐢 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐭𝐨 𝐝𝐨? ⋆
















































(🌙) Chapter 07; 𝐰𝐡𝐚𝐭 𝐝𝐨 𝐢 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐭𝐨 𝐝𝐨?

❝Alessia, créeme que yo haría lo que fuera para poder tener esa reluciente sonrisa tuya a lo largo de mi vida. Tener esa atención que tanto sueño, y tener ese amor que tanto anhelo. ❞























20 de agosto del 2022
📍Mónaco, Montecarlo




—¿Me puedes decir la verdad de una buena vez por todas y explicarme qué carajos pasó en esa maldita reunión?

Max rodó sus ojos una vez más. Había perdido la cuenta de las veces que su novia le ha estado reclamando el mismo tema; era consciente de sus errores. Lo último que llegó a pensar fue causar todo un alboroto en aquella reunión que pintaba ser muy tranquila.

Aquella escenita de un furioso Max verstappen siendo sujetado por Charles Leclerc evitando que se diera a golpes con un malhumorado George Russell igualmente sujetado por Lando Norris estaba en toda la primera plana de cada revista de farándula; lo peor para Max eran los títulos: "pelea del campeonato o el corazón de una mujer" "Kelly Piquet en segundo plano, nueva conquista a la vista" y entre otros.

La había cagado. En grande. Max era tan consciente de ello que no podía ponerse a refutar en aquel instante. Pero ¿cómo no? con tragos mezclados en la cabeza y ver cómo estaban a nada de besarse su cuñada y uno de sus amigos más cercanos le hirvió por completo la sangre.

—Kelly, ya te dije que no es nada grave. George estaba un tanto pasado de tragos, no iba a permitir que le hiciese algo que no quisiera en su estado. Eso es todo. —continuó con un decorativo tono exhausto en su voz. Llevó una de sus manos hacía su cabello, un signo claro de que aquella situación le incomodaba hablar —. ¿No deberías agradecerme? Literalmente me preocupo más por ella que tú siendo su hermana mayor.

El neerlandés se apresuró a tomar camino hacía la cocina, siendo consciente que su novia estaría detrás de él siguiéndolo. Llevaba haciéndolo toda la mañana, así que no era novedad para él que no se pudiera librar tan fácil.

—¿Qué tiene mi hermana para que te importe tanto?—Exclamó la brasileña de repente, gesto que hace que Max se voltee y la observe. Kelly se encontraba con cara de pocos amigos, junto con sus brazos entrecruzados. —Respondeme.

Al ver lo seria que se encontraba su novia, Max lleva una de sus manos sobre su rostro.

—¿Qué quieres que te diga? es tú hermana, la tía que tanto adora tú hija y curiosamente la única que últimamente ha estado para mí cuando más lo he necesitado.

—¿Y qué tiene eso que ver con toda la importancia que le brindas? —contraargumento —. ¿Es que acaso me vas a cambiar por ella?

—Pero qué cosas dices, Kelly. Claro que no. —respondió rápidamente. Observó preocupado a su novia al momento que esta abrió los ojos como plato, y esto, porque generalmente solía tomarse su tiempo en responder; en su tono había encontrado cierta inseguridad en su respuesta. y eso, no le dejaba nada más que motivos para que ella sospechara de él.

—No te creo. —sentenció la brasileña acercándose aún más a él —. No te creo porque te conozco. Te conozco tan bien que sé que no eres del tipo de personas que suele coger confianza de la noche a la mañana.

Max chasqueó su lengua en desaprobación.

En el fondo sabía que ella tenía la razón.

Y era consciente que no era momento de reclamar. Ni mucho menos. expresar lo que en verdad siente; la situación en la que se encontraba no era la más apta en cuestión de volver al menos a cruzar miradas con Alessia a causa de las inseguridades de su novia.

—Lo digo en serio. Alessia no es nada más que tú hermana. Lo juro. Y si notas que mi trato fue repentino y agradable con ella es porque quiero acercarme mucho más a tú familia, no tener conflictos. —continua —. Kelly, de verdad que no estoy haciendo nada malo. Que quiera conocer mejor a tú hermana y a lo mejor que su relación sea más amena no tiene nada de malo.

—¿Y lo de George? ¿Lo de los rumores qué?

—Sabes que la prensa inventa cada cosa para monetizar. — respondió el neerlandés demostrando "sinceridad". Aunque en realidad, en el fondo no se encontraba del todo—. Simplemente me preocupé por ella, y creo que cualquier hombre lo haría en su sano juicio si viera que un amigo con un par de copas en la cabeza intentará aprovechar.

Kelly parece pensarlo por algunos minutos hasta que finalmente se decide y lo mira con un pequeño brillo en sus ojos, gesto que hace que Max se sienta algo mal.

—Entonces... ¿Solo la ves como mi hermana?

Max relamió sus labios aún con la mirada sobre su novia. Exactamente no sabía qué responder, su mente era todo un desorden que no tenía las palabras exactas para poder describir lo que realmente pensaba de ella.

Sí, sabía que ella no era tan solo la hermana de su actual novia. O al menos, había dejado de serlo a medida que compartía tiempo con ella; no tenía claridad de la figura que sería Alessia en su vida, y sería poco razonable responderle algo que ni él mismo está seguro.

Sin embargo, él quería que ella se sintiera bien. Él quería que Alessia pudiera volver a compartir con él sin restricción alguna; aquellas palabras que soltó la menor de los Piquet en esa fiesta revoloteaban por su cabeza, en especial, la razón por la cual se había alejado.

—Sí. —respondió el neerlandés con algo de dudas en su voz, que por suerte, la brasileña está vez no denoto—. Solo la veo como tú hermana.

El rostro de Kelly inmediatamente cambia y una reluciente sonrisa aparece en este, se acerca con velocidad sobre el neerlandés para abrazarlo fuertemente y dedicarle miles de caricias.

Max soltó un pequeño suspiro mientras le devolvía su abrazo. No era capaz de verla, y todo, porque sentía que poco a poco se estaba convirtiendo en un experto mentiroso.










[...]








¡Viniste!—exclamó el joven piloto británico de McLaren abrazándolo con fuerza, gesto que hace que Max suelte una pequeña carcajada ante la euforia que irradiaba su amigo—. ¿Cómo estás?

—Puedo estar mejor.

—¿Y Kelly? ¿Todo bien hermano?

Max relamió sus labios lentamente. Lo último que quería hablar en esos instantes era sobre su novia; una vez más no lo había acompañado, así que no se sentía totalmente cómodo que la mencionen.

—Todo bien, no te preocupes. —continuó —. No quiso venir. Creo que tenía una reunión con sus amigas y no soy quien para obligarla a acompañarme, Lando.

El britanico entendió al instante su incomodidad. Por lo cual, opto por no indagar más sobre el tema; en cierta parte sentía algo de lástima con su amigo, y no cabía duda alguna que aquella mujer con la que estaba no le agradaba por la ausencia que generaba.

—Bueno, me alegra mucho que hayas salido de esa cueva después del alboroto de tu escenita. Sabes que eres bienvenido aquí. —sonríe cálidamente, gesto que hace que el neerlandés imite su acción—. ¿Te importaría si te pido que me traigas una? Estoy que me muero de sed pero tengo que seguir al tanto con la música.

Max vio como Lando rápidamente se dirigió hacía aquel "pequeño" stand de música. De golpe, la canción cambia y "Escalofríos" empieza a resonar por todo el lugar. Max suelta una pequeña carcajada y negó con su cabeza al no poder comprender nada de la canción. Y estaba más que seguro, que Lando tampoco; no entendía en qué momento se volvió tan fanático de la música latina.

No perdió tiempo y se dirigió hacía la cocina para buscar una que otra cerveza tanto para él como para su amigo; abrió la nevera y sacó dos latas de cerveza despreocupado.

No sabía a cuántos grados estaban, pero el calor lo tenía sofocado. Llevó sus manos hacía su frente para secar un poco del sudor que se encontraba, gesto que hace que su cabello se desordene un poco; posteriormente, llevó sus dos manos hacía su camisa de botones y desabrochó unos cuantos de estos.

Al ya sentir un poco más de frescura, voltea su dirección y camina unos cuantos pasos con fin de dirigirse hacía donde se encontraba Lando; sin embargo, choca con un pequeño cuerpo.

Estaba por pedir perdón hasta que se percató que era nada menos que Alessia, aquella mujer que no podía dejar de pensar.

Relucia un lindo vestido algo suelto de color verde esmeralda; sus largas y tonificadas piernas resaltaban por lo corto que era el vestido que llevaba puesto. Tenía el cabello suelto, algo que a Max se le hacía completamente atractivo. Y con poco maquillaje en su rostro, nada exagerado.

—Ali...—musitó lentamente. Su mirada no podía dejar de estar sobre ella y un sentimiento de ansiedad se apoderó de su cuerpo; no sabía qué hacer. Tampoco las palabras exactas para describir todo lo que está sintiendo en esos precisos instantes su mirada sobre él después de tantos días sin que ella ignoraba completamente su presencia.

Alessia tragó saliva al percatarse que se trataba de él. Rápidamente se levanta, y queda estática. No apartó su mirada de él por unos cuántos minutos; relamió sus labios nerviosa y maldijo en sus pensamientos lo atractivo que se veía su cuñado. No sabía si sentirse halagada o desafortunada al ver como su cabello tirando a ser entre castaño claro o rubio tan reluciente se encontraba un tanto desordenado.

Con apenas abotonados los últimos botones de su camisa azul cielo, y los primeros tres sueltos que brindan una agradable vista al principio de su tonificado torso. Hacía calor, y no sabía si realmente era el clima o ella al ver como unas tres gotas de sudor bajaban sobre este; sus antebrazos decorados por las notables venas reluciendo en ellas por cada movimiento que hacía gracias al doble que tenía sobre las mangas.

Portaba un pantalón algo suelto color hueso, una buena combinación de colores para su gusto; sus pómulos y mandíbula son tan llamativos. Y ni hablar de sus ojos, tan claros como el mismo cielo en época de verano.

—Ali... yo...—relamió sus labios—. Yo quie...—y antes que Max pudiera terminar la oración, Alessia se pierde rápidamente de su vista al escapar e irse hacia otro lugar.

Avanzó dos pasos y luego se arrepintió, retrocediendo estos mismos quedándose como tonto en su lugar.

Max quería seguirla. O al menos detenerla y arreglar las cosas de una vez por todas; odiaba su indiferencia, y no soportaba que ella no pudiera mantener la mirada sobre él.

Pero no era el momento.

Y estaba consciente de ello.

—¿Soy yo o denoto una tensión entre ustedes dos? No lo sé, pero parece que nuevamente la cagaste compadre. —la voz del mexicano Sergio Pérez con un tono lleno de burla se asoma en los oídos del neerlandés, gesto que hace que este gire sus ojos irritados.

—Gracias Checo, no lo había notado.

El mexicano se encontraba con una sonrisa de lado en su rostro. Llevaba una camisa de botones con una que otra decoración, unos pantalones similares a los que llevaba Max y unas gafas de sol circulares en sus ojos.

Max no pudo evitar soltar una pequeña risa de sus labios al fijarse bien de la decoración de su camisa. Original debía de decir, ya que estaba casi seguro que nadie llevaba unas piñas animadas.

—¿Por qué no vas y te acercas a pedirle perdón por la escenita que montaste? Ya lo hiciste con George, te costó pero lo hiciste.

Max suelta un pequeño suspiro. Abre la lata de su cerveza y toma un poco antes de responderle.

—¿La ves con ánimos de acercarse? Porque yo no. —respondió —. Checo, con todo el respeto que te tengo, pero ¿qué crees que he intentado hacer todo este tiempo? Obviamente trato de acercarme. Pero si ella no quiere tenerme cerca, lo respeto. No soy quien para obligar a nadie a hablar cuando se siente indispuesta a hacerlo.

Ambos pilotos se quedan un par de minutos en silencio. Por parte de Max, no dejaba de verla a lo lejos como sonreía hacía los chicos. Inevitablemente una pequeña sonrisa se posa en su rostro al recordar los buenos momentos de risa junto a ella; mientras que Checo, no dejaba de sonreír victorioso al ver como su compañero de equipo sonreía inconscientemente al verla.

—¿Quieres?—preguntó el mexicano ofreciéndole aquella lata de cerveza. El neerlandés vuelve en sí y la acepta—. De paso acompáñame a entregarle esto a Lando. Creo que te pidió el favor pero como estás tan embobado pensando en quien sabe que como que asume que no le vas ha hacer el favor.

—Cállate.

—Que amor que me tienes, eh. —bromeó—. Yo también te extrañe.

Max suelta un pequeño bufido se ubica a su lado derecho. Ambos emprendieron camino a una de las mesas más cercanas del stand; algo que pudo denotar el neerlandés, era la cantidad de gente que había en el lugar.

Reconoció a lo lejos a Carlos, Lewis, Ricciardo, Charles e inclusive el mismo Lando metidos en la piscina, y para su suerte, no había señal de aquel britanico que no quería ver junto a Alessia.

—De pronto más tarde me animo a meterme en la piscina con los demás —anunció. Max simplemente asiente sin dejar su mirada sobre los chicos—. ¿te animas a unirte?—se animó a sacar tema de conversación el mexicano al ver que su compañero de equipo se encontraba muy desconcertado de su alrededor.

—Bueno. —se limitó a responder el neerlandés monosílabo.

Alzó con una de sus manos la lata-que ahora, se encontraba hasta la mitad- para tomar un poco mientras mantenía la mirada fija sobre la piscina. No tenía nada de interesante observar a sus amigos tragar agua por las cantidades de tonterías que estaban haciendo. Sin embargo, era mejor eso a tener que aguantar la cantidad de comentarios pesados de su compañero de equipo.

Con la otra mano, tomó su celular y se dirigió hacía el pronóstico del clima que tenía su celular. Un desgastante 33 grados aparecía sobre este, provocando que Max suspirara y se recueste aún más sobre su silla; al estar más cómodo, decide abrir por completo su camisa, quedando ahora al descubierto su pecho y torso.

Parecía pensarse el quedarse dormido un rato. Finalmente se decide y antes que pudiera cerrar sus ojos, la eufórica voz de Alessia retumbó por sus oídos provocando que aquella idea desapareciera al instante; se reubica en su asiento, y buscó con la mirada la posible ubicación de la brasileña.

Finalmente la encuentra. Algo acelerada como si hubiera sido perseguida; Max abre los ojos tan grande por su sorpresa, ya que nunca había podido apreciar a su cuñada en tan pocas prendas; Alessia se encontraba en un bikini color negro, el cual, se acentuaba muy bien con su tono de piel y dejaba a cualquier hombre embobado por lo pequeña que es su cintura.

"Es simplemente bella. ¿No hay algo en lo que no lo sea?" Pensó Max completamente anonadado sin poder quitar su mirada.

—Compadre, que se te cae riega la baba, eh. —se burló el mexicano, provocando que Max volviera en sí y lo mirase avergonzado al haberlo pillado —. Los ojitos donde los vea.

Max volteó su mirar nuevamente para poder apreciar una vez más-ahora un poco más disimulado-a Alessia. Sin embargo, su sonrisa rápidamente decayó al ver como Alessia posó en la espalda de George- que no sabía en qué momento había llegado- y colocaba sus brazos en su cuello para sujetarse.

Apartó su mirada de aquella escena que empezaba a provocar que su pecho se contrajera; él quería ser quien estuviera con ella de esa manera. Y por lo idiota que había sido en aquella fiesta, además de ser su cuñado, estaba claro que nunca podría compartir un momento así con la menor de los Piquet.

—Ya, que viniste a disfrutar. No a poner una cara de perro depresivo, abandonado y arrepentido. —exclamó fastidiado el mexicano ante la actitud tan decaída de su amigo —. ¿Quieres que te ayude?

—¿Ayudarme en qué?—respondió el neerlandés haciéndose el desentendido.

—Pues con Alessia, ¿con quien más?—respondió obvio —. Podrás engañar a cualquiera pero menos a mí, Max. Ya me hago una pequeña idea de lo que está ocurriendo.

Max relamió sus labios lentamente. Parece pensarse las cosas dos veces, y finalmente se decide en responder. —¿No estás bromeando conmigo?

—No. —respondió—. Ya quiero que te dejes de tus mamadas. Además, en cierta parte me siento culpable porque bueno, soy como una manzana de la discordia si lo piensas bien al haber hablado de más y haberle metido esa idea en la cabeza de George.

Nuevamente dirigió su mirada sobre ellos. Los cuales, se encontraban bastante sonrientes; Max aprieta sus puños sintiendo miles de cosas. No sabía que hacer, y aunque por más quisiera ir y decirle absolutamente todo, no podía porque:

1. Ella no quería tenerlo cerca.
2. George estaba ahí.
3. No quería causar otro alboroto.
4. No quería empeorar la situación con su novia. Al menos, para que tuviera algo de confianza sobre él y pudiese acercarse nuevamente a su hermana sin tener que lidiar con sus constantes celos.

—¿Tienes alguna idea? Porque yo no. —murmuró Max con apuro. No sabía cuánto tiempo llevaba viéndolos, pero sentía que no era capaz de seguir teniendo que soportar aquella escena.

—De hecho sí. —murmuró sonriente el mexicano—. Se me ocurren un par de ideas. Tan solo no cuestiones mis métodos, ademas que espero que me agradezcas luego por esto.









[...]








Max caminaba de lado y lado por uno de los cuartos del lugar. Ya había pasado aproximadamente casi una hora desde que su compañero de equipo le pidió que se quedara en aquel lugar.

Habían cuadrado que él iría por ella. Lo mejor era evitar cualquier tipo de sospecha para que pudiese estar solos y tener esa conversación que tanto necesitaban. Sin embargo, al paso de los minutos Max sentía como poco a poco la probabilidad del plan de Checo se iba para el caño.

A lo mejor sus planes eran mejores la gran mayoría del tiempo. Pero ¿quien era él para juzgar en estos momentos? la desesperación era tan notoria que estaba abierto a cualquier tipo de colaboración que quisieran brindarle.

Habían pasado días, en los cuales, convivían juntos pero parecía su ves ni estarlo. La indiferencia que demostraba la menor de los Piquet era notoria; de gestos como el pasar por su lado y ni siquiera saludarlo, era una completa tortura.

La puerta se abrió de repente y el neerlandés volteó hacia ella. Ahí estaba. A un lado del mexicano con aires de orgullo así mismo al haber cumplido su parte.

—Checo...—murmuró Alessia al ver como el mexicano le guiñaba el ojo antes de irse y cerrar la puerta.

Al quedarse solos, Max se levanta de su asiento y en ningún momento aparta la mirada sobre ella. Tenía tantas cosas que hablar, pero un tiempo muy reducido.

—¿Qué tengo que hacer para que puedas si quiera mantener la mirada?—preguntó el neerlandés directo mientras entrecruza sus brazos, gesto que le hace entender a Alessia que no se iba a escapar tan fácilmente como las anteriores veces—. Dime, porque no aguanto esa indiferencia tuya.











DISCLAIMER

✦ Hola! Sí, volví después que acabara la U. Este es el séptimo capítulo. ¿Qué tal les pareció? Espero que les haya gustado y sea de su agrado esta fanfic.

Puede que sea un poco aburrido este cap, pero les prometo que el siguiente va a estar 🤑🤑🤑. Literalmente se vienen cositas chidas de aquí en adelante.

NUEVAMENTE quería mencionarles algo y es que esta historia está conectada con la de Charles Leclerc con la hermana de Max, Lydia. Pueden pasarse si quieren, se llama "I'M YOURS". Como también, la nueva fanfic que tengo de George Russell, se llama "Wildest Dreams".

Sin más, nos vemos después 🤍.

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