019. weasley es nuestro rey


wanna be yours
capítulo diecinueve | weasley es nuestro rey

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LA HISTORIA de la huida hacia la libertad de George y Fred se repitió tan a menudo durante los días siguientes que Cylia pudo comprobar que pronto se convertiría en materia de leyendas de Hogwarts. Cylia oía con frecuencia a los alumnos decir cosas como: 'Sinceramente, algunos días me dan ganas de saltar en mi escoba y abandonar este lugar', o también: 'una lección más como ésa y puede que me haga un Weasley'.

Los gemelos se habían asegurado de que nadie los olvidara demasiado pronto. Para empezar, no habían dejado instrucciones sobre cómo eliminar el intercambio que ahora llenaba los pasillos. Habían visto a Umbridge y a Filch intentando diferentes medios para eliminarlo, pero sin éxito. Cylia estaba segura de que profesores como McGonagall o Flitwick podrían haber eliminado el pantano en un instante pero, al parecer, preferían ver sufrir a Umbridge.

Peeves, que parecía haberse tomado muy a pecho las palabras de despedida de George y Fred. Enloquecido, se lanzó por el colegio, volcando mesas, rompiendo pizarras, derribando estatuas y jarrones, dos veces encerró a la señora Norris dentro de una armadura.

—Eh, más problemas para Umbridge—,dijo Harry con voz satisfecha.

Tanto él como Cylia golpearon las tazas de té que debían encantar con sus varitas. A la de Harry le salieron cuatro piernas muy chatas que no alcanzaban el escritorio y se retorcían inútilmente en el aire. A la de Cylia le salieron cuatro patas muy flacas que levantaron la taza del escritorio con gran dificultad, temblaron durante unos segundos y luego se doblaron, haciendo que la taza se partiera en dos.

Demonios. Voy a recibir un troll en encantos—, gimió Cylia.

Reparo—,dijo Hermione rápidamente.—Si los tres dejaran de bromear, no tendrían un troll, Cylia—.

—¿Cómo que ustedes tres!—dijo Ron a la defensiva, de inmediato.—¡Fueron Harry y Cylia quienes rompieron sus tazas de té!—

Cylia y Harry se rieron mientras Hermione ponía los ojos en blanco.

—Ustedes no deberían preocuparse por los O.W.L. ahora mismo...—dijo Ron antes de ser rápidamente cortado por Hermione.

—¿Qué quieres decir con que no deberíamos estar preocupados por nuestros T.I.M.O's, Ron?—

—¡Deberían estar preocupados por mí!—,dijo en voz alta.

—¿Por qué deberíamos estar preocupados por ti?—Preguntó Cylia, haciendo que Harry soltara una risita silenciosa.

—Cuando la próxima carta de mamá pase por fin el proceso de selección de Umbridge—, dijo Ron con amargura,—voy a estar en graves problemas. No me sorprendería que enviara otro vociferador—.

—Huh...—

—Será mi culpa que George y Fred se vayan, espera—, continuó sombríamente. —Ella dirá que debería haber impedido que se fueran, o que debería haber agarrado las puntas de sus escobas y haberse quedado o algo así... Sí, todo será por mi culpa—.

Cylia se sintió mal por él. Él nunca se lo había dicho, pero por lo que había visto y escuchado, ella sabía que siempre se había sentido marginado por sus hermanos, y sabía cómo su madre lo desfavorecía. Quería abrazarlo y decirle que era más que sus hermanos y que sabía que era injusto. Pero no podía, no pronto. Así que se quedó callada.

—Bueno, si hace algo será muy injusto, ¡tú no hiciste nada! pero estoy segura de que no lo hará... quiero decir, si es realmente cierto que tienen su local en el callejón Diagon, deben haber estado planeando esto durante años—,dijo Hermione.

—¿Cómo han conseguido el local?—,dijo Ron, golpeando su taza de té tan fuerte con la varita que las patas se derrumbaron.—Es un poco sospechoso, ¿no? Necesitan un montón de galeones para poder pagar un alquiler en un lugar como el callejón Diagon—.

—Eh, les di mis ganancias de los Tres Magos el pasado mes de junio—,dijo Harry titubeando.

—Harry, ¿hablas en serio?—preguntó Cylia boquiabierta.

—Sí, lo estoy—,confirmó él.—Y tampoco me arrepiento. No necesitaba el oro y serán geniales para llevar la tienda de bromas—.

—¡Pero esto es excelente!—,dijo Ron con cara de asombro.—¡Todo es culpa tuya, Harry-mamá no puede culparme en absoluto! ¿Puedo decírselo?—

Cylia no pudo evitar sonreír por lo emocionado que parecía Ron.

—Sí, supongo que sí—,dijo Harry con dulzura.

—¡Genial!—,exclamó Ron.—De todos modos, si Montague no se recupera antes de que Slytherin juegue contra Hufflepuff, ¡podríamos tener la oportunidad de ganar la copa!—.

El último partido de la temporada de quidditch, Gryffindor contra Ravenclaw, iba a tener lugar el último fin de semana de mayo.

—Es decir, no puedo estar peor, ¿verdad?—les dijo Ron a Cylia, Harry y Hermione con mala cara durante el desayuno de la mañana del partido.—No hay nada que perder ahora, ¿verdad?—.

—Ron, ¿quieres dejar de enloquecer?—,dijo Cylia.—Lo harás bien...—

—¡No, no lo haré!—,argumentó.—Nuestro equipo apesta sin Harry o los gemelos-no vamos a ganar—.

—Definitivamente no vas a ganar con esa actitud—.Harry le palmeó la espalda.—Anímate, amigo—.

—Exactamente. Merlín, eres tan negativo a veces. De todos modos...—Cylia dio un mordisco a su desayuno antes de ver a Luna Lovegood entrando en el Gran Comedor.—¡Mira, ahí está Luna!—

Luma se dirigió a la mesa de Ravenclaw llevando lo que parecía ser un águila viva posada sobre su cabeza.

Ron parecía que iba a comentar lo que llevaba puesto Luna, pero se detuvo inmediatamente tras recibir una mirada de Hermione.

—En fin, ¿cómo van las cosas entre tú y Luna, Hermione?—preguntó Cylia.

—¡Fantástico! Hemos tenido nuestra segunda cita el fin de semana pasado. He estado pensando en pedirle oficialmente que sea mi novia!—dijo Hermione, sonriendo alegremente.

Cylia aplaudió y gritó.

—¡Genial!—dijo Harry, con cara de pocos amigos.

—¿Qué te pasa?—preguntó Ron.—¿Están mejorando las cosas con Cho?—.

—No... pero no importa: ella va a jugar hoy, ¿no?—.

—Mhm, sí—.

Angelina entró en el Gran Comedor con aspecto estresado.—¡Equipo, a los vestuarios, el partido es en treinta!—,silbó.

Ron se quejó y se levantó de la mesa para seguir al resto de sus compañeros. Miró a los tres amigos como si pidiera que lo escondieran.

Cylia lo miró fijamente mientras se iba, sintiéndose mal por él. Esperaba que los Slytherin no cantaran sus estúpidos coros de Weasley es nuestro rey.

De repente, el cuerpo de Cylia empezó a moverse sin pensarlo. Se levantó de la mesa y persiguió a Ron.

—¡Cylia, a dónde vas!—gritó Hermione tras ella.

Cylia finalmente alcanzó al equipo de Gryffindor, se abrió paso entre ellos buscando a Ron.—¿Cylia? Qué haces aquí-—

No sabía qué hacía ahí. ¿Iba a abrazarlo? ¿Besar su mejilla como la última vez? ¿Desearle suerte?

Se quedó congelada frente a él, la vergüenza la invadía.

—Sólo quería... desearte suerte—,tartamudeó.—Lo harás increíble, Ron—.

—Gracias...—dijo Ron antes de ser interrumpido por los gritos de Angelina,—¡Weasley! Vamos!—

—¡Tengo que irme... te veré en las gradas!—Salió corriendo y atrapó a su equipo.

Encontraron asientos en la segunda fila más alta de las gradas. Era un día bonito y claro.

Lee Jordan estaba comentando, como de costumbre. Mientras los equipos salían al campo, nombró a los jugadores.

—¡Y arrancan!—dijo Lee.—Davies toma la quaffle inmediatamente, el capitán de Ravenclaw, Davies, con la quaffle, esquiva a Johnson, esquiva a Bell, esquiva también a Spinnet... ¡va directo a la portería! Va a disparar y-y...—Gimió—...y ha marcado—.

Cylia, Harry y Hermione gimieron con el resto de los Gryffindors. Como Cylia había previsto, los Slytherins del otro lado de las gradas comenzaron a cantar:

'Weasley no puede salvar nada,
no puede bloquear un solo anillo... '

—Spinnit tiene la quaffle ahora, va hacia los aros de Ravenclaw-va a disparar-¡ANOTA!—.

Un gran aplauso viene de los Gryffindors.

Después de casi media hora, Gryffindor ganaba por setenta puntos a veinte. Ron, sorprendentemente, había hecho unas paradas increíbles.

Y ahora los coros no provenían de los Slytherins, sino de la masa de Gryffindors rojos y dorados.

'Weasley es nuestro rey,
Weasley es nuestro rey,
no dejó entrar la quaffle,
Weasley es nuestro rey...'

Cylia, Harry y Hermione cantaron junto con el resto de los Gryffindors, felices por su mejor amigo que de repente había ganado mucha confianza y habilidad.

'Weasley puede salvar cualquier cosa,
nunca deja un solo anillo,
por eso todos los Gryffindors cantan:
Weasley es nuestro rey '.

Argh-Johnson deja escapar la quaffle—,dijo Lee.—Davies va por un gol, esquiva a Bell-¡Y WEASLEY SALVA OTRO GOL!—

'Weasley es nuestro rey,
Weasley es nuestro rey,
no dejó entrar la quaffle,
Weasley es nuestro rey...'

—¡El marcador es ochenta a veinte, para los Gryffindors! ¿Qué está mirando Ginny, ha visto la snitch?—dice Lee.—¡Parece que tanto Chang como Weasley han visto la snitch!—

Los dos buscadores subían a toda velocidad, ambos con la vista puesta en algo más adelante. Ambos estaban cerca... pero Ginny estaba más cerca. La multitud de Gryffindors aplaudió a Ginny.

Ginny se acercó y atrapó la snitch entre sus dedos. La levantó en el aire para anunciar que habían ganado la copa de quidditch.

—GINNY WEASLEY HA ATRAPADO LA SNITCH, LA COPA DE LA QUIDDITCH ES PARA GRYFFINDOR—,gritó Lee.

Cylia dio un brinco y animó a su casa. Ella, Harry y Hermione corrieron hacia la grada para felicitar a Ron y al equipo de Gryffindor.

—¡HARRY! ¡CYLIA! HERMIONE!—gritó Ron, agitando la copa de quidditch plateada en el aire.—¡Lo hemos conseguido! GANAMOS!—

Cylia corrió hacia Ron, con una enorme sonrisa en la cara.—¡Lo lograste! Te dije que lo harías increíble!—

Y de la nada, Ron se abalanzó sobre Cylia, rodeando su cintura con los brazos y abrazándola. A ella le tomo por sorpresa, llevaba meses deseando sentir sus brazos alrededor de ella, pero le devolvió el abrazo.

El rubor apareció en el rostro de ambos. Se separaron del abrazo, ambos avergonzados.

—No habría salvado esos goles sin ti—.La miró profundamente a los ojos.

—Erm, no hice nada. Lo hiciste realmente increíble—.Ella le sonrió, su estómago dando unas cuantas vueltas.

Harry gimió con fuerza, arruinando su momento.—Ustedes dos están haciendo que el resto de nosotros nos sintamos más solos que nunca—,dijo.—¡Sólo háganse pareja de una vez!—

ame la última parte <3

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