Primum Test
Cuando se reanudaron las clases el lunes, todos podían notar como el trío de oro se había reducido a dos. Suponían todos que se debía a que el Gryffindor era campeón, pero Adhara sabía que no había manera en que en el hubiera decidido poner su nombre. Aunque solo para asegurarse la noche anterior la castaña se había ido a la biblioteca antes que a su dormitorio a escondidas y se había leído La Historia de Concursos y Torneos, debido a eso ella sabía que Harry habría tenido que hacer un encantamiento Confundus excepcionalmente poderoso para engañar al cáliz y hacer que se olvide que solo hay tres escuelas en el torneo. Y, no se lo tomen a mal, por más que adoraba a Harry no lo creía capaz de hacer eso sin Hermione como el cerebro de todo. Y ella sabía que Granger nunca aceptaría hacer trampa.
Además que sabía que lo que el de Gryffindor menos quería era arriesgar su vida de nuevo. A pesar de no ser los mejores amigos, la Slytherin conocía al Gryffindor. Ella sabía que el recibía más atención de la que estaba acostumbrado y de la que le gustaba, sabía que el nunca haría algo para atraer más ojos a su persona. Lo conocía más de lo que le gustaría aceptar.
Aún así, al ver la enemistad de el pelirrojo y el elegido, ella pensó que a Ron se le pasaría pues esos dos eran tan unidos como ella y Draco. El Lunes probó que el Weasley era más cabeza dura de lo que ella pensaba y no era el único. Los Hufflepuff, que eran conocidos como gentiles, estaban siendo peores que Slytherin con el segundo campeón de Hogwarts. Harry tenía a todo el colegio acusándolo de haber puesto su nombre y Adhara tenía que controlarse para no gritarle a todo el que escuchaba hablar mal del Potter. Ella, como toda Slytherin, sabía que debía actuar luego de analizar bien todos los efectos de sus acciones.
— Oh, miren, muchachos, es el campeón - comenzó Malfoy cuando llegaron a la clase de Hagrid, aunque el profesor no se encontraba — ¿Tienen sus libros de autógrafos? Será mejor que consigan una firma ahora, porque dudo que esté por mucho más tiempo.
Adhara se cruzó de brazos molesta ante las palabras de Draco mientras varios Slytherin reían, aunque Theo se mantenía serio a su lado.
— La mitad de los campeones de los Tres Magos han muerto, ¿cuánto tiempo crees que vas a durar, Potter? Diez minutos después de la primera prueba es mi respuesta.
El corazón de Adhara se encogió nuevamente ante las palabras su primo. Agradeció que Hagrid saliera en ese momento de la parte trasera de su cabaña porque no quería escuchar a Draco decir nada más y, honestamente, tampoco sabría cómo actuar. Harry Potter le importaba más de lo que demostraba, mucho más de lo que se sentía cómoda admitiendo, y el pensar que podría salir lastimando hacia que su pecho se contrajera de una manera que hasta le dolía.
Por suerte Hagrid la distrajo empezando la clase donde les explicó que la nueva comida favorita de los escregutos de cola explosiva era el uno para el otro, por eso se volvieron tan grandes y como ahora tenían tanta energía reprimida, Hagrid les explicó que tenían que llevarlos a caminar.
— ¿Llevar esta cosa de paseo? - cuestiono Malfoy con disgusto — ¿Y dónde exactamente se supone que debemos arreglar la correa? ¿Alrededor de la picadura, el extremo explosivo, o la ventosa?
— Por el medio - explicó Hagrid demostrándoles como — Quizás quieran ponerse sus guantes de piel de dragón, solo como precaución adicional. Harry, puedes venir aquí y ayudarme con este grande...
La siguiente hora todos estuvieron ocupados evitando que los escregutos se mataran entre ellos o los mataran a ellos. Se habían vuelto mucho más fuertes que antes de convertirse en caníbales, por lo que algunos estudiantes fueron arrastrados boca abajo hacia el campo.
La próxima semana fue empeorando las cosas a la vista de Adhara. Ravenclaw había escogido un lado en la pelea Hufflepuff-Gryffindor y no beneficiaba a Harry. La Slytherin se había dado cuenta que esto estaba afectando al campeón de Gryffindor pues parecía más perdido en su cabeza que lo usual. Y fue aún peor cuando les tocó a Slytherin y Gryffindor tener pociones dobles por la tarde, pues los de verde no cesaban sus insultos o bromas hacia el.
Aún así, ella se había mantenido al margen. No había reaccionado, había hecho oídos sordos a todo lo que escuchaba y había caminado hacia el otro lado. Pero Adhara llego a su límite cuando escuchó a Draco hablar de las insignias, ahí decidió que era suficiente y le pidió ayuda a Theo para crear unas ella misma.
— ¿Me estás pidiendo que escoja entre mis dos mejores amigos?
— Te estoy pidiendo que seas justo - gruñó la castaña — Se que le ayudaste a él con las insignias, lo correcto es que también me ayudes a mi.
Y Theodore accedió.
Así que cuando Malfoy encaró a Potter con las insignias, Adhara se posicionó cerca con una sonrisa de autosuficiencia en su rostro y su propia insignia en su bolso. Esperaba el momento perfecto para intervenir.
— ¿Te gustan, Potter? - Malfoy pregunto en voz alta mostrándole la insignia que decía "APOYA A CEDRIC DIGGORY - EL VERDADERO CAMPEÓN DE HOGWARTS" — Eso no es todo lo que hacen, ¡mira!
Luego de presionar la placa, el mensaje anterior se tornó en letras color verde brillante que decían "POTTER APESTA". Los Slytherin se rieron y pronto todos presionaron sus insignias para que mostraran el insulto.
— Oh, muy gracioso. Realmente ingenioso - dijo de forma sarcástica Hermione.
— ¿Quieres uno, Granger? Tengo montones, pero no me toques la mano. Me la acabo de lavar, ya ves, no quiero que una sangre sucia la ensucie.
Y ese fue su momento. Adhara se acercó y bajo lentamente la varita que Harry apuntaba hacia su mejor amigo con una sonrisa de lado.
— Creo que a Potter y a Granger le interesarán más mis insignias. A todo Gryffindor en realidad.
Con un guiño hacia el de cabellos azabache que la observaba confundido, Adhara mostró su insignia roja y dorada que leía "HARRY POTTER - VERDADERO CAMPEÓN DE HOGWARTS".
— ¡Oh! Se me olvidó que eso no es todo.
Con un toque, la insignia cambio de color rojo y dorado a un negro con verde mostrando a un hurón blanco en ella con las palabras "EL HURÓN DE SLYTHERIN APRUEBA ESTE MENSAJE", sabía que era un golpe bajo pero ya le había hecho saber a Draco lo preocupada que estaba por Harry y lo mucho que le molestaba escuchar la cantidad de cosas que le podían pasar.
Si el no la tomaba en cuenta, ella tampoco lo haría.
La sonrisa de Harry le hizo saber que todo había valido la pena y pronto muchos Gryffindor estaban pidiéndole insignias, las cuales ella daba con una gran sonrisa. Ni siquiera se dio cuenta de la mirada que Hermione le estaba dando a Harry, quien no quitaba su mirada de la castaña de ojos claros. Adhara Black creía en su inocencia sin siquiera preguntarle y se había tomado la molestia de hacer algo contra su propia casa para ayudarle. Ella estaba de su lado sin que el se lo pidiera. Y Hermione sabía. Ella sabía sin que Harry se lo mencionara que aunque el lo negaba rotundamente y ni siquiera lo pensara, ella sabía que entre el y Adhara había algo. Algo que siempre había estado ahí pero el estaba tardando en darse cuenta.
Al ya haber repartido las insignias, la princesa de Slytherin se acercó a los dos mejores amigos de Gryffindor, extendiéndole una insignia a Hermione que la tomó sonriente antes de acercarse a Harry para ponerle la suya en su túnica.
— Mucho mejor - le sonríe — Estas si que son buenas insignias, ¿no crees, guapo?
Harry sintió un rubor apoderarse de su rostro al mismo tiempo que una gran sonrisa, iba a agradecerle cuando la voz de Malfoy lo detuvo. Al parecer estaba molesto pues los apuntaba con su varita. Harry no dejó que Adhara siquiera se diera la vuelta pues se puso frente a ella para protegerla con su varita en mano.
La joven Black rodó sus ojos verdes pues sabía que Draco nunca la lastimaría, menos al ver la mirada de advertencia que Theo le daba al de cabellos platinados. Aún así, su corazón dio un vuelco al ver el detalle del Gryffindor.
— Hazlo, si tienes agallas - sonrió Malfoy con malicia.
Ambos hicieron contacto visual por un momento antes de actuar.
— ¡Furnunculus! - gritó Harry
— ¡Densaugeo! - gritó al mismo tiempo Draco.
Las luces volaron por el sur y luego se golpearon entre sí, haciendo que estas cambiaran de dirección. Adhara miro sorprendida como la maldición de Harry golpeaba a Goyle y la de Malfoy a Hermione. En la nariz de Goyle comenzaron a brotar furúnculos de su piel de aspecto feo; Hermiones se agarraba la boca gimiendo de dolor.
Ron se acercó corriendo hacia su mejor amiga preocupado y al apartar las manos de esta de su rostro todos pudieron ver como sus dienten delanteros crecían demasiado rápido.
Theo, por su lado, se acercó para jalar a Adhara hacia el y posicionarse en un lugar donde no pudieran ser afectados en caso de que decidieran volver a levantar varitas. Lo menos que quería el castaño era que la Slytherin saliera lastimada.
— ¿Y a que se debe todo este alboroto? - la voz de Snape hizo que todos se tensaran, el mayor señaló a Malfoy — ¡Explique!
— Potter me atacó, señor...
— ¡Nos atacamos al mismo tiempo! - interrumpió indicando Harry.
— ... y le pegó a Goyle... ¡mire!
Snape volteo a ver a Goyle sin mucho interés.
— Ve a la enfermería, Goyle - ordenó con calma.
— Hermione también salió golpeada- le hizo saber Black sin mucho interés — Mírela.
Snape volteó a ver a su ahijada, su mirada suavizándose por un segundo, antes de volverse hacia los Gryffindors. Ron hizo que Hermione bajara sus manos para que dejara ver a Snape la condición en la que se encontraba, a pesar de que era difícil de ocultar de todos modos. Sus dientes ya habían crecido más allá de su cuello.
— No veo ninguna diferencia.
Hermione gritó y se dio vuelta para irse. En ese momento, Harry y Ron comenzaron a gritarle a Snape por ser injusto mientras Adhara observaba de brazos cruzados con poco interés. Ellos estaban realmente furiosos con el y no los culpaba, pero ella conocía a su padrino, sabía que nunca le daría la razón a algún león y menos al trío de oro de Gryffindor. No le parecía justo pero sabía que no era una batalla que ganaría.
— Veamos - dijo con calma — Cincuenta puntos menos para Gryffindor y una detención para Potter y Weasley. Ahora entren o será una semana de detención.
Harry, completamente furioso, tomó el brazo de Adhara logrando sorprenderla a ella y a Theo, y se dirigió con ella a una de las mesas del fondo ante la mirada molesta del padrino de esta y de sus dos mejores amigos de Slytherin. Por un segundo, parecía que Ron se iba a sentar con ellos antes de cambiar de rumbo a la mesa de Dean y Seamus. Adhara, por su lado, se encontraba confundida pues no sabía por qué Harry la había jalado con el. Aunque no se quejaba. Pero su felicidad le duró poco porque pronto Colin Creevey vino a buscar al campeón de Gryffindor por órdenes de Dumbledore.
Al menos había sido obligada por el para sentarse a su lado. Era un avance. Y aunque trataba de no darle tanta importancia a ese detalle, su corazón parecía llevarle la contraria a su cerebro mientras palpitaba fuertemente en celebración por el hecho.
No ayudo que las siguientes semanas fueron mucho más confusas para Adhara. De repente, Harry Potter era el que la comenzó a buscar para pasar tiempo con ella.
Harry la jalaba ante las quejas de Nott y Malfoy mientras ella lo seguía enmudecida por la sorpresa. La mayoría del tiempo la pasaban en Torre de Astronomía, donde la castaña dejaba al Gryffindor desahogarse o dónde lo distraía enseñándole a dibujar. Pero la mayoría del tiempo lo pasaban cómodos en el silencio con platicas sin importancia y risas silenciosas.
El día que salió en El Profeta el artículo de Rita Skeeter hablando solamente de Harry cuando se suponía que hablaría de los campeones del torneo, sin mencionar que relataba la biografía del elegido exagerando todo, Harry había buscado a Adhara y la había alejado de Malfoy y Nott ante las quejas e insultos de estos mientras el mismo se quejaba del artículo. Adhara se había mantenido en silencio mientras dejaba que la jalara hacia las afueras del castillo y lo escuchaba atentamente. Se escuchaba frustrado y sabía que no tenía a nadie más que lo escuchara pues Hermione pasaba ocupada tratando de dividir su tiempo entre el, Ron, y sus deberes. Además, que si ella era sincera, lo escucharía hablar de cualquier cosa las veces que fuera necesaria para asegurarse que el supiera que no estaba solo.
Una vez ambos se encontraron sentados bajo la sombra de un árbol en las afueras del castillo y que Harry dejo de hablar con un fuerte bufido, la joven Black lo vio prudente hablar.
— ¿Tus ojos brillan con los fantasmas de tu pasado, Potter? - sonrió burlesca mientras agarraba su rostro con sus manos para poder verlo — ¡Déjame verlos! Oh, si, el verde en ellos grita trauma.
Harry quitó su mano de su rostro para así poder voltear su cara y evitar que viera la sonrisa que se apoderó de su rostro, se había dado cuenta que la Black siempre encontraba la manera de hacerlo sentir mejor fácilmente. No lo trataba diferente a cómo lo había tratado siempre, a diferencia del resto del mundo. Para ella seguía siendo el mismo, no importaba nada de lo que pensaran u opinaran los demás.
Luego de lo de las insignias, Harry pensaba que ella era la única persona que tenía incondicionalmente de su lado, tenía a Hermione pero no podía pedirle mucho porque ella también debía estar con Ron. Adhara era la única que había confiado en el sin que el se lo pidiera y sin cuestionárselo, ademas de haberlo defendido sin que el lo esperara, y el estaba agradecido por eso. Agradecido por ella.
El fin de semana antes de la primera prueba a los estudiantes se les permitió ir a Hogsmeade. Así que Adhara se encontró tomando una cerveza de mantequilla con Theodore y Daphne, el primero se encontraba quejándose de la cantidad de veces que Potter se la había llevado cuando observó con curiosidad a Hermione sentada sola. Pero no dijo nada y decidió mejor concentrarse en Nott. No sabía que ella estaba siendo tema de conversación de un Harry cubierto por su capa de invisibilidad y Hermione.
— Así que, ¿Adhara Black?
Harry se ruborizo sin darse cuenta bajo la capa.
— ¿Qué con ella?
— Han pasado mucho tiempo juntos - murmuro levemente la Gryffindor con una sonrisa — No te he visto solo ni un segundo en el castillo.
— Ella confía en mi - susurró Harry — No necesitó que yo le dijera que no lo había hecho para confiar en mi. Ron me dio la espalda, pero ella no.
— Interesante - Hermione observó el espacio libre con una sonrisa conocedora — ¿Sigues interesado en Cho Chang?
— ¿Como sabes eso?
Hermione se encogió de hombros, — Eso no importa. ¿Sigues?
— Yo... ¿si? ... digo por supuesto que si.
A pesar de esa respuesta, bajo su capa de invisibilidad, Harry no podía dejar de observar a Adhara Black. En todo ese tiempo le había ayudado a no sentirse solo con su sarcástico humor, sin notar la indiscutible lealtad que resaltaba en ella cuando se trataba de sus amigos. Su corazón se saltó una palpitación sin darse cuenta cuando la vio reír. Su sonrisa era perfecta.
Confiaba en ella, se dio cuenta Harry en ese momento.
Por eso, esa misma noche, Harry le contó a Adhara de que Hagrid le pidió que se reuniera con el a medianoche para algo desconocido.
— Creo que probablemente tenga que ver con la primera prueba - susurró Adhara mientras miraba a sus alrededores — Escuché a los de Durmstrang hablar sobre ello en la cena, parecía que Karkaroff iba a ir al bosque a averiguar sobre la primera prueba.
— ¿Crees que debería ir? ¿No es injusto?
— Juega para ganar, Harry.
La princesa de Slytherin le deseo suerte al de lentes antes de entrar a sus dormitorios donde Daphne y Pansy la esperaban listas para cuestionarla nuevamente sobre su cercanía con Potter.
A la mañana siguiente, Harry buscó a la Slytherin para contarle que Hagrid le había mostrado dragones. Cuatro enormes dragones que escupían fuego. Le contó cómo escuchó a Charlie Weasley decir que eran para la primera prueba. Especificando que pidieron que fueran hembras en período de incubación. Harry le comentó que Hermione pensaba que eran porque eran más peligrosas y Adhara estuvo de acuerdo, protegiendo su nido o cosas así ellas eran más peligrosas que los dragones normales. Apenas Harry terminó de explicarle, Adhara tomó su mano para jalarlo con ella hacia la biblioteca donde encontraron a Hermione, a la cual la castaña le silbó para llamar su atención ignorando la mala mirada de todos.
Ambas chicas hablaron rápido en susurros antes de dirigirse a diferentes estantes y tomar tantos libros cómo podían.
Cuando Harry le preguntó a Adhara que hacía esta simplemente le contesto con una mirada de aburrimiento antes de seguir leyendo. El elegido se acercó a Hermione entonces para preguntarle lo mismo.
— ¿No es obvio, Harry? Te ayudamos a buscar hechizos para que logres derrotar al dragón.
No encontraron nada antes del almuerzo así que fueron al Gran Comedor, aunque huyeron de ahí al ver que Victor Krum entro a la biblioteca y donde el estuviera, sus admiradoras le seguían.
Pero Harry no pudo evitar pensar en lo mucho que Adhara se esforzaba para ayudarlo cuando el nunca se había siquiera molestado en ser amable con ella.
Adhara se encontraba leyendo un libro sobre dragones y sus características en su hora libre en la biblioteca cuando la sombra de dos personas frente a ella la hizo levantar su mirada con una mueca de molestia, aunque esta desapareció cuando vio los sonrientes rostros de Harry y Hermione. Su rostro reflejó confusión ante el ánimo de ambos pero aún así cerró su libro luego de marcar la página, aunque sabía que no la olvidaría, pues nunca olvidaba algo que leía después de todo, y les dió toda su atención.
El de cabello azabache pronto le explicó emocionado que Hermione y ella debían, si ella estaba de acuerdo claro, ayudarle a aprender a hacer el encantamiento de invocación para poder tener su Saeta de Fuego y usarla para superar la prueba con el dragón.
Ambos Gryffindor se quedaron observando a la Slytherin ansiosos esperando ver su opinión sobre el asunto, pues se habían dado cuenta de lo realmente inteligente que era la princesa de las serpientes. Pero ella solo se quedó callada pensando en lo que acababan de decirle. Aunque no tardo mucho en levantarse de su lugar y guardar sus cosas en su bolso, Adhara levanto una ceja con burla al mirar sus caras confundidas.
— Deberíamos buscar un salón para practicar, ¿no creen?
Los tres pronto se encontraron en una clase libre practicando el encantamiento. Harry intentaba traer varios objetos que se encontraban en el salón hacia el pero resultaba ser más tedioso de lo que el imaginaba. Libros y pergaminos perdían fuerza a mitad del camino y terminaban en el suelo, causándole más estrés al segundo campeón de Hogwarts.
Adhara observaba seriamente el movimiento de mano de Harry para asegurarse que ese no fuera el problema, pero ella y Hermione estaban seguras que la causa de el fallo del hechizo era la escasez de concentración del de cabellos azabache.
— Tienes que concentrarte, Harry - murmura tranquila Hermione.
— ¿Qué crees que estoy tratando de hacer? - cuestiona molesto haciendo a Adhara levantar una ceja — Pero, por alguna razón, un gran dragón no para de aparecer en mi cabeza... okay, intentemos de nuevo.
Saltarse el almuerzo no probó ser suficiente y pronto Adhara sugirió saltarse su siguiente clase, Harry estuvo de acuerdo en faltar a Adivinación pero Hermione se rehusó a perderse Aritmancia por lo que solo quedaron ambos ojiverdes. Practicaron y practicaron tanto que llegaron al punto en el que Harry comenzó a errar en el movimiento de varita por lo que Adhara lo corrigió.
Harry no se tomó bien esa corrección.
Viendo el mal humor del de cabellos azabache, Adhara se limitó a levantar su mano para callarlo de golpe y con voz calmada le sugirió que fueran a las cocinas a buscar algo de comer ya que era la hora de la cena. Harry se ruborizó cuando al comenzar a negarse su estómago rugió.
Así fue como pronto ambos salieron de la clase vacía para dirigirse a las cocinas donde Adhara se sorprendió en ver a Dobby pero sus ojos se suavizaron al ver la amigable conversación que mantenía Harry con el elfo.
— ¡Ama Adhara! - saluda Dobby alegremente acercándose a ella.
— Hola Dobby - saluda cordialmente con una leve sonrisa — Te ves bien.
Dobby sonrió abiertamente ante el cumplido de la Black y pareció hasta avergonzarse por las palabras de la Slytherin, mientras que Harry miraba a ambos sorprendido. Por como los Malfoy habían tratado a Dobby no se había esperado ver la interacción de la Black y el elfo llevarse acabo de esa manera. Sabía que Adhara no tenía un mal corazón pero no esperaba que fuera amable con un ser que la mayoría de magos miraba como inferior, y no porque ella fuera mala sino porque sabía que la crianza de los de sangre pura aristócrata no era de esa manera.
Adhara pronto le pidió a Dobby el favor de conseguirles golosinas y aperitivos, cosa que el elfo hizo alegremente. Una vez con todo en manos, Black y Potter se fueron rápidamente de vuelta a la clase donde comieron mientras repasaban oralmente el hechizo de invocación y su información importante. Hermione pronto se les unió, agarrando unas golosinas antes de obligarlos a practicar nuevamente. Estuvieron practicando el hechizo hasta medianoche. Se hubieran quedado más tiempo pero Peeves se apareció y empezó a tirarles libros y sillas fingiendo pensar que eso era lo que Harry quería. Los tres salieron corriendo entre las maldiciones que Adhara le dirigía al fantasma antes de que Filch se apareciera por el sonido.
Corrieron por los pasillos tratando de hacer el menor ruido posible hasta que Adhara se detuvo de golpe al ver a dónde se dirigían.
— Uh... si saben que yo no puedo entrar a su sala común, ¿no?
Hermione y Harry se voltearon a ver con culpa al haberse olvidado de eso antes de que ambos se adentraran a su sala común dejando a la indignada serpiente afuera. Aunque antes de que esta pudiera maldecirlos en voz alta, ambos volvieron a salir para darle pase libre diciéndole que se encontraba vacía mientras ignoraban a la pintura molesta por la serpiente.
La sala común era completamente diferente a la de Slytherin. Y aunque Adhara prefiriera la de las serpientes debía admitir que la de los leones emanaba cierta calidez que la suya carecía.
Dieron las dos de la madrugada y Harry se encontraba cerca de la chimenea rodeado de diferentes objetos. Pergaminos, libros, sillas de cabeza, la mascota de Neville, entre otras cosas habían caído alrededor del elegido al este no lograr el encantamiento. No fue hasta la última hora que por fin las cosas empezaron a llegar a las manos de Harry.
— Eso es mejor, Harry, mucho mejor - elogió Hermione luciendo cansada.
— ¡Al fin! - susurra complacida la princesa de Slytherin — Ya me estaba haciendo la idea de que iba a quedar viuda.
Harry rueda sus ojos ante las palabras de la bella Slytherin soltando el pergamino que acababa de llegar a sus manos.
— Bueno, ahora ya sabemos que hacer la próxima vez que no me salga un hechizo - observando con gracia el libro que Adhara se encontraba leyendo — ¡Accio libro!
Adhara suelta un sonido de indignación cuando el libro vuela de sus manos hacia las de Harry, haciendo reír a ambos leones.
— Bueno - Adhara se levantó elegantemente de su asiento — Parece que puede que sobrevivas después de todo.
— Tiene razón, ¡creo que de verdad lo tienes!
— Mientras funcione mañana - responde Harry luego de Hermione — La Saeta de Fuego va a estar muchísimo más lejos que las cosas acá. Va a estar en el castillo y yo estaré afuera...
— Estarás bien - asegura Adhara con voz suave, logrando callarlo — Solo debes concentrarte y llegará. No importa la distancia. Bueno, es hora de que ustedes dos se vayan a dormir y yo regrese a las mazmorras, este bello rostro necesita su merecido descanso.
Todos empezaron a tomar los objetos que se encontraban en el suelo para ponerlos en su lugar antes de tomar sus cosas para comenzar a dirigirse a sus habitaciones.
Harry observó a Adhara amarrar su corbata que ya ratos había descartado con interés. Aún le costaba creer que la Slytherin se hubiera voluntariado a ayudarlo sin esperar nada a cambio, sin contar la manera en que pasaba tiempo con el ya que todos parecían ignorarlo. Le sorprendía y le causaba interés. Adhara Black era un verdadero misterio. Uno que parecía querer resolver.
— ¿Llegarás bien a tu habitación?
Adhara sonríe, — No es la primera vez que estoy fuera de mi cuarto cuando no es permitido, Potter. Suerte mañana, estaré apoyándote.
Antes de que Adhara salga de su sala común, Harry la toma de su mano para detenerla por impulso recibiendo una mirada curiosa de su parte.
— Gracias.
Adhara sonríe antes de guiñarle un ojo y salir sigilosamente dejándolo congelado en su lugar. Definitivamente este año era bastante diferente a otros.
El día siguiente en la escuela se podía sentir la tensión y emoción en el ambiente. Las lecciones habían sido detenidas al mediodía para que así todos los estudiantes tuvieran tiempo para bajar a los recintos de los dragones, aunque no sabían que era ahí a dónde se dirigían.
Adhara caminaba al lado de Draco y Theo mientras escuchaba al rubio hablar emocionado de todas las posibles cosas a las que se podría enfrentar Potter, lo que solo lograba preocuparla más pues no escuchaba ninguna que se asimilara a lo problemático que era el tener que enfrentarse a un dragón. Ni siquiera pudo acercarse al Gryffindor durante el almuerzo para desearle suerte pues Daphne la había jalado a su mesa mientras hablaba con emoción sobre el comienzo del torneo.
Pansy, Daphne, Adhara, Draco, y Theo, se encontraban ya sentados esperando el inicio de la primera prueba. La Black no podía evitar morder sus uñas nerviosa mientras ignoraba las palabras de su primo. Le rezaba a Merlin que todo saliera bien.
Cedric fue el primero que salió de los campeones. Adhara observó como el Hufflepuff convertía una piedra en un perro labrador, lo que la hizo apartar la mirada pues no quería ver como el animal terminaba incinerado. Aunque parecía que al dragón le apetecía más incinerar a Diggory porque fue tras el. Cedric logró conseguir el huevo pero se llevó una gran quemadura en su rostro.
— Niño bonito no será tan bonito ahora - se burló Pansy.
La campeona de Beauxbatons, Fleur, utilizó un encantamiento para poner al dragón en un trance. A los Slytherin les pareció una idea ingeniosa hasta que vieron como una llama salió disparada hacia ella haciendo que su falda agarrara fuego. Uso el encantamiento aguamenti para apagar el fuego, y los Slytherin no podían parar de reír y burlarse. Adhara se les hubiera unido si no siguiera nerviosa observando todo con rostro serio.
Víctor Krum fue el siguiente y uso un encantamiento contra los ojos del dragón dándole conjuntivitis. Adhara se cuestiono si eso no dañaría gravemente a la criatura, aunque no pudo preguntárselo por mucho tiempo porque pronto una exclamación de sorpresa se le había escapado cuando vio como el dragón se tambaleó llevándose la mitad de sus huevos reales con ella. Eso no le parecía bueno a la Slytherin pero a fin de cuentas Víctor había conseguido el huevo dorado.
El silbato de Bagman hizo que los nervios de Adhara crecieran pues significaba que era el turno de Harry. El público observaba con gran expectación a Harry dirigirse a su posición. Cientos de rostros se encontraban observando al Gryffindor logrando ponerlo más nervioso. La mirada verdosa del león se dirigió al Colacuerno Húngaro quien lo observaba con sus ojos amarillos.
Harry levantó su varita.
— ¡Accio Saeta de Fuego!
Adhara sintió cómo todo el aire se le escapaba mientras miraba expectativa sus alrededores esperando ver la escoba de Harry aparecer. Debía funcionar, tenía que.
El grito de alguien hizo a todos voltear a ver en cierta dirección, Draco observando mal a Adhara quien soltó un gran grito de alegría al ver a la Saeta de Fuego de Harry dirigirse a este. La Slytherin ni siquiera se molesto en escuchar lo que la gente a su alrededor decía muy concentrada en ver a Harry comenzar a volar por el lugar mientras el Colacuerno Húngaro comenzaba a seguirlo con su cabeza. La mano de Adhara tomó la de Draco cuando vio como Harry esquivo el fuego lanzado hacia el por el dragón.
Si Harry continuaba así podría lograr marear al dragón. Aunque nunca nada salía como planeaba el Potter. Adhara cerró los ojos con fuerza al ver como luego de esquivar el fuego Harry no pudo esquivar por completo la cola del dragón, hiriéndose el hombro con una de las púas de la cola.
— Al fin se puso interesante esto.
Adhara soltó la mano de Draco ante sus palabras y le dirigió una mala mirada antes de concentrarse en la competencia.
— ¿Está tratando de hacer que lo siga? - cuestiona confundida Daphne a su lado.
Y si, Harry estaba intentando que el dragón lo siguiera pero no parecía funcionar pues se mantenía protegiendo sus huevos. Harry voló de un lado a otro aunque no lo suficientemente cerca para ser quemado, la Colacuerno no quitaba su mirada de la posible amenaza y se movía acorde el lo hacía mostrando sus colmillos.
Harry voló más alto haciendo que la cabeza del dragón subiera para seguirlo, su cuello estirado completamente balanceándose de lado a lado aún tal serpiente. El Gryffindor subió un poco más haciéndola rugir con exasperación. Su cola se dirigió con furia hacia el pero ya no estaba a su alcance. Le lanzó fuego pero el lo esquivó. Era tan molesto como un mosquito para la criatura. Con su boca completamente abierta, el dragón tomó impulso y abrió sus grandes alas coriáceas negras tal avión, y Harry se zambulló.
Antes de que la Colacuerno se diera cuenta de lo que el había hecho, o a dónde se había ido, Harry ya se encontraba dirigiéndose a toda velocidad al suelo donde los huevos ya no se encontraban protegidos.
Adhara se levantó de su asiento saltando y gritando con emoción ante las malas miradas de sus compañeros de casa, pero poco le importaba. Harry estaba volando cerca de las graderías con el huevo dorado seguro en su brazo sano. El estaba a salvo y eso era todo lo que le importaba a la Slytherin que sentía que podía respirar de nuevo.
Escuchó levemente como Bagman lo elogiaba por ser el más rápido en lograrlo, pues se encontraba muy feliz abrazando a Daphne.
— Esto fue una pérdida de tiempo - murmuró molesto Draco.
— Oh, vamos, ¡anímate! - lo abrazo de lado Adhara — Potter se enfrentará muchas veces más a la muerte, no te preocupes.
Todos comenzaron a bajar de las graderías para dirigirse al castillo nuevamente luego de que los resultados fueran dados, Potter y Krum empatando en primer lugar por obvia preferencia de Karkaroff, pero la princesa de Slytherin se había dirigido a donde Hermione y Ron parecían esperar a Harry. Los ojos verdes de la chica se entrecerraron al ver al pelirrojo pero no dijo nada, suponía que ambos mejores amigos ya habían hecho las paces. Ella solo quería felicitar a Harry.
Harry salió de la carpa y sonrió al ver a sus amigos. Adhara ni siquiera lo dudo antes de abrazarlo, sorprendiéndose hasta a sí misma. El elegido sonrió y al separarse le pidió a los tres que caminaran con el por el borde del bosque pues quería escuchar con exactitud cómo cada campeón había logrado superar la prueba. Adhara iba a rehusarse pero el de cabello azabache no se lo permitió.
Estaban rodeando un grupo de árboles cuando una bruja vestida con una horrible túnica color verde ácido apareció frente a ellos con un pergamino y pluma en sus manos.
— ¡Felicitaciones, Harry! - dijo Rita Skeeter — ¿Me preguntaba si podríamos hablar? ¿Cómo te sentiste al tener que enfrentarte al dragón? ¿Cómo te sientes ahora sobre la imparcialidad de la puntuación?
— No, sólo puedo concederle una palabra - replicó Harry de malas maneras — ¡Adiós!
Todos se dirigieron juntos al castillo después de eso y cada quien tomó su camino. Aunque antes de irse por su lado, Adhara le agradeció a Harry por no dejarla viuda a tan temprana edad consiguiendo una sonrisa de parte del elegido.
Una sonrisa que le duro al Gryffindor toda la noche.
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