➥🥀𝟘𝟛🥀

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ɪɢɴᴏʀᴀʀ
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─── ¡No me ignores, sabes que no me gusta! ────grito el argentino desde el otro lado de la puerta que lo separaba de su amado novio, se contenía mucho para no entrar de manera brusca y plantarle un golpe al menor, no deseaba llegar a esos extremos que catalogaba como innecesarios ──── ¡Perú!

Del otro lado de la puerta estaba el azabache, mirando fijamente la puerta blanca, presionando sus rodillas fuertemente para no gritar, sabía que, aunque dirigiese un millón de insultos Argentina se sentiría escuchado o satisfecho, lo cual no era el plan, no le gustaba perder ni mucho menos ceder.

──── ¡Ábreme! ────un golpe más fuerte que los anteriores se dio a la puerta dando una pequeña grieta a esta, por unos segundos temió que el argentino rompiera la puerta y entrara solo para hacerle daño, se creó imágenes mentales donde le hacían daño, su cuerpo reacciono instintivamente a su subconsciente haciéndolo temblar con más fuerza e insistencia.

Casi podía verlo pasar, tomarlo agresivamente de su cabello, golpeándolo, pateándolo, siendo cruel con él y su cuerpo, casi podía ver su piel moreteada, al girar apenas un poco su cabeza pudo verse moreteado, con sangre escurriendo de su rostro, brazos, todo su cuerpo, al regresar su vista al frente, pudo verse cara a cara con el argentino, sin esa mirada llena de amor que siempre le dedicaba todos los días sin falta.

───Cielo, mi vida, ábreme, por favor. ────su cuerpo y mente lo regresaron de su imaginación, algo cansado y con cierto dolor de cabeza se recostó dispuesto a dormir, olvidando quien estaba del otro lado de la puerta, esperándolo, creyendo que abriría la puerta para conversar, arreglar su error de manera calmada.

Esperando que el enojo se le pasara al bicolor se sentó al lado de la puerta, aun que pasaron varias horas el seguía en su misma posición, preguntándose qué era lo que hizo para enojarlo esta vez, normalmente era reprendido por su torpeza, otras por pasarse de manos a donde no debía, a veces no comprendía lo último, no encontraba nada de malo querer abrazarlo, incluso cuando lo hacía debía tener mucho cuidado de no molestarlo.

Cuando era un niño le habían enseñado a callarse y escuchar que hizo mal para luego arreglar las cosas sin lastimar a nadie, recordaba a uno de sus padres inculcarle no lastimar a nadie, en un pasado fallo a esa promesa, ganándose el odio, rencor y miedo de muchos, en de su querido progenitor, esas palabras siempre resonaban en su mente cuando se le cruzaba la idea de lastimar a su novio.

────Por favor... abre la puerta... ────hablo finalmente, se quedó ahí, triste, con frío pensando y pensando hasta las últimas de sus energías en lo que pasaría si tal vez usara un poco de fuerza, si se imponía un poco más.

No seas como él, por favor Argentina, no seas como él.

Recordó aquello que le decía su papi en las noches, cuando las cosas se calmaban un poco y se escabullía a su habitación para contarle una historia pequeña, recordaba los brazos llenos de moretones de su papi, el maquillaje que debía usar para taparlo al momento de salir.

No quería volver a ser como su padre, de ninguna manera, trataría con amor a su novio, como se lo merecía, como él hubiese deseado que su padre tratara a su papi, eso haría.

SipasMuru🌈

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