🎆 𝐢. wrong universe 🎆

📍Brooklyn, New York
~ actualidad ~

Miles miraba aquel reloj con detenimiento. El reloj que su otro yo le había dejado hace unos años atrás y que en realidad nunca lo había usado, fue más como de "en caso de que necesites algo".

No podía. Por más que quisiera, sabía que no podía si mira todo el problema que había pasado hace algunos años con el otro Miles. Él no podía arriesgarse y además, su mundo lo necesitaba, no es como que pudiera irse.

—¡Miles! Te dejé el dinero en la mesa, por favor ve antes de que cierren— escuchó a su madre decir —Ya me voy—

—Está bien— contestó

Escuchó la puerta abrirse y luego cerrarse indicando que su madre ya se había ido a trabajar.

La pantalla de su celular se prendió apareciendo en ella un mensaje de Aaron. Miles se levantó de la cama dejando el reloj sobre la mesita de noche y agarró su celular para luego salir de su habitación. Le contestó a su tío que primero iría a comprar las pocas cosas que su madre le dejó en un papelito pegado a la nevera, agarró el dinero y luego salió del apartamento.

Sin darse cuenta de que aquel reloj se había prendido por accidente cuando lo soltó. Luego de tantos años sin tocarlo.

(...)

Eran pasadas la 1 de la mañana cuando Miles había regresado a su apartamento luego de haber comprado aquellas cosas y también hacer sus cosas de merodeador. Y todavía su madre no había llegado así que rápido se metió al baño a darse una ducha, al salir se curó los pequeños raspones que tenía en su rostro y se aseguró de meterse a su cuarto para que Rio no lo viera en caso de que llegara del trabajo.

Al cerrar la puerta, se dio cuenta de una pequeña lucecita parpadeante en el reloj lo que se le hizo raro así que lo agarró en sus manos y pudo ver que en la pantallita estaba marcado un universo. Pero él no entendía porqué. Él no había prendido el reloj y la última vez que lo usó fue hace más de tres años.

Estaba a punto de eliminar el número de la pantalla cuando escuchó la puerta de entrada abrirse, dándole a entender que Rio ya había llegado, cosa que hizo que diera un pequeño brinco del susto y rápido se metió a la cama dejando el reloj sobre la misma. Escuchaba los pasos de su madre y cuando pudo escuchar que estaba en el baño, se quitó las sábanas de encima y a la vez tirando el reloj al piso sin querer. Rápido se paró a cogerlo y la pantalla tenía una pequeña grieta. Vio que estaba marcando como para abrirse un portal hacia aquel universo y rápidamente apretó uno de los botones para cancelarlo.

Pero no hacía nada.

—¿Es una maldita broma?— resopló un poco frustrado dándole un golpecito al reloj para que funcionara

La próxima vez que viera al Miles de la tierra 1610, le iba a reventar el reloj en la cabeza.

Por más que trató de cancelarlo, no pudo. El reloj literalmente no hacía nada.

Y seguía apareciendo el número del universo en la pantalla.

Y no se borraba.

Y el portal justo apareció justo debajo de él cayendo directo en el.

Y por suerte cayó en césped. Era de noche y lo único que se escuchaban eran algunos grillos y sólo había un poste de luz a unos cuantos pies de él en donde había una carretera completamente desierta. Rápidamente se sentó y miró a su alrededor.

¿En dónde diablos estaba? ¿Y por qué se veía así tan.. diferente a su universo?

—Mierda..— murmuró en voz baja mientras se paraba del suelo

Miró el reloj y trató de marcar su dimensión para así poder regresar, pero no pudo. El reloj estaba averiado y aunque tenía ganas de tirarlo contra el piso, no podía porque era literalmente su única manera de regresar a casa.

—Agh.. me estás jodiendo— suspiró pasando sus manos por su rostro

Estaba literalmente en el medio de la nada. No habían, edificios, no habían casas, sólo una carretera que para completar, estaba completamente desierta y oscura.

Sin más remedio, comenzó a caminar a ver si por algún milagro encontraba un lugar en el cual se pudiera esconder en lo que trataba de arreglar el bendito reloj.

No habían pasado ni 10 minutos cuando de repente sintió como un pinchazo en su cuello que no tardó en causarle un pequeño ardor. Rápidamente puso su mano en el lugar y comenzó a sentir su vista nublarse, trató de mantenerse de pie, pero sus piernas empezaron a sentirse débiles hasta que de momento todo se volvió negro.

(...)

📍Upstate New York
(Wolcott, NY)

Alex dio un brinco al escuchar como se cerraba uno de los gabinetes de la cocina de un portazo.

—Ya se acabaron las galletas de mantequilla de maní— escuchó la voz de Rocket desde la cocina —En esta maldita casa nunca dura nada— salió de la cocina y se fue a sentar en el sofá

—Bueno tal vez durarían más si aguantaran la boca— le dijo ella

—¿Pero por qué hablas en plural como si yo también comiera?— habló Quill

Ella se dio la vuelta en la silla para poder mirarlo —Porque a ti te encantan, Peter, incluso más que a Rocket—

—Exacto y la panza que te está saliendo es sinónimo de eso— le dijo Rocket

—No estoy panzón— frunció un poco sus cejas

—Claro que si—

—Alex, ¿estoy panzón?—

—Un poquito— contestó la chica su atención centrada en terminar de coser una de sus camisas ya que tenía un agujero no muy grande

Quill la miró con la boca abierta. —Ya veo como son las cosas en esta casa—

—Hey, son dos años sin salir casi, no tienes la culpa de subir de peso—

—¡No estoy subiendo de peso!— se defendió, Rocket se empezó a reír

—Te comes un sándwich y vas a reventar— le dijo, Alex no pudo evitar reír junto con el mapache

—Para qué enemigos— Quill bufó

Alex ha estado viviendo con Peter y Rocket desde hace casi casi dos años. Sólo unos meses después de que todos se fueran al complejo, decidieron separarse porque Hydra sabía demasiado y no todos se sentían del todo seguros, incluyendo a Alex, así que optaron por separarse. Al principio estaba con Steve y después ambos decidieron estar con Quill y Rocket. Y meses después, Hydra capturó a Steve. Seis meses han pasado de eso. Han tratado de recuperarlo, pero no hay manera, digamos que cada día que pasa se vuelve más complicado porque literalmente se vuelven cada vez más invencibles.

Todo ha ido empeorando básicamente. En el complejo están Sam y Rhodey junto con las poquitas personas que quedan de lo que alguna vez fue SHIELD porque ya ni tan siquiera existe.. literalmente. En realidad es el único lugar seguro que tienen para que no los encuentren, gracias a Tony, que en paz descanse, y a la tecnología. Aunque Quill, Rocket y ella no están viviendo en el complejo, pero cada cierto tiempo se dan la vuelta por allá. Después de todo, aún siguen tratando de recuperar a Steve y encima, también hacer hasta lo imposible para acabar con Hydra aunque parezca que cada día se vuelve más imposible.

—Quinn, ¿estás ahí?— la voz de Sam se escuchó desde el walkie talkie que usaban para poder comunicarse porque los celulares hacen dos años que tuvieron que deshacerse de ellos

Ella agarró el aparato y apretó el botón antes de hablar —Aquí estoy— contestó

—Hay algo que tienes que venir a ver— dijo —Ahora— su tono de voz era bastante serio, lo que le pareció extraño a la chica

—Está bien, ya voy para allá—

Guardó rápidamente todo en la caja de coser y fue a ponerse su abrigo.

—¿Qué pasó?— preguntó Quill

—Sam quiere que vaya a ver algo, no me dijo qué— se puso sus zapatos

—¿Vamos contigo?— preguntó Rocket

—No tienen que venir los dos, tranquilos—

—Bueno, esta vez me toca a mi— el mapache se bajó del sofá —Cuida el cuchitril, Quill—

El antes mencionado rodó sus ojos. —Por supuesto, si es algo grave no duden en llamarme—

—Claro— Alex asintió —Nos vemos en un rato—

(...)

Alex y Rocket llegaron a la pequeña base que estaba cerca del complejo, en realidad el lugar estaba abandonado y antes de Tony morir pues lo convirtieron en una "base" por así decirlo. Es súper pequeña pues porque además necesitaban mantenerse low-key por todo por lo que estaban pasando.

—Hey— Alex le dio un abrazo a Sam quien los estaba esperando afuera

Él sonrió. —¿Cómo han estado?—

—Sobreviviendo— contestó Rocket

—Bueno, no es mentira— Alex suspiró —¿Qué está pasando?—

—Es mejor que te enseñe—

—Sam, ¿qué pasa?— preguntó al notar como el semblante del hombre cambió a uno serio —Me estás asustando—

—Debo advertirte, es diferente—

—¿Diferente cómo?— frunció un poco sus cejas

—Ya vas a ver— suspiró —Sólo prepárate mental y emocionalmente para lo que estás a punto de ver—

Al entrar a la base, Alex vio sólo a Rhodey y también había alguien amarrado a una silla con una capucha cubriendo su cabeza.

—¿Qué está pasando?— miró a los dos hombres un poco confundida

—Lo encontramos cerca de los almacenes abandonados— le contestó Rhodey

—Okay, ¿qué diablos está pasando? Están actuando terriblemente extraño los dos— los señaló

—Bueno, ¿lo averiguas tú o lo averiguo yo? Me está matando la intriga— dijo Rocket acercándose a olfatear a aquella persona, hombre, por cierto

Ella chasqueó su lengua. —Déjalo quieto, quítate— lo empujó suavemente

Se acercó a aquel hombre y al quitarle la capucha, se quedó congelada. Era idéntico a Miles. Su Miles. Era el mismo, sólo que era.. ¿animado? Y tenía las trenzas que su Miles alguna vez también tuvo.

Por otro lado, a Miles se le dificultaba creer que la tenía ahí de frente. No la conocía, pero estaba segurísimo de que la había visto, él recordaba haber visto anteriormente a esa chica.

¿Pero dónde?

—¿Alex?— la voz de Sam hizo que Alex reaccionara —¿Estás bien?—

Ella sacudió su cabeza antes de contestar. —Sí— suspiró dejando la capucha sobre la mesa —¿De dónde eres?— miró nuevamente a.. Miles

Se le hacía tan extraño estar viéndolo frente a ella..

—¿Por qué mejor no me sueltas y después podemos hablar?—

—A ver, corazón, se hace lo que yo diga porque estamos en mi universo, así que te conviene responder, ¿de qué universo eres?—

Él soltó un suspiro medio frustrado. —¿Cómo sé que puedo confiar en ti?—

—No lo sabes— se cruzó de brazos —Responde—

—Vengo del 42—

—¿Y cómo es que llegaste aquí?—

—Con el reloj que tu amigo me confiscó— contestó con cierta ironía —Y fue por error—

—¿No puedes volver?— Rocket fue quién habló ahora

—Créeme, me encantaría, pero por desgracia se averió, no puedo lograr que funcione— respondió

Alex se giró a ver a Sam y él le mostró aquel reloj, ella lo tomó en sus manos para poder verlo mejor.

—Ve si esto tiene arreglo— se lo dio a Rocket quién lo observó con detenimiento antes de darle una respuesta a la chica

—No está del todo perdido— contestó el mapache

—¿Crees que puedas arreglarlo?— le preguntó

—Seh, creo que puedo conseguir las piezas fácil— asintió y luego miró a Miles —Me tomará unos días y no quedará igual, pero te aseguro que hará el trabajo de regresarte a casa—

—Después que funcione, no me interesa lo demás— dijo él

—¿Lo llevamos al complejo?— le preguntó Rhodey a Alex

—No— contestó ella —Viene conmigo—

Sam decidió hablar. —Alex, no creo que eso..-

—Dije que viene conmigo— lo miró —Además si alguien lo ve, ya sabemos el problema que vamos a tener— le dijo, él sólo dio un suspiro —Que más nadie se entere, ¿de acuerdo?—

Alex sacó su cuchilla del bolsillo de su pantalón y cortó la soga soltando a Miles.

—Soy Alex, por cierto— dijo guardando nuevamente aquel cuchillo

—Miles, aunque siento que ya lo sabías— respondió sobando suavemente sus muñecas —¿Exactamente quiénes son ustedes?—

—No somos los malos—

—¿Estás segura de eso?— se paró de la silla —Porque esto no es sinónimo de que no son los malos—

—Créeme, hay personas que si te ven te harán cosas muchísimo peores que amarrarte a una silla— lo miró —Muévete, hay que irnos— se dio la vuelta

Se despidió de Sam y Rhodey para luego salir del lugar, Rocket y Miles la siguieron.

—Ponte esto— Alex le pasó un abrigo a Miles, él lo tomó y luego la miró sin entender —Sólo hazlo, ¿quieres? No podemos arriesgarnos a que te vean—

Él simplemente se lo puso para después ponerse la capucha antes de entrar al carro con Rocket y Alex. En el camino en realidad no hablaron mucho, sólo se escuchaba la radio a un volumen bajo y de vez en cuando Rocket le comentaba algunas cosas a Alex.

—¿Nunca habías conocido a una Alex?— la chica habló al darse cuenta de que Miles no dejaba de mirarla

Él sacudió su cabeza. —Perdón— se acomodó en el asiento —Te me haces demasiado de conocida, es todo—

—¿Conoces a la Alex de tu universo?— le preguntó Rocket

—No sé si hay una y si la hay, pues aún no la he conocido— respondió —Pero siento que te he visto antes, es.. extraño—

La chica suspiró. —Bueno, es posible.. tal vez—

Tal vez..

Ella no creía mucho en teorías ni nada de eso, pero Miles sí. Su Miles. Él creía en aquella teoría de los sueños y de como son una "ventana a la vida de tus variantes de distintos universos" y Alex no pudo evitar pensar en eso ahora.

Él le decía que tal vez en todos los universos ellos estaban "destinados" porque en sus sueños Alex siempre aparecía. Eso le parecía absolutamente ridículo a la chica porque ella y Miles nunca fueron algo más que amigos. Y él murió. Así que simplemente no tiene sentido. No estaban destinados y más claro no podía estar.

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A/N:
Alguien se está arrepintiendo de hacer la historia de esta manera, pero no diré quien soy *grita* jsksjds

Y la única manera que pude pensar en como Miles cayera accidentalmente en otro universo fue esa, quedó fatal, pero qué importa JAJAJSJA fue lo más fácil que me vino a la mente 💀

Nos vemos en el próximo capítulo, besties <3

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