xviii chapter eighteen

The Sokovia Accords  ❜









— Ahora, con tus poderes levanta la taza. — instruyó Tony a Alena quién, a pesar de sentirse incómoda con todos esos cables en su cabeza hizo lo que Tony le pidió.

El filantropo chasqueo con su lengua mientras miraba el monitor.

— ¿Todo bien? — le preguntó Natasha un poco preocupada por la expresión en el rostro de Tony.

Alena había querido mantener lo de sus poderes y su cerebro en secreto. Pero cuando Tony había insistido en hacer un estudio cada dos semanas fue inevitable que Natasha no se enterara.

Aún así el asunto sólo lo sabían ellos tres, bueno, cuatro, pero Banner había desaparecido hace un año después de lo de Ultron y no daba pistas de avistamientos.

— Cuando usas tu poderes tu coraza frontal crea una tensión hacia tus neurovías, lo que provoca el sangrado de nariz.


— Entonces es interno. — analiza Natasha. — ¿Tal vez.. Una cirugía o..?

— No, no, no. — niega Tony horrorizado ante las palabras de Natasha. — Si fuera algo normal lo habría sugerido hace mucho pero es algo totalmente fuera de lo normal. Es ocasionado por sus poderes.

— ¿Entonces que me recomiendas?

— Si usas en exceso tus poderes corres el riesgo de sufrir una muerte cerebral. — le informa preocupado Tony. Natasha se muerde el labio nerviosa. — Debe de existir algo que haga que tus poderes se contengan.

Alena baja la mirada pensando por un momento. Luego miró a su madre.

— Existe algo. — los adultos la miraron curiosos. — Mi papá lo encontró en una de sus misiones.. Me ayudaba a controlar mis poderes.. Si, las voces eran horribles pero mantenía a las visiones a raya.

— ¿Qué era? — preguntó Tony.

— El Cristal de M'Kraan.

Tony se fregó el rostro.

— ¿Dónde está Thor cuando lo necesitamos? — se preguntó Tony.

— ¿Dónde está ahora? — preguntó Natasha con los brazos cruzados.

Alena bajó la mirada con culpabilidad.

— Se lo di a mi Papá en su última misión.. Después no lo volví a ver.

Natasha negó y miró a Tony nerviosa.

— Entonces ¿que hacemos?

Tony lo pensó unos momentos y después vio a Alena.

— Lo más recomendable es que no uses tus poderes hasta que encontremos otra alternativa.

— Espera ¿que? — Alena miró a Tony y a Natasha. — No.

— Alena..

— No, mamá, no. — la voz de Alena era firme aunque daba todo de sí para que no se rompiera. — ¿Que pasará con la misión? Tengo que ir Nigeria.

— No, no tienes que ir, podemos llevarnos a Wanda. — se encogió de hombros Natasha sin dar su brazo a torcer.

— Ella apenas y está controlando sus poderes, sería arriesgarla a ella y al equipo, no hay manera de que eso pase. — negó rotundamente.

Wanda apenas y controlaba sus poderes, si iba y se desconcentraba podía herirse. HYDRA no tendría piedad con nadie.

Se rehusaba a que Wanda se exponiera.

— Bueno tampoco hay manera de que tu vayas, y esa es mi última palabra. — Natasha caminó hacia la salida.

Los puños de Alena se cerraron fuertemente mientras se mordía el labio inferior pasa evitar las lágrimas en sus ojos.

— Hey, ven. — Tony abrió los brazos para abrazarla, haciendo que de alguna manera Alena se sintiera reconfortada.

— No es justo.. — Alena dio todo de sí para no romperse frente al filantropo.

— Nada en la vida es justo. — peinó sus cabellos. — Pero siempre puedes mirar el lado bueno.

— ¿Hay algo bueno en esto?

— Lo hay.. Siempre lo hay, solo hay que aprender a verlo.  — Tony le dio un beso a la cabeza de Alena aún sin separarse del abrazo.

Alena se separó lentamente y miró a Tony con la ceja alzada y una tenue sonrisa burlona.

» — Ahg, eso fue..

— ¿Lindo?

— Cursi, iba a decir cursi. —Tony fingió un escalofrío. Alena rió levemente. — Por favor no se lo digas a nadie, tengo una reputación que cuidar.

Alena miró a Tony con complicidad.

— Es un secreto de los Stark's.

Tony la miró mientras en su rostro se formaba una sonrisa orgullosa.

— Es un secreto de los
Stark's — asintió Tony.























































Alena caminó a paso firme hacia la habitación de Steve mientras hacía lo posible para dejar de golpearse con la liga en su muñeca.

Pero era inevitable.

Lo que pasó en Lagos fue horrible, fue un golpe duro para los Vengadores.

En especial para Wanda.

Sabia que no estaba lista y nadie la escuchó, pero ahora la Sokoviana estaba encerrada en su habitación si abrirle a nadie la puerta.

Incluso a ella.

— ¿Steve? — Alena se inclinó en el umbral de la puerta que estaba abierta.

Ahí estaba Steve concentrado viendo las noticias quien inmediatamente volteó a ver la puerta donde ahora se encontraba la azabache.

— Alena, pasa. — la invitó aun sin levantarse de su lugar.

Alena secó sus manos que se encontraban sudando y tímidamente entró a la habitación.

— Escucha, lamento lo que pasó en Lagos.. — se disculpó Alena. — Si yo hubiera ido tal vez.. -

— No, basta, esto no es tú culpa. — negó Steve tomando suavemente la mano de Alena — No sé cuál fue la razón por la cual desististe pero.. No es tú culpa, no es la culpa de nadie así que no pienses eso.

Alena se preparó para decir algo cuando escucharon el noticiero sobre Nigeria empezó a sonar el doble de fuerte. Pero ese sonido no provenía de la habitación del rubio, no.

Steve y Alena se dieron una mirada antes de levantarse y dirigirse a la habitación de Wanda. Alena trató de abrir la puerta pero está se encuentraba cerrada bajo llave.

— Wanda. — Alena golpeó la puerta.

Largate. — escuchó Alena, quien, usó todo sobre sí para no poner los ojos en blancos.

— Lo siento, Tony. — se disculpó por lo bajo Alena antes de usar sus poderes para abrir la puerta de Wanda.

Cuando el rubio y Alena entraron lo primero que vieron fue la cara de Wanda llena de reproches.

» — No abrías. — alzó las manos la azabache.

— ¿Será por que no quería hablar con nadie? — preguntó con sarcasmo.

— Wanda, no puedes quedarte aquí y deprimirte.

Wanda bajó la mirada.

— Fue mi culpa.

— No es verdad. — negó de inmediato Steve.

— Enciende el televisor, ahí fueron muy específicos. — ironizó.

— Yo debí de haber notado la bomba antes.. Rumlow dijo «Bucky» y volví a ser el chico de Brooklyn de dieciséis.

Alena frunció el ceño cuestionando el nombre de dicha persona. ¿Quien era?

Steve avanzó y se sentó a la par de Wanda.

» — Personas murieron. — Steve bajó la mirada. — Fue mi culpa.

— La de los dos. — coincide Wanda.

— Este trabajo.. Tratamos de salvar a la mayoría de personas.. Aveces no todas. — Wanda baja la mirada aún afectada. Alena avanza, se hinca y toma la mano de Wanda. — Pero si no sabemos cómo lidiar con eso.. Entonces tal vez la próxima nadie se salve.

Alena abrió su boca para reconfortar a la castaña pero se vio interrumpida por Visión traspasando la pared.

— ¡Vis! Ya hemos hablado de
esto. — regañó Alena.

— Si, pero la puerta estaba abierta así que supuse que tu y Wanda no estaban indispuestas esta vez y.. -

Visión se interrumpió a sí mismo cuando vio a Alena y a Wanda bajar la mirada con las mejillas sonrojadas. Steve alzó la ceja hacia la azabache quien huyó de su intensa mirada.

» — El capitán Rogers me pidió que le avisara cuando el señor Stark llegara.

Steve asintió.

— Enseguida vamos. — le dijo Steve.

— Yo.. Usaré la puerta. — el androide caminó hacia la puerta. — Oh, y trajo un invitado.

— ¿Sabemos quien es? — preguntó Steve curioso.

— El Secretario de Estado.

Alena, Wanda y Steve se miraron con incertidumbre. La azabache apretó el agarre de Wanda tranquilizandola.




















『•••』



— Hace cinco años, tuve un ataque al corazón. Caí justo en medio de mi back-swing.

Alena gimió para sus adentros, deslizándose en su silla. Al hombre le encantaba escucharse a sí mismo hablar, por lo que le tomaría un tiempo hasta que llegara a su punto. Ella le habría dicho que se diera prisa, pero eso no ayudaría con su situación en absoluto.

» — Resultó que fue la mejor ronda de mi vida, porque después de trece horas de cirugía y un bypass triple, descubrí algo que cuarenta años en el ejército nunca me habían enseñado. — hizo una pausa para lograr un efecto dramático. — Perspectiva. El mundo tiene una deuda impagable con los Vengadores. Habéis luchado por nosotros, nos habéis protegido, arriesgado vuestras vidas. Pero mientras mucha gente los ve como héroes, hay algunos que preferirían la palabra "vigilantes".

Natasha casi se burló, sonriendo levemente ante la excesiva demostración de autoridad del hombre.

— ¿Y qué palabra usaría, señor secretario?

— ¿Qué tal 'peligroso'? — respondió. Y aunque Alena tuvo que estar de acuerdo con él allí, en que la fuerza y ​​los poderes de los Vengadores eran peligrosos, se usaron para el bien, como protección. — ¿Cómo llamarías a un grupo de individuos mejorados radicados en Estados Unidos que rutinariamente ignoran las fronteras soberanas e imponen su voluntad dondequiera que elijan y que, francamente, parecen despreocupados por lo que dejan atrás?

Le hizo una seña a su asistente.

»— Nueva York.

La pantalla detrás de él se iluminó, mostrando un mapa del mundo con diferentes puntos en casi todos los continentes. Primero se acercó a Nueva York, reproduciendo imágenes de ese día, filmadas por estaciones de noticias y ciudadanos asustados.

» — Washington DC.

Una vez más la pantalla enfocó el desastre que habían dejado los Helicarrier al pelear contra HYDRA. Mucha gente murió ese día, mucha gente perdió algo ese día.

Steve y Sam bajaron la mirada.

» — Sokovia.

La roca que se eleva desde la Tierra, los edificios se derrumban unos encima de otros, la gente grita, los robots vuelan. El corazón de Alena latía con fuerza en su pecho, pero mantuvo su expresión seria. Esa fue una de las cosas más difíciles que había hecho.

Ese dia perdió un hermano mayor.

Ella pudo haber hecho algo y no lo hizo. ¿Para que tenía esos poderes si no podía proteger a los que quería?

» — Lagos.

El edificio en llamas, los heridos y los muertos que salen rodando, y un último disparo del que incluso Alena tuvo que apartar la vista: un primer plano de una niña muerta en la calle, con los ojos sin vida mirando fijamente a la cámara.

Steve vio que Wanda apartaba la mirada con dolor y, siendo para siempre el tipo con un gran corazón, interrumpió la actuación.

— Okey. Eso es suficiente.

Ross asintió a su asistente, quien cortó la grabación.

— Durante los últimos cuatro años, ha operado con energía ilimitada y sin supervisión. Ese es un arreglo que los gobiernos del mundo ya no pueden tolerar. Pero creo que tenemos una solución. — arrojó una gruesa, muy gruesa pila de papeles sobre la mesa con un ruido sordo, empujándolo hacia Wanda. — Los Acuerdos de Sokovia. Aprobado por ciento diecisiete países. Establece que los Vengadores ya no serán una organización privada. En cambio, operarán bajo la supervisión de un panel de las Naciones Unidas, solo cuando y si ese panel lo considere necesario.

El corazón de Alena se hundió en sus zapatos. Nuevamente la gente quería controlarla, decirle a dónde ir, cuándo ir allí, qué hacer y cómo comportarse. Una vez más, fue vista como un arma en lugar de una persona, algo que podrían usar.

Miró a Tony con algo de pánico quien solo le dio una mirada tranquilizadora.

— Los Vengadores se formaron para hacer del mundo un lugar más seguro. — dijo Steve. — Siento que hemos hecho eso.

Ross se detuvo frente a Steve, mirando al hombre rubio.

— Dígame, Capitán, ¿sabe dónde están Thor y Banner en este momento? —  Steve no pudo responder esa pregunta, simplemente porque no lo sabía. — Si pierdo un par de bombas nucleares de treinta megatones, puedes apostar que habrá consecuencias.

Ross se acercó a la cabecera de la mesa, donde Rhodey estaba pensativo. Alena ya sabía lo que elegiría. Era un militar por encima de todo.

» — Compromiso. Seguridades. Así es como funciona el mundo. Créanme, este es el término medio.

— Entonces, hay
contingencias. — concluyó Rhodey.

— Dentro de tres días, la ONU se reúne en Viena para ratificar los Acuerdos. Háblenlo.

— ¿Y si llegamos a una decisión que no te gusta? — la pregunta de Natasha lo hizo detener su salida dramática.

— Entonces te retiras. — fue su simple respuesta, como si fuera lo más obvio.


































































AQUÍ NUEVO CAPÍTULO!!

DISFRUTEN!

DENTRO DE BREVE ACTUALIZARÉ PHOENIX!

LES GUSTÓ?!

Sin duda Dios tiene favoritos ᰔᩚ

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