xix. chapter nineteen
❛ This is the best ❜
— El secretario Ross tiene una Medalla de Honor del Congreso, que es una más de las que tienes tú.
La voz de Rhodey sonaba tensa. Tuvo problemas para mantener la calma y la compostura, lo que se mostró en sus excesivos gestos con las manos. Los análisis del lenguaje corporal de Alena serían útiles hoy. Conocía las elecciones de la gente antes de que ellos mismos lo supieran.
— Así que digamos que estamos de acuerdo con esto. — respondió Sam, cruzando los brazos. — ¿Cuánto tiempo pasará antes de que nos persigan como un montón de delincuentes comunes?
— Ciento diecisiete países quieren firmar esto. Ciento diecisiete, Sam, y dices: No, está bien. Lo tenemos.
— ¿Cuánto tiempo vas a jugar en ambos lados?
— Tengo una ecuación. — interrumpió Visión antes de que las cosas se calentaran más.
Sam asintió sarcásticamente.
— Oh, esto lo aclarará.
— En los ocho años transcurridos desde que el Sr. Stark se anunció a sí mismo como Iron Man, el número de personas mejoradas conocidas ha crecido exponencialmente. — empezó Visión mientras miraba de reojo como Alena empezaba a juguetear con los dedos de Wanda quien se encontraba a su lado. — Y durante el mismo período, la cantidad de eventos que podrían acabar con el mundo ha aumentado a un ritmo proporcional.
Steve levantó una ceja, casi ofendido.
— ¿Estás diciendo que es culpa nuestra?
— Estoy diciendo que puede haber una causalidad. Nuestra propia fuerza invita al desafío. El desafío incita al conflicto. Y el conflicto engendra catástrofe. Supervisión.. La supervisión no es una idea que se pueda descartar sin más.
— Boom. — y como si estuvieron sincronizados Tony y Alena rodaron los ojos.
— Tony. Estás siendo inusualmente no hiperverbal. — señaló Natasha.
— Es porque ya ha tomado una decisión.— dijo Steve.
Tony se quitó la mano de la cara, mirando al techo.
— Que tan bien me conoces.— Se levantó del sofá e hizo una mueca, tocándose la nuca. — En realidad, tengo un dolor de cabeza electromagnético. — Caminando hacia la cocina, fue a buscar una taza. Probablemente para hacer más café. — Eso es lo que está pasando, Capitán. Es solo dolor. Es incomodidad. ¿Quién está poniendo café molido en la trituradora? ¿Estoy administrando una cama y desayuno para una pandilla de motociclistas?
Se dio la vuelta, no tan sutilmente colocando su teléfono en el mostrador y tocándolo. La imagen de un joven apareció en el aire para que todos la vieran.
»— Oh, ese es Charles Spencer por cierto. — dijo Tony casualmente, mientras continuaba preparando su café. — Es un gran chico. Grado en ingeniería informática, 3.6 GPA. Tenía un trabajo en Intel planeado para el otoño. Pero primero, quería poner unas pocas millas en su alma antes de estacionarla detrás de un escritorio. Ver el mundo. Tal vez ser de servicio. Charlie no quería ir a Las Vegas o Fort Lauderdale, que es lo que yo haría. No fue a París ni a Ámsterdam, lo que suena divertido. Decidió pasar el verano construyendo casas sostenibles para los pobres. Adivina dónde, Sokovia.
La mirada de todos cayó. Eso afectó al equipo a unos mas que otros.
» — Él quería hacer una diferencia, supongo. Digo, no lo sabremos porque le echamos un edificio encima con un estilo muy heroico.
Tony se metió unas pastillas en la boca y las tragó con el café.
» — ¡Necesitamos que nos controlen! Cualquiera que sea la forma que tome, estoy dentro. Si no podemos aceptar las limitaciones, si no tenemos límites, no somos mejores que los malos.
Steve estaba lejos de estar impresionado. Ya se estaban formando dos grupos claros, Tony en el lado de apoyo y Steve en el lado opuesto.
— Tony, si alguien muere en tu posición, no te rindes jamás.
— ¿Quien se está rindiendo?
— Lo somos si no asumimos la responsabilidad de nuestras acciones.— respondió Steve. Él también se estaba cansando lentamente de todo
esto. —Este documento simplemente transfiere la culpa.
—Lo siento, Steve.. Eso.. Eso es peligrosamente arrogante. — dijo Rhodey una vez más. — Estas son las Naciones Unidas de las que estamos hablando. No es el Consejo de Seguridad Mundial, no es SHIELD, no es HYDRA.
— No, pero están dirigidas por personas con agendas, y las agendas cambian.
— Eso es bueno. — exclamó Tony, acercándose con las manos en los bolsillos de los pantalones. — Es por eso que estoy aquí. Cuando me di cuenta de lo que mis armas eran capaces de hacer en las manos equivocadas, lo apagué y dejé de fabricar.
— Tony, elegiste hacer eso.— dijo Steve. — Si firmamos esto, renunciamos a nuestro derecho a elegir. ¿Qué pasa si nos envía a un lugar al que no creemos que debamos ir? ¿Qué pasa si hay algún lugar al que tenemos que ir y no nos dejan? puede que no seamos perfectos, pero las manos más seguras siguen siendo las nuestras.
— Si no hacemos esto ahora, nos obligarán hacerlo más tarde. — trató de razonar Tony. Realmente le importaba, eso era lo que hacía que todo esto fuera tan triste. Quería que el equipo permaneciera unido. No quería que le pasara nada a nadie. —Ese es el hecho. Eso no será bonito.
Wanda entendió lo que el multimillonario quería decir. Después de todo, había escuchado las noticias, donde preguntaban qué derechos legales tenía la joven Vengadora para usar sus poderes. Para luchar por un país del que ni siquiera era ciudadana legal.
— Dices que vendrán por mí.
Alena sujetó su mano con fuerza para que la Sokoviana sintiera su apoyo.
—Nadie vendrá por ti. — declaró Alena haciendo contacto visual. —Nosotros te protegeríamos.
— Tal vez Tony tenga razón.
Los ojos verdes de Alena se apartaron de Wanda para ver a su madre quien estaba con el rostro lleno de incertidumbre.
» — Si tenemos una mano en el volante, aún podemos conducir. Si la quitamos..— dijo insegura. Los ojos heridos de Steve también se clavaron en los de ella, sintiéndose traicionado por la mujer que había estado a su lado en todo momento.
Sam la interrumpió, la incredulidad escrita también en sus rasgos.
— ¿No eres la misma mujer que le dijo al gobierno que le besara el trasero hace unos años?
Natasha, como era de esperar, se sintió atacada y, por primera vez en su vida, tartamudeó sobre sus palabras para tratar de defenderse.
— Solo estoy.. Tanteando el terreno. Hemos cometido algunos errores muy públicos. Necesitamos recuperar su confianza.
Tony se apoyó en el reposabrazos del sofá, señalando su oído.
— A ver. Lo siento, ¿te acabo de escuchar mal o estás de acuerdo conmigo?
— Oh, quiero retractarme
ahora. — Natasha fingió arrepentirse.
— No, no, no. — Tony movió el dedo de lado a lado. — No puedes retractarte. Gracias. Sin precedentes. De acuerdo, caso cerrado, yo gano.
De repente, Steve se puso de pie y arrojó los acuerdos sobre la mesa de café. Alena estaba tan perdida en sus pensamientos que la sobresaltó, lo que también sobresaltó a Visión.
— Me tengo que ir. — dijo el rubio, pura angustia y dolor en su rostro y su lenguaje corporal.
Alena al verlo salir tan afectado se levantó buscando ir tras él, sin embargo Tony la detuvo.
— Alto ahí, jovencita. — Alena se giró a mirarlo nerviosa e insegura. El filántropo señaló a Natasha con la cabeza. — Los tres tenemos que hablar.
La boca de Alena se abrió como pez mientras que la ceja de Natasha se levantaba en su dirección. Alena tomó una bocanada de aire y asintió.
No estaba preparada para esto. Pero sabía que Natasha tenía que saberlo. Debía saberlo.
Sam y Rhodey se miraron confundidos al ver al trío salir pero simplemente se encogieron de hombros.
Sea lo que sea.. Al final se enteraban de todo.
Cuando Alena entró nuevamente a la sala de reuniones con Tony y Natasha siguiéndole se obligó a dejar de retorcerse los dedos.
— ¿Tiene que ver con la inestabilidad de sus poderes? Por que ya le habíamos dicho que lo evitara usar.. — trataba de adivinar nuevamente Natasha.
— Solo.. Siéntate. — chasqueó la lengua Tony. La rojiza bufó pero de igual forma de sentó.
— ¿Tiene que ver con los acuerdos? — le cuestionó Natasha al verlo sacar unos papeles de un maletín.
— Si y no. — respondió Alena quien no dejaba de bailar en su lugar.
— ¿Si y no? — la pelirroja se encontraba ya algo
fastidiada. — Tony.. Dime ya que es.
— Escucha. — suspiró
Tony. — Alena no puede firmar los acuerdos de Sokovia al ser menor de edad.
— ¿Eso lo necesitabas hablar en privado? Ya lo sé.
— Pero no puede no firmar por que no es ciudadana americana. Legalmente sigue perteneciendole al Gobierno de Sokovia. — continúa Tony.
— Sokovia ya no existe. — Natasha siente como la ansiedad empieza a subir a su cuerpo. ¿A donde quería llegar Tony con todo esto?
— Ross dijo que si Alena no firmaba, o sino juraba firmar una vez que cumpla la mayoría de edad sería deportada al país más cercano; Rusia.
— Bien, entonces que haga ese dichoso juramento.
— No se puede, es menor de edad, para hacerlo necesita la autorización legal de un padre o tutor.
— Iré con ella.
— Natasha.. — la detiene Tony mientras compartía una mirada de incomodidad con Alena. Mirada que no pasó inadvertida para Natasha. — No estas calificado para ser una responsable legal para Alena.
— ¿Por qué no? Soy su
madre. — objeta Natasha.
— Si, que la abandonó hace
años. — le recuerda el
azabache. — Es difícil que la corte te dé la re adopción si descubren lo que pasó Alena gracias a dicho abandono.
— ¿Entonces que estas queriendo decir? ¿Que perdí a mi hija? ¿Que simplemente se la llevarán? — preguntó sintiéndose impotente y a la vez culpable. — .. No lo permitiré, Tony. No se la llevarán, no.
— No se la van a llevar. — negó Tony mientras deslizaba los papeles hacia ella. — Ya.. Resolvimos las cosas.
Natasha miró los papeles para después tomarlo. Le llevó segundos entender lo que estaba pasando pero sin duda miró a Alena con traición y dolor en sus ojos.
— La adoptaste. — más como una pregunta salió como una afirmación. Se burló — Yo no estoy calificada pero tú si.
— Es lo mejor.. — habló por lo bajo Alena.
Natasha la miró nuevamente con incredulidad.
— No. Yo sé lo que es mejor para ti y no es esto. — elevó los papeles.
— Natasha.. — trató de explicarle las cosas Tony.
— No. — lo interrumpió. — Sé que nunca te hubieran concedido una adopción así a menos que hayas movido tus hilos.
— Es cierto, lo hice.
— Pudiste ayudarme a mi también a tener el lugar que me corresponde en su vida. — lo acusa. — Lo hiciste a mis espaldas.
— Eso iba a ser un proceso largo, necesitábamos soluciones ya.
Natasha asiente pero está claro que la idea no le gusta para nada.
— Y supongo que tú estuviste de acuerdo..
Alena pasó saliva.
— Es lo mejor. — repitió.
Natasha nuevamente se burló.
»— ¡Quiero esto! — señaló ya frustrada Alena ante su actitud. — ¡Quiero estabilidad! ¡Quiero un padre que no esté extraviado y una vida de total paz! .. Eso tú no me puedes dar.
Natasha se levantó de su asiento.
— Esto es un error. — dice simplemente y camina hacia la puerta sin ver a nadie.
— Te recuerdo que tú me abandonaste. — acusó. Natasha se detuvo pero no se volteó. — Ni siquiera luchaste para darme esa vida, simplemente te rendiste conmigo.. No puedes molestarte ahora que Tony está dispuesto a luchar por mi.
— ¡Él solo te está usando para que firmes los acuerdos! ¡No le interesas en lo más mínimo!
— ¡Eso no es.. -!
— ¡Tú te callas! — lo interrumpe Natasha.
— Él me ha tratado como su hija desde que llegué aquí.. — Alena mira a Natasha con lágrimas en los ojos. — No puedo decir lo mismo de ti.
Alena mira fijamente los ojos de Natasha y, al no recibir después fue ella la que decide irse de esa sala.
Necesitaba los abrazos de Wanda ahora más que nunca.
Wanda pasó su mano por la cabellera casi negra de Alena y se detuvo a acariciar su mechón blanco.
Alena apretó su agarre en su pierna mientras sorbia su nariz.
— No es justo. — volvió a quejarse Alena.
— Es cierto. No lo es. — Wanda obligó a Alena a incorporarse. — Debería de estar feliz por ti..
— ¿Pero?
— ¿No crees.. Que tal vez ella sienta que la estas desplazando?
— ¿Que? No, por supuesto que no, ella siempre será mi mamá.. — se apresuró a decir Alena. — Pero.. Ahg, no lo sé.. Con Tony tendré la vida que siempre debí de vivir. ¡Es como pasar página! Dejar HYDRA y la habitación Roja atrás.. Un nuevo comienzo.
Wanda acarició su mejilla y le quitó los mechones (incluido el blanco) de su rostro.
— Sea como sea sabes que te apoyo.. Y siempre lo haré. — le recuerda.
Aleja sonríe e inevitablemente se acercó para juntar sus labios con los de la castaña. Ambos adoraban esos momentos de intimidad lo cuales eran muy escasos ya que nadie a excepción de Tony sabía de su relación a escondidas.
VIERNES soplona.
Ambas sonríen en medio del beso y se separan aún manteniendo su sonrisa. Aleja mantiene su frente pegada a la de Wanda por unos segundos antes de separarse una vez más.
— Tengo una idea. — salta de repente Alena.
Wanda finge un mueca.
— La última vez que dijiste eso terminamos con tratando de convencer a Visión que solo éramos amigas.
— En primera; fue tu culpa.
— ¡¿Mi culpa?! — se indigna Wanda.
— Te dije que no hicieras tanto ruido. — Wanda solo rió mientras negaba. — Y en segunda; No es eso, relájate.
— ¿Entonces cual es tu famosa idea?
— Vámonos de aquí. — propone.
— Si Tony se entera que salimos nos va a hacer cavar nuestras tumbas y luego nos enterrará vivas. — exagera Wanda.
— No me refería a eso.. — murmura Alena un poco apenada.
— ¿Entonces de qué? — la mirada de Alena lo dijo todo. — Alena..
— ¡Piensalo! Sería lindo, alejadas de todo y de todos.. Podemos tener una vida juntas..
Wanda suspira mientras agarra las manos de Alena.
— No quiero una vida escondiendome..
Los ojos de Alena se llenaron de esperanza.
— Entonces podemos hablar con Tony, estoy segura que encontrará la manera en que las dos estemos felices..
— Alena..
— Por favor.. Di que si. — le suplicó Alena.
Wanda deseó con todas sus fuerzas decir que si. Lo anhelaba más que nada. Tener esa vida, en especial con Alena en ella era lo que más deseaba.
— No podemos.. — quitó lentamente sus manos. — No ahora.
La decepción llenaron los rasgos de Alena mientras se acomodaba el cabello y se levantaba.
— Bien.. — le sonrió de forma falsa. Estaba destrozada. — Creo.. Creo que lo mejor será que duerma hoy en mi habitación.
Tomó sus cosas y sin siquiera mirar a la Sokoviana salió de ahí.
Ese día había sido del asco, solo quería que terminara.
LES GUSTÓ?!!!
YSI IVANOFF OCURRIÓ BAJO SUS NARICES.
LA ÚNICA DIFERENCIA ES QUE LO TENÍAN EN SECRETO
VISIÓN ESTÁ CHIQUITO
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