XXII| fuerza de voluntad

Venus aquel día había perdido no solo a su novio o a gran parte de sus amigos, se perdió a las sí misma.

Una cosa era segura no estaba ni cerca de estar tan mal como bella, nadie dormía en casa por las constantes pesadillas de la chica tenían que turnarse para despertarla pero su madre estaba extremadamente preocupada por Venus por la simple razón de que a diferencia de Bella la chica se había vuelto algo antipática con todo el mundo, estaba constantemente irritada y sus ataques de asma eran mucho más constantes que antes cuando algo no le salía como quería.

Venus pasaba los días con Aisha pues Bella se negaba a salir de su habitación y fue así hasta diciembre cuando Venus se negó a dejar que las cosas siguieran de aquella manera.

—¡estoy harta!— abrió la puerta de la habitación de la chica molesta, bella ni siquiera se movió llevaba meses sentada en aquella silla solo viendo por la ventana— Escúchame Isabella Swan, estoy sufriendo al igual que tú pero no me encierro en una habitación esperando a que vuelvan por que no lo van a hacer— se paró frente a la ventana—¿quieres llorar? ¡Hazlo! Pero nuestros padres no pueden dormir por las noches preocupados por ti y para ser sincera yo quiero recuperar a mi hermana.

Bella levantó la mirada por unos segundos.

—pensé estabas muy ocupada con tu nueva amiga.

Venus rió.

—tal vez por que mi hermana me abandonó, pero tú lo dijiste es mi amiga y si es como familia pero tú eres mi hermana— tomó su mano sonriéndole.

—yo...trataré.

[...]

—tu madre le contó a mamá sobre tus "locuras"— hizo comillas con los dedos la peliazul.

Aisha Shepherd era sin duda la chica que Venus algún día fue pero mejorada, era una mezcla perfecta entre sarcasmo, felicidad y madurez.

Un sarcasmo que Venus ya no aplicaba como antes en forma de broma para molestar un sarcasmo que aplicaba incluso para lastimar.

—la loca de mi madre hablando de locuras— rió con superioridad.

—Venus— le advirtió la inglesa.

—es cierto, pero esta bien— bufo— no es nada son tonterías mías que la verdad ya no tienen sentido.

—¿me explicas?— pidió lanzando una piedra a la playa, estaban en la push pues aisha había insistido en ir allí con la intención de llevar a Venus cerca del agua, cosa que amaba.

—La gente hace lo que quiero si me concentro y lo pido en mi mente, pero es una estupidez pues no funciono para hacer a mi novio quedarse— rió dando una patada al agua.

—Vee— dijo la peliazul, en todos sus años conociendo a la chica jamás la había visto de aquella manera si bien era cierto era de poca paciencia nunca se frustraba tanto— no es una locura.

—¿no?— la miro irónica— ¿pues que cojones es?

—Es algo que me pasa a mi también pero de manera diferente— sonrió de lado la chica— yo puedo hacer algo un poco diferente— cerró sus ojos sonriente y Venus de la nada vio unos pequeños recuerdos de ambas chicas corriendo en un parque cuando tenían algunos cinco años.

—¿como hiciste eso?— la miro sorprendida.

—es complicado—suspiro— los vampiros tienen dones algunos ¿no?

—si pero son manifestaciones de sus habilidades humanas mejoradas— recordó.

—exacto, existen humanos con dones que no tenemos ni idea como se manifiestan pero están allí.

Venus recordó una historia de alice la chica había asegurado que antes de convertirse ya podía tener pequeñas visiones que sólo mejoraron.

—tu puedes hacer que la gente vea el ¿pasado?— pregunto dudosa.

—es algo extraño, me meto en la mente de la gente y puedo ver recuerdos, si la persona tiene recuerdos conmigo normalmente es más fácil enseñarlos— explicó— tú en cambio mamá y yo llegamos a una conclusión.

—¿cuál?

—tienes una capacidad increíble para controlar mentes en seres vivos, ¿recuerdas cuando estábamos en Ghana?

—si fue el primer viaje que hicimos pero duramos poco allí— el plan era quedarse al menos tres meses en aquella parte de africa pero apenas y llegaron al mes cuando recogieron todo y salieron de allí.

—los nativos hablaban de ti como una leyenda, la chica que sobrevivió a un león por eso tuvimos que irnos— al ver la cara de confusión de la italiana siguió contando— por que las brujas que estaban cerca de la aldea querían comprobar cosas contigo ver si tu poder era solo con animales, la única bruja en la que confiábamos...

—¿bruja?— pregunto de la nada.

—¿te sorprende? Muy bien sabes que la mayoría de los nativos practican brujería Venus— se burló ahora esta.

—lo sé pero pensaba que era algo más espiritual no brujería de verdad.

—bueno, lo es—le sonrió— el punto es que ella nos confirmó como funcionaba todo, eres como una voz en la cabeza de la gente diciéndoles que hacer y ni siquiera lo notan como un pequeño eco dando sugerencias.

—por lo tanto está en la persona seguir lo que digo o no— asumió ya que eran sugerencias y no obligaciones.

—si, los dones humanos con más débiles que los vampiricos por lo tanto la persona, ser vivo lo que sea puede negarse si tiene suficiente fuerza de voluntad.

Venus se recostó sobre la arena mirando el cielo tratando de procesar lo sucedido, no estaba loca y eso la hacía feliz pero su mente no puedo evitar ir a la parte de la fuerza de voluntad.

Admitía que mientras Emmett le decía todas esas cosas sólo podía tratar de hacerlo quedar pero al parecer el chico de verdad quería irse.

—Se fue por que de verdad quería hacerlo— susurro.

—¿de quien hablas, vee?—pregunto la peli azul recostándose a su lado.

—Emmett se fue por que quería.

No más de tres lagrimas bajaron por sus ojos tocando el piso rápidamente por la posición en la que se encontraba.

Debía seguir adelante después de meses debía volver a ser quien si no por ella, por sus padre, por bella, por sus amigos y están segura de una cosa.

Emmett Cullen estaba muerto para ella.

[...]

—Te vas a ir a Jacksonville. A vivir con tú madre— fueron las palabras de Charlie cuando ambas chicas bajaron de la camioneta.

—no pienso irme de Forks— respondió Bella al igual de confundida que Venus.

—Bells...el no va a volver— susurró el hombre a su hija, Lorelai se encontraba en la puerta de la casa mirando la escena preocupada había tratando de convencer al hombre de mil maneras de no mandarla a Jacksonville.

—Lo se— respondió luego de unos segundos la castaña.

—Es solo que este comportamiento Bella, no eres tu—ahora miro a la italiana— no son ustedes, francamente me aterra y no solo a mi a todos— sabia que se refería a la madre de bella y su padre— escucha cielo no quiero que te vayas, pero debes hacerlo, hacer una vida nueva allá con nuevos amigos.

Venus miro a la chica esperando su respuesta y luego a su madre, ¿ella habría pensado en mandarla a Italia con su padre?

—me gustan mis amigos de aquí— defendió la chica.

—pero nunca los ves.

—¡mañana iremos de comer con Jessica!— interrumpió Venus cuando vio que Bella se quedó sin palabras— saldremos con nuestros amigos.

—Bella odia las compras y tu odias a Jessica— les recordó el hombre.

—punto para el jefe— maldijo la chica y aquel simple comentario le sacó una sonrisa al hombre pues era el típico comentario de Venus, de la Venus real no la chica odiosa que ocupaba su cuerpo hace meses.

—cariño —llamó Lorelai a su esposo a lo lejos— necesitan una noche de chicas, les hará bien.

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