VI | todavia te puedes divorciar

—Hogar dulce hogar— gritó Venus entrando por fin a la casa.

—Oh no papá, el diablo volvió— bromeó Bella— ya no podremos escapar.

—Por dios, todos me aman en esta casa— movió su cabello crecidamente— soy la luz que ilumina sus días, su arcoíris después de la lluvia...

—Y también la que nos deja sin comida— le recordó charlie, ganándose una mala mirada de parte de la peli negra.

—En mi defensa, salgo a correr todos los días y estoy en proceso de crecimiento ¡necesito alimentarme!— grito lanzándose a los brazos de su madre que negaba divertida— aparte, si no fuera por mi deberías comer comida vegetariana tu también.

El hombre negó horrorizado.

—Buen punto, estas dos me hubieran vuelto una planta hace tiempo— señaló a Bella y Lorelai.

—Ustedes no entienden lo que es disfrutar de una buena comida vegetariana— negó Lorelai colocando un brazo sobre los hombros de bella— ¿cierto querida?

—Cierto.

Charlie y Venus las miraron con horror para luego mirarse entre ellos.

—Escucha, todavía te puedes divorciar ¿sabes? ¡Podrías adoptarme y así las dejamos a ambas!— dijo lo más seria posible.

—Hagámoslo, Venus Swan no suena nada mal— le siguió el juego.

—Pues Isabella Bartolli tampoco— contestó Lorelai.

Luego de un rato de risas Bella y Vee habían subido a la habitación d d la chica Swan para que esta le contara todo lo sucedido en la excursión que había tenido ayer.

[...]

La Push, nenas. ¿Vienen?— preguntó Eric en cuanto las chicas se acercaron.

—¿debería saber que significa eso?— pregunto Bella mientras Venus se sentaba con su hamburguesa en mano.

—La playa Push en Quileute— le aclaro Venus.

—si, todos iremos mañana— explicó Mike.

A Venus le gustaban las playas y había ido una vez ya a la push junto a Paul, a quien por cierto extrañamente no había visto ayer, pero volviendo a las playas le gustaban en general por eso siempre le había gustado mudarse a sitios donde hubiera una bonita playa para nadar y surfear, Australia y diversos sitios del caribe estaban entre sus lugares favoritos por esto mismo.

—Se viene una oleada— sus ojos se iluminaron.

—¿surfearemos?— pregunto emocionada mientras Bella negaba con la cabeza, ¿había algo que no hiciera esta chica?

—Si, yo no solo surfeo el internet— se levantó Eric al mismo tiempo que Mike, imitando una muy mala postura de surf.

Angela veía que Bella no estaba para nada entusiasmada por la idea.

—Pero también puedes ver las ballenas, ven con nosotros— trato de llamar la atención de la chica.

—Es la push, nena, la push— dijo Eric con un muy mal acento francés.

—Esta bien, iré si dejas de repetir eso— rió bella dirigiéndose a buscar algo de comer.

—Yo iré como sea, me gusta surfear— sonrío la chica emocionada, pero esa sonrisa se borro al ver que todos miraban hacia bella quien hablaba con Edward, ¿no podían vivir su vida?— Yo, iré a la biblioteca a buscar algo.

Quería alejarse unos momentos de las miradas que sólo juzgaban y juzgaban, debía ser sincera los únicos que de alguna manera le agradan realmente eran Angela y Eric.

Mike se la pasaba coqueteando tanto con ella como con a Bella y Jessica solo daba halagos que escondían una gran cantidad de envidia.

Así que se sentó en un sillón algo alejado en la biblioteca comenzando a dibujar, estaba terminado un dibujo de Paul que con esperanza podría dárselo mañana si podría terminar hoy.

El chico había sido igual que jacob con ella, un amor y aunque adoraba a ambos Paul era su pequeña debilidad, tenía la necesidad de ayudarlo con su volatilidad.

—jugando a las escondidas, mercurio — escuchó que decían a sus espaldas.

Emmett Cullen la había encontrado en la biblioteca y sólo le sonreía de lado divertido.

—no es mi apodo favorito, ¿por que tienes que recordarme constantemente mi tamaño, stronzo?— lo apunto con su lápiz— aparte te repito otra vez que tu solo eres enorme.

—No lo creo, estoy seguro que eres muy pequeña y la verdad me defendería de aquella palabra si supiera su significado.

—Seré pequeña, Cullen— le apuntó— pero soy peligrosa.

—¡que miedo!— bromeó el chico mientras Venus lo fulminaba con la mirada— ¿tienes competencia hoy?

—Si, es la última del mes— afirmó, no era solo una competencia también era una de las más importantes del año escolar pues era contra un equipo de escuela privada de Washington capital.

—¿nerviosa?

—si la verdad, pero creo que puedo hacerlo.

El negó divertido con la cabeza.

—¿como te apasionaste por la natación?

Muchos recuerdos vinieron a su mente.

—Bueno rodó comenzó cuando me diagnosticaron con siete años, la natación fue una gran recomendación por parte de los doctores y mamá como una la aceptó sin dudarlo, comencé a nadar en un club en Italia como solo una ayuda para mi asma— recordó el primer día llegando a aquel sitio y ver a los mayores nadando— me enamore del deporte y sufrí mucho pensando que por los viajes tendría que dejarlo, fue todo lo contrario en la mayoría de los sitios a los que íbamos me enseñaban nuevas técnicas de respiración, conexión y rapidez.

Emmett no podía ignorar el brillo que se veía en sus hermosos ojos azules, para él parecían el mar más claro que jamás había visto.

—¿crees en las creencias de las tribus y todas esas cosas?

—No en su totalidad pero si en su mayoría, me crié rodeada de aquellas cosas y vi con mis propios ojos como sus creencias de verdad les daban una muy buena vida, muchas de ellas me ayudaron.

El solo asintió.
[...]

Estaba algo nerviosa, bella estaba viéndola y tratando de darle ánimos.

Toda la escuela estaba allí pues todos querían ver como el pequeño pueblo le pateaba el culo a los niños ricos.

—Escuchen, esta es nuestra oportunidad de probar quienes son los espartanos— hablo la entrenadora a los chicos— saben que hacer y solo les pido que den lo mejor de sí mismo.

Se hacían varias competencias y si la verdad habían otras dos escuelas que a nadie les importaban pues siempre ser la constante competencia entre aquellas dos escuelas lo que le daba emoción al deporte.

Venus nadaba estilo libre en su primera carrera y la otra debía ser de relevos libre, era la primera nadadora pues era la más rápida y la que más ventaja traería al equipo.

No se consideraba una ventaja para ellos pues la verdad todos eran muy buenos, sin duda hasta Kirk por más que rellenara sus pantalones a más no poder.

La mujer le sonrió cuando esta estaba posicionada para saltar.

Venus acomodó sus lentes y gorros y en su mente contó hasta diez cuando dieron la señal de salida.

Venus parecía una máquina dentro del agua y llevaba una enorme ventaja que no podía ver, la chica era muy buena.

—¡Eso es vee!— gritaba Angela desde las gradas mientras fotografiaba junto a Eric.

—Bien hecho, di Santi— la felicito su entrenadora y Venus no pudo hacer más nada que gritar de emoción, buscó en las gradas a Bella encontrándose con algo más.

Todos y cada uno de los hermanos cullen estaban en la última fila de las gradas.

Emmett conectó su mirada guiñándole un ojo y levando su pulgar en señal de que lo había hecho bien.

La gente gritaba su nombre mientras su compañero tomaba lugar para empezar su carrera.

Venus corrió a los vestidores a esperar su próxima ronda, se colocó una toalla encima para secarse un poco.

—lo hiciste fantástico.

Se giró asustada pues los demás estaban fuera y era la única que acostumbraba a ir a los vestidores luego de competir.

Era Emmett una vez más asustándola.

—Escucha, mi padrastro es policía y te juro que si sigues apareciendo de la nada te pondré unas orden de restricción— lo señalo como advertencia.

El chico rió negando con la cabeza.

—Te ríes demasiado de mi— se quejó la chica ahora como una niña pequeña.

—Es que me causas gracias, pero no vine para eso— se acercó— quería felicitarte, lo hiciste muy bien allí afuera.

—¡Gracias!— le sonrió— deberías de verme en la de relevos, son mis favoritas.

—Si, estaré aquí alice nos obligo a venir a todos y Edward quería también verte la verdad.

El chico había hablando mucho con ella en las clases que habían compartido, lo podía considerar un amigo ya.

—dile que gracias, sé que es mi fan número uno— se movió el pelo de manera falsamente creída— no espera esa es alice y por eso la amo.

El la miro ofendido.

—yo supero a ambos, pero esta bien te dejare ganar.

—bueno debo volver afuera y tu también deberías, si te encuentran aquí estarás en grandes problemas.

El asintió saliendo de allí y Venus sintió una valentía que no había sentido nunca.

—Emmett— llamó al chico que comenzaba a caminar quien se detuvo confundido.

—¿si?

—no juegues con mi corazón, ya te lo estás ganando— corrió a besar su mejilla tratando de ignorar lo
fría que estaba para salir corriendo.

El chico se había quedado asombrado y embobado.

[...]

—¡Esa es mi chica!— grito Charlie dando los cinco a la italiana.

—Debieron verla, iba tan rápido— contó Bella con emoción— fue increíble.

Los espartanos le habían ganado a aquella escuelita de ricos en un abrir y cerrar de ojos y Venus les había dado la ventaja mayor.

—Para celebrar prepare unas rica hamburguesas vegetarianas— entro la mujer a la cocina dejando horrorizados a su hija y esposo.

—¿tú ordenas la pizza?— pregunto la italiana al hombre ignorando a su madre.

—en eso estoy.

La mujer los miro indignados y luego rió al ver como bella tomaba tres de estas.

—Mejor para mi— respondió esta con una en la boca ya causando la risa de todos.

—¿a ti como te fue bella?— pregunto su padre.

La cena se basó en ambas chicas contando su día mientras Charlie y Venus devoraban tres enormes pizzas.

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