LIV | trío de diamante

—¿Estas segura?— preguntó a su hija la pelinegra acariciando su mejilla mientras la niña asentía.

—Si, mamma— respondió para salir de allí siguiendo a su hermano, prima y tía junto a los lobos.

—Me preocupa, ¿sabes?— se acurruco en el pecho de su esposo.

—Stella es fuerte cariño— respondió este besando su cabeza, los meses habían pasado tal vez más rápido de lo que todos querían y en un abrir y cerrar de ojos el autollamado trío de diamante aparentaba tener al menos unos ocho años.

—Lo se es solo que... no puedo evitar preocuparme— Stella se había mostrado diferente a su prima y hermano desde que nació.

Renesmee era callada por la razón de que prefería usar sus poderes pero aun así era animada y un espíritu libre, Apolo era sarcástico con una mezcla perfecta de la personalidad de sus padres y muy sobre protector pero Stella era callada, leía todo el día y tenia pesadillas todas las noches. Si algo tenían en común los tres pequeños Cullen era que tenían dones increíbles.

Renesmee expresaba sus pensamientos a través del tacto un poder mental contrario al de su padre, Apolo podía tocar un objeto y ver información relevante de este o su dueño poder algo parecido al de su tía Alice y finalmente estaba Stella quien podía ver los peores miedos de la gente para luego hacerles pensar que estos eran reales.

La preocupación por el tiempo nunca se iba pero había una nueva y está era el descontrol de los poderes de los mellizos, ambos terminaban viendo cosas que no querían ver peor para Stella era peor pues ver aquellos miedo le traía constantes pesadillas que hacían que no pudiera dormir en las noches y Venus tuviera que usar sus poderes en ella.

Los poderes de Venus o el don de Venus había permanecido igual, su sugestión era increíble pero algo mejorada pues la parte en la que podía encontrar lagunas se había expandido pero realmente había sido una decepción para la italiana que este poder no fuera un poco más avanzado ahora.

—Todos nos preocupamos, es mi hija y lo último que quiero es verla sufrir— acaricio su mejilla—si pudiera quitarle todas las pesadillas o quitarle Apolo las malas memorias de cosas que vio lo haría sin dudarlo pero por desgracia tenemos que aceptar que nuestros hijos tienen un poder que les pesarás toda la vida nuestra única opción es enseñarlos a vivir con el.

—Somos unos padres excelentes, ¿no?— le sonrió la de ojos ahora color oro.

—Nunca dejamos caer a nuestros hijos creo que eso es suficiente— rió Emmett.

—Espera no dejaste caer a Apo...

—¡No hablemos de eso!— interrumpió el hombre tomando a su mujer en brazos quien reía para dirigirse a su casa.

¿Las veces que Emmett había desaparecido en el embarazo cuando estaba en proceso de aceptación? Resulta que estaba construyendo la enorme y moderna casa en la que vivía ahora la familia de cuatro en el bosque de Forks, dentro de las tierras de los Cullen no muy lejos de su casa.

—¿quieres aprovechar que los niños no están?

—Por algo me casé con una ninfomana— le recordó entrando a la casa.

—¡No soy una ninfomana!— se quejó la mujer.

[...]

—¿Que pasó?— pregunto algo confundía la pelinegra cuando su hija corrió a sus brazos desde que entraron a sala de la casa de los Cullen.

— No se— respondió Bella mientras Apolo tiraba del cabello de Leah en broma haciendo que esta rodara los ojos.

—A, deja el cabello de Leah— señaló su madre también haciendo que el menor bufara para recostar su cabeza en el hombro de la chica sacándole una sonrisa casi invisible.

—La chica— gruño Paul con la mirada en el bosque.

—¿Que chica?— pregunto emmett confundido.

—Tanya convenció a Irina a que viniera a reconciliarse— explicó Carlisle remediando su llamada.

—Tal vez cambio de idea— señaló con obviedad Edward.

—Ver a Jacob debió haber sido demasiado para ella — asumió Esme.

—Hubiera querido hablar con ella.

—No me gusta...—susurro Venus con la mirada fija en la nada.

—¿sobre Irina?— preguntó su esposo apretando su mano ligeramente.

—Entiendo que los lobos podrían causarle impresión, pero sabe que nos juntamos con ellos no debió de ser una sorpresa para que reaccionara así — explicó su punto de vista la italiana—por ahora no pensemos en eso, ¿habéis disfrutado de la nieve?— le sonrió a los tres niños que asintieron sonrientes.

—ha sido fantástico mamá— se levantó Apolo corriendo hacia su madre abrazándose de esta igual que su hermana—¿no, ella?— aquella tal vez era una de las mejores cosas de los mellizos, Apolo siempre empujaba a su hermana a hablar y salí de su zona de confort.

—Paul me ayudo a coger copos de nieve— susurró está escondiendo su rostro en la cintura de su madre.

—¿quieres tocar piano conmigo?— pregunto Renesmee a su prima quien la miro y lo pensó unos segundos antes de sentarse a su lado.

Ambas niñas tocaban una perfecta sinfonía, Paul no quitaba sus ojos de sobre la niña y que se podía hacer los tres lobos trataban a los niños como puros amigos sin ninguna dobles intenciones pero todos sabían que cuando estos tuvieran la edad muy probablemente aquello cambiaría.

Mientras todos disfrutaban de la perfecta sinfonía Venus no podía quitarse de la cabeza toda lo de Irina, la chica no le había agradado desde el primer día pero Emmett no dudo en abrazarla tratando de hacerla relajar cosa que fue en vano pues el sonido de vidrio rompiéndose contra el piso.

—¿qué pasó?— preguntó Jasper apareciendo de inmediato junto a Alice quien parecía muy preocupada.

—Los Vulturis— explicó esta—vienen por nosotros. Aro, Caius, Marcus, la guardia e Irina.

Ella no dudo en volver junto a su madre tomando la mano de su mellizo quien parecía igual de confundida que está.

—¿Que veo Irina exactamente en los bosques?— gruñó Emmett.

—Estábamos caminando, no hacíamos nada nuevo ni extraño— respondió Bella con confusión.

—Ness y Ella pescaban copos de nieve— recordó Leah levantándose del sofá.

De inmediato Edward y Venus compartieron una mirada, parecían pensar en lo mismo.

—¿Crees que?— preguntó la italiana a su mejor amigo bajando la guardia así dejándole leer su mente.

—Estoy casi seguro— respondió este— Irina cree que son niños inmortales— termino de explicar a los demás.

[...]

—Los niños inmortales eran muy hermosos— mostró el libro Lorelai a bella— estar con ellos era amarlos de inmediato pero su desarrollo se congelaba a la edad en que cambian, no se les podía enseñar y en Brasil se dice que un solo berrinche destruía aldeas completas.

—Como los niños no podían proteger nuestros secretos fueron destruidos pero sus creadores se apegaban rápidamente y pelearon por protegerlos, la madre de las Denali creo un niño inmortal— terminó de explicar Carlisle.

—Si y pago el precio, fue asesinada.

—¿Como sabes tu tanto sobre esto?— pregunto confundido Jacob a la rubia italiana.

—Había escuchado algunos rumores de monstruos que según tribus tenían cara de inocente y dientes de demonio— recordó— pero las historias exactas las obtuve en Brasil cuando viaje hace poco, las brujas brasileñas son muy antiguas y saben más que muchos seres.

—Bien, pero los niños no son así— señaló Bella— nacieron y crecen todos los días.

—¿No pueden explicarles eso a los Vulturis?— reclamó con obviedad Leah.

—Si fuera tan fácil no estaríamos teniendo esta conversación— bufo Thomas.

—Aro dirá que tiene suficiente pruebas en los pensamientos de Irina—explicó Edward.

—Bien, peleamos— se levantó Paul.

—Sus armas defensivas son muy poderosas, nadie puede contra Jane.

—Y Alec es mucho peor.

—Les recuerdo que tenemos a Venus, la chica pudo obligar a Jane a herir a su hermano— interrumpió Rose.

—Si pero estamos hablando de muchos vampiros poderosos juntos Rose, Venus jamás podía mantener control de todas sus mentes al mismo tiempo— comentó Lorelai— necesitáis convencerlos, hablar con ellos y demostrar que no son niños inmortales.

—Suegrita, los Vulturis no vienen a hablar vienen a matarnos— colocó una mano sobre su hombro emmett.

—Tengo un acuerdo con Aro— habló por primera vez Venus llamando la atención de todos— no nos puede atacar sin razón así que podríamos usar en eso en nuestro favor si logramos explicar que no son niños inmortales, ¿pero como?

—Tal vez otros podrían convencerlos— pensó Edward— Carlisle, tienes amigos a través de todo el mundo y Damiano comentó que el padrino de Venus se convirtió hace un tiempo.

—No les pediré a mis amigos que peleen— se negó Carlisle de inmediato.

—Y ustedes no queréis al idiota padrino de Venus aquí, creedme—bufo Lorelai haciendo sonreís a Venus.

—No deberían de pelear, serían testigos. Si suficiente gente supiera la verdad podríamos convencer a los Vulturis — aclaró su punto Edward.

—Nuestros amigos harían eso— sonrió Esme hacia su esposo.

—Y estoy segura que el tío Fabrizio dirá que si, soy su ahijada y persona favorita— movió su cabello un poco haciendo reír ligeramente a los demás, trataba de aliviar el ambiente.

—Te juro que si ese hombre pasa por mi casa cortare su cabeza— amenazo su madre haciendo que Venus riera para besar su mejilla.

[...]

—¿Que queréis de cena entonces?— sonrió la italiana a los tres niños sentados en la isla de la casa de los cullens.

—¡Hamburgesas!— chillaron al unísono Renesmee y Apolo.

—Yo solo quiero chocolate— respondió suavemente Stella.

—Bien, hagamos un trato— se apoyó sobre las isla sonriente— como soy la que os mima más luego de la tía Rose, prepararé tres deliciosas hamburguesas y batidas de chocolate ¿os gusta la idea?

—¡Si!— sonrieron todos haciendo sonreír aun más a la italiana.

De algo estaba segura ningún intento de italiano creído de la realeza le pondría la mano a ninguno de los tres niños pues todas las personas en aquella casa estaban dispuestos a dar sus vidas por ellos.

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