LIII | el tiempo
—¿Donde están?— gritó entrando a la casa buscando con la mirada a los dos lobos.
—Apuesto cien a que mata al menos uno— se burló Thomas junto a Jasper.
—Apuesto doscientos a que los mata a los dos— respondió el rubio dándole la mano a su hermano quien asintió.
—Me dais todo a mi si no mata a nadie—sonrió Alice.
—Trate de calmarla— informó emmett apareciendo segundos después.
Venus buscaba con la mirada a sus dos próximas presas con pura ira, ¿como se atrevían a imprimarse con sus hijos?
—Esto va a estar bueno— sonrió Edward— mi día se pone cada vez mejor, ¿quien necesita televisión cuando tienes los dramas de esta familia?
—¿Vee?— aquella voz tan conocida para la chica se escuchó fuera de la casa.
—Vee tu abuela— grito la chica dando media vuelta para encontrarse efectivamente con ambos lobos.
—Nop, me largo ya pase por esto una vez— negó jacob colocándose de atrás de bella quien lo miró ofendida.
—¿me estás usando como escudo humano?
—Considerando que ahora mismo eres la única tan fuerte como Venus y que le tenía antes de convertirse— lo pensó por un segundo— si.
—¿Como os atrevéis?— miró a ambos molesta—¡Son niños!
—¡Esto no es algo que se controla!— trato de explicar Leah colocándose también detrás de Paul.
—Escucha podríamos hablar como personas civilizadas...— harto de decir el lobo.
—¿Civilizadas?— rió con sarcasmo acercándose peligrosamente a ambos—¡Civilizados!— repitió dándose la vuelta mirando a su esposo quien sonreía abiertamente guiñándole el ojo— io vi ammazzo.
Con una mano tomó a Paul por el brazo haciéndolo caer detrás de ella y con la otra a Leah lanzándola al piso.
—¡Son mis hijos!— señaló a ambos chicos volviendo a golpear a ambos—¿No podría controlar la imprimación? ¡Pues oops soy nueva en esto no puedo controlar mis golpes?— tomó a Paul de la pierna tirándolo hacia Leah para tomar la de esta también y hacer que chocaran, fuertemente.
—¿Así te quejas de mi?— se burló Bella hacía jacob quien tenía los ojos abiertos.
—Nunca le haríamos daño, Venus— susurro Leah cuando por fin pudo levantarse, ¿como era posible que le doliera todo si se curaba rápido?
—Oh claro que no como ustedes los lobos sois tan civilizados— volvió a hacerlos caer— No pude ni ver a mis hijos todavía y ya ustedes hablan como si los conocieran de toda la vida.
—Siempre estamos con los Mellizos— explicó Paul.
—¡Por que le dices eso!— le regalo Leah al ver como la italiana los miraba todavía más molesta.
—¿Pasáis todo el tiempo con mis hijos? ¡Esto es el colmo!— busco con la mirada algo filoso hasta que vio dos hermosas piedras que en aquel momento parecían llamar su nombre tomándolas recordó por un momento lo que hizo su padre con Emmett y todo lo que dijo este, por mas que no quería admitirlo ambos chicos estaban obligados a estar en la vida de sus hijos de ahora en más y en el fondo sabía que ninguno haría nada malo— Si les hacéis algo...prometo que os mato de verdad y cuando una italiana promete, una italiana cumple— ambas piedras pasaron directamente junto a las mejillas de los lobos clavándose en los árboles detrás de estos, Jacob suspiró aliviado al ver que sus dos amigos seguían vivos pero se tensó totalmente al ver una piedra más clavarse casi en su mano que estaba apoyada en el barandal de la casa— para ti también Black.
—Si señora— respondió este haciendo que Edward riera.
—Con Venus en la casa nunca tendremos que preocuparnos por la seguridad de Ness— sonrió Bella moviéndose hacia su hermana y abrazándola— joder te extrañé tanto.
Venus sonrió al poder abrazar a bella pues al final ambas habían logrado lo que parecía imposible una vez más habían sobrevivido juntas.
—Quiero saludarlos a todos pero preferiría ver a mis hijos, por favor— busco el rostro de Emmett quien asintió ofreciéndole su mano.
—Mis trescientos dólares— pidió alice a su novio y hermano adoptivo que bufaron entregándole el dinero.
[...]
Los ojos de Venus no podían creer lo que veían era simplemente increíble y de poder probablemente habría llorado, dos meses habían pasado pero ambos niños que dormían plácidamente aparentaban casi un año.
Eran preciosos pues Stella tenía un hermoso cabello negro azabache que caía por un poco más abajo de sus hombros y Apolo quien los tenía mucho más corto pero de él mismo color, era obvio el parecido con sus padres a aquella corta edad.
—Son hermosos...
—Igual a ti, Stella es una copia perfecta de ti— susurro Emmett abrazándola por detrás, ambos niños dormían en en la cama de Emmett tomados de la mano— son extremadamente unidos.
—¿Cuanto crecerán, Em?— lo miró haciendo la pregunta que tenía pues si con tan sólo dos meses aparentaban aquella edad que pasaría cuando tendrían quince, ¿serían unos viejo?
—Estamos tratando de averiguarlo, crecen con tremenda rapidez no sólo física también mental— explicó— tu madre y Amanda encontraron pistas de Gabriela en Brasil que podían traernos respuestas.
—¿Duermen y comen como humanos?
—Se alimentan de sangre y comida, Stella prefiere la sangre mientras que Apolo la comida— rió ligeramente Emmett y Venus por un momento se sintió mal, para un humano tal vez aquellos dos meses no fueran nada pero al parecer para sus hijos si eran algo y se había perdido ese tiempo con ellos.
—Odio no haber estado allí— agachó la mirada haciendo que Emmett levantara su barbilla negando— ambos entienden las razones y solo han estado desesperados por conocerte.
—¿Hablan?— aquello sí la tomó por mayor sorpresa, ¿tan rápido era el desarrollo mental?
—A la semana ya formaban oraciones a las tres semanas caminaban, ¿por que no los despiertas? — señaló la cama Emmett— no creo que les moleste para nada que su madre interrumpa su siesta.
Venus lo pensó por un segundo pues tenía un poco de miedo a que pasaría si sus hijos no la reconocían o la rechazaban pero Emmett acarició su brazo lentamente clamándola.
La italiana se sentó en una esquina de la cama viendo a ambos niños removerse una poco y sacándole una sonrisa pues no soltaban sus manitas, espero a que estos dejaran de moverse para colocarse en medio de los pequeños haciendo que ambos abrieran los ojos lentamente buscando a la persona que se había entrometido en su sueño.
—mamá— esas palabras hicieron que el corazón que no latía en su pecho saltara, Apolo la miraba con ojos llenos de amos y Stella con un tipo de admiración increíble.
—bebés— sonrió la mujer acariciando la mejilla de los niños, aquel momento era simplemente el paraíso pues Venus tenía en brazos a sus pequeños, aquellos meses habían sido una montaña rusa de emociones desde saber que nunca podría tener hijos por ser convertida, su pelea con su padre hasta la boda y el embarazo que estuvo por matarla pero ahora todo parecía valer la pena si tenía que volver a pasar todo por conocer a Emmett Cullen una vez más y tener a sus hijos en brazo lo haría sin dudarlo.
—¡Mamá!— ahora las vocecitas adormecidas gritaban con emoción y ambos pequeños que habían logrado pararse en la cama sin dificultad sorprendiendo a sus madre se habían lanzado sobre esta causando su risa.
—¡Es mía también!— fue la respuesta de Emmett lanzándose al lado de su familia para comenzar a abrazarlos, eran felices y Venus esperaba por el bien de todos que aquello durara por que mataria con sus propias manos a quien se atreviera a tentar contra la felicidad de sus hijos.
[...]
—¿Que pasó mientras no estuve?— se sentó con Renesmee en brazos sobre el sofá, la niña disfrutaba de jugar con su cabello mientras los mellizos dormían una vez más— vas a dejarme calva pequeña— sonrió.
—Te sorprendería— señaló bella.
—Bien, los lobos no tratan de matarnos ya pues al los chicos emprimarse los lobos no pueden hacer nada, es su regla más sagrada— explicó Rose— también Charlie sabe en parte de todo esto.
—¿como que sabe?
—Sabe que Jacob y los demás son lobos, también sabe que nosotras no somos normales ya— explicó Bella al ver los ojos alarmados de la pelinegra— tu padre también se entero de todo esto vino de visita hace dos semanas pero tuvo que volver por trabajo, dijo que debías llamarlo al despertar.
—¿que más?
—Bella le ganó a Emmett en fuerza— se burló Thomas— el mejor día de mi vida.
—No me lo recuerdes— gruño en respuesta Emmett causando la risa de su esposa.
—Entonces todo esta tranquilo.
—Nunca había estado tan tranquilo desde hace meses— sonrió Esme afirmando.
Las cosas continuaron hacia pie un tiempo, casi un año había pasado y los Cullen nunca habían tenido tanta paz pero no solo ellos los lobos volvían a amistarse con Sam y la manada, los Vulturi no podían estar más felices de la noticia de que Bella y Venus eran como ellos, su madre había vuelto luego de meses dejando a Amanda todavía en búsqueda pero siempre había algo que parecía volverlos locos, el tiempo.
El trío de oro como se habían auto llamado los tres Cullen luego de que Venus les leyera Harry Potter, crecía con demasiada rapidez pues en tan poco tiempo estos aparentaban al menos unos siete años o tal vez más cosa que preocupaba a todos pues cada día crecían y crecían, ¿se quedarían sin tiempo? ¿algún día pararía? ¿podían morir como humanos?
Aquellas y muchas más eran las constantes preguntas que todos se hacían pero ninguno se rendía en tratar de buscar respuestas y pasar el mayor tiempo posible con sus hijos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top