II | los Cullen

Venus se encontraba bajando del auto de Bella junto a ella, ya llevaba casi tres meses de escuela, pero sabía que Bella estaba nerviosa por entrar a mitad de semestre.

—linda camioneta— se burló Tyler ganándose una mala mirada de la pelinegra y un simple Gracias de bella.

Venus le había entregado su horario a Bella asegurándose que estaban juntas en la mayoría de las clases.

—Isabella Swan y mi chica favorita— Eric se acercó—Soy Eric, los ojos y oídos de este lugar.— se presentó ante bella.

—Un gusto— le sonrió Bella— Bella está mejor, por cierto.

El chico asintió.

—Lo que necesites, guía turístico, compañero o confidente, estoy aquí.

—Calla Eric, me tiene a mí, no te necesita— lo molesto, Venus.

—Yo soy más de las que sufren en silencio, pero gracias— dijo Bella ganándose una mirada de reproche por parte de la Italiana.

—Es un título perfecto para tu artículo, soy reportero y tú serás mi primera plana.

Pero Venus sabía que aquello debía incomodar demasiado a bella.

—Oh no— fue bella la que habló primero.

—Eric, déjala tranquila— le siguió Venus.

—Esta bien, no hay artículo entonces.

[...]

Estaban en educación física y a Venus no le había tomado mucho tiempo darse cuenta de que Bella, no era nada buena para eso.

Por lo que evitaba que las pelotas llegaran a esta mientras jugabas voleibol, a ella si se le daba bien cualquier actividad física.

Pero cuando una pelota por fin llegó a la castaña la lanzó sobre la cabeza de un chico.

La chica corrió rápidamente a pedir disculpas seguida por Venus, le había pegado a Mike, quien era parte del supuesto grupo de amigos de Venus, pero no de su mayor agrado por su constante coqueteo con literalmente cualquier chica.

—Disculpa, les dije que no me dejaran jugar— explicó Bella al rubio, este la miró de arriba abajo con una sonrisa.

—No, no, está bien— le sonrió coqueto a ambas chicas el rubio—debes ser Isabella, la hermanastra de Venus ¿no?

—Solo bella y su aunque no nos gusta ese término— aclaró bella.

—oh esta bien, soy Mike Newton— estiro su mano a bella— ¿seguras que no son hermanas de sangre? Son igual de hermosas.

Venus rodó los ojos y negó con la cabeza.

—Mala jugada Mike, mala jugada— respondió.

—Tiene un buen saque, ¿no?— la otra mitad del rubio había llegado, Jessica, otra persona que no era del mayor agrado de Venus, pues rápidamente había notado lo hipócrita que podía ser la chica—Oh, y tú Vee, jugaste igual de bien que siempre.

—Gracias, Jess.

—y tú eres de Arizona, ¿no?— señaló a Bella, quien solo negó ¿cómo todos sabían de su llegada en esa escuela?— ¿No es la gente de Arizona más bronceada?

Venus literalmente chocó su palma contra su cara, ¿qué tipo de pregunta era aquella?

—bueno, tal vez por eso me echaron— le sonrió nerviosa bella quien fue rescatada por Venus al sentir su incomodidad.

—Debemos volver, Bells— la tomó del brazo— los veo en la cafetería, chicos.

[...]

Mike y Jessica las habían acompañado a la cafetería, el rubio parecía obsesionado con ambas chicas.

Eric estaba conversando con una chica frente a él, pero al ver a los chicos se detuvo.

—Mike, ¿conociste a mi chica?—dijo refiriéndose a Bella.

—No es tu chica, Eric— Venus lo empujo riendo.

—Oh, ¿tu chica?—preguntó Mike siendo interrumpido por dos jugadores que corrieron a besar las mejillas de ambas chicas.

—mi chica— gritó uno.

—Venus— gritó el otro recibiendo una gran risa por parte de Venus, era Nick y estaba en el equipo de nado con ella.

—Dios santo, estamos reviviendo primer grado— rio Jessica—tú eres el juguete nuevo y Venus el que todavía no pasa de moda.

Venus no sabía si ofenderse por aquello, pero lo había dicho Jessica y no tomaba en cuenta el noventa por ciento de las estupideces que decía la chica.

—sonrían.

Un flash aturdió a ambas chicas.

dio mio— susurró la italiana.

—perdón, la necesitaba para el artículo— sonrió Angela tomando asiento junto a los demás.

—no habrá artículo, Angela— se levantó molesto Eric.

—Esta bien— quiso aclarar Bella.

—No se preocupen yo cuido sus espaldas, mis amores— dijo este para luego irse de allí.

—Creo que publicaremos otro editorial sobre alcoholismo adolescente, entonces—suspiro Angela rodando los ojos.

—Podrías siempre escribir algo sobre desórdenes alimenticios—comentó Bella poniendo nerviosa a Jessica.

—O sobre nadadores con relleno en sus bermudas— rio Venus, sabía mucho de eso, pues más de uno en el equipo lo hacía.

—La verdad, son ambas maravillosas ideas— les sonrió emocionada Angela.

—Kirk, ¿no? — rio Jessica.

—¡Sí!— rio Venus— es imposible, o sea, el chico es tan flaco y lo tiene de "tamaño olímpico" — hizo un par de comillas con sus manos.

—Eso es cierto— siguió riendo Angela.

—¿quiénes son ellos?— Bella interrumpió señalando con la mirada un grupo de chicos que se acercaban, Venus sabía perfectamente quienes eran igual que todos los habitantes de Forks.

—Los Cullen— informó Angela.

—Son los hijos adoptivos del doctor y la señora Cullen, vinieron de Alaska hace unos años.

—No son muy sociables, bueno excepto con Venus claro— reconoció Angela.

—Soy amiga de Alice y Thomas, eso es todo— rodó los ojos la chica— tuve que hacer trabajo con ambos.

—sí, claro, están todos juntos— exclamó Jessica— literalmente juntos.

Bella la miro confundida.

Una rubia y un gran pelinegro entraron a la cafetería, el segundo se detuvo unos segundos para tocar el hombro de Venus.

—Ella es Rosalie y él es el idiota de Thomas— señaló Venus a los mencionados— Son pareja.

—Ni siquiera sé si eso es legal— acusó Jessica— ósea son hermanos.

—Jess, son hermanos adoptivos— le recordó Angela.

—Pero viven juntos, es extraño.— dijo para continuar explicando— el rubio que parece adolorido es Jasper y sale con Alice, la rara de cabello corto.

—Vee— le sonrió Alice y Venus imitó su acción, para luego seguir con su camino.

—No es rara— rodó los ojos— es única, pero muy buena persona.

— el doctor Cullen es una especie de casamentero.— se burló Jessica— padre y casamentero.

—Tal vez me adopte a mí— dijo Angela sacándole una risa a Venus.

—¿ellos quienes son?— preguntó Bella una vez más, esta vez sí se había ganado la verdadera y completa atención de Venus.

Dos chicos venían molestándose por la puerta, dos chicos que eran muy conocidos para Venus.

—Emmett y Edward Cullen, increíblemente apuestos, obviamente.— suspiró Jessica— Aparentemente, nadie es digno de su afecto— rio algo irritada la chica— como si me importara.

—Sí, y también uno de ellos es el chico de Venus—molesto Angela a la italiana que rodó los ojos.

—¿En serio?— preguntó Bella sorprendida.

—Claro que no, Emmett me gusta sí, pero no me vería ni aunque estuviera literalmente frente a él con un letrero que diga "mírame"le dio una mordida irritada a su hamburguesa.

—Pero en serio, no pierdas tu tiempo Bella y lo mismo te digo otra vez Venus a ti— señaló Jessica.

—No planeaba hacerlo— respondieron al unísono ambas chicas.

[...]

Arte era una de las clases que más le alegraba el día a Venus, la compartía con Edward, cosa que era algo molesto.

El chico no hablaba y solamente dibujaba, aunque a veces era tranquilo para Venus.

—Hoy, mi querida clase— comenzó a hablar la profesora Morris, era una mujer de una cierta edad muy animada y colorida— dibujarán a su compañero de mesa.

Venus se maldijo mentalmente, debía dibujar al más idiota de los Cullen.

Al chico se le escapó una sonrisa de lado al escuchar aquel pensamiento.

—Edward— estiró su mano a la chica, quien lo miro en shock, ¿se estaba presentando? ¿Luego de casi tres meses de clase?

—¿estás bromeando?— dijo esta y él negó—ma questo è pazzo— dijo en italiano.

—Nunca lo había hecho formalmente.

—Venus, supongo— la tomó— escucha, quiero hacer esto rápido, así que por favor solo déjame ver bien tus facciones unos minutos.

El río al verla tan concentrada, a Venus di Santi la palabra talento cuando se refería a pintura y dibujo le quedaban cortas.

Vio el horario del chico sobre la mesa y lo analizo unos segundos, tenía Ciencias con Bella.

Esperaba que la chica que parecía tan interesada en él, al menos le dirigiera la palabra.

—Sabes, mi madre quiere saber cuándo volverás a casa— dijo Edward de la nada, había ido dos veces y en ambas ocasiones la señora Cullen había cocinado exquisito, en ambas ocasiones solo estaban la mujer y sus dos hijos Thomas y Alice.

—No tengo ningún proyecto con Alice por el momento, pero si se presenta uno iré con gusto— le sonrío de lado— envíale saludos de mi parte.

—Lo haré.

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