𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈

Voten, comenten y síganme para más.

-- Hermana Venus.

Esa voz... Bavilo.

-- ¿Sucede algo, hermano mío? -- me giro para encararlo.

Mi hermano estaba acercándose a pasos agigantados hacia mi dirección, creo que es la primera vez que me mira con tanta determinación en sus ojos, pero dudo que sea algo positivo si venía con ese ceño fruncido.

-- Me he enterado de que estas en busca de ser la heredera del trono.

Heredera del trono, ya veo, Benela ya empezó con su contaminación, en estos momentos Bavilo solo está actuando conforme a los comentarios de su madre, entonces estaría de más intentar razonar con él.

-- Intenta no hablar en voz alta y menos cuando hablas de tales acusaciones... nuestro padre está vivo y con una magnifica salud.

Bavilo me gruñe como un perro rabioso, bueno, en realidad no miente, si estoy en busca del trono.

-- Venus, eres mi hermana menor y te estimo mucho -- intenta imitar mi postura de serenidad -- por eso es que te lo digo, deberías entender para estas alturas que nadie cree que ascenderás al trono.

¿Nadie cree que ascenderé al trono? Como se nota que esa rosa se ha puesto una venda en los ojos, ella no sabe nada.

-- Veo que me tienes en baja estima, hermano mío, o bueno, tu madre es la que me tiene en baja consideración y no toma en cuenta mis logros personales... -- lo ataco directamente -- no me creas tan tonta y débil Bavilo...

Lo miro detenidamente, puedo verlo a través de sus ojos, él mismo tiene dudas con estas tonterías del juego de la Rosa Roja, pero está atado de manos y no es más que una marioneta.

-- Te recuerdo que, a pesar de ser actualmente el mayor de los hermanos, padre me llevo a mí a apoyar en la Guerra -- le recuerdo, lo cual fue claro que lo molestó.

-- ¡Te llevó porque eres su hijita favorita! ¡No te creas mucho solo por ser su consentida!

-- Pff... ¿Era necesario tus gritos? -- le pregunta con una sonrisita burlona -- Y para aclarártelo, aunque no debería porque no es de tu incumbencia, la realidad es que padre se vio obligado a llevarme por una visión del oráculo.

En algún momento los altos mandos harían publica esta parte de la historia, pero en realidad me beneficiara mucho, mostrándome como una salvadora de nuestro imperio, mi índice de aprobación comenzara a aumentar por parte del pueblo.

-- Bavilo... si fueras más dedicado a tus estudios... a tus entrenamientos con la espada y el arco... o si verdaderamente mostraras interés en ser el siguiente heredero a la corona, nuestro padre te hubiera siquiera tenido en cuenta para la guerra en contra de las islas Orian.

Bavilo ya era mayor de edad, naturalmente estaba con el derecho de participar en la guerra, pero en el fondo él sabe que no estaba apto para combatir en una batalla real, además que la rosa no arriesgaría su boleto dorado de esa manera.

-- Estoy cansada, iré a mi habitación --me despedí volviendo mi camino hacia mi habitación.

Estaba a unos metros lejos de Bavilo cuando este volvió a gritarme.

-- ¡¿Ahora las cosas serán así?! ¡¿Estas dispuesta a volverte mi enemiga y hacerte con la corona?!

Siento como un nudo se comienza a formar en mi garganta.

-- ¡Vuélvete mi aliada Venus! ¡Con tu apoyo me hare con el trono! ¡Te prometo que te tratare mejor que padre! ¡Tendrás todos los lujos que desees! ¡Sabes que es la mejor opción siendo que tú eres mujer y débil! ¡Los nobles no lo permitirán!

¡No te atreviste Bavilo!

Sin poder contenerme, comienzo a expulsar mi mana sagrado, mirando con furia a Bavilo que retrocedió asustado, seguramente por mi rostro enfurecido.

-- ... -- su miedo es demasiado evidente -- Escúchame Bavilo, porque no volveré a repetirlo...

Él no asintió, pero tampoco esperaba que reaccionara, creo que es la primera vez que muestro mi verdadero poder a alguno de mis hermanos, ni siquiera Haveron sabe del verdadero potencial de mi mana.

-- Porque eres mi hermano y mi madre bien me enseño de no alzar la mano contra mi familia no te doy el golpe que estoy muy deseosa de darte por estarme subestimando... puedo ser mujer, pero te juro que débil, no lo soy en absoluto -- le niego con la cabeza con mi mirada fija en sus ojos.

Desactivo mi mana hasta que el color dorado dejo de verse a nuestro alrededor, realmente Bavilo logro molestarme con su comentario sin sentido.

-- Bavilo, eres mi hermano querido, tú y Ares eran los único a los que admiraba por ser mis hermanos mayores... por favor no arruines el enorme cariño que te tengo con más comentarios de ese tipo.

Vuelvo a alejarme unos pasos hasta girarme con lentitud y advertirle una última cosa.

-- Y lo que escuchaste es cierto... estoy en busca de ser la heredera de nuestro padre, no importa que sea una mujer o una ilegitima, hare lo que haga falta para poder ser la primera emperatriz de Arbezela... si quieres enfrentarte a mí, hazlo, pero como un príncipe justo... y no como lo que Madame Benela espera que lo hagas. Adiós.

Perdóname, pero cuando presencie la Guerra me di cuenta de que no puedo dejar el Imperio a manos de otros que no sean las mías y de quienes yo considere actos para direccionarme en el camino correcto. Y soy lo suficientemente egoísta para decidir en volverme su protectora cuando tome la corona y dejarlos vivir tranquilamente entre lujos para siempre.

[...] Poco tiempo después.

Bavilo... me pone triste que pienses en verdad que por el hecho de ser mujer soy más débil... pero que se le va a hacer.

-- En estos momentos Caspian debe estar entrenando con los demás soldados, buscando que ganarse el favor de la mayoría... pero será difícil.

A pesar de todo, es un prisionero de las Islas Orian que padre me permitió traer en caso de que el nuevo Rey intente atacar en venganza por la muerte de su padre, según mi Rubelita dice que eso no sucederá, pero fue la única manera de que padre aceptara a Caspian como un miembro de mi guardia.

Mientras tanto Eric debe estar entrenando a Haveron con respecto a su mana, es bastante habilidoso y espero que la guía de Eric lo ayude a mejorar incluso más... tal vez pueda enviarlo a la Gran Torre de Magia a que aprenda magia avanzada... si le pido a Eric que hable con el gran Sabio de la Torre puede que le de clases avanzadas.

-- Ahora debo tener como prioridad escoger a los miembros de mi guardia real para que me ayuden a quitarles la autoridad a esos nobles incompetentes y a esa Rosa podrida... -- comienzo a morderme el labio -- cada segundo que pasa, es una ventaja para esa bruja...

El solo pensar en esa mujer me estresa demasiado.

-- Permiso para ingresar, su alteza.

-- Permiso concedido, pueden ingresar.

Las gemelas entraron casi al mismo tiempo.

-- Su pedido llego antes de lo esperado alteza -- me informa Vivi mientras me entrega un gran paquete muy bien decorado -- dicen que cuando se enteró que era un pedido de su parte, el joyero no dejo que nadie más se encargara del trabajo.

No puedo evitar recordar a quien se autodenomino mi joyero personal, el Conde Varnom, un hombre que hizo su propia cadena de joyerías bastante reconocido, pero desde el día en el que mi padre pidió un set completo de joyería para mí, no dejo de trabajar en joyas para mí, tomando por sí mismo el título de joyero de la princesa bien amada de Astotelia.

-- Ah... -- suelto algo incomoda, imaginando la escena por mi cuenta -- puedo imaginármelo, en realidad me alegra que ya este lo que pedí.

-- Su alteza, he sido avisada de que el Emperador solicita que este vestida con el uniforme imperial el día de la ceremonia de celebración.

¿Mi uniforme imperial?

Sonrío mientras abro el paquete donde estaba lo que tanto estaba esperando.

-- Si me permite preguntar... ¿Qué fue lo que pidió exactamente?

POV Narrador

Vivi y Lili miraban expectantes desde su lugar lo que su señora miraba con tanta atención. Venus las mira de reojo mientras entre sus labios posaba su dedo índice, en señal de silencio.

-- Por ahora es un secreto, pero pronto lo averiguaran -- ladea la cabeza, acentuando su sonrisa angelical.

Las damas de compañía se sonrojan y no vuelen a tocar el tema, cumpliendo su deber de arreglar a la princesa que en breve debía reunirse con sus dos joyas amadas, como habían acordado.

-- ¿Qué noticias tendrán para mí?

[...] En la noche.

Casi el mismo escenario de la última vez, ambos varones fulminándose con la mirada mientras la fémina los observaba un poco inquieta., rogando entre sus pensamientos que llegaran a un acuerdo mutuo.

-- ¡Su alteza, aquí Caspian Vangler, su fiel servidor! -- una gota de sudor pasa por la mejilla de la princesa al tener al príncipe a su lado con un aura rosada.

-- Es realmente parecido a un perro... tan lindo.

El duque emanaba un aura de celos desde su posición, mirando de mala manera a su ''rival'' por la atención de la princesa.

-- Yo, Duque Eric Reinhart, me presento frente a la princesa Venus de Secramise, en espera de sus órdenes -- con una mano en el pecho, da una ligera reverencia que acentúa sus facciones masculinas, como su mirada afilada.

Un pequeño corazón sale como un guiño de parte de la princesa, encantada por su presentación tan elegante, que le quedaba de maravilla con su apariencia de hombre solitario.

-- Jeje, Eric, siempre tan respetuoso.

Ambos varones volvieron a lanzarse dagas con la mirada.

-- Yo la vi primero, aléjate.

-- Yo la conocí antes, príncipe idiota.

Era lo que parecía que se transmitían con la mirada.

-- La verdad es que al menos en esta ocasión, nuestra reunión será muy breve -- confiesa con una pequeña risita al verlos pelear en silencio.

-- Solo quiero entregarles esto, para formalizar finalmente la apertura de la Guardia Real de la Princesa.

La princesa de entre las mangas de su vestido sacó dos pequeñas cajas de cuero y se las entregó a ambos varones.

-- Espero que les guste, mis primeras joyas reales.

El día de la ceremonia de celebración por la victoria del Imperio había llegado casi en un parpadeo, al menos fue así como lo sintió la primera princesa.

Al lado de ella, estaba su hermano Bavilo, quien no le dirigió más que un saludo cortes y luego pasó de ella.

-- ¡Estimados ciudadanos de Arbezela, escúchenme! -- la imagen de su padre comenzó a proyectarse por toda la capital -- ¿Recuerdan... lo que ocurrió ese fatídico día hace ocho años?

Entre la multitud, los murmullos eran afirmaciones de que sabían a qué se refería su Emperador.

-- ¿Cuándo el ejército de las Islas Orian inicio aquel ataque brutal, nos arrebató nuestras tierras y mató a nuestros ciudadanos?

Los ciudadanos no tardaron en abuchear el nombre de Orian, Venus, quien escuchaba atentamente, solo podía pensar en que fue lo correcto que Caspian se refugiara en entrenar en uno de sus jardines, serian cruel que escuchara las palabras de su padre.

-- ¡Sin embargo, nuestro gran creador, Astotelia, nos concedió su gloria y nos ordenó que retomemos las tierras que nos robaron! ¡Es por eso que hoy les anuncio que seguimos sus órdenes y recuperamos con éxito las tierras que le pertenecen a Arbezela de manera legítima!

Los abucheos se volvieron gritos efusivos hacia el Emperador y su victoria.

-- Dio un discurso magnifico, su majestad -- la primera princesa se sorprendió al ver a su hermana, más aún con un vestido que dejaba demasiado a la vista su pecho -- Yo, Ariana de Secramise, primogénita de Roserice de Secramise, madre de Arbezela, saludo a Jaider de Secramise, Emperador de Arbezela.

El Emperador comenzó a hacer un pequeño show por su segunda hija, que, a pesar de no ser tan querida como la primera, la favorecía mucho a comparación con sus hijos varones.

-- Ah, sí, mi querida hija, ¿Qué te trae por aquí?

-- Vine a pedirle un favor, padre.

-- Claro, ¿Qué necesitas?

Venus vio desde su sitio, con mala cara, la sonrisita que formo su hermana menor.

-- Escuché que vendrá el héroe que nos llevó a la victoria -- volvió a arrodillarse frente al emperador con un rostro dulce -- ¿Podría yo, Ariana, tener el privilegio de otorgarle el emblema de honor?

Su hermano no tardó en reaccionar colérico.

-- ¡¿Cómo te atreves a pretender entregarle el emblema?! -- la señala con una vena marcada en su frente -- Ese derecho le corresponde al Emperador. ¿Estás desafiando su autoridad?

-- Silencio -- la voz potente de su padre detuvo los gritos de su hermano mayor -- Parece que olvidaste quién está frente a ti, Bavilo.

-- P-Pero... su majestad.

La primera princesa se acercó por detrás hasta envolver su brazo en el de su hermano. Llamando la atención de los tres, de reojo pudo ver como Ariana hacia una mueca al verla.

-- Padre, por favor no sea tan duro con mi hermano Bavilo, usted sabe lo mucho que lo respeta y admira, no lo hizo con mala intención.

El Emperador miro a su hija, antes de derretirse de amor ante sus ojitos verdes que parecían brillar como esmeraldas.

-- Uhm~ -- el hombre se lo pensó por un momento mirando a su hijo mayor -- Bueno, tal vez me haya pasado un poco, perdóname hijo.

Bavilo, quien había bajado con la cabeza, ahora tenía un aura brillante a su alrededor.

-- En cuanto a tu pedido Ariana, lamento decirte que tengo que negarme -- el Emperador miraba de reojo a su hija menor al decírselo -- ya tengo a alguien en mente para entregar la medalla de honor.

Ariana no quiso rendirse, no cuando estaba sus planes de por medio.

-- Pero padre... yo en verdad quería hacerlo -- hizo un pequeño berrinche haciendo su mejor cara de niña buena.

-- No seas caprichosa, princesa -- el Emperador miro con mala cara a su hija quien retrocedió asustada.

-- Si, padre.

Sus manos se apretaron en el agarre de su vaporoso vestido amarillo, evitando soltar un comentario venenoso por la negativa de su padre.

-- Venus, hija mía, ven a mi lado -- llamó ahora con un aura floral.

La mencionada se separó del agarre que había tenido con su hermano y al estar frente a su progenitor se inclinó.

-- Con la frente en alto, mi querida hija, en este momento recibirás el reconocimiento que mereces.

Delante de ellos, la primera estrella de los Tres sumos Sacerdotes estaba terminando su discurso.

-- De este modo concluye la palabra del Señor. El Emperador de Arbezela le otorgará la Medalla Santa a una de los pilares que nos condujo a la victoria. Raden.

-- Venerada Princesa Venus, mi hija querida, seguiste el llamado de nuestro Dios Fundador y fuiste de vital importancia para la victoria del Imperio. Por lo que es mi deber como padre y tu Emperador, darte la bendición de nuestro Dios Astotelia para que siga iluminando tu camino y consagrarte con la Medalla Santa que muestra tu compromiso para con el Imperio.

Arrodillada frente a su padre, Venus podía sentir su mirada llena de orgullo, además de las miradas llenas de esperanza y adoración por parte del pueblo.

-- Yo, Venus de Secramise, prometo servir a nuestro amado Imperio y seguir con la palabra de nuestro Dios Fundador, de aquí hasta el fin de mis días.

Su padre la bendijo con la rama del árbol bendecido y como un caballero, coloco la espada en cada hombro, para al final colocar aquella Medalla en su uniforme.

-- Eres mi orgullo Venus -- le dijo en voz baja cuando termina de colocarle el reconocimiento.

-- Y yo me alegro mucho de serlo, padre.

-- Ahora la princesa Venus le otorgará el Emblema de honor al héroe que nos condujo a la victoria -- avisa la primera estrella y su padre asiente.

-- Duque Phantom de un paso al frente.

Desde la esquina, Ariana tenía corazones en los ojos al ver la belleza y masculinidad que, rebozada el duque por todo su cuerpo, deseando para sus adentros poseerlo lo antes posible, maldiciendo a Venus por tener el privilegio que ella quería.

Siguiendo el mismo procedimiento que su padre, Venus tomo la rama en su mano derecha y la espada sagrada en su mano izquierda, ambos se miraron por un momento y se sonrieron como si fueran unos críos guardando secretos.

-- Honorable Duque Phantom, usted hizo posible la victoria del Imperio de Arbezela, corresponde que reciba la bendición de nuestro Dios Fundador, Astotelia -- alzando la rama bendiciendo al Duque que se había arrodillado -- Duque Nell Phantom, le otorgo el emblema de honor, de modo que siga consagrándose para prestar servicio a nuestro gran Imperio.

-- Yo, Nell Phantom, juro servir al gran Imperio de Arbezela, en cuerpo y alma, por el resto de mis días.

El procedimiento siguió con normalidad hasta el momento donde debía colocar el emblema, que es cuando el Duque comenzó a notar el mana dorado de la princesa.

-- ¿Princesa?

-- Tengo una propuesta para usted. Venga al palacio Perséfone cuando la Luna brille en lo más alto.

Tal vez fue por escucharla susurrarle tan cerca de sus labios, tal vez la conmoción del momento, pero no se había dado cuenta en qué momento la princesa había comenzado a flotar con la ayuda de su mana, para cuando comenzó a reaccionar, tenía a la favorecida princesa dándole un beso en la frente, delante de todo el pueblo.

Una conmoción sin igual, para el pueblo aquella escena, fue como ver a un ángel bendiciendo con su beso sagrado a un servidor, para las gemelas servidoras de Venus, era momento de chillar de emoción, para Ariana era maldecir una y otra vez a su hermana mayor.

-- ¡Juventud, divino tesoro! -- incluso la primera estrella estaba rebosante de alegría.

Aunque el Emperador parecía entrar al borde del colapso.

Venus sabía que cumplió su parte de ofrecer la propuesta, ahora solo quedaba convencer al Duque de que ella era la mejor opción como Emperatriz.

[...] Tiempo después.

Venus quería, pero a la vez no, saber la cara que puso su hermanita menor cuando le dio el beso al Duque Phantom.

¿Era consciente de sus acciones? Claro que sí y por eso mismo lo había hecho.

-- Nell Phantom, en general podrá llevarse bien con Eric... pero me preocupa un poco Caspian si tomo en cuenta que muchos de los suyos murieron en manos de él, encabezando al fallecido príncipe Bastet -- piensa la princesa tomando su barbilla.

-- No importa a quien decida poner en su guardia real princesa, ninguna será peor que Eric.

Sin pensarlo realmente el Duque termina lanzándole su espada de madera al príncipe y ambos empiezan una pelea en el patio de la princesa.

-- ¿Realmente puedo confiar en sus palabras?

-- Princesa Venus...

Vivi le señalaba con la mirada hacia su espalda, sabiendo de quien se trataba, la princesa pone una sonrisa en mi cara.

-- Vine para que me brinde los detalles de su propuesta.

Venus reconoció los modales del Duque.

-- Duque Phantom, me alegra que haya venido -- les hace una seña a sus damas -- ¿Le parece si entramos para hablar de los detalles con una taza de té? Hace poco he recibido unas hojas de té exquisitas de Galdeon.

La propuesta fue aceptada, por lo que ahora ambos se encontraban en una de las tantas habitaciones del palacio.

-- ¿Miembro de su guardia? -- piensa para sí el Duque, luego de escuchar parte de la propuesta.

-- Mi padre me dio su permiso, busco personas fuertes y talentosas para cumplir mis objetivos -- le confiesa sin borrar su sonrisa -- Quiero creer que no es una mala propuesta para usted, Duque.

No, no era una mala propuesta, el Duque era consciente de ello, la primera princesa no solo era la hija predilecta del Emperador sino también la más aclamada por el pueblo y bien amada de Astotelia.

Él la vio liderando parte de las tropas imperiales, pudo jurar no haber visto nunca en su vida algo tan magnifico como aquello, era como ver una estrella resplandeciente en la oscuridad.

Su mirada choca con los ojos verdes de la princesa quien le sonrió, causándole un sonrojo involuntario.

-- Es tan adorable -- piensa -- Le daré lo que usted necesita, poder político, protección y limpiar el nombre de su familia por completo, no es ningún desafío para mi... solo pido a cambio su completa lealtad y disposición.

Por un momento traga duro cuando la mirada gentil se volvió una más ambiciosa, su deseo de convertirse en Emperatriz era fuerte.

-- ¿Y? ¿Qué dice?

No hubo mucho que pensar por su parte, aun si no hubiera tenido esta propuesta, él siempre hubiera favorecido a la princesa, la mujer de la cual se enamoró apenas vio por primera vez.

Ambos se pararon, Nell Phantom, tomó la mano de la princesa, arrodillándose frente a ella.

-- Le ofrezco a usted, princesa Venus de Secramise... mi aliento, mi cuerpo y cada fibra de mi ser.

Venus sonríe victoriosa cuando esos labios besaron su mano, jurándole lealtad a través del amor que siente por ella.

-- Si eso es así, me corresponde a mí -- de entre sus mangas saca una cajita de cuero -- darle esto.

En su mano recibió una bonita caja de cuero con detalles de plata, al abrirlo se encontró con un emblema que nunca había visto, donde lo que más destacaba eran las joyas amatista incrustada en el centro.

-- Son los emblemas que diseñe para cada miembro de mi guardia, con una joya representativa, en su caso sería la amatista, Duque Phantom.

-- ...

-- ¿Duque Phantom?

-- Nell.

-- ¿Eh?

-- Llámeme por mi nombre, princesa, antes solíamos hacerlo, ¿Por qué ha cambiado?

El rostro de Venus por primera vez en mucho tiempo, se desencajo, incluso se quedó sin una respuesta inmediata.

--... Pff -- suelta sin pensar antes de empezar a reír de buena gana -- Ja ja ja, lo siento tanto Nell, creí que después de la Guerra no nos veríamos en mucho tiempo... tal vez por eso volví a llamarlo por su título sin quererlo.

Las orejas lobunas de Nell que en un principio aparecieron decaídos, se levantaron con atención.

-- ¿Me creería princesa si le dijera...?

Venus fue poco a poco apresada por el guapo Duque que la miraba con un sonrojo muy notorio.

-- ¿Qué la he extrañado desde el momento en que tuvo que irse con su padre?

Esas fuertes y marcadas manos a cada lado de su cabeza, ella también era débil ante esa imagen.

-- Yo también te he extrañado mucho, querido Nell.

Puedo que haya sido por el momento, o tal vez en el fondo una estrategia de la princesa para terminar de domar al lobo, lo único que se podía decir con certeza, es que ambos juntaron sus labios que ya deseaban encontrarse desde que entraron a la habitación.

{...} Palacio de la Princesa Ariana.

Mientras Venus disfrutaba la noche en brazos del Duque Phantom, la segunda princesa no cabía en su propia ira, destrozando todo lo que tuviera a su paso.

Sus damas de compañía huyeron despavoridas cuando el primer jarrón fue arrojado.

-- ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué ella siempre sale ganando?!

Todas sus maldiciones eran para su hermana mayor, quien acaba de ganarle al Duque Phantom.

-- Lo lamento princesa Ariana, pero tengo una reunión con la Princesa Venus.

No importó cuanto intento verse hermosa para él, ni siquiera le dirigió una segunda mirada y se fue al palacio de su hermana mayor.

-- Se supone que el Duque debía ser mío, pero ahora debe estar en la cama de Venus -- de solo imaginarse a ambos desnudos en una cama la ponía colérica -- ¡¿Por qué tienes que robármelo?!

Esa noche la princesa Ariana destrozo su habitación para la mañana siguiente ser regañada severamente por su padre por su rabieta infantil.

Mientras que, en el Palacio de la primera princesa, el Duque Phantom recibe como primera vista de esa mañana a la princesa Venus dormida a su lado con una mera sabana que cubría parte de su desnudez.

Recordando como la hizo suya sin pensarlo, lo mucho que disfruto tenerla entre sus brazos siquiera un momento, lo hizo desear aún más estar siempre a su lado, sin importar cuantos otros más vinieran.

-- Siempre estaré para usted, Princesa Venus.

Nuevo cap recién salido del horno. No me creo lo rápido que se llenó de votos esta historia, espero poder continuar dentro de sus expectativas.

Psdt. Mas adelante seguramente edite estos caps y ponga el lemon que tanto desean, pero por ahora no.

Empecemos con las preguntas.

¿Les está gustando esta historia?

¿Que piensan de la reacción de Bavilo al inicio?

¿Como terminara la relación de Ariana y Venus?

¿Con quién creen que Venus tuvo su primera vez?

¿Como creen que se desenvolvera Caspian en el futuro?

¿Nell y Caspian se llevaran bien?

Espero con ansias sus comentarios que son mi motivacion para escribir, nos vemos en un siguiente capitulo bye bye~.

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