𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈

Voten, comenten y síganme para más.

Hace 8 años ocurrió una desgracia para el Imperio de Arbezela, un ataque no premeditado comenzó a darse desde sus aguas costeras, llevándose consigo cientos de vidas inocentes, un golpe bajo, el orgullo de los residentes fue pisoteados por los soldados de las Islas Orian.

Pero el actual Emperador del Imperio, Jaider de Secramise, no iba a dejar pasar tal insulto a su orgullo como Monarca y como guerrero. Convoca a todos los reinos que habían formado alianzas, desde los ardientes guerreros Xek, hasta los experimentados navegantes de Marloe, todos los soldados se reunieron para formar un ejército invencible, por parte del corazón imperial, los altos mandos no esperaban que ninguno de los hijos del Emperador formara parte del ejército, ni siquiera la habilidosa hija única de la Emperatriz, ya que todos eran muy jóvenes para presenciar una guerra de estas magnitudes.

Vaya sorpresa se llevaron cuando vieron al Emperador Jaider siendo acompañado por su hija mayor, una chica delgada de mirada tierna con piel de porcelana, los soldados pensaban que el hombre se había vuelto loco al meter a tal figura que detonaba pureza en un campo de muerte y desgracia. Lo que no esperaron era que esa miradita tierna tenía escondida una fiera capaz de desgarrar a sus enemigos como leona enfurecida.

-- Los soldados de Orian dejaron muy claro su mensaje.

Los soldados que hasta hace unos momentos estaban en silencio voltearon a ver a la princesa que estaba de pie frente a ellos con un traje militar blanco y rojo.

-- Que están dispuestos a coger lo que quieran... y que si para obtenerlo deben asesinar a nuestras familias lo harán -- su padre llegó a su lado, permitiéndole continuar -- Sé que están desaminados, hambrientos, agotados, pero este no es momento para bajar la cabeza...

Dándose un segundo de confianza, alzando el pecho con orgullo y alzando lo más que puede su más aclamada con seguridad.

-- ¡Es el momento donde demostramos de una vez por todas que Arbezela nunca será gobernada por nadie que no sea parte de nuestro Imperio!

-- ¡Sí!

-- ¡Esta es nuestra tierra, otorgado por nuestro Dios Fundador Astotelia para que vivamos en paz y armonía con nuestras familias! ¡Vengan conmigo todos, hermanos míos!

Alzando sus espadas que fueron iluminados con el sol como si estuvieran siendo bendecidos.

-- ¡Les demostraremos a esos extranjeros que no pueden venir aquí, asesinar a nuestras familias y coger lo que quieran! ¡¿Están conmigo?!

-- ¡SÍ~!

Todos gritaron como uno solo, el ejercito de Arbezela volvió con la frente en alto a la batalla, detrás de los soldados, el Emperador Jaider veía con orgullo a su hija que tomo su corcel blanco para liderar el ejército.

[...] Actualidad.

El resultado de la Guerra resulto a favor de Arbezela, los soldados regresaron a casa al igual que el Emperador con su hija.

Tal y como lo había prometido, los reconfortarles brazos de su madre fueron los que la recibieron apenas piso palacio.

-- ¡Venus! ¡Mi gorrioncito! -- lloraba la mujer abrazando a su hija -- ¡Estoy tan feliz de que hayas vuelto a casa!

-- Créeme mamá yo te he extrañado más, tus oraciones a Astotelia fueron escuchadas.

La segunda concubina se tomó un momento para ver a su pequeña y lo mucho que había cambiado, su rostro encantador seguía ahí, pero al verla a los ojos se dio cuenta que estos más apagados a lo que recordaba, al separarse vio que su postura era más erguida, parecida al progenitor de su pequeña.

-- ¿Pasa algo madre?

Cryna niega con la cabeza, nada de esos cambios importaba, nada importaba en realidad, el que su gorrioncito este bien era más que su suficiente para su corazón.

-- Nada mi pequeña, solo me sorprende lo mucho que has madurado -- confiesa acunando aquel lindo rostro -- a veces me es difícil creer lo rápido que ha pasado el tiempo, antes hacias berrinches si no te contaba un cuento antes de dormir, tu padre venia sin faltar al enterarse y te contaba un cuento diferente cada día, además que...

Bajo la mirada avergonzada de la princesa, su madre comenzaba a relatar sin fin todas las cosas que su hija cuando era una pequeña bebe consentida.

-- Lo se madre, lo recuerdo bien, basta por favor -- suplico por lo que le quedaba de dignidad, agradeciendo que ninguno de sus hermanos estaba aquí para escuchar.

Ya podía imaginárselos en una esquina riéndose en silencio, en especial Kamal que era el ms burlón de los tres.

Unos toques en la puerta hacen voltear a ambas féminas.

-- Disculpe la intromisión.

Madre e hija voltearon a ver entrar a dos sirvientas que se veían igual, excepto por la coleta de lado que llevaban en diferente dirección.

-- Saludos a la primera princesa de Arbezela, la bien amada de nuestro Dios Astotelia y a su madre, la segunda concubina del emperador.

-- Lili, Vivi -- las llama la menor -- veo que se han vuelto más hermosas desde la última vez que nos vimos... y con mejor semblante

Ambas doncellas se vieron entre sí y luego vieron a su señora con pequeñas lagrimas contenidas, radiantes de felicidad.

-- Desde que nos enteramos que los invasores se retiraron nosotras no hemos dejado de agradecer a Astotelia, al Emperador y a usted por salvar nuestro pueblo y los vecinos.

-- No hay nada que agradecer, al menos no a mí -- se apresuró a decir -- solo seguí mis obligaciones como parte de la familia imperial y la palabra de nuestro Dios.

La madre miraba en silencio como las sirvientas le seguían agradeciendo a la princesa por sus hazañas en la Guerra, sonriendo con ternura viéndola tratar con ternura a las gemelas.

-- ¿Necesitaban algo? -- pregunta luego de pensar unos minutos.

Eso parecía sacar a las hermanas de sus agradecimientos repetitivos.

-- ¡Cierto! ¡Lo habíamos olvidado por completo! -- se lamentó Lili.

-- ¡Tenemos que llevarla lo antes posible! ¡Los nobles ya están esperando para celebrar la victoria de Arbezela!

Lili y Vivi se llevan a la princesa a rastras para llevarla a la audiencia de la familia imperial con los nobles y funcionarios.

-- ¡Que te vaya bien gorrioncito!

-- ¡E-Esperen, quería hablar más con mi madre!

-- ¡Lo hará después su alteza! ¡Lo primero son las órdenes del Emperador! -- le dice Lili.

-- ¡Así es, alteza! -- le secunda Vivi -- Incluso su mascota Javi ya está listo para la presentación.

-- ¡¿Vistieron a Javi?!

-- ¡NO HAY TIEMPO!

[...] Tiempo después.

La reunión de los nobles de más alto rango se debía a la reciente victoria del Reino, se estaba reuniendo el Emperador junto a todos sus hijos para celebrar de manera formal el reciente logro.

Los tres príncipes habían sido los primeros en llegar, el príncipe Bavilo, el primero, el príncipe Haveron, el segundo y el príncipe Kamal, el tercero, ordenados por su edad en espera de las dos integrantes faltantes.

Justo en ese momento un anuncio se dio desde la puerta exterior.

-- ¡Venus de Secramise, primera princesa de Arbezela, ha llegado!

Usando el uniforme formal imperial, con los colores blanco y rojo por ser los favoritos de la princesa, Venus apareció por la enorme sala llevándose las miradas de todos a su alrededor.

Su hermoso y largo cabello del color del amanecer, ojos verde brillantes que recordaba al césped recién rociado y sus curvas que eran bastante apreciables por aquel uniforme pegado al cuerpo. Todo en ella gritaba una belleza sin comparación.

-- Su majestad, pilar de nuestro sagrado imperio, el sol radiante de Arbezela y padre de todo el que nace bajo nuestra bandera -- la princesa hace una reverencia a su progenitor -- Acepte mis felicitaciones nuevamente, por haber sido nuestro líder sin comparación en la última batalla que fue crucial en la guerra.

Por un momento todos en el gran salón permanecieron en silencio mientras esperaban el siguiente movimiento de su monarca, aunque para los hermanos no era difícil adivinar.

-- ¡Je je, Venus! ¡Mi hijita querida!

Con un aura rosada y corazones revoloteando el emperador tenia sujeta a su hija de las manos.

-- ¡Estaba preguntándome el por qué ya no estabas a mi lado cuando llegamos a palacio! -- parecía triste por ese hecho.

La princesa bajó la mirada, mostrándose entristecida y vulnerable ante su padre.

-- Lo siento padre, es que no pude aguantar estar más tiempo sin ver a mi madre, usted sabe cuánto la amo a ella y a mis hermanos.

Una flecha de amor fue a dar directamente al corazón del Emperador al ver esa carita tan tierna que tenía su hija en esos momentos.

-- ¡Claro que sí! ¡Claro que lo se mi pequeño amanecer! ¡Aún me lamento por haberme visto obligado a llevarte a la guerra siendo mi hijita amada!

La mirada entristecida, se volvió una mirada de confianza y su sonrisa llena de bondad derretía todavía más el corazón del Emperador.

-- No se atormente de esa manera padre mío, para mí ha sido un honor luchar por nuestro imperio, nuestra gente, he aprendido mucho de su ejemplo al verlo en batalla.

-- Ja ja, no seas modesta mi pequeña, para ser tu primera batalla, brillaste como nuestro dios en medio del caos, dándole confianza a nuestra gente para seguir luchando a pesar de las adversidades.

El Emperador seguía hablando de los logros de su hija con mucho orgullo, mientras los nobles comentaban entre ellos de la escena.

-- ¡H-Hermana Venus!

Una cabellera igual al de ella, ojos iguales a los de ella, el príncipe Haveron se adelantó hasta estar frente a su padre y hermana, con sus mejillas ligeramente coloradas, sus brazos alrededor de la mascota de su hermana quien estaba inquieto desde la entrada de la chica.

La mirada de la princesa se ilumina al ver a su hermano menor.

-- ¡Haveron!

Jaider dejo que ambos hijos de su segunda concubina tuvieran su propio reencuentro, Venus tomó las mejillas del menor, admirándolo como su más divino tesoro.

-- Mi Haveron, mi hermanito, mira cómo has crecido, igual a madre.

El nombrado ríe con un poco de vergüenza.

-- Eso debería decírtelo a ti, hermana mayor -- dice a la vez que el cachorro le muerde el brazo -- ¡Gh! Parece que hay alguien más que quiere tu atención.

Haveron le entrega el animalito a su hermana, recibiendo gustosa las lamidas en el rostro.

-- ¡Javi! ¡Veo que me has extrañado mucho!

A lo lejos, los otros hijos del Emperador observaban la escena de sus medios hermanos, en el fondo sintiendo celos de la brillantez que desbordaba su hermano por estar tan cerca de su hermana mayor. Ellos también querían sentirse así.

-- ¡Ariana de Secramise, segunda princesa de Arbezela, ha llegado!

Las grandes puertas se abrieron, dejando pasar la curvilínea figura de la hija única de la Emperatriz, luciendo despampanante con ese vestido blanco que resaltaba su apariencia.

-- Su Majestad, el sol Radiante del Gran Imperio de Arbezela -- la princesa miraba únicamente a su padre -- Acepté mis felicitaciones, escuché que el ejército real ganó hace poco una batalla importante en la Guerra. Ahora tiene que cuidar de más ciudadanos, padre.

Por un momento los príncipes estuvieron a la espera de que Ariana saludara a Venus, quien también acababa de regresar de la Guerra, sin embargo, el saludo nunca llega, la princesa albina seguía a la espera de la respuesta de su padre.

-- Ariana... ¿Por qué ignoras a tu hermana mayor de esta manera?

De pronto la segunda princesa sintió un gran peso sobre ella, la mirada molesta del emperador la hizo agacharse.

-- Tu querida hermana mayor acaba de regresar de la Guerra igual que yo, ¿No deberías saludarla y celebrar que haya regresado con bien?

Por un momento, solo pudo morder su labio, recordando la realidad de ambas princesas.

-- Espere padre, por favor no sea duro con mi querida hermana menor -- suplica la mayor -- ella solo estaba muy emocionada por verlo de nuevo, no lo hizo con mala intención.

-- Aprecio que quieras defender a tu hermana, mi amada niña -- el Emperador acaricia una de las manos de la princesa -- pero sigue siendo una falta de respeto hacia ti, eso no lo puedo tolerar.

-- Pero...

-- Padre tiene razón, Venus, lo siento.

Ariana sabía que si su padre estaba de ese modo lo mejor era terminar de una vez antes de que se enojara más.

-- Yo, Ariana de Secramise, hija única de la Emperatriz, madre de Arbezela, saludo a mi hermana mayor, Venus de Secramise, el hermoso amanecer del Imperio y bien amada de nuestro Dios Fundador. Acepte también mis felicitaciones por sus logros obtenidos en la última batalla, pero, sobre todo, me alegra verla sana y salva.

En el fondo, a pesar de aquel saludo formal que en un principio pudo haberse escuchado sincero, estaba lleno de hipocresía, pues Ariana cayo en cuenta de la realidad al ver a su hermana junto a sus demás hermanos y su padre vestidos con el traje militar imperial, ella estaba fuera de lugar con su hermoso vestido.

-- ¿Por qué... porque siempre termino opacada?

Era bien sabido que el Emperador Jaider consentía a su hija con todos los lujos posibles, entre ellos eran los palacios hechos solo para ella, para, según él, expresar el inmenso amor que siente por su pequeña.

En uno de esos palacios, el favorito de la Princesa, el cual le puso como nombre ''Perséfone'', se encontraban dos varones bastante apuestos, esperando en una de las grandes salas.

-- Ah~ -- suelta un largo y tedioso suspiro -- ¿Cuándo llegara la princesa? La extraño mucho.

Desde el otro lado de la sala, recibe una mirada inquisitoria por parte del segundo invitado.

-- ¿La extrañas? Estuviste pegado a ella todo el viaje -- refunfuña acomodando un mechón de su cabello oscuro.

El primero suspira molesto por su compañero amargado, era tan aburrido como el cabello negro que tenía, en cambio él poseía una hermosa cabellera rosada del cual siempre estaba orgulloso.

-- ¿Celoso mi antipático amigo? -- se burla con una sonrisita victoriosa -- Estar al lado de la princesa es una gran bendición...

-- Estuviste a su lado y al del Emperador por ser un prisionero, no quieras engañarte -- le corta con una gran frialdad.

Los colores se le suben al rostro ante ese pequeño detalle.

-- ¡Eric!

-- Duque Reinhart sería más adecuado, príncipe Caspian.

La tensión se podía sentir, casi se podía ver como de la mirada de ambos salían chispas amenazantes. Incluso las sirvientas que en un momento quisieron espiar a tales especímenes de hombres, salieron despavoridas.

-- Cuidado con cómo me hablas, maldito mago de cuarta -- gruñe entre dientes.

-- Lo mismo aplicaría en su caso... príncipe traidor.

El mana de ambos hombres estaban saliendo de sus poros, como una amenaza directa a su contrario.

-- ¿Qué sucede aquí?

Aunque esa aura se desvaneció apenas esa voz llegó a sus oídos como la más dulce melodía, en especial en los del príncipe que ya estaba mirando hacia la puerta con un rostro enamorado.

-- ¡Princesa Venus!

La figura esbelta de la joven se deja ver al pasar por la gran puerta, teniendo entre sus brazos a un cachorro de león y a su lado a un chico con rasgos parecidos a los de ella.

-- ¿Han estado peleando? -- adivina al verlos a los dos de pie -- Creí haberles dicho que debían aprender a tolerarse.

Eric frunció un poco el ceño, no por el regaño dado por la princesa, sino por la acción descarada del príncipe de admirarla muy fijamente, ignorando por completo la cuarta presencia humana en la habitación.

-- Saludos al segundo príncipe de Arbezela -- el de hebras negras hace una reverencia -- Haveron de Secramise, soy Eric Reinhart, un gusto.

Algo pareció reaccionar en la mente del otro varon que se dio cuenta tarde del otro miembro de la realeza.

-- ¿Segundo príncipe de Arbezela? ¿La princesa tenía hermanos? Bueno... se parecen mucho.

-- ¿No va a saludar príncipe Caspian? -- el duque desde su sitio lo miraba con burla -- Estas frente al hermano menor de la princesa Venus, muestre algo de respeto.

Tragando la bilis acumulada por el deje de humillación que lo estaba haciendo pasar el duque, hace una reverencia practicada de sus clases de etiqueta.

-- Saludos al príncipe Haveron de Secramise, lo saluda Caspian Vangler, tercer príncipe del Reino Orian.

Una pequeña alarma apareció en su cabeza cuando ese chico de cabello rosa se presentó como príncipe de Orian.

¿No se supone que hasta hace unos minutos estaban celebrando su victoria hacia ese reino? ¿Por qué un príncipe de Orian estaba en el palacio favorito de su hermana?

-- Venus...

Su hermana ya estaba con la mirada fija en su persona, suspirando.

-- Haveron, confía en mí, ¿Está bien?

El pedido de su hermana por alguna razón sonaba más pesado que veces anteriores, pero aun así no tardó en darle su afirmativa y retirarse.

POV Venus de Secramise

Sabía que tener a Eric y Caspian en una misma habitación era una mala idea desde el inicio, pero realmente no pensé que pelearían tan rápido, estoy segura de que si hubiera llegado tan solo unos más tarde ambos hubieran sacado sus armas, dispuestos a degollarse el uno al otro.

-- Eric, Caspian, sé que tienen personalidades que chocan constantemente entre sí -- les digo mientras los veo fulminándose con la mirada -- aun así, espero un poco de madurez de parte de ambos para que no causen problemas dentro de mi palacio.

Lo que menos necesito es que mi padre comience a escuchar de que el príncipe este causando problemas dentro de Arbezela, pondría en duda mi sentido de responsabilidad, ya que le prometí que me haría cargo de él.

-- Créame Princesa Venus, que lo menos deseo es perjudicarla de alguna manera, usted sabe mi admiración y respeto hacia su persona.

-- Hago las palabras del Duque mías su Alteza, la única razón por el que he venido a este territorio extranjero es por usted y nada más que usted.

Eric y Caspian se arrodillaron frente a mí, mirándome con verdadero arrepentimiento, no estoy enojada con ellos, pero no está de más que aprendan a tolerarse el uno a otro por el bien común.

Siento como mis manos son tomadas, para luego ser besadas por cada uno, tenía a Eric besando mi mano izquierda y Caspian la derecha. Un sentimiento de victoria fruye dentro de mí al verlos

Lo sé muy bien, me admiran, me respeta, me aman... me desean.

Y espera que eso continúe, incluso si conocen a Ariana y sus deseos lujurioso, espero que sigan amándome con esta misma fuerza.

Ustedes dos se volvieron mis primeras joyas, mi Onix y mi Rubelita, no estoy dispuesta a perderlos por nada del mundo.

[...] Tiempo después.

Tratar con los dos al mismo tiempo es demasiado agotador, en especial Caspian que es el más abierto en pedir mi atención, en realidad es muy adorable porque parece un cachorrito, pero al ser demasiado pegajoso, Javi se pone celoso y casi lo muerde hace un momento.

-- Su alteza, su baño está listo -- la voz de Vivi está a mis espaldas.

-- Iré enseguida -- estoy tan agotada que ni siquiera sentí su presencia.

Debo esforzarme más en no tener la guardia baja en ningún momento, menos ahora que me di cuenta que ya se empezaron a mover.

Bavilo y Kamal se mostrando menos accesibles de lo que recordaba, incluso se alejaron apenas me saludaron, como si temieran de ser observados.

Ariana también ha cambiado, no es la misma niña que se despidió de mi cuando fui a la Guerra, incluso podía sentir sus celos en mi nuca cuando estaba hablando con los nobles.

Esa rosa podrida ya ha empezado con su plan y está contaminando los oídos de mis hermanos, al igual que Ariana que estoy segura que en este tiempo que no estuve a su lado, comenzó a ser demasiado caprichosa, más aún cuando Roserice solo sabe malcriarla.

Pero no tengo miedo, sabía que esto pasaría, la lucha por el trono era más que obvio luego de la muerte de mi hermano mayor.

Benela quiere poner a Bavilo en el trono y Roserice quiere poner a Ariana... mi madre y Haveron no tienen deseos de involucrarse y por eso mismo en este momento son los más vulnerables a sufrir algún ataque por parte de cualquier lado.

Tengo que protegerlos y gracias al amor de padre por mí es que encontré la mejor manera de hacerlo.

Mi propia Guardia Real.

Como miembros de la familia Imperial, mis hermanos y yo tenemos guardias que velan por nuestra seguridad, pero logré convencer a mi padre que luego de haber participado en la Guerra, mi vida junto a la de mi madre y hermano corrían peligro.

Gracias a eso puedo tener al hombre que desee y agregarlo a mi guardia personal.

Lo único que pidió mi padre es que no sean unos inútiles en su deber como guardia y consejero.

Él no lo sabe, pero ya los tengo elegidos a todos. Y todo se lo debo a mi querida hermana menor, que, a pesar de todo, tiene buen gusto escogiendo hombres.

-- Vivi.

-- ¿Si princesa?

-- Necesito una audiencia con mi padre, tú y Lili arréglenme como siempre lo hacen.

Unos brillitos salen de los ojos de ambas damas de compañía.

-- ¡Si majestad!

No tengo miedo en terminar en la mira de ambas, después de todo yo ya me había adelantado, entre mis hermanos, yo soy la más apta para tener esa corona en mi cabeza y las responsabilidades que conllevan.

-- Su Majestad Imperial, Emperatriz Venus de Secramise... -- una sonrisa se escapa de mis labios -- no suena nada mal.

Que el Juego de Tronos de comienzo.

Oficialmente arrancamos con la princesa Venus en su camino para llegar al Trono de Arbezela.

Hola a todos a los nuevos que pasan por una de mis historias, mucho gusto, soy Nozomi, pero pueden llamarme como gusten, como siempre para empezar vengo con las preguntas.

¿Qué tal les parece la historia?

¿Alguna teoría desde aquí?

¿Qué piensan de Venus?

¿Qué papel tendrán Eric y Caspian alrededor de la historia?

¿Como sera la relación que tendrá con sus hermanos a partir de ahora? ¿Buena, mala o neutra?

Bueno, eso sería todo, espero de todo corazón sus respuestas y comentarios en si de la historia que es mi impulsivo para sacar más capítulos.

Soy Nozomi y nos vemos en otro capitulo o en otra historia.

Bye~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top