IV | LOS MUERTOS ✔︎

𝗩𝗘𝗡𝗨𝗦
𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 4

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     EL VIENTO ERA FUERTE. Arrojó los granos de arena al aire, muchos de ellos se metieron en los ojos de Venus.

     Era un desierto, por completo. En todos los años que Venus había vivido en el recinto de CRUEL, nunca había salido al exterior, y nunca había visto nada del exterior.

      Por lo tanto, no tenía ni idea de qué esperar.

     El movimiento del viento recorría sus oídos, pero por encima de él se oían las sirenas y el sonido de las motos, y algún que otro destello de luz se extendía por el terreno desierto, proveniente de los guardias de CRUEL, que la buscaban a ella y a los demás fugados.

—¡Agáchense, agáchense!—Thomas ordenó, cada uno de sus amigos, así como Venus siguieron su instrucción, asegurándose de no ser vistos ya que eso arruinaría todo lo que han pasado para escapar.

     Teresa fue la que lideró, Thomas le indicó que se mantuviera unida mientras el grupo se agrupaba detrás de ella. Venus hizo todo lo posible por mantener el ritmo, no acostumbrada a estas circunstancias extremas.

     Bajando la colina, el grupo se amontonó detrás de Teresa, mientras ella se paraba frente a una ventana rota, parecía ser algún tipo de edificio, un centro comercial tal vez, casi inundado de arena, y cuando Teresa fue la primera en entrar, el grupo se amontonó detrás de ella, Venus cuidó de no caerse mientras bajaba la colina, dando un suspiro de alivio cuando finalmente llegó a un terreno más nivelado.

     La oscuridad también la asustó, ya que el grupo se amontonaba detrás de ella. Además, la oscuridad la asustaba, y se sintió más que aliviada cuando Minho sacó una linterna de la bolsa que le había robado a un guardia de CRUEL.

—¿Qué es este lugar?—preguntó Minho , apuntando lentamente la linterna alrededor de la zona,—Hay que irnos—.Thomas habló, quedándose sin aliento, ya que empezó a moverse, pero pronto se detuvo cuando Teresa le ordenó que se detuviera.

—Dime qué fue lo que ocurrio—.

     Thomas se acercó a la chica, bajando la voz mientras hablaba,—Es CRUEL. CRUEL nos engaño, jamás escapamos. Vimos algunos cuerpos, eran demasiados—.

—¿De qué hablas? ¿Cadáveres?—

—No, pero no estaban vivos. Estaban colgados, llenos de tubos, los estaban drenando—.Thomas no hacía contacto visual con nadie mientras hablaba, y Venus se dio cuenta de que, hasta ahora, era una de las afortunadas, no la habían enviado al laberinto para completar las pruebas, vivía dentro de CRUEL sin miedos.

—CRUEL quiere algo que tenemos dentro, tal vez en la sangre. Tenemos que alejarnos lo más posible—.

—¿Por qué confiamos en ella entonces? Es una de ellos—.Minho habló, mirando directamente a Venus mientras la chica apretaba la mandíbula.

—No soy una de ellos, lo fui, pero ya no lo soy, ¿por qué crees que te ayudé?—Venus habló con severidad, acercándose ligeramente a Minho mientras sus ojos se clavaban en los de él.

—No me importa lo que digas, no confío en ti—.Antes de que Venus pudiera contraatacar, Thomas habló:—CRUEL también la busca. No digo que debamos confiar en ella, pero nos ayudó a escapar—.Los ojos de Thomas permanecieron en la chica de pelo rubio mientras hablaba, algo en sus ojos le parecía familiar, pero no podía ubicarlo.

—Sólo tenemos que vigilarla—.El chico de pelo rubio revuelto habló,—¿cuál es el plan?—Inquirió, Thomas parecía sorprendido por la pregunta ya que permaneció en silencio durante varios segundos.

—Tienes un plan, ¿verdad?—

—Sí, eh...—Thomas se quedó sin palabras. Todo sucedió en el calor del momento, y Venus sabía que no había tiempo para pensar las cosas.

—Bueno, te hemos seguido hasta aquí, Thomas, y ahora dices que no tienes idea de adónde ir ni de qué hacer—.El chico de pelo rubio parecía enojarse con cada segundo que pasaba.

     Venus deseaba que se le ocurriera un plan, pero todo lo que se le ocurría, sabía que no funcionaría.

—Esperen—,Ares llamó la atención,—Oí que Janson dijo algo sobre personas ocultas en las montañas, una especie de resistencia o ejército—.

—El brazo derecho—.Thomas asintió. El nombre le sonaba a Venus, pero no podía ubicarlo.

—Si realmente están en contra de CRUEL tal vez nos apoyen—.

—Personas. En las montañas, ¿ese es tu plan?—El chico de pelo rubio aún no parecía ceder —es nuestra única oportunidad—.

—Eh, chicos—,la tensión se disipó entre Thomas y el chico rubio mientras los ojos de Venus se dirigían a otro miembro del grupo que se agachaba a un par de metros,—Oigan, miren esto. Ilumina Minho—.Minho se apresuró a pasar la linterna en la dirección señalada, Venus entrecerró los ojos mientras una sensación de inquietud la invadía.

     En la arena había pisadas dispersas, huellas humanas, y Venus sólo podía esperar que no quisieran hacer daño.

—Alguien estuvo aquí—.

     Sin dudarlo, Thomas y Minho se adelantaron, Venus los siguió de cerca cuando llegaron a una habitación, con varios objetos dispersos, llenos de polvo.

     Al notar una linterna sobre una de las mesas, Venus tomó el objeto, agradeciendo a Dios cuando funcionó.

—Llevemos algo de esto, todo lo que creen necesitar. Nos separaremos, para ver que más hay, nos veremos aquí—.

     Venus vio como Thomas y Minho salían de la habitación, en cuanto a ella, se quedó quieta, observando la zona cuando se encontró con un estante de ropa.

     La mayoría de las prendas estaban rotas y estropeadas, sin embargo, no dudó en tomar las botas de combate y la camiseta negra de tirantes, buscando una zona apartada para cambiarse.

     Venus también tomó una mochila polvorienta, llenándola con otra camisa y un trozo de vidrio, en caso de que la vida se viera amenazada.

     Casi saltando cuando una luz repentina llenó la zona, los ojos de Venus escudriñaron las polvorientas bombillas. Alguien debía haber encendido la electricidad.

     Echándose la mochila al hombro, se dirigió hacia el resto del grupo que estaba fuera de la habitación,—¿qué pasa?—.Preguntó, Teresa se encogió de hombros ante la pregunta.

     Al escuchar un alboroto en el extremo derecho del edificio, Venus ajustó sus ojos al ver a Minho y a Thomas doblando la esquina del edificio.

      Pero no estaban solos.

     Detrás de ellos había varias criaturas de aspecto inhumano, y cuando los gritos de Thomas y Minho rodearon la zona, Venus supo que estaban en peligro.

—Tenemos que irnos, tenemos que irnos—.Habló, pareciendo ser la única que registraba el suceso mientras arrastraba a Sarten y a Teresa por el brazo, para que finalmente se dieran cuenta de lo que estaba pasando.

     Para cuando empezaron a correr lejos de los monstruosos seres, Thomas y Minho los habían alcanzado.

     Venus corrió tan rápido como pudo, aún con las piernas ardiendo y los pulmones pidiendo oxígeno.

—¿Qué son esas cosas?—

—No lo sé, ¡sigue corriendo!—le ordenó Thomas. Y eso fue exactamente lo que hizo Venus.

     Corrieron por unas escaleras eléctricas, los sonidos asquerosos de las criaturas solo a unos metros detrás de ellos.

     Venus se esforzó por seguir el ritmo del grupo, corriendo lo más rápido que podía, sólo concentrándose en salir de este lugar.

     Cuando se escuchó el sonido de una ventana rompiéndose, Venus dejó escapar un fuerte grito cuando fue derribada por una horrible criatura. La cosa se cernió sobre ella, a unos centímetros de su cara mientras miraba sus ojos sin vida, las venas que salían de su piel -Venus podía decir que quería algo para clavarle los dientes.

     Venus se esforzó por apartar a la cosa de ella y, con un movimiento repentino, el Crank se apartó de ella, Thomas pateó la cosa a través de la barrera de una ventana mientras caía varios pisos.

     Rápidamente ayudó a Venus a ponerse en pie,—¿Estás bien?—.Intentando aún formar palabras, el shock se había apoderado de ella, sólo asintió mientras Thomas la empujaba suavemente delante de él.

     El grupo entró en un pasillo estrecho, Thomas y Venus al frente mientras intentaban abrir cada puerta, esperando que se abriera.

     Los sonidos de los muertos vivientes los seguían de cerca, lo que ponía aún más nerviosa a Venus.

     Cuando finalmente llegaron a un conjunto de puertas dobles, con sólo una cerradura que les prohibía entrar, Thomas y Minho actuaron rápidamente mientras pateaban la puerta, tratando de abrirla mientras un miembro de su grupo mantenía a raya a los Cranks disparándoles con el arma que debía haber agarrado en el complejo CRUEL.

     Sarten había sido el que empujó la puerta, el grupo pasó a través de la abertura, excepto uno.

     Venus no sabía su nombre, pero cuando fue abordado por un Crank y tirado hacia atrás, fue la primera en agarrarlo por el brazo, usando toda su fuerza para soltarlo del fuerte agarre de las criaturas.

     El resto se apresuró a ayudar a Venus, consiguiendo finalmente que el chico se soltara de las garras de las criaturas con aspecto de zombi.

—¡Vamos, vamos, vamos!—gritó Thomas, empujando su peso contra la puerta mientras los Cranks intentaban abrirse paso.

     Venus observó con horror, sólo esperando que Thomas estuviera a salvo mientras seguía su orden, alejándose a toda velocidad de los Cranks.

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