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─────̥⤷📓꒦꒷🩸°•
Spencer llevó una mano a su barbilla mientras escuchaba a sus compañeros hablar y es que todos estaban haciendo caso al pequeño presentimiento que tiene el genio sobre Harper, sin embargo, el pensar aquello le hacía sentir realmente mal por que ella no era una mala persona, al menos no la recordaba como una.
—Spencer, ¿ocurre algo? —preguntó Hotch.
—Realmente quiero estar equivocado —confeso, pasando sus manos por su rostro y soltando un suspiró pesado—. Recuerdo a Harper y ella no es una mala persona —dijo con voz queda—. Me refiero a que... era amable con todos, alumnos, profesores, gente de intendencia, ella tiene carisma —murmuró.
—Los asesinos seriales no se ven terroríficos, Spencer, lo sabes —hablo Derek.
—Lo sé, lo sé —le interrumpió antes de que continuará—. Pero, ¿qué venga de ella? No lo sé —musitó.
—Bueno lo averiguaremos en un momento —recordó JJ—. Deberíamos irnos a la escuela, se hará tarde —informó.
—JJ tiene razón —señalo Hotch—. Será mejor irnos, ¿conseguiste el acceso a las cámaras? —preguntó a Penélope.
—Sí, mi señor —respondió inclinando su cabeza de manera dramática.
—Andando entonces.
Spencer tomó su maletín, sin embargo, espero a que todos salieran primero y no se sorprendió de ver como Rossi lo esperaba.
—Venga —le hablo el mayor—, se que algo sucede, Spencer —dijo con tranquilidad.
—Suceden muchas cosas —murmuró, mientras Rossi le tomaba su hombro para caminar a su lado.
—Más allá de lo obvio —aclaro con una mueca—. Harper, ¿ella te gustaba? —curioseo sin poder evitarlo.
Spencer inclinó su cabeza algo apenado, la respuesta era demasiada obvia y eso le ponía nervioso.
—Ella... en una ocasión, cuando unos niños me sujetaron a un poste y... —negó con su cabeza e hizo sonar su garganta—. Harper me ayudó —murmuró—. Ella y su mamá pasaron por mi para llevarme a casa —dijo en voz muy baja.
—¿Por qué lo susurras? —indagó Rossi.
—Prometí no decirlo a nadie. Por su bien —aclaró—. Si ellos se hubiesen enterado, también la hubieran molestado —concluyó.
—Harper luce como una buena persona —confesó Rossi—. Sin embargo, también cumple con el perfil que tenemos —añadió Rossi—, y aunque eso no nos agrade, tenemos que tomarlo en cuenta.
—Lo sé —susurró.
Al salir de la estación de policías, Rossi y Spencer se subieron a la camioneta donde Alex y Penélope les esperaban.
—¿Todo bien? —preguntó Alex girando su cabeza para ver a Spencer, quien subió al asiento trasero.
—Sí, todo bien —le dedicó una pequeña sonrisa a su amiga y compañeras para mirar a Penélope, quien tiene su laptop en sus piernas—. ¿Qué haces? —curioseo.
—Oh, estoy rastreando a tus compañeros —dijo con tranquilidad—. Ava, John, Tori, Bailey y Harper ya están en la escuela —informó—. Drake va saliendo de su casa, Mason se encuentra en el centro, Iris esta por llegar y Ezra va saliendo del Caesar Palace —alzó sus ojos viendo a Spencer—. Interesante —canturreó para comenzar a teclear—. Oh super interesante —agregó con emoción.
—¿Qué es interesante? —preguntó Rossi viendo por el retrovisor a Penélope.
—Ezra es un artista Drag, no se ustedes pero el no suena como el asesino —dijo con una sonrisa—. Suena como mi nuevo amigo —susurró sacando su lengua y tecleando con emoción—. Míralo, adoro esas zapatillas —mostró a Spencer con emoción, quien la miró un tanto divertida—. Cierto, seriedad. Sí, seriedad —repitió en voz baja y negando con su cabeza.
Para Spencer, volver a ver la escuela secundaría pública en donde había terminado sus estudios de media superior había sido como sentir un torbellino de emociones en la boca de su estomago y es que realmente había pasado muy malos momentos ahí.
En realidad, creyó que nunca más volvería a ese lugar, pero ahí estaba con sus amigos y compañeros de trabajo, entrando por las puertas color azul, mientras veía los lockers en los que muchas veces choco a causa de sus acosadores escolares.
Alex le dedico una pequeña sonrisa de apoyo, la doctora estaba consciente de que para Spencer todo eso estaba siendo realmente incomodo, sin embargo, ese lugar era significativo para el UnSub, ya que prácticamente, todo inició ahí.
Antes de ingresar al gimnasio, entraron a un aula vacía.
—Spencer, solo Mason y Harper saben que eres uno de nosotros —informó Hotch—. Así que tu decides si quieres entrar con nosotros o por separado.
Sin pensarlo dos veces, respondió—: Con ustedes, entro con ustedes.
—Bien —afirmó Hotch—. Recuérdenlo, el UnSub puede estar ahí adentro —señalo—. Manténganse alerta a las reacciones, ¿entendido? —todos afirmaron a lo dicho por Hotch y sin más que agregar, salieron del aula para ingresar al gimnasio.
Había tres hileras donde diez sillas habían sido colocadas, de las cuales, siete ya se encontraban ocupadas por hombres y mujeres que se miraban impresionadas ante su reencuentro, algunos charlando con regularidad y otros lanzándose pequeñas miradas de envidia.
Pero absolutamente todos giraron sus cabezas al ver como el FBI entraba al gimnasio y se ponía frente a ellos, sin embargo, fue mayor la sorpresa de todos al ver a Spencer entre ellos.
—¿Mini Spencie? —preguntó asombrado un hombre de piel negra que viste un traje azulado con una corbata esmeralda—. Oh, mira nada más, ya no eres mini —agregó.
Harper rodó los ojos al escuchar aquello, pero la chica a su lado también le imito.
—Si, y para ti es Doctor Reid —le dijo con rudeza Derek, mientras lleva una mano a su cadera, justo donde su arma se encuentra.
Por la puerta ingreso Mason con su uniforme de policía, quien se disculpo con una pequeña sonrisa para tomar asiento al lado de Harper.
—Bien, creo que están todos aquí —notifico Hotch.
—Genial, ahora nos pueden decir lo que esta sucediendo de verdad —pidió John cruzando sus brazos.
—Claro, te lo diremos, John —respondió Derek con notoria desesperación—. Lo que ocurre es que cuatro de sus ex compañeros de clase han muerto y todo apunta a que alguno de ustedes será el siguiente. ¿Te sigue interesando saber por que los llamamos? —le cuestionó ladeando la cabeza—. ¿O prefieres irte a continuar engañando a tu esposa?
—Morgan —masculló Hotch.
Hubo un silenció en el gimnasio. John abrió y cerro su boca un par de veces intentando formular alguna palabra, sin embargo, no logró decir nada.
—Disculpa, ¿dijiste que cinco de nuestros ex compañeros han muerto? —habló con educación y algo de preocupación una mujer de rostro redondo, cabello corto y piel muy blanca.
—Bailey, ¿cierto? —le dijo Hotch, a lo que ella asintió con su cabeza—. Hace dos semanas sucedió el primer asesinato sucedió en Los Ángeles, su ex compañero Noah fue la primera victima.
Hubo un silencio en el gimnasio, la mirada de los agentes del FBI se encontraba lista para captar alguna reacción fuera de lugar, pero todos mostraban asombro, preocupación y algo de miedo.
—Kendall residía en San Diego y fue encontrado a las afueras de la ciudad —dijo esta vez Derek, cruzándose de brazos y fulminado a Drake, el hombre que parecía mostrar indiferencia, aunque Derek podía ver sus manos temblar—. A Mónica la secuestraron en Phoenix y la encontraron doce horas después en un basurero.
Harper inclino su cabeza, mientras cubre su rostro con sus manos, a su lado, Mason le tomó del hombro en señal de apoyo, mientras que Ava limpiaba lágrimas que salen de sus ojos.
Ellos les estaban explicando como habían asesinado a su ex compañeros de clase, una noticia que no era fácil de dirigir y estaba preocupando a todos.
—Por último, Fabian fue encontrado en Idaho Falls, al parecer estaba...
—De vacaciones —terminó con voz entrecortada Ezra, ganándose miradas por parte de todos en la sala—. Era mi novio —aclaró a los agentes del FBI—. No hubo un informe por que la policía no entendía la causa de su asesinato.
Sollozo llevando sus manos a su boca, mientras tiene sus ojos cerrados con fuerza. Penélope se encargo de tomar uno de los kleenex y sin poder evitarlo, camino hasta él para entregarle el pañuelo desechable.
Hubo un momento de silencio, cuando John habló—: Entonces es por eso que están aquí —les dijo apoyando sus manos en sus rodillas—. ¿Un psicópata está matando a nuestros viejos amigos?
—No solo un psicópata cualquiera, John —respondió David dando un paso al frente, para ver a cada uno de los presentes en el gimnasio—. Ya que uno de ustedes es el asesino.
Realmente el equipo del FBI estaba esperando que tras escuchar aquellas palabras, al menos uno de ellos actuará de manera nerviosa y procurara encorvarse, para así dar con el asesino, pero eso no iba a pasar.
Era narcisista, listo, tenía un gran complejo de Dios y no se mostraría débil ante la presencia de los agentes.
Tuvieron que ahogar sus exclamaciones, se miraron a los unos a los otros mientras se enderezaban sin poder creer aquella noticia. ¿Cómo es que uno de ellos esta asesinando de la manera más cruel y fría posible?
—¿El asesino está aquí? —susurró Tori, mirando a sus compañeros.
—O la asesina, sí —afirmó JJ cruzándose de brazos.
—Pues hagan algo, métanlas en una celda, o algo —señalo John, ganándose miradas por parte de las cinco mujeres.
—No es tan fácil como crees, John —le aclaró Blake, mientras miraba las reacciones del hombre—. No podemos solo arrestarlas y ya —le hizo saber con calma—. Pero por algo estamos aquí, ¿no es así?
Se miraron entre sí, Spencer pestañeo un par de veces viendo a sus antiguos compañeros e hizo un par de muecas algo incomodo, esto debido a que Drake y John lo miraban fijamente.
—¿Y él que? —señalo Drake.
—¿Tienes un problema con él? —le cuestiono Derek—. Por que si es así, entonces estas teniendo un problema conmigo —dijo de manera tajante.
—Spencer está dentro de esta investigación y él al igual que ustedes corre un riesgo puesto que solo han estado atacando a ex-alumnos de la clase de química avanzada.
—No pondrán protección, ¿cierto? —preguntó Iris hablando por primera vez—. Algunos tenemos familia, tengo a una bebé de dos años y... ¿Podremos salir a trabajar? ¿Cómo estaremos a salvo? —les cuestiono algo desesperada.
—A todos y cada uno se les asignará un policía —respondió Hotch—. Les escoltaran en el camino a su casa, los esperaran fuera de sus trabajos y estarán siendo vigilados las 24 horas del día.
—Van a dar con esta persona, ¿cierto? —susurró Harper.
—Tienen que hacerlo —ordenó Drake—. No podemos vivir con el maldito miedo a hacer asesinados.
—Vamos a dar con el UnSub, lo haremos —aseguró JJ—. Pero también pediremos que pongan de su parte —pidió mirando de reojo a Spencer, quien dejo de ver a sus compañeros para ver a la puerta del gimnasio—. Hay un motivo por el cual les están asesinando.
—Ah, o sea que ahora existen motivos para morir...
—Para esta persona, los hay —aclaró Rossi—. Tiene un gran odio y complejo de Dios y decidió descargar su irá con sus antiguos compañeros que ya han muerto y puede volverlo a hacer.
—Así que cierra la boca y escucha —ordenó Derek bastante irritado de Drake.
—Cuando ustedes estudiaban podían ser de los mejores alumnos en la secundaria, sin embargo, su comportamiento no era el mejor.
Drake y John fueron los primeros en compartir miradas, cosa que no paso de alta por parte de los agentes.
—Eran agresores y eso les divertía —continuó Blake—. Bueno, al parecer nuestro UnSub quiere vengarse de todo lo que hicieron y el daño que causaron mientras eran adolescente...
—Pero... éramos adolescentes —musitó Ava—. Éramos estúpidos, no estabamos conscientes de lo que hacíamos.
—Eso no le importa al UnSub —hablo por fin Spencer, provocando un silencio en el gimnasio, mientras las miradas de sus ex-compañeros se posaban en él. Parpadeo un par de veces y relamió sus labios antes de continuar—. Somos adultos ahora, algunos de ustedes tienen hijos y ya están formando sus familias, ¿no? Bueno, intentemos pensar de la misma forma del UnSub: tienes un hijo, al cual amas e intentas que sea feliz, pero... vive rodeado de personas que le molestan por el simple hecho de ser... diferente —murmuró ladeando una mueca—. Entonces, se pondrá a pensar en su adolescencia, en que quizá fue una mala persona, o que quizá no hizo lo suficiente para defender a quienes debían ser defendidos y ahora, su hijo o hija, esta sufriendo lo mismo...
—¿Y por qué nosotros? ¿Por que no los padres de los niños? —interrogo John.
—Por que no lo ve así. Está recordando todo lo que vivió en la escuela y como no pudo hacer nada para ayudar, como incluso fue de las personas que molestaban y agredían sin importar el daño que causaran. Ahora, está claro que se arrepiente y todo lo que está haciendo lo hace como venganza. Quiere que las personas conozcan lo que hace —susurró.
Spencer observo a Hotch que achino sus ojos y JJ carraspeo.
—Claro, quiere que todos sepan que las víctimas fueron personas malas durante su juventud, para que entonces vean que hizo un bien a la sociedad...
—¡Pero cambiamos! —exclamó Ezra—. ¿¡Que mierda dicen!? —preguntó parándose—. ¿Ustedes creen que no sufrí de agresiones? ¡Soy un artista drag! Me molestan todo el maldito tiempo, mi novio ha fallecido y ahora una maldita psicópata de mierda, ¿¡cree que pueda intentar arruinar nuestras vidas después de casi veinte años?!
—Ezra —intentó llamarle Iris.
Sin embargo, Ezra salió del gimnasio cerrando dejando que la puerta se cerrará de golpe. Rossi rasco su frente para ver a Hotch.
—Sabemos que han cambiado... algunos —aclaró viendo a Drake y John—. Pero... ¿han intentando disculparse?
John río amargamente—. Sí, necesito una lista para eso.
—La tengo —dijo con voz aguda Penélope, agitando una hoja de color rosa—. La imprimí para ti y para Drake —aclaró sonriendo—. Son cincuenta nombres de las chicas y chicos que molestaron en sus momentos de secundaria, puse sus números de celular para que se disculpen directamente con ellos.
Spencer miro con una pequeña sonrisa a su amiga que con sus grandes zapatillas caminando hasta los hombres, que lucían un poco indignados ante aquello.
—Y tenemos que disculparnos —preguntó Drake.
—De preferencia, sí —respondió JJ achinando su ojos.
Claro que no tenían que hacerlo, pero sería divertido saber que le llamaron a cincuenta personas para pedirles perdón por sus agresiones.
—No viene el teléfono de Spencer —notifico Drake fulminando al hombre.
—No hay necesidad, lo tienes frente a ti —le hizo saber Blake.
El silencio regresó al gimnasio, Mason observo con un sonrisa burlona a Drake y John, tuvo que toser dos veces para no ponerse a reír en ese momento; por otra parte, Ava y Harper continúan cabizbajas, mientras que Iris, Bailey y Tori esperan el momento en el que si disculpen.
—Sí claro, anótalo en mi tumba —murmuró John arrugando la hoja mientras se paraba de su silla.
—Creo que no es momento de bromear con eso —le recordó Mason con asombro.
—Mi abogado sabe donde me encuentro —dijo en su camino a la salida—. Si algo me pasa en mi camino a casa, o a mi hija, les pondrá una demanda a todos ustedes.
Hotch rodó los ojos y no le importo ocultarlo.
Drake fue el segundo en pararse, sin embargo, el doblo la hoja y la guardo en su saco—. Gran charla, espero que encuentren a la asesina —miró a sus ex-compañeras de arriba a abajo y antes de salir observo a Spencer.
Abrió su boca para decir algo, pero nada salió de esta ya que volvió a cerrarla y salió del gimnasio.
—Pues yo no quiero morir —murmuró Mason—. Así que perdón por haber sido una mierda a los catorce años —mostró una sonrisa incomoda—. Y perdón por cortarte el cabello Bailey...
—¿Fuiste tú? —preguntó sorprendida y algo confundida.
—Eh, sí, je.
—Como sea, disculpa acepta, supongo —murmuró—. Perdón por... existir, ¿creo? —resopló cruzando su pierna y observo a Spencer con una sonrisa ladina—. Me da gusto ver que estás en el FBI Spencer, perdón por todo.
Spencer ladeo una mueca y asintió con su cabeza.
—Perdón Spencer, solo me deje llevar por la estupidez adolescente —dijo esta vez Iris rodando los ojos—. Y... por favor, solo, mientras aseguren protección a mi familia —suplicó a los agentes.
—La tendrán, descuida.
—Perdón Spencer —murmuró Tori moviendo su pierna con nerviosísimo—. Creo que de los que quedamos fui de las personas que peor te trato —recordó con amargura, sus ojos se cristalizaron y observo una vez más a Spencer—. Solo espero que puedas realmente perdonarme, he cambiado... demasiado —confesó.
—Te perdono Tori —respondió con voz aguda y algo entrecortada.
El corazón del Dr. Reid estaba latiendo tan rápido que sentía que pronto se saldría.
—Perdón Spencer, debí hacer algo para defenderte y no solo... reírme —reconoció Ava con pena.
—Una vez más, perdón —habló Mason haciendo una mueca.
—Sí Spencer, no merecías haber tenido que... bueno, nadie merece tener que pasar por lo que pasaste —reconoció Harper, jugando con sus manos.
—Yo... sí, los perdono —respondió Spencer algo aturdido.
—Bien, si no tienen más que agregar, podemos asignarles un agente que les guíe hasta su casa —les hizo saber Hotch.
Se pararon de sus asientos y en un incomodo silencio caminaron a la salida, mientras JJ y Derek sostienen de las puertas permitiendo que todos salgan de ahí. Pese a que la noche es calorosa, hay un ligero aire que provoca que un silbido melodioso.
Cinco patrullas policiales esperan fuera de la escuela y cada oficial fue designado a guiar a las mujeres que se dirigían a su hogar, para brindarles protección las 24 horas del día.
—Cualquier situación extraña llamen al 911 —recomendó Hotch—. Iremos tan pronto como podamos.
—No tengan sus celulares apagados y manténganlos con ustedes todo el tiempo —pidió Penélope—. Los he vinculado con mi computadora entonces sabremos su locación todo el tiempo —aclaró.
—Gracias una vez más por venir.
Se despidieron de los agentes y entre ellas para dirigirse a sus respectivos vehículos, mientras que los policías se preparaban para escoltarlas.
—¿Mason te irás con Harper? —preguntó algo curioso Derek.
—Sí, Harper llegó en taxi —aclaró Mason.
Rossi y Hotch compartieron miradas.
—Bueno, que te escolte uno de tus compañeros —señalo Rossi.
Mason ladeo una sonrisa y alzó una ceja—. ¿Es realmente necesario? ¿Cómo se irá Harper? —curioseo.
—Nosotros la llevaremos —aclaró.
—Descuida, estaré bien —murmuró la mujer acomodando su cabello.
—Bien, salúdame a Thomas —ambos se dieron un abrazo de despedida. El policía camino hasta su patrulla y tras tener su escolta manejo a su casa.
—Harper, Spencer te llevará a tu casa —le hizo saber Hotch.
Spencer abrió sus ojos al ver como Harper era guiada por JJ a una de las camionetas y un tanto nervioso camino a Hotch.
—¿Por qué yo? —preguntó con voz aguda.
—Necesito que platiques con ella, es algo que te gusta hacer, hablar —recordó Hotch palmeando su espalda.
—Eh sí, de literatura, ciencia, no de... socializar —aclaró confundido.
—Bueno, siempre hay una primera vez para todo. Derek y Blake estarán siguiéndolos —le calmó.
Rasco su nuca algo preocupada y bajo la mirada de sus compañeros camino hasta la camioneta para subirse al asiento de piloto y ver como Harper se encontraba ya con el cinturón lista.
Hizo sonar su garganta y se colocó el cinturón cuando preguntó—: ¿Vives muy lejos de aquí?
Nota de autora:
Buenas, creí que no actualizaba eh. Llevaba ya como un mes con este capítulo a medias, en serio perdón ):
Espero les haya gustado, no olviden votar, gracias por leer <3
Lots of love, Cici x
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