008. Dream Come True?

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━━ chapter 008
dream come true?

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SU PADRE NO la querría en los muelles, esperando que él regresara de su misión. Querría que pareciera fuerte, poderosa, y que su única hija llorara y se lanzara a sus brazos, feliz de estar viva, no les haría ningún bien como vikingos. Pero ella miraba desde la distancia, sentada sola en el paseo del acantilado, mirando los muelles. El viento mecía su cabello, haciendo que algunas de sus flores se cayeran. Las agarró antes de perderlas para siempre, sosteniéndolas cerca de su pecho y mirando el barco dañado que atracaba en la orilla.

Lo buscó entre los muchos vikingos heridos. El barco tuvo suerte de estar todavía a flote. Las velas estaban hechas jirones, había un enorme agujero a un lado, como si un dragón lo hubiera mordido. El mástil estaba partido por la mitad y colgaba flojo de astillas carbonizadas. La respiración de Valkyrie se contuvo en el fondo de su garganta, sus ojos recorrieron cada figura para ver si había alguna que reconociera.

Cuando vio a su padre, dejó escapar un pequeño suspiro de alivio y acercó las piernas a su pecho. Valkyrie no sabía cómo le explicaría lo que pasaba en el entrenamiento, o cómo sentía que le estaba fallando a él, a su familia y a ella misma. No sabía cómo explicar que Hiccup, de todas las personas, estaba ganando contra ella, y ciertamente no sabía cómo explicar que no podría matar al Monstrous Nightmare después de todo.

Imaginaba la expresión de su rostro: decepcionado, molesto. Él lo ocultaría y diría: siempre y cuando lo hayas hecho lo mejor posible, Valkyrie. Pero ella lo sabía. Sabía que él estaría decepcionado, y se preguntaría dónde se había equivocado. Lo último que quería hacer era decepcionar a su padre, y así se lo dijo a sí misma: ganaré mañana. Ganaré la oportunidad de matar al Monstrous Nightmare. Hiccup no me lo impedirá esta vez. No se lo permitiré. Seré la mejor. Soy Valkyrie la Viciosa. Nadie, ni siquiera Hiccup el Horrendo, podrá quitarme eso.

Por el rabillo del ojo, aparecieron un par de botas de cuero. Caminaron junto a ella antes de tomar asiento vacilantes contra el acantilado y en la pasarela de madera. Asrifth suspiró, mirando hacia los muelles con el ceño fruncido.

—¿Está él bien? —le preguntó a su hermana.

Ella frunció los labios y jugueteó con los tallos de sus flores, entretejiéndolos en su cabello.

—Sí. Lo vi. No está herido, tal vez tenga una quemadura o dos, pero nada grave.

—Eso es bueno —dijo su hermano, y los dos se sumieron en un silencio muy tenso. Valkyrie terminó de tejer las flores de nuevo en su pelo. Asrifth pateó una ramita hacia abajo y cayó al océano. La miró brevemente y vio la expresión sombría con la que se dirigía a su padre, que había subido al muelle. Sabía exactamente en qué estaba pensando—. Estará orgulloso de ti pase lo que pase, lo sabes, ¿verdad? —ella no dijo nada—. ¿Sabes que todo eso de que nadie está orgulloso de ti no es más que un invento tuyo que en realidad no es cierto?

Valkyrie tiró del cordón que mantenía unida la lana de sus botas. No pronunció palabra y Asrifth suspiró, pellizcándose el puente de la nariz.

—Mira, lamento lo que dije anoche, ¿de acuerdo?

Ella simplemente tarareaba, sin dejar de tocarse los zapatos. Asrifth le frunció. Al final, refunfuñó y se puso de pie.

—Al menos lo intenté —le dijo. Valkyrie simplemente lo dejó alejarse, sin esperar que se detuviera, dudara y mirara por encima del hombro—. Mira, pase lo que pase mañana, cualquiera que sea el resultado, estarán orgullosos. Llegaste lejos, concéntrate en eso.

Si me concentro en eso, definitivamente perderé.

(No se lo dijo, por supuesto.)

Esa noche evitó hablar con su padre. Llegó tarde a casa para irse directamente a la cama con la excusa de «quiero estar bien descansada para mañana». Pero en lugar de dormir, se quedó tumbada en la cama, mirando al techo y recordando todo lo que había aprendido en el Entrenamiento de Dragones. Sabía a qué dragón se enfrentarían mañana: el Windstriker. Por sí solo, no era un dragón especialmente peligroso en cuanto al fuego ( desde luego, igual te quemaba si estabas cerca), pero con la adición de su tremenda velocidad, fuerza y los pinchos que le subían y bajaban por la espina dorsal hasta la cola, así como el amenazador cuerno en la punta de su boquilla, era una bestia amenazadora, igual que el resto de los dragones, y no había que subestimarlo en absoluto. Era como las flores que rodeaban el mazo de Valkyrie. Hacía que la gente la subestimara, pensando que era tranquila y pacífica, pero en realidad era una de las guerreras más amenazadoras que uno podía encontrarse. Sentía que podía enfrentarse a este dragón. No porque fuera fácil, sino porque comprendía el peligro que se escondía tras la subestimación.

Al amanecer, intentó irse lo antes posible para evitar a su padre. Pero al salir, vaciló al verlo esperándola. Se sentaba en la única mesa del lugar, frunciendo el ceño a Valkyrie. Ella hizo una mueca con la respiración entrecortada.

Pero ella se acercó a él de todos modos. Su padre jugaba con una daga contra la mesa.

—¿Sales para calentar antes de la pelea?

—Uh, sí —respondió Valkyrie, y él asintió.

—Bien —él le dedicó una rara sonrisa—. Buena suerte, Valkyrie. Sé que nos harás sentir orgullosos.

Sé que nos harás sentir orgullosos... genial, Valkyrie ahora estaba aún más intimidada, asustada y nerviosa que antes. Logró esbozar una débil sonrisa.

—Gracias, papá... —murmuró antes de apresurarse y salir por la puerta.

Con su mazo, corrió hacia el bosque, ansiosa por agarrar tantas flores que le dieran la mayor suerte posible. Haré que estén orgullosos, se dijo. Tengo que hacerlos sentir orgullosos.

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CON LA CANTIDAD DE GENTE que había acudido a observar, la cabeza de Valkyrie empezó a flojear un poco. En torno a la arena estaban casi todos los berkianos, anticipando el resultado del penúltimo desafío. La Matriarca sería la encargada de decidir quién era lo bastante digno para matar al Monstrous Nightmare, y mientras Valkyrie se interponía entre Hiccup y Astrid, rezaba a todos los dioses para que ella fuera la elegida. Vio a su padre, a su madre y a sus cuatro hermanos entre la multitud, y respiró hondo.

Astrid la miró, pareciendo igual de nerviosa. Entonces, hizo algo que Valkyrie no esperaba. Le dio un codazo y le dijo:

—Buena suerte. Nosotras podemos.

Era tan "No-Astrid" que Valkyrie pensó por un segundo que había sido otra persona. Pero no. Era Astrid. Y le deseaba buena suerte a Val en lugar de amenazarla con tirarla al pozo del viejo Björn. Quedó tan atónita que casi no le deseó buena suerte. Al hacerlo, las palabras le resultaban extrañas. Pero Astrid las tomó, asintiendo y enviándole una pequeña y rara sonrisa.

Todo el mundo es tan raro últimamente, no pudo evitar pensar.

Gobber caminó hasta la puerta del Windstriker y Valkyrie escuchó a Hiccup contener la respiración como si estuviera bajo el agua. Ella era al menos cinco centímetros más alta que él y, por alguna razón, eso hizo que su estómago se revolviera. Nervios, se dijo. Deja de estar nerviosa. Ganarás, él no te quitará nada. Este es mi sueño y se hará realidad.

—Hoy os enfrentaréis al Windstiker —decía Gobber a los reclutas—. El objetivo es atacar y sobrevivir.

Astrid agarró su hacha con más fuerza. Hiccup se puso el casco en la cabeza. Era nuevo, porque Valkyrie juró que nunca antes lo había usado. Debió ser un regalo de su padre, porque era demasiado grande para él y le caía sobre los ojos.

Gobber encontró sus miradas y fue casi como si les enviara una silenciosa buena suerte. Bajó la palanca y salió corriendo de la puerta de la jaula de hierro.

El dragón que irrumpió con un rugido atronador era más grande de lo que Valkyrie esperaba. Ya había visto Windstrikers en las incursiones matutinas, pero nunca tan de cerca. Nunca lo suficientemente cerca como para ver los intrincados patrones a lo largo de su vientre y columna vertebral. El Windstriker extendió sus alas y rugió una vez más hacia los tres. Por un segundo, Valkyrie se olvidó de moverse... se sorprendió a sí misma, en ese momento, admirando a la bestia frente a ella, y no sabía por qué.

Poseía un aspecto grácil en el liso color blanco y azul de sus escamas y alas, la inclinación del cuerno en la punta de su nariz. Delicado pero en el resplandor del sol, el azul brillaba más púrpura, como el acónito. Fino, sí, y hermoso, pero muy peligroso. Su largo cuello se alzaba, acentuado en blanco y amarillo. Sus ojos eran pequeños y brillantes, pero cuando se clavaron en Valkyrie, por un segundo pensó que la estaba estudiando con un hálito de inteligencia, como si la examinara, observando sus puntos fuertes y débiles igual que ella lo hacía con él.

El dragón enseñó los dientes y la niña volvió a concentrarse. Salió corriendo del camino antes de que el aliento caliente que soplaba pudiera sobrecalentar su piel y quemarla. Astrid e Hiccup ya habían encontrado refugio, y Valkyrie se agachó rápidamente detrás del suyo, mirando por encima del borde a la bestia mientras ésta miraba a su alrededor.

Hizo girar su mazo. Puedo hacerlo, se dijo a sí misma. Hubo aplausos entre la multitud: ecos de Hipo, algunos de Astrid (ah, ahí estaba Snotlout) y finalmente, escuchó los aplausos de su nombre, liderados por sus hermanos. Se permitió un segundo para mirarlos y sonreír con un soplo de coraje llenando sus pulmones. ¡La estaban animando!

¡Concéntrate! Se dijo a sí misma.

Vale, vale, vale, piénsalo bien, Valkyrie, piénsalo bien... su mirada se posó de nuevo en el Windstriker, que parecía estar analizando también la situación, eligiendo a los más débiles, o quizá a las mayores amenazas. En silencio, Valkyrie depositó su escudo en el suelo y rodó hacia la siguiente barricada, ocultándose tras ella mientras procuraba encontrar el punto ciego del dragón. Todo dragón tiene uno, había dicho Gobber. Encontradlo, escondeos en él y atacad.

Valkyrie rodó hacia su siguiente escondite. Escuchó a Astrid gritar desafiante, corriendo hacia el dragón para atacar. Esquivó su largo cuello y fue a golpear sus alas, pero fue arrastrada por su cola. Astrid rodó por el suelo, pero se levantó lo suficientemente rápido y no parecía estar gravemente herida. Se apartó del camino antes de que el dragón pudiera verla.

Val entrecerró los ojos, ¿dónde podría estar su punto ciego? Este dragón tenía un cuello largo, lo que le permitía moverse como esos Zipplebacks. Pero tenía ojos pequeños y una nariz larga... y un cuerno justo delante de todo. Esa parecía su mejor opción, eso y detrás, debido a su gran cuerpo.

—Vale —murmuró para sí misma—. Puedo hacerlo, puedo hacerlo... —corrió hacia la siguiente barricada y se colocó detrás de ella, junto a Hiccup. Él dio un respingo ante su repentina aparición, y ella puso los ojos en blanco. Acercándose más, Valkyrie se mofó—: ¡Apártate de mi camino! Voy a ganar, ¿me oyes?

Ella corrió hacia su próximo cobijo, e Hiccup se arregló el casco, murmurando:

—¡Bien, por favor, tú primero! —se levantó y miró a la multitud. Vio a su padre animándolo, más alto que el resto, y sintió un nudo en el estómago.

Valkyrie comprobó qué tan cerca estaba del dragón. Su largo cuello se asomó por encima de las barricadas más cercanas, buscando a Astrid, pero Val tuvo otra idea. Con un grito valiente, cargó directamente hacia la bestia, golpeando su mazo contra el metal de su escudo. El sonido desorientó al Windstriker, dándole el tiempo y la ventaja para deslizarse hacia su punto ciego.

Tan pronto como lo hizo, intentó permanecer así todo el tiempo posible. Un Windstriker podría ser rápido, pero ella también lo era, lanzándose de un lado a otro dondequiera que moviera la cabeza para tratar de verla. Valkyrie apretó los dientes y preparó su mazo para atacar. Estaba decidida a ganar. Voy a ganar. Miró esos brillantes ojos gatunos y esperó que el dragón pudiera ver, incluso si era difícil, que ella ganaría...

Valkyrie vaciló. La determinación desapareció al reconocer algo en aquellos ojos. Sin apartar la atención de ellos, el dragón pareció congelarse al igual que ella, y por un segundo, la arena pareció quedar en silencio mientras Val miraba fijamente a los ojos del Windstriker... viendo familiaridad. No sabe por qué, pero la vio. Al mirar a esta bestia a los ojos y ver su mirada entrecerrada, vio una lucha de determinación, una lucha por ganar, una lucha por demostrar algo igual que ella. La cabeza del dragón se acercó, su afilado cuerno peligrosamente cerca de su cara. Creyó oír a Gobber gritar su nombre, o tal vez era su padre, o por un segundo pensó que podría ser Hiccup, pero Val estaba paralizada.

En cualquier momento, este dragón podría abrir la boca y calentar su piel tanto como para quemarla. Podía morderla, empalar su cuerno o sus púas en su cuerpo... pero no lo hizo... parecía estar tan paralizado como ella.

(¿Qué estaba pasando?)

Entonces, como un zumbido en sus oídos, Valkyrie escuchó a su padre decir:

¡MATA A ESA BESTIA!

Y se espabiló.

Gritando, Valkyrie descargó su maza contra el cuerno y la boca del dragón. Sorprendido, se tambaleó hacia un lado, y ella oyó un gemido de dolor salir de sus encías escamosas. Por un segundo, se encogió de miedo, y el agarre de Valkyrie cedió ligeramente. Entonces, cambió de opinión. Girando hacia ella, rugió y Val jadeó. Se apartó a toda velocidad antes de que el dragón pudiera golpearla. Val se agachó detrás de una barrera, sosteniendo su martillo cerca de su pecho y preguntándose, ¡¿qué demonios acaba de pasar?!

No te preocupes, se dijo. Gana. Tienes que ganar. Escuchó a Astrid gritar y antes de que pudiera dejar ganar a su amiga, Valkyrie no se molestó en comprobar dónde estaba ahora el dragón. Con su arma en alto, saltó de su escondite y cargó contra el dragón con una velocidad igual a la de Astrid.

Estaba tan cerca... podría haber golpeado otra vez al dragón...

Pero luego simplemente cayó al suelo.

A los pies de Hiccup.

El arma de Valkyrie cayó.

—¡No! —soltó—. ¡NO!

Detrás de ella, la ira de Astrid se desató. Blandió su hacha contra las barreras, soltando una ráfaga de maldiciones.

—¡No! ¡Serás hijo de troll, pedazo de rata come mugre!

En un respingo, Hipo miró a las dos chicas con los ojos muy abiertos, como si lo hubieran pillado robando golosinas en Snoggletog. Valkyrie pensó que podría retorcerle el cuello; ¡seguro que le cabrían las manos! Pero Stoick interrumpió el momento, alzando la mano para decir:

—¡Esperad, esperad!

El hijo del jefe hizo una mueca e intentó alejarse.

—Bueno, nos vemos... —pero Gobber lo detuvo, levantándolo con su gancho.

—¡Oh! No tan rápido —dejó a Hiccup junto a Valkyrie y Astrid, quienes estaban furiosas con él.

Hiccup seguía en su intento de escapar.

—Que llego un poco tarde a...

Valkyrie le agarró la parte trasera de su chaleco polar y le hizo girar. Él se estremeció, alejándose mientras ella le gritaba en la cara.

—¡¿Qué?! ¡¿Tarde a qué, exactamente?!

Hiccup tragó salida.

—¡Bueno, silencio! —anunció Stoick, y el agarre de Valkyrie en el chaleco se aflojó para mirar hacia arriba. El jefe se acercó al borde de la arena con la Matriarca Gothi a su lado, y el corazón de Valkyrie se aceleró—. La Matriarca ha decidido.

De mala gana, Valkyrie empujó a Hiccup para formar una fila entre él y Astrid. Gobber se acercó para quedarse justo detrás. Levantó el gancho para apuntar a Astrid y la anciana negó con la cabeza. La mejor amiga de Valkyrie palideció y pronto se puso roja brillante. Valkyrie sabía que un árbol recibiría su furia una vez que se les permitiera irse.

A continuación, Gobber apuntó a Valkyrie. Ella aguantó la respiración, con el corazón gritándole en el pecho. Vamos, vamos, vamos, suplicó. Dámelo, dámelo, dámelo... todo su entrenamiento, todas sus creencias, sus metas, su determinación la habían llevado a este momento. Justo aquí. Justo ahora, justo en este segundo. Sus esperanzas de probarse a sí misma ante sus padres, de hacer honor a su nombre, de convertirse en la mejor guerrera vikinga que había, todo se reducía a esto...

Gothi negó.

El cuerpo de Valkyrie se desplomó. Se sentía agotada, como si alguien le hubiera dado un puñetazo en las tripas con una tonelada de piedras. No, pensó. ¡No, no, no, no, no! Todo eso, su vida... Val estaba demasiado enfadado para las palabras. Se volvió hacia Hiccup cuando lo eligieron con un brillo que rivalizaba con el de un Windstrikers, para estar seguros. Él se lo arrebató. ¡Se lo arrebató como todo lo demás!

Los vítores estallaron alrededor del estadio, Hiccup fue sacado por el resto de sus amigos, el jefe estaba más que feliz...

Y Valkyrie estaba más que devastada.

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