00. Primer acto

"Valeria Jane"

CREPÚSCULO FANFIC
hecho por HijadeSiriusBlack
JASPER HALE × OC!FEM

DISCLAIMER
Esta es una historia hecha por mi, pido perdón si tiene faltas de ortografía, esta hecha sólo por diversión, cualquier consejo es bienvenido. Fue publicada hace casi 4 años (hoy, 28/11/23 estoy reeditando) por lo que yo tenía 13 años, tiene errores que de a poco voy corrigiendo, pero sin querer sacar la escencia de la historia. Por eso mismo, disculpen si al margen de ir leyendo ven cosas que hasta a mí me dan cáncer de ojo JAJAJA.





























































































Valeria Jane, el nombre que daba vueltas y vueltas por la cabeza de Jasper... Aún que empezaron con el pie izquierdo al estar del lado contrario en la guerra de Victoria. Sin embargo, ella encontró la luz y llegó a él, llegó con dos chicos y un espíritu alegre, dispuesta a pelear por lo que creía correcto

❝No hay nada peor que una mujer sedienta por venganza, eso lo descubrió Valeria cuando se chocó accidentalmente con una que la reclutó para enfrentar al clan Cullen. Mismo aquelarre al que pertenecía su, aún desconocido, compañero de vida: Jasper Hale. Un vampiro ex perteneciente al ejército confederado y que era totalmente sexy.❞



























































REPARTO!¡
REPARTO¡!
REPARTO¡!

Shelley Hennig cómo;
VALERIA JANE
leo. xxiii. gryffindor. “brujita”

En mi defensa, aveces puedo ser un poco impulsiva, pero creo que está vez si me pasé

Bailey Bass cómo;
BREE TANNER.
piscis. xiii. hufflepuff. “murcielagito”

Lo elegí como mi padre, ya que tú eres muy lenta para nombrarlo así, hasta yo me doy cuenta que se muere por ti

Jackson Rathbone cómo;
JASPER WHITLOCK HALE
acuario. xx. slytherin. “mayor/soldado”


Si fuera por mi, te robaria y llevaría lejos a una cabaña pero Edward lleva el drama en la sangre y se metería en una guerra que sin nosotros no ganaria

Dominic Sherwood cómo;
PAUL JEREMY SMITH
sagitario. xix. ravenclaw. “PJ”

❝ yo no voy al chisme. El chisme viene a mí. Amén. ❞





























































EXTRAS!
EXTRAS!
EXTRAS!

Robert Pattinson cómo;
EDWARD CULLEN

Si no fuéramos vampiros, hubiéramos hecho un gran dúo en los escenarios ❞

Kristen Stwart cómo;
BELLA SWAN

Jasper el dia de mi cumpleaños casi me chupa la sangre, es irónico que sea el quien te ayude con tu autocontrol

Ashley Greene cómo;
ALICE CULLEN

Conmigo no puedes hacer tus ilusiones, yo ya las vi antes que tú

Nikki Reed cómo;
ROSALIE HALE

¿Por qué no llegaste antes a esta familia? ¡Hubieras sido mi salvación! ❞

Kellan Lutz cómo;
EMMETT CULLEN

Te retó, quien gane se queda con Rosalie, por 2 días

Elizabeth Reaser cómo;
ESME CULLEN

Además de gran mujer, eres una gran madre, estoy orgullosa de formar una familia contigo

Peter Facinelli cómo;
CARLISLE CULLEN

❝ ¡Mujer! No hagas eso, ni en mis 300 años alguien me engañó asi





























































































ciudad de

SEATTLE
09: 47 p.m

                      MÍ BELLA ciudad siempre había sido reconocida por los pueblos y lugares vecinos al ser la ciudad más poblada de la zona... pero últimamente parecía desierta. Con el pasar de los días, comenzaba a rodearla un aura oscura y de
pación, llena de melancolía y susto. Lo que antes era una ciudad alegre... Ahora era un punto llamativo para las autoridades por las cosas extrañas que comenzaron a suceder de un día para el otro.

Lo único que se podía escuchar eran los diminutos y casi invisibles grillos escondidos entre el césped, camuflados; también algún auto solitario que pasaba por las calles sucias y poco iluminadas por faros rotos o titileantes y mis ignoradas pisadas sobre el cemento húmedo con pequeños charcos provocados por las lluvias constantes.

Miré el reloj en mí mano y suspiré entrando a la farmacia. Allí, casi dormido, estaba Silas. El farmacéutico anciano que abrió los ojos para verme y comenzó a reír. Blanquee los ojos, ignorandolo. Sabía cuál era la causa de su risa, y es que yo estaba volviendo de trabajar. Era animadora de fiestas infantiles.

—lindo disfraz de payaso, Vale —se burló y le sonreí sarcástica.

—lindo disfraz de gordo inútil, Silas... Ah, no, espera, no estás disfrazado —él paró de reír y comencé a reír yo.

Risas... Aquello había dejado de ser un ruido común en la ciudad, casi como un recuerdo fantasmal. Ya no se escuchaban risas en la calle, no cuando había toque de queda y las personas estaban encerradas en sus casas. Gracias a eso, momentáneamente había que despedirse de las fiestas, las quejas de los vecinos por el volumen alto de la música, y los adolescentes escapando de casa para acudir a dichos eventos clandestinos.

Que cagada.

Literalmente una cagada.

—¿Laxante? ¿te cayó mal la chocolatada infantil? —bromeó cuando dejé el laxante en la caja junto a los remedios para mí abuela.

—no sé, pregúntale a tu esposa, ella me la preparó —la guiñe el ojo.

¿por qué abrí mí bocota? ¡me cobró casi el doble ese fanfarrón pelón bizco y malhumorado!

Suspiré saliendo de la ferretería, retomando el camino a mí casa y mis pensamientos deprimentes sobre el paradero extraño en el que estaba mí ciudad.

La helada ventisca de la noche acompañada del aterrador silencio de las calles, agregando el miedo de que esten tan vacias ante la falta de personas, provocaban a mi cuerpo temblar ligeramente, así que me abracé a mí misma tratando de reconfortarme, pude apreciar el vapor salir de mis labios a causa de mi respiración irregular, pero todo el sacrificio sea por ir a comprar los medicamentos de una abuela de casi noventa años, que ni la más mínima idea de como sigue viva.

—¡abuelita! ¡Oh, abuelita, yerba mala que no muere, llegó la alegría del hogar y tu única nieta!... Dime por favor que no te comiste mis galletas otra vez mientras me fui.

Fue lo primero que dije al entrar, cerré la puerta detrás de mi con un empujón de mi pie, procedí a voltearme así cerrarla con llave para luego dejarla colgada a un lado con el resto de llaves del hogar, espere una respuesta de mi abuela pero nada se escuchó. Así que decidí seguir con la rutina nocturna que debo cumplir la mayoría de los días.

Dejé sus medicamentos en la barra de la cocina con una nota para recordarle que debía de tomarlas en la mañana, me saque el abrigo así poder colgarlo en el perchero de la entrada y subí a la habitación a cambiarme, dejando mi vestimenta en el lavadero y ponerme el pijama.

Andar vestida de payaso por la ciudad ya era costumbre. No me molestaba. Aveces hasta era divertido a la hora de cruzarse niños. Era una excusa perfecta para molestarlos y que los padres no me regañen. ¿preferiría ser abogada y tener chismes criminales? Si, por supuesto, pero me tocó chambear en fiestas infantiles y estudiar en la academia de policías. Chisme de ladrones es igual de bueno.

Chisme es chisme, hay que valorarlo.

Ya cambiada cómodamente, fui a la heladera por un poco de agua de la jarra, así poder servirla en un vaso a causa de la sed. Consecuencias de una larga caminata.

Suspiré al no escuchar a mí abuela. ¿se habría...? No, basta Valeria, ya deja de pensar en que se fue con el diablo, él ni la quiere. Sobrevivió a miles de cosas como para irse ahora. Al menos eso es lo que ella me contaba. Una vez hasta dijo que sobrevivió a un hombre lobo... Si, es la demencia senil.

Pase por la puerta de mi abuela para comprobar que estaba en la cama y en definitiva, confirmando mis dudas, estaba dormida, los ronquidos son inconfundibles incluso desde el otro lado de la puerta. Entré a su habitación para apagar la luz que estaba sobre su mesita de noche para evitar que este toda la noche encendida. La cuota de la luz aumenta cada día complicando el trabajo de poder pagarla.

Estaba por cerrar su puerta e irme, cuando escuche el llamado de mi abuela.

—Valeria, querida... —Se giró sobre la cama para voltear a verme, la observé al segundo. Su cabello blanco, sus ojos grises y diría que es preciosa si no viera su dentadura a un lado. Hice una mueca de asquito —mañana vendrá la mujer de limpieza a la tarde, así que sal un rato, no le gusta que haya gente mientras limpia —Murmuró adormilada con voz ronca, aún así asentí a su petición —¿Trajiste mi medicamento? Di que no... Me vuelve loca.

—Si abuela, te lo dejé abajo, no te salvarás de ellos —sonreí divertida —creí que estabas dormida, no quería levantarte —Me disculpe apoyándome en el marco de la puerta de brazos cruzados, dejando el vaso en la mesa que estaba a un lado, en la mañana lo recogería.

—No lo hiciste, ya estaba despierta, justo mí sueño con Robert De Niro acababa ¿Mañana podrías salir entonces? —Volvió a preguntar y reí.

—Si abuela, ya duerme tranquila y vuelve a soñar con Robert de Niro... Aún que está joven para ti.

—De acuerdo, no te metas en problemas mañana, no quiero ir a la comisaría otra vez —Se giró para volver a dormir —buenas noches.

—fueron solo tres veces, superalo, abue.

Luego de darle las buenas noches, fui a mi habitacion, con una pequeña sonrisa por su petición a no querer verme en la comisaría, podría haber caído en ella dos veces por delitos menores de una chica adolescente, pero eso no se borraba de la mente de mi abuela, para ella es como si me hubieran arrestado por narcotráfico ocho veces. Negué divertida para mi misma antes de tirarme sin muchas ganas sobre la cama. Me removi tratando de buscar una posición cómoda, cayendo en los brazos de Morfeo en el proceso.

Lastimosamente no soñe nada interesante. Mis sueños siempre son raros y dramáticos, como cuando soñé que me casaba con el soldado del invierno, y el correcaminos interrumpió mi boda para besarse con el cura, fue una boda intensa.

Había heredado la gran imaginación y locura de mis sueños de mí abuela. Podríamos pasar horas hablando de las ocurrencias de nuestro cerebro cuando dormíamos.

En cuanto me levanté, fui al baño para asearme, tuve que desenredar mi cabello, siempre lo hacía antes y después de bañarme para no tener complicaciones, llené la tina con agua a temperatura media para empezar relajante la mañana, y me puse un traje de baño de bajo de la ropa una vez acabé la ducha. Tratando de hacer el menor ruido posible para no molestar a mi abuela.

Mí abuela por parte materna, madre de mí mamá, era una mujer especial. Quién se hizo cargo de mí junto a mí mamá desde que mí padre... Bueno, aplicó la de "voy a buscar cigarrillos y vuelvo", la típica.

Y mí mamá...

—¡Puta! Ay... —me callé cuando casi me llevaba puesto el perchero. Solía ser torpe. Respiré tratando de concentrarme en lo que iba a hacer para no hacer ruido innecesario.

En Seattle no había playas cerca, pero a las afueras se encontraba una pequeña, así que mi viaje sería en dirección a ese tranquilo lugar.

Baje las escaleras de dos en dos animadamente, sonreí un poco alzando la mirada, así ver a mi abuela que estaba dormida en el sillón de la sala, parece que no hace otra cosa más que eso, dormir, pero creo que son efectos secundarios de los medicamentos. Acomode su cabeza con cuidado para que luego no se queje de sus dolores de cuello y tome el control que estaba en su mano.

Ella siempre se levantaba más temprano, pero solo se volvía a dormir en el sofá o en una silla afuera.

Desayuné un té de manzanilla con simples tostados de queso y mermelada, viendo al menos tres programas distintos televisión, veía uno interesante pero cuando estaba en propaganda ponía otro, y así terminaba viendo más de uno al mismo tiempo. Terminé espectando el canal ocho, no había noticias de algún desaparecido nuevo en ese programa de reportaje. Una vez terminé, lave lo que anteriormente use para comer y busque las llaves de la motocicleta.

Mí hermosa, preciada y adorada motocicleta.

Deposité un beso en la frente a mi abuela, la acomode un poco más sabiendo que estaría durmiendo hasta que la chica de limpieza llegase, agarré mi casco, me lo puse y salí al garage, donde se suponía debía estar el vehículo.

—hola, mí amor hermosa —saludé, mí única relación es con ella. Mí tóxica. Días era como una motocicleta nueva y otros días era como si tuviera que hacer tres arreglos, dos macumbas y tres padres nuestros para que arranque —vamos de paseo ¿quieres?

Arranqué y gracias a quien sea que sea el dios de las motos, arrancó. Logrando un viaje tranquilo. Sacando de lado cuando casi atropello a un anciano.

Al llegar, la playa estaba vacía, no me resultó extraño, el clima no era muy agradable que digamos, la ciudad era bastante nublada al igual que los pueblos vecinos, pero tenía la costumbre de visitar el lugar justamente con ese clima, así podría aprovechar que no hay gente.

No es para nada de mi agrado estar peleando constantemente con algún idiota que tire la pelota golpeandome e intentando llamar la atención cuando iba a buscarla, por eso prefería devolverselas rápidamente con un fuerte golpe, claro "accidentalmente"; eso más sentir las miradas pesadas de hombres asquerosos o escuchar los murmullos de mujeres chismosas sobre un cuerpo ajeno de alguien. Que cosa del mal.

Me saqué la ropa quedando en el traje de baño, la coloqué a un costado de la motocicleta asi no perderla de vista para cuando salga, mire nuevamente a los lados corroborando que no estuviese nadie antes de caminar. Me acerqué a la orilla con la intención de meterme pero en cuanto estuve en contacto con el agua di un saltito por el repentino frío. Espere unos segundos dudando si sería bueno meterme sabiendo que después seguramente enfermaría.

Pero deje la cobardía atrás y entre corriendo.

Como hubiera querido no haber hecho eso.
Hubiera sido una cobarde, volviendo a la motocicleta para tomar mi ropa e ir una cafetería o algo así, antes que ser impulsiva y haberme metido en la boca del lobo, o mejor dicho, del diablo.

Podría haber hecho tantas cosas, pero no, elegí ir justamente a esa playa... Y eso me mató.

Literalmente.
















































































Lo último que recuerdo fueron mis gritos pidiendo piedad, ahogados debajo del mar, ahogados por el agua que entraba por todo mí cuerpo, reclamandolo como suyo, provocando que el poco oxígeno de mis pulmones escape en burbujas pesadas y enormes, subiendo a la superficie que cada vez estaba más lejos de mí alcance, parecía como si todo me abandonara, me dejara allí... En el máximo esplendor del dolor y la agonía.

Un chico, castaño, tiraba de mi pierna a lo profundo de las aguas, arrastrándome con él con una fuerza a la que yo no podía siquiera igualar. El pánico, recuerdo mi pánico; con cada intento de luchar para que me soltase, apretando mis párpados cerrados con férrea fuerza por el miedo y esfuerzo... no podía ver quien era pero el ir cada vez más profundo, con la luz que se iba apagando, tampoco colaboraba. Me sumergía en la oscuridad y en la miseria.

Cuando estaba por quedar inconsciente, ya con el cuerpo débil, sentí como si quemaran mi piel con el fuego del mismo infierno, un dolor irreal, asfixiante, sentía como desde mi pierna subía aquel calor hasta quemarme el resto de extremidades, incluso cuando estaba a nada de morir, esa quemadura inyectó mi cuerpo con adrenalina, logrando que el dolor de segundos atrás por el ahogamiento se multiplique por cien veces más. Era como si me hubieran bañado en lava y me hubieran metido a una cacerola de agua hirviendo.

Podia sentir mi cuerpo sin aire ser asfixiado por el agua calandose por mis pulmones, incluso cuando estos desbordaban agua, además de que a la vez era envenenada por el ardor que me recorría.

Podia sentir que estaba siendo transformada.






























































































PRIMER CAPÍTULO!¡!¡!¡!

Ya sé, seguro esperaban más largo, o más interesante, pero soy principiante perdón :(((

NUEVA PORTADA

Postada: ay, acabo de terminar de rehacer este capítulo. Tan simple pero tan bello, no quise casi cambiar nada. Es como un recuerdo, MI PRIMERA HISTORIA. Lloro brillitos. Sin embargo, necesitaba pulirla. Así que acá estoy, volviendo a la Lola de antes para terminar cosas que jamás acabé. Porque un trabajo terminado es un trabajo bien hecho.

Saludos mis amores💌

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