Era más temprano de lo usual, Lemon quería conocer un poco el lugar antes de ir al trabajo por lo cual había despertado a las siete.
Terminó de alistarse con un vestido corto lila de mangas cortas y una coleta para su cabello, se despidió de su mascota y salió de la casa; comenzó a caminar por las calles sintiendo el aire fresco mientras el sol comenzaba a salir.

Muchas tiendas comenzaban a abrir, ella estaba totalmente encantada con todo el ambiente que tenía este lugar, era maravilloso y agradable.

Decidió buscar algún lugar donde pudiera desayunar para aprovechar de conocer.

Definitivamente estaba encantada con esta ciudad, era maravillosa, estaba caminando al trabajo para no llegar tarde.
Saludo a su compañero y entró al lugar.

Las horas transcurrieron bastante tranquilas, ese día habían cerrado más temprano pero ella seguía ahí para ser asistente; solo se encontraban ella y su jefe en el jardín.

──Después de esto te llevaré a comer por el tiempo extra, no te preocupes ── el chico tomó una un mandil y se lo pasó a la chica junto a unos guantes de látex. ──Ponte eso, dudo que quieras mancharte.

Tomó un mandil para él mientras ella se ponía lo que le dio.

──Lemon, ¿cierto?

──Sí señor.

──Dime algo que te guste.

Lo pensó un poco para responder después. ──Las flores, leer, también.

──Con eso basta ──observó el lienzo unos instantes y después sonrió decidido. ──dame el bote naranja.

Hizo lo que le pidió y el le pidió que retrocediera un poco, cuando estuvo lista vio como arrojó la pintura contra el lienzo, hizo lo mismo con el amarillo.
Después de eso uso una paleta de madera para tomar los colores y otras herramientas para pintar más delicadamente.

Lemon admiraba cada trazo cuidadoso que hacía y toda la concentración que ponía en su obra, era maravilloso.

──Bien, lo terminé.

La chica se acercó a ver, era una mesa en un atardecer, sobre ella se podía apreciar un libro abierto con unas cuantas flores sobre él.

──Es muy linda.

──Bien, vayamos a comer.

Ambos se quitaron las cosas y las dejaron en su lugar, salieron del establecimiento y se pusieron en marcha, durante el camino Dessert le contaba sobre la ciudad mientras la llevaba por las calles, no estaban caminando por un lugar que los turistas solían frecuentar por lo que pensó que sería un lugar bastante sencillo.

Cuando llegaron comprobó que si era sencillo, pero era lindo, pidieron su comida y se sentaron en una mesa a esperar.

──Este lugar es muy bueno para inspirarse.

──Es agradable.

──Lo has hecho bien estos dos días.

──¿Siempre haces esto con las personas que Omega te consigue?

──Por supuesto.

Una joven llegó con sus alimentos colocandolos sobre la mesa y retirándose después.

──¿Cuál es el motivo?

──Es justo que me conozcan para así decidir si se quedan.

──Y solo Mattian se quedó —el chico asintió mientras tomaba de su taza de té ──¿de cuantos?

──Veinticinco sin contarte a ti y él.

──Oh.

──La mayoría solo lo busca por el dinero, a nadie le interesa los motivos del porque alguien hace arte, y tampoco están interesados en convivir con  alguien tan, diferente a lo que muestran sus obras.

──Claro, tiene sentido.

──¿Cómo te sentiste con esa pintura? Se honesta por favor.

──Bueno, fue fascinante ver la precisión y los cambios tan drásticos que puedes tener en el proceso.

──Genial, ya tienes la base para este trabajo.

──¿Y por qué te inspira este lugar?

Dessert se recargo contra el asiento mientras echaba una mirada al lugar con una sonrisa de nostalgia.

──Cuando era más joven y aún vivía con mi papá en Francia antes de mudarnos a Inglaterra, el trabajaba aquí así que solía venir aquí muy seguido, con el tiempo se volvió mi lugar favorito, muchas veces vengo aquí a dibujar cuando no tengo ganas de pintar. ¿A ti te gusta dibujar, Lemon?

──Claro.

Sonrió ante esa respuesta ──Me agradas, consideraré ser menos rudo contigo, pero sigues bajo observación, recuerdalo, esto es importante para mi.