𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐈: Un Nuevo Orden

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐈: Un Nuevo Orden

—Itachi —susurra Ino.

La situación se había puesto un poco extraña. Shisui observaba detenidamente a Itachi, no le sorprendió en absoluto del todo que este último los ignorados ampliaremos o que quitara su mano del agarre de Izumi, en realidad eso no es lo importante. Más bien la pose extremadamente sutil y elegante que había optado por tomar, se veía relajado con su rodilla derecha alta posicionando su brazo en ella y sentado en una pose recta en el suelo, escondiendo su rostro detrás del cuello alto negro, su mirada examinando minuciosamente a la chica frente a él y adornando su rostro con una tenue sonrisa. Él está ocultando algo detrás de su solemne mirada.

Shisui mira de soslayo a Izumi cuando intenta decir algo, ella entiende que no es momento. La tenue mirada de la chica muestra un poco de decepción y no está seguro si es por el momento en el que Itachi parece ni siquiera importarle o lo mismo que el siente tensarse; Ino e Itachi parecen no querer separarse uno frente del otro.

Shisui sospecha ligeramente que puede pasar aunque, suene como una locura y decide no mencionar algo al respecto. Tendrá tiempo de sobra para cuestionar más tarde.

—Itachi —vuelve a susurrar Ino con la mirada perdida en los ónices que disimulan un poco su sorpresa.

Itachi toma la muñeca de Ino antes de que ella la retire de su mejilla. De un momento a otro el azul verdoso que incluso Itachi se ha dado la tarea de estudiar y al parecer ninguno de los presentes lo ha notado o es algo que da por hecho, choca con el negro grisáceo que le mira como si de un artefacto de otro mundo fue. Ino siente sus rodillas temblar debajo de esa mirada seria y sin contener alguna expresión, hay probablemente un poco de dolor que ha sentido y la alta recepción de las emociones de los demás sobre Ino, hacen más ruido de lo que alguna vez pudo sentir, un dolor cegador nace en su interior justamente cuando golpean sus latidos al conjuntos de ese sentimiento. Lo entiende, es la sensación que tiene Itachi y con la que vive todos los días de su existencia. Ino se siente como una niña,

—¿Qué hiciste?

E Ino abre sus ojos como platos, también su cuerpo arremete hacia atrás ante la ridicula posibilidad de ser sorprendida. Ya ha vivido de todo en esas semanas, desde un psicópata llevándola al pasado hasta probablemente sea perseguida por ninjas que quieren saber su futuro. No los culpa, tal vez ha sido demasiado evidente sin embargo, no es eso lo que la arrastra entre ese complejo sistema de murmullos que hay en su mente. Es la forma en la que Itachi habla porque sabe que no es el joven Uchiha que desertó por asesinar a su clan, es el hombre que Sasuke busca matar.

¿Cómo lo sabe? No lo hace, lo siente. No obstante, la pregunta verdadera es ¿Cómo llegó ahí? El Itachi que le habla no es un reclamo lo que transmite más bien está entre la curiosidad y la preocupación de lo que está viendo, Shisui e Izumi.

Se miran durante segundos que parecen ser eternos y más con el hueco en el estomago de Ino. Lo que comienza como una pequeña emoción al tener de una forma bizarra a Itachi es reemplazada por el objetivo que tuvo en un principio Itachi. Hacer que ella entienda no su papel en aquel tiempo, es más complejo que eso, es la naturaleza que acarrea y cobija la realidad que está viviendo.

La mente de la Yamanaka comienza a pensar las posibilidades de que eso sea lo que cree sea real, pero su suerte se ve tentada cuando Itachi cambia de ese elegante andar (irónicamente porque esta sentado) a la confusión e incertidumbre de su alrededor. Y más porque toma ligeramente con su mano la delgada mano de Ino, ella no le mira fijamente a él o tal vez sí, lo mira con el ceño fruncido y una pequeña temblorina que cualquiera que quisiera estar congelado.

Por su parte Ino siente el cambio en el chakra del Uchiha, ha dejado de descender y ascender de forma aleatoria comprimiéndose así en su cuerpo en su estado basal. Ha vuelto. Y el corazón de la chica logra encogerse en su lugar y se pierde en la inmensidad de la noche.

—¿Qué es lo que acaba de pasar? —La voz de Izumi saca a ambos de la ensoñación, no hipotéticamente hablando, Itachi no innegable recuerdos de lo que han hablado y todo esta nublado en su juicio solo puede sentir la cálida mano de la Yamanaka temblar bajo su tacto.

—¿Te sientes bien? —Pregunta ahora Shisui que se mantenía al margen pero no puede ignorar el cambio repentino de Itachi, si bien era la esencia de su mejor amigo sabe que hay algo diferente que ha consternado a la rubia quien se mantiene de rodillas en el suelo con un semblante de sorpresa.

Itachi asiente y limpia la sangre de su ojo que desciende, sus ónices han regresado a su estado puro y natural. Si se mira muy de cerca se puede ver solo un poco de la inocencia de su mundo y de sus creencias, un poco de lo que el mundo shinobi le robó en algún momento de la historia.

Ninguno de los cuatro se atreve a decir algo, Itachi esta confundido había observado todo de una forma casi cansina para ser sincera hubo unos segundos en los que estaba seguro perdió la consciencia, Izumi si bien sabía que algo había pasado con Itachi no podía sacar de la cabeza la forma tan insistente y potente en la que Itachi había mirado a Ino casi desnudándola no en el sentido vulgar de la palabra, en el que eres consciente de las virtudes y defectos del otro una forma en la que nunca la había mirado, Shisui no pensaría dos veces en preguntar a Ino lo que sea que haya pasado y por último, Ino está preocupada.

Por lo poco que conoce a Itachi, no da paso sin titubear o en su defecto sin pensar las consecuencias y actuar por actuar. Itachi no haría las cosas sin una razón o sin tener un plan en mente ¡Claro que no! Entonces detrás de eso debe encontrarse algo más grande de lo que puede ser.

—Ino —la mencionada salta en su lugar frente a la fogata, Izumi la mira preocupada— es nuestro turno de hacer guardia.

Habían llegado a un acuerdo en el que las féminas casi silencioso e implícita conformidad ya que Itachi está aún en un estado crítico, su semblante lejos de verse tranquilo se encuentra perturbado y sus ojeras más marcadas de lo normal, se ve enfermizo y hasta cierto punto exhausto, pero no solo cansado de la sino situación de la vida en general. Él y Shisui se encuentran sentados en un gran tronco de roble que parece llegar más allá del cielo negro que los abraza. En tanto Ino está incómoda en el otro extremo como nunca se le ha visto, Sakura estaría probablemente impresionada por el momento y en especial porque su mejor amiga nunca actuaría de esa forma, pero Ino nunca viajaría al pasado ¿o sí?

—Seguro —farfulla en un hilo de voz. La mirada negra como el extenso mar en sus cabezas, la sigue cada uno de sus pasos a pesar, de que Itachi está cansado y se ve enfermizo la mira sin tapujos o discreción.

—A veces siento que todo es tan surrealista —comenta la castaña con su mirada perdida en lo que sea que su mente capte en el naranja que le ilumina el rostro—. El golpe y la masacre. Todo lo que ha habido detrás.

—Nunca sabemos lo que hay detrás de las acciones de las personas, pocas veces comprendemos sus vidas —menciona Ino y le regala una sonrisa a la Uchiha. Se siente ligeramente conocida, porque Ino ve a una Sakura en Izumi, una joven llena de potencial y un poco insegura de misma sí buscando ser notada por uno de los hermanos Uchiha. Son tan parecidas que duele sin embargo, Ino sabe que Izumi jamás perdería su recién nacida amistad por Itachi, nunca.

—¿Alguna vez creíste lo que te han dicho?

—No puedes culparlos —es verdad, no puede culpar al Tercer Hokage por hacer su trabajo aunque lo haya hecho— la gente no piensa las cosas, son muy idiotas.

Igual que tú, recuerda su mente y evita maldecirse porque es exageradamente arrebatada. Sopla frustrada el mechón de cabello que cae por su ojo.

Izumi sonríe sin ganas. 

—Tienes razón pero, debiste ver al clan Uchiha, todos desean el poder de controlar Konoha —Izumi vaga por su recuerdo entre los que se encuentra la forma en la que Fugaku Uchiha aclamado por el clan como posible líder de la Aldea y ella sin saberlo con tan solo asistir ha dado paso a esa barbaridad.

—Se ha evitado una guerra.

Ino deseará no haber dicho eso. Las cosas en Konoha no van en su mejor manera ay sabe mejor que nadie que el cambiar una sola cosa, da paso a otro problema uno mucho mayor de lo que muchos pueden o no imaginar. O al menos quiere creer que todo lo que ha hecho está bien.

Izumi guarda silencio y dentro de su misma personalidad extrovertida quiere preguntar algo más acerca de Ino sin embargo, ella se muestra confundida y no para de mirar donde se encuentra Itachi. Él descansa y parece estar dormido o al menos quiere dar la impresión. Shisui fe igual manera se encuentra dormido y es porque han pasado muchas cosas en poco tiempo.

—...— Izumi en un intento por mencionar algo e inmediatamente cierra la boca. Como si de una estaca se tratase se clava en su pecho, nadie culpa la molestia que tiene. Está celosa, solo un poco. Pero le duele, hay algo que aparentemente Itachi e Ino comparten que ellos parecen pasar desapercibido o que en realidad no lo saben, ellos tienen una extraña conexión y no en el sentido figurado sino uno profundo que nunca había visto, ni siquiera Itachi se ha tomado las atribuciones de ser así con ella.

Shisui parece verlo y comprender mucho mejor que ella por su edad y posiblemente por la experiencia que acarrea no obstante, tampoco puede salir a relucir el verdadero interés de Shisuu porque es profundo no como el de Itachi pero es bastante persistente.

—¿Ibas a decir algo? —Pregunta la Yamanaka mirando a Izumi de forma penetrante. Ino conoce esa mirada, brillante y confundida, ella piensa en Itachi.

—N-no, quier-ro d-ecir.

—¡Te caché! —Ino se tapa instintivamente la boca por el chillido que ha surgido de sus labios—, piensas en Itachi, jojojo.

Izumi se encoge en su lugar y una ola de tranquilidad la invade, confirma (aunque muy en el fondo sabe que no es así) que Ino no siente algo por Itachi y eso logra calmarla. No es porque desee pelear con Ino por un hombre, simplemente no estaría en igualdad de condiciones.

—¡Ustedes los jóvenes son tan lindos!

Ino tiene un sonrojo en las mejillas y se ve como una colegiala enamorada, con sus manos sobre sus mejillas y sus ojos cerrados al sentirse igual. Recuerda esa sensación a flor de piel, la que solía tener con Sasuke cuando iba en la academia, la que tuvo incluso durante un tiempo con Sai y la que intenta evadir en esos momentos.

—¿Has tenido novios? —Cuestiona Izumi intrigada por las palabras de Ino, claro que es más joven de o que la Yamanaka es en esos momentos, aun así es más grande que la chica rubia.

—¡Por supuesto que sí! ¿Por quién me tomas? —Ino es una maldita mentirosa que sabe mentir, una muy buena. No ha tenido novios y uno podría cuestionarse el porqué si es una belleza, su padre, el principal responsable. Y miente por la.simple razón de ser alabada por otra Uchiha, es como un vicio.

—¿De verdad? ¡Cuéntame!

Ambas ríen. La noche es joven para un par de chicas que quieren medio compartir sus experiencias amorosas.

Sasuke regresa de su arduo trabajo en la Academia con el paso firme y la mirada en alto, debe ser el orgullo de los Uchiha, no es un genio como su hermano menor o como lo fue Shisui Uchiha al ser el mejor de todo el clan pero sus sangre Uchiha viaja por sus venas haciéndolo el mejor de la clase. Aunque dentro de su mente de infante no logre asimilar la rivalidad que el mismo se ha impuesto con Itachi, desplazándola a Naruto, el chiquillo gritón que lejos de odiar y entender su indiferencia se dedica a ser mejor que él. Lo que lo lleva a ser más insoportable de lo que ya es, Itachi suele burlarse junto a Shisui de lo terriblemente manipulador que es Sasuke Uchiha. Brillante pero insoportable.

Camina en la puesta de sol con sus cabellos largos danzantes, sus mejillas rojizas debido al extremo calor y una sonrisa, se siente bien de que todo su clan lo salude y admire por ser el hijo del líder del clan. Claro que aún no comprende el peso de la responsabilidad y expectativas que le han impuesto.

—¡Sasuke!

—¡Tío! —Saluda él efusivo, su tío acaricia sus cabellos negros y le mira con ternura.

—Eres identico a tu padre y también a tu madre —dice el señor, que en realidad no es su tío directo es algo así como el primo de su padre.

—¿En verdad?

—¡Claro que sí! Mírate serás un gran líder del clan. ¡Salúdame a tu padre!

—¡Lo haré tío! —Se despide con un saludo en la mano. Aunado a una enorme sonrisa sin saber exactamente a que se refiere.

Y mira entre los pasillos el movimiento de la gente, no es porque el clan Uchiha a las seis de la tarde duerma sin embargo, son exigentes en horarios y no excederse demasiado en horas porque la una gran parte tiene trabajo en sus negocios o como parte de la policía. La tarde ilumina con los rayos del atardecer las casas de madera de todos los miembros del clan, se ve particularmente más cálidos y con la calidez que rara vez Sasuke ha visto, solo cuando Itachi se encuentra descansando y suele pasar las tardes con él.

Emocionado el niño corre a toda velocidad pensando que puede encontrar a su hermano quien ha salido en una misión junto a Izumi. No obstante, y para su pesar no lo encuentra por los largos pasillos del Distrito Uchiha sino a varios de los hombres con los que su padre siempre está y otros tantos pasando un buen rato con risas, torpes comentarios y pasando la tarde como si fuese la mejor tarde de su vida.

—¡Padre! —Grita Sasuke e inmediatamente Fugaku mira detrás de él y se encuentra a su hijo menor, lo mira y le recuerda tanto a Mikoto. Le sonríe un poco y para el pequeño eso es totalmente nuevo, nunca ha visto sonreír a su padre a excepción de cuando Itachi consigue un logro, no está decepcionado y su corazón brinca de felicidad porque su padre le sonríe a él, solamente a él.

—Sasuke —llama Fugaku dando paso a su hijo, y ahí de encuentra su madre con esa preciosa sonrisa que pocas veces ha visto, es radiante como el sol y sus ojos brillan, ella está muy orgullosa— vamos hijo, ven.

—Sasuke —dice su madre y lo acerca a ella, él aún es pequeño por lo que su cabeza llega a el vientre de su madre. La abraza como ella lo hace y cualquiera que viera esa imagen sabría que Sasuke no es el niño tonto y engreído que han tenido en mente tanto tiempo.

—¿Qué sucede mamá? —Pregunta el niño. Los inexpresivos amigos de su padre también comparten una sonrisa plasmada en sus rostros, no comprende que pasa.

—Sasuke, quiero que recuerdes muy bien este día —comienza su padre con ese semblante serio pero sus ojos brillantes del extasis que tiene— porque pocas veces se ha hecho justicia de esa forma, de la única que se nos ha arrebatado y juzgado de forma incorrecta casi a aventar nuestro juicio por la ventana. Mucho tiempo el Clan Uchiha fue excluido de la aldea, pero ya no más hijo, hoy es nuestro día.

Sasuke no entiende a que se refiere del todo, no comprende la complicación de la historia y mucho menos lo discriminados que fueron los Uchiha acompañados de los hechos de los últimos años después de la invasión del Kyubi. Tampoco llega a comprender la gravedad con la que el clan que el Segundo Hokage les interpuso, las palabras de su padre suenan extrañas y huecas hasta cierto sentido carga por la falta de criterio y de consciencia que un niño no comprende.

El menor mira confundido a su madre y ella con esa hermosa sonrisa dice:

—Tú padre ha sido nombrado Hokage.

Sasuke abre sus ojos a la par mientras los gritos de emoción y los murmullos de Hotaru y Jun (los inexpresivo amigos de su padre) alabando su trabajo como el próximo líder de la hoja. Mira detenidamente a todos, su madre está feliz y con una hermosa sonrisa en su rostro del que nunca la había visto, ni hablar de su padre, a los alrededores los miembros de la policía se encuentran aplaudiendo a su líder, tantos otros sin ser ninjas regalan una nueva reverencia al próximo líder de su aldea y sobre todo a su padre quien ya ni solo es Fugaku Uchiha, ahora es el Quinto Hokage.

Sasuke mira a su alrededor confundido.

—¿No felicitarás a tu padre? —Cuestiona Mikoto acariciando la mejilla de su niño.

Sasuke obedece aún con las cejas abiertas por la sorpresa.

—Felicidades, Lord Hokage —responde Sasuke con una reverencia que hace sentir orgullosos a todo el clan.

—Por cierto, ¿dónde está Itachi? Lord Hokage —Cuestiona Jun, el sujeto con cabello largo y negro como todo miembro del clan. Sasuke lo fulmina con la mirada por ese tono amargo que tiene el tipo, el hijo de puta duda de Itachi.

—Salió a una misión que ha sido revocada en estos momentos, Itachi no saldrá más de la aldea —dictamina el antiguo líder del Clan Uchiha—, lo necesito como mi mano derecha y como líder de raíz.

Las palabras de Fugaku no son lo que le causan que se le erice la piel a Sasuke, sino ese tono gutural y profundo que no demuestra emoción sino decisión y hasta cierto punto, terror.

Si su padre ahora es el Hokage entonces ¿Por qué siente tanta incertidumbre?

—Es por el bien de la Aldea —le dice su mente en un pequeño susurro que no está seguro en poder apagar o ignorar su culpa interna.

Ciertamente la situación política de la Aldea no estaba de la mejor forma en la que cualquier sospecharía civil que estaría, las cosas lejos de funcionar están yéndose por una tubería directa a quien sabe donde. Su fuerte político no pasa por el mejor momento, y no culpa al clan Uchiha por planear un golpe de estado justo después del Ataque del Kyubi hace un par de años, justamente seguido de que muchos pensaran que alguien del clan tuviese que ver con el ataque. Él también se habría ofendido o mostrado que no era posible que él es leal a Konoha sin embargo, los Uchiha no eran Sarutobi.

Tomar la decisión de dejar el cargo a Fugaku Uchiha probablemente habría matado de un infarto fulminante a Tobirama Senju y con el paso a él del pasado también aunque, en ese momento es la mejor forma de lidiar con la presión que se tiene en ese momento, admite que no fue la mejor decisión no obstante, la correcta para dejar de lado las diferencias que durante años han incrementado como una bola de nieve al correr. Se pregunta si los antiguos Hokages se sentirían orgullosos con esa decisión, por supuesto que no es así, ellos no lo habrían aceptado pero probablemente lo hubiesen respetado.

—He tomado la decisión de renunciar al cargo —la mirada atónita del consejo está sobre él, mientras Koharu está a punto de reclamar, Homura se abstiene de decir lo que piensa mientras, Danzō  mantiene su distancia y su rostro parece estar inexpresivo pero no puede mentirle a su quijada que está apretada y tiene una sonrisa torcida. Una de las razones por las que renunció a su al puesto, Danzō jamás daría su brazo a torcer por los Uchiha, es mejor tomar una decisión sin la persona que era su mejor amigo y más que nada parecía cuestionarlo en todo, es mejor huir entre la espada y la pared, cobarde.

—¡¿Qué estás intentando decir?! ¡No puedes simplemente renunciar! —Grita y hasta escupe la anciana, Hiruzen no se inmuta y simplemente sigue mirando a quien algún día fue su amigo y ahora parece ser su enemigo.

—¡Ya lo he hecho! —No pretende gritar pero hay determinación en sus palabras—. Nada hará que cambie de opinión —dice al ver que Koharu quiere insistir.

—Al menos danos una razón por lo que lo hiciste —Homura siempre tan tranquilo como su vejez le permite, Hiruzen agradece en silencio que tenga unos cabales mejores puestos.

—Es una decisión muy personal que no pretendo compartir hoy.

—Entonces, ¿a qué se debe tan repentina decisión?

—No soy apto, es todo lo que diré —Homura no piensa insistir más, ha quedado claro que el antiguo líder no piensa decir más, es una decisión a la que no planea pelear.

—¡Es irrespetuoso de tu parte, Hiruzen! —La mujer está sumamente molesta, esas decisiones se hablan con el consejo y no se toman en cuenta a la primera, hay un protocolo como cuando se toma la decisión de un nuevo Hokage—. Nos debes respeto, somos tu consejo.

—No sabía que necesitaban ustedes para el bien —Hiruzen imagina que si la anciana hubiera sido una adolescente se le habría ido a los golpes en ese momento—. Además todos sabemos que lo que menos han hecho ustedes han sido tomar decisiones a mi espalda.

—¿Qué estás diciendo? —Cuestiona nuevamente la mujer, cabreada y tomando con fuerza la gran tela que la acompaña.

No pretendo estar con un consejo que toma decisiones a mi espalda y quiere tomar la vida de otros.

—¿Esto es por el clan Uchiha? —Koharu pega en el escritorio en el que se encuentra el Tercer Hokage, Hiruzen la mira con fiereza, no está dispuesto a callar de otra forma, ya no tienen que darle órdenes.

—Sea por lo que sea, esa es mi decisión.

—Patética decisión —Danzō ha dado pasos hasta llegar frente a Hiruzen. Ambos se miran con firmeza y ninguno de los dos planea ceder. La tensión puede cortarse con un cuchillo, hay palabras que decir sin embargo, ya se ha visto suficiente para ambos. 

Hiruzen lo ignora y se levanta de su asiento.

—¿Al menos dejaste algún nombre para ser Hokage?

—No te preocupes, Homura. Ya está resuelto.

Hiruzen camina a paso sólido y con la fuerza de un gran árbol al nacer y crecer, para él no es precisamente el final y si es así, se niega rotundamente a romperse en pedazos, la fortaleza de su lealtad hacia Konoha puede más.

¡TZZZ!

Aunque lo que llama la atención en el lugar y el sonido sordo no es su incomodidad de la situación, mas bien es la forma en la que Hiruzen toma la muñeca de Danzō, quien previamente había sacado un kunai de sus ropas y amenazaba con cortarle la garganta al Tercer Hokage. Ambos se miran fijamente sin pestañear, hay rabia y enojo.

—¿Pretendes matar a tu líder?

—Ya no más, Hiruzen —siguen con esa lucha de miradas.

En ese momento es cuando entra miembro ANBU, desconocidos y anonimatos gracias a la máscara de oso y de perro que cubren sus rostros. Sus vestimentas grises sin mangas y el tatuaje de forma en espiral en su brazos.

—¡¿Qué pasa aquí?! —Exige saber el Sarutobi, su rostro está deformado por la sorpresa combinado con el odio que desborda. Eso sí no lo esperaba, es su decisión renunciar, no tiene porque estar ahí ANBU y en el peor de los casos, Raíz a merced del otro.

—Sarutobi Hiruzen, usted está detenido por crímenes en contra de Aldea Oculta entre las Hojas.

El pobre hombre abre los ojos tanto que parece que van a salir de sus cuencas, eso es imposible y hasta inhumano, pero simplemente detrás de la sádica sonrisa de Danzõ hay un título que se permite indagar, al que algún día pudo llamar como amigo y colega le da la espalda, todo por el bien de la Aldea. Los hombres a lado de Danzõ toman sus brazos con fuerza intentando que no escape, ha sido un gran shinobi y no quieren que sea escurridizo no obstante, no planea escapar, lo que todos ignoran en ese momento es que todo lo ha hecho por la culpa sepultada de sus errores.

—Esperaba que pusieras un poco más de fuerza —dice el líder de Raíz con calma, detrás de ese tononsutil y hasta monótono se encuentra un poco de felicidad. Su plan salió a la superficie.

Llevar a Hiruzen a su propio límite, el plan del clan Uchiha esperaría gracias a la caza de Shisui, por lo que el hombre no estaría apto para tomar decisiones. Porque las decisiones requeridas requieren voluntades fuertes y Hiruzen al ojo de Danzõ no cumple con eso. Sin embargo, él no conoce del todo la voluntad de fuego porque solo ve la punta del iceberg que Hiruzen ha querido mostrar, no ve la oscuridad que ha evitado y otra que ha asignado. Danzõ confío en que el Tercer Hokage renunciaría, no puede negarse su amor hacia la aldea que no puede controlar, el aniquilar al clan Uchiha ya no sería un opción y menos con Itachi fuera de Konoha y su mejor amigo desaparecido por eso su renuncia es la mejor opción. Pero incluso Danzõ carece de visión en el mundo shinobi porque no espera los siguientes minutos.

—He aceptado mis errores ¿y tú Danzõ?

—Yo lo hago por el bien de la Aldea, tú lo haces por proteger a un clan maldito.

—¿Sabes por qué tú y yo somos iguales? —Cuestiona el ahora ex líder de la aldea. Danzõ ni se inmuta— porque buscamos la paz equivocada.

Y sin más que decir el Tercero se retira con esposas en las manos en su espalda y escoltado por dos miembros ANBU. El consejo de Konoha mira la oficina vacía en conjuntos de un atardecer que da paso a la oscuridad de la noche, esa misma oscuridad que son incapaces de ver y que se aproxima como nuevo líder de la Hoja. Danzõ deseará no haber hablado nin odiado a los Uchiha que con todo el odio y el resentimiento que le guardan lo despojaran de su cargo, sus deseos de ser Hokage y llevar el bien y la paz como medio de control se reemplazado por el hombre que ahora le mira con ese ojo tintado de sangre y formas circulares.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —El coraje golpea las paredes de aquella oficina, hay resentimientos que nunca sanan.

—¿No te lo dijeron? Soy el nuevo Hokage.

Los ancianos perplejos y con un coma diabético por la sorpresa, no esperan eso. Mucho menos que Fugaku Uchiha con los brazos cruzados y toda la policía detrás de él, reforzando sus palabras.

Mira a sus compañeros de viaje a través del bosque, están cansados ​​aunque tengan una resistencia mayor que la suya y vaya que ella esta agotada. Itachi esta dormido aunque no esta muy segura de eso porque está sentado tan elegantemente que le dan ganas de golpearlo, los muy idiotas se ven bastante bien. ¿Quién muerda se creen? Ella con cuidados entre momentos y su cuerpo bañado de sudor, su cabello enmarañado y ni hablar de las ojeras que se pintan debajo de sus ojos, es simplemente desmotivados verlos. ¡Izumi se ve radiante a pesar de usar su cabello suelto!

Bufa irritada y es lo único que se oye a lo largo del extenso bosque. Da un último vistazo a los tres que se encuentran recostados sobre diferentes árboles, estupidos y sensuales Uchiha.

—Estúpidamente sexies — murmura fastidiada y sus mejillas rosadas.

Observa una vez más a sus alrededores y siente de nueva cuenta la presencia que esta a un par de kilómetros al norte. Su chakra es extraño, no es malo y es relativamente ligero a comparación de otros como el nauseabundo de Kakuzu, es complejo describirlo. Verifica que sus acompañantes estén verdaderamente dormidos, y comienza a caminar.

El camino es oscuro sin embargo el chakra le llama lo sabe, la persona la está esperando pacientemente a que llegue. Camina durante minutos, toma su pierna verificando si realmente lleva conssigo al menos un kunai y así es, ni trae consigo la capa negra u otra cosa.

Cuando llega los rayos de la luna dan de lleno en donde está lo que le causa curiosidad y supone que es el naranja de la fogata lo que logra disipar el azulino de la luna. Levanta aquella mirada llena de sorpresa al encontrar a una hermosa mujer en los aires con alas de papel. Es como un ser celestial, piensa asombrada no solo por aquellas alas sino por la belleza de la hermosa mujer. Su cabello es azul, y combina a la perfección con la luz del astro hasta perece venir de ahí, sus labios carnosos, su piel lechosa y el ámbar de sus ojos que la miran fijamente. Una ola de desesperación la invade por la bata negra con nubes rojas que porta con elegancia.

—Viniste —dice ella con una voz profunda que sorprende a Ino mas no lo deja ver.

La mujer baja con delicadeza de los aires y es cuando Ino la ve frente a ella, es unos cuantos centímetros más alta y tiene una perforación en el labio inferior, no puede creer que alguien tan hermosa porte aquella capa.

—Eras tú quien rondaba desde hace unas horas.

La mujer la mira fijamente sin parpadear, parecen minutos pero son escasos segundos. Konan no solo mira ala chica sino que la observa con seriedad, no pensaba que la persona a la que Nagato mandó a buscar fuese esa muchacha que no pasa de los dieciocho años, en realidad tampoco pensaba que fuese una chica. Nadie puede cuestionarla pues Akatsuki en sus inicios había sido la única mujer en el grupo, tal vez se había acostumbrado a que solo ella hacía cosas por la paz. 

—Madara te ha traído —dice Konan con ese inexpresivo rostro, no conoce mucho de lo que se supone que ha pasado pero debe ser importante si Nagato la mandó a buscar.  La expresión de Ino confunde a la peliazul. Parece tan consternada.

—¿Lo conoces? —Cuestiona y en un ágil movimiento que incluso sorprende a la misma Ino saca el kunai y única arma que porta, aunado a una pose de defensa con el arma frente a ella.

Konan mentiría sino dijera que ese momento es gracioso, la chiquilla tiene agallas y es que, Ino sabe perfectamente que no tiene oportunidad en contra de la otra; ella no tiene posibilidad contra un Akatsuki y eso ya debería saberlo. 

—Entonces él te invitó aquí.

—Si raptarme y traerme sin mi opinión es invitar, supongo que sí.

Incluso la única kunoichi de Akatsuki se sorprende por la irreverencia de la rubia. Ino tiene su brazos cruzados y su mejilla está siendo mordida, dándole un aspecto casi infantil, digo casi porque en los últimos días parece que ha crecido algunos años. Por no decir envejecido.

—Tú no perteneces aquí —responde Konan e ignora a la chica, causándole algo de rabia a la Yamanaka por ignorarla. 

—No, no soy de aquí —explica Ino mirando al suelo buscando una respuesta que no suene tan loca como "viaje en el tiempo, por el hijo de puta de Madara". Algo dentro de ella le dice que extrañamente puede confiar en Konan, como sucedió con Itachi. Algo le dice que hay una historia detrás de ellos como la hubo con el Uchiha pero ¿Qué historia?

—Entonces Madara te ha traído.

El segundo nombramiento de Madara hace un pequeño click en la mente de Ino. La Yamanaka levanta la mirada encontrándose con el rostro inexpresivo de la mujer frente a ella, comprende un poco lo que le ha dicho, mantiene una relación probablemente laboral con Madara. Usa la bata de Akatsuki y habla de él de una forma poco convencional que solo una persona que ha cruzado más de dos palabras se refiere a otra. Tan solo el tono y la manera en la que su ceño se frunció una fracción que Konan creyó no vio.

—¿De dónde te ha traído? —Vuelve a cuestionar la mujer, al ver que Ino se ha quedado perdida en sus pensamientos.

—De cuando —Konan vuelve a encarnar su ceja por un pequeño segundo con las palabras de Ino, al parecer la rubia no sabe exactamente lo que sucede y mucho menos con lo que Nagato le ha dicho, ni siquiera cuando la propia Konan le ha costado entender—. Necesito que me acompañes.

Ino no pensó que la mujer fuese tan directa.

—¿Qué sucederá si no lo hago?

—No quieres saberlo.

Konan se acerca un paso e Ino instintivamente da un salto hacia atrás, se coloca en posición de defensa con el arma en alto, porque sabe que cualquier ataque estará dado por su torpeza y la gran agilidad de la kunoichi. Lo segundos pasan en los que Konan no se ha movido ni un momento y solo la observa. Sus manos tiemblan y sus rodillas de igual forma, nunca ha peleado con un Akatsuki mano a mano, lo máximo que ha hecho es ayudar a Shikamaru en la cual no hizo mucho y todo estuvo a cargo de su amigo, Kakashi y sobre todo Naruto. 

En un movimiento poco acertado Ino lanza el kunai hacia Konan, quien logra esquivarlo con facilidad y pega en el árbol de atrás, incrustándose con fuerza. 

La Akatsuki mira de soslayo el arma y es entonces que Ino aprovecha el momento para activar sus sellos de manos. El enfrentamiento no es una opción y menos en sus condiciones de cansancio no obstante, la información acerca de Madara le ha dado la patética idea de poder conseguir un poco de información pues, aunque sea halagada porque la preocupación de los Uchiha siente y realmente no ha hecho nada más que ser una dama en apuros.

Ino tiene su posición de manos justo para implementar su Jutsu Transferencia de Mente. Konan la mira nuevamente de arriba a abajo, sintiendo incluso un poco de lástima por lo patética que se ve la pobre chica, ha conocido un poco de ese Jutsu.

—Yo que tú, no lo haría.

—Solo me meteré en tu mente, no te preocupes no te dolerá —la Yamanaka se oye bastante segura y a Konan casi le da más pena de lo que ya siente, no tiene oportunidad.

—No creo que quieras correr ese peligro, si lo haces no podrás volver —la Akatsuki da un pequeño paso. Se ve tan segura de sus palabras.

—No, pero tienes en tu mente algo que necesito —los planes de Madara, está a punto de decir.

La joven está un poco desesperada, no siempre se tiene a un Akatsuki a quien implantarle su técnica. Muchos dirían que está loca sin embargo, olvidan que de Madara no sabe absolutamente nada y necesita al menos un indicio de que hace ahí pues el Uchiha, ni siquiera ha osado aparecerse cerca de ella, la ignora. Dentro de ella puede incluso provocarle un poco de molestia.

Konan no se mueve.

—Jutsu Tranferencia de Mente.

Sus oídos zumban y el dolor de cabeza es tan jodidamente doloroso que tampoco tiene oportunidad de sostenerse de pie, parpadea en repetidas ocasiones intentando aclarar su vista, y aunque lo repite no logra enfocar gracias a lo borroso de sus ojos. El aroma a polvo la abraza, y siente su cabello volar gracias al viento cálido que golpea su piel. No obstante, lo que llama su atención no es el calor del sol en el clima árido sino el brazo que empuja su cintura y otro que toma su brazo con premura jalando de ella.

Ambos aromas se combinan en su nariz, y un vuelvo en el pecho la hace sentirse viva.

—¡Ino! —Escucha a lo lejos cuando su espalda choca en contra de un árbol.

—¿Qué fue lo que pasó?

—No lo sé, solamente se quedó parada cuando ese maniaco la atacó.

—Demonios, está sangrando, es nuestra ninja médico. ¡¿Qué estaba haciendo ahí, Choji?!

Abre los ojos de golpe, y su vista se volvió nítida. ¿Cómo esa posible eso? Shikamaru y Choji se encuentran frente a ella, discutiendo y viendo si está en óptimas condiciones, se ven tan sucios y con los rostros serios, mira a sus alrededores y entonces recuerda ese momento: la pelea contra  Kakuzu y Hiddan. Su garganta está seca como en ese momento con la diferencia que hay un ardor en su brazo que logra distraerla, una enorme cortada en su brazo izquierdo en la cual, logra verse un río de sangre combinado con una extensa profundidad. Lo que desconoce Ino es que es por el brazo de Kakuzu que intentó atravesarle el pecho de no ser por sus compañeros de equipo lo habría logrado.

Sus orbes azulino se llenan de lágrimas, ha vuelto.

—¿Estás bien? —Pregunta el Akimichi mirando confundido a su compañera de equipo, de un momento a otro se ha vuelto un poco extraña y su rostro está cansado.

—S-sí —susurra con torpeza.

—¿Segura? —El monótono de Shikamaru es como cantar para sus oídos. El Nara está desesperado la batalla está detrás de ellos y no quiere presionar a la rubia pero, deben dejar de darle atención para seguir con el plan.

Ino no responde porqué ha abrazado a sus compañeros y amigos de equipo, los toma del cuello y los acerca a ella, sintiendo de nuevo la unión Ino-Shika-Cho, no llora porqué no solo tiene el cansancio del pasado sino el de ese momento también. Esta muy exhausta, y más con el dolor en su cabeza martillándole los oídos.

Toca su cabeza, duele demasiado. 

—Ino no puedes seguir, cura tu brazo lo más pronto posible.

Asiente apenas, toca con premura la zona sintiendo como su brazo está húmedo con la perdida de sangre.

El Akimichi toma su hombro en señal de apoyo, le regala un pequeña sonrisa que le hace sentir segura, es un don que tiene Choji, hace sentir bien a sus seres queridos con un gesto.

—Yo la acompaño —responde su amigo al Nara— tú ve con Kakashi.

Shikamaru les agradece a ambos con una sonrisa genuina y corre hacia la pelea que se encuentra a sus espaldas.

—Tú puedes, —dice Choji e Ino le cree.

El brillo verde se posa en su mano y pronto su vista se vuelve nublar, escucha vagamente las explosiones, los gritos y palabras que intercambian su equipo con el enemigo, coloca su chakra de nuevo en su herida y sus sentidos se apagan uno por uno dejándola en la negrura.

Abre sus ojos de golpe y lo primero que ve frente a ella es a los tres Uchiha dormidos. Toca su frente por el dolor de cabeza que continua, su frente está mojada por el sudor que recorre su cuerpo y sobre todo, de sus ojos corren cascadas salinas, eso maldita sea duele como nunca. El hueco en su estómago se expande y necesita tapa sus labios para que no se escuchen sus sollozos, no estaba con sus amigos, en su tiempo. Era un sueño tan real.

—Maldito... —dice a Obito que la ha llevado a un infierno.

Cuando intenta levantarse el dolor en su brazo la ataca de imprevisto haciéndola tropezar unos pasos. Concentra su chakra en su palma mística sin embargo, se distrae al ver a Itachi justo frente a ella, si el llegó ahí es posible que no haya sido un sueño, sino una forma de regresar.

Ino se concentra hasta sentir su propio chakra, está desnivelado por la herida y la pérdida de sangre combinado con el cansancio. Su chakra asciende y desciende. Su atención se ve disuelta por la misma presencia de su extraño Deja Vu que ha tenido.

Da un último vistazo a los Uchiha quienes duermen tranquilamente en bases de árboles. Y sin mirar atrás comienza a caminar no sin antes apagar la lumbre que se encuentra a sus pies. Toma entre sus dedos el kunai para trazar en el piso un pequeño texto. Entonces sabe que debe partir y sabe exactamente con quien ir.

Necesita respuesta.

Cuando abre sus ojos gracias a los rayos de la luz mañanera que da en sus ojos, parpadea un par de veces antes de encontrarse con Izumi y su expresión confundida tomando un kunai entre sus dedos; ella tiembla en el lugar acompañada de sus propios brazos dándose calor. Itachi se mira y se siente ligeramente mejor y su jaqueca ha desaparecido, aún tiene pequeños flashes del día anterior borrosos y fragmentados.

—¿Qué sucede? —Escucha la voz de Shisui a su lado—. ¿Dónde está Ino, Izumi?

La castaña se muerde el labio.

—No sé... —murmura ella— cuando desperté ella no estaba.

—¿Cómo que no estaba? —Cuestiona Shisui, Itachi presta atención a la única chica.

—Ella me dijo que me durmiera, que ella haría guardia.

—Debemos buscarla, no es seguro que esté vagando por ahí.

—Lo lamento, no pensé que se fuera —Izumi se siente culpable y más con la mirada perdida de Shisui intentando descifrar que es lo que pasó.

—No es tu culpa —dice por primera vez Itachi, después de unos segundos, mira fijamente a su amigo pues, tiene una mirada molesta—. Debemos ir...

Sin embargo, es interrumpido por el aleteo de un águila que desciende esa fría mañana. Coloca su brazo para que el animal llegue, al hacerlo el ave extiende su pata en un claro mensaje de Konoha y el escudo del clan Uchiha a su lado lo cual deja un poco confundidos a los tres Uchiha. Itachi toma el pequeño pedazo de papel que tiene el animal.

Cancela tu misión, es un nuevo orden.

Fugaku Uchiha, Quinto Hokage.

Entre ellos se miran.

Eso en definitiva no está bien.

Espero les haya gustado, ¿qué les pareció? Háganmelo saber en un comentario.

Gracias por leer. <3

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