two


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La bocina del carro se escuchó dos veces, de la gran casa iluminada salió una morocha a toda prisa con una botella en su mano. Cassandra negó lentamente al verla gritar y antes de llegar al carro le abrió la puerta para que ella solo brincará al asiento del copiloto.

—¡Batman y Robin están de regreso! —exclamó colgándose del cuello de Cassandra para darle un abrazo mientras reían. 

—Solo para aclarar, soy Batman, ¿cierto? —preguntó al separarse de Michelle.

—Duh, Robin puede embriagarse —alzó la botella y se la llevó a la boca para empinarla.

—Estoy muy segura de que Batman también —respondió arrancando el carro para salir del residencial donde Michelle vive.

—¿¡A quién le importan?! Nosotras somos Cass y Elle y estamos juntas después de un año, ¡un año! —gritó cerrando sus ojos.

Cassandra comenzó a reír y miró de reojo a su amiga—. ¿Desde que hora empezaste a beber? —preguntó algo divertida.

—Me desperté con resaca, tenía que curarme —murmuró.

—¡Oh, por Dios, Michelle! —exclamó soltando una carcajada—. Y decías que yo terminaría visitando un centro de apoyo para alcohólicos.

Michelle soltó un «meh.»

—Bueno, tu lograste irte a Nueva York —le señalo con una sonrisa orgullosa—, te ves diferente, eso me gusta, hasta luces más propia, ¿qué es eso?, ¿un anillo de diamantes? —preguntó algo burlona.

—Ja, ja, sabes que es mi anillo de pureza —le recordó rodando los ojos.

Michelle solo bebió de la botella algo cáustica—. Necesitas sexo, en serio, una vez que entras... ¡no hay salida! —aseguró guiñando un ojo.

Cassandra sonrió y rodó los ojos algo divertida, en cuanto el semáforo se puso en rojo, se apoyó en el volante para ver a Michelle con una pequeña sonrisa.

—¿Eres prostituta?

Michelle dio otro largo trago a la botella de whisky—. Nop —respondió ladeando su cabeza en dirección a Cassandra—, pero créeme, lo he pensado.

Ambas volvieron a reír y Cassandra negó con una sonrisa—. Nunca has cambiado, te adoro.

—Y yo a ti —Michelle tomó la mano de Casandra para depositarle un beso con una emoción—. ¡Ahora apresúrate bebé! Muero por ponerme a bailar.




Las luces neón rojas iluminaron el rostro de Cassandra y Michelle al entrar al bar, ambas amigas se tomaron del brazo ya que Michelle se encontraba un poco ebria y necesitaba ser guiada, sin embargo, Cassandra pudo apreciar el diseño tan peculiar del lugar, puesto que a pesar de tener una decoración antigua, cuenta con estilo muy moderno.

—¡Cass y Elle llegaron! —exclamó un pelirrojo parándose de un brinco. 

Había una mesa con tres chicos y una chica, los cuales aplaudieron y gritaron al ver a las amigas llegar. John abrazó con fuerza a Cassandra, levantandola unos centímetros del piso y haciéndola reír.

—Te extrañe, Johnny —dijo despeinando su cabello.

—Y yo a ti, Cass —le imitó el acto haciendo que Cassandra arrugará su nariz 

Elle movió sus caderas emocionada y se lanzó a los brazos del pelirrojo para depositarle un feroz beso en los labios.

Cassandra abrió su boca y sus ojos algo sorprendida—. Woo, eso es nuevo —dijo señalando a quien consideraba su primo y a su mejor amiga. 

—Te acostumbras —dijo uno de los chicos—, todo el tiempo están comiéndose —la chica a su lado le dio un codazo y Cassandra tuvo que evitar soltar una risa. 

—Llevan saliendo tres meses, es sorpréndete —dijo una voz a su espalda.

Casandra casi grita de emoción al ver al chico de piel negra y brillantes ojos avellana, su sonrisa es casi perfecta y tiene un cuerpo fornido.

—¡Peter! —lo abrazó con emoción siendo cargada por él y soltó una risita cerrando sus ojos.

—Cuando me dijeron que vendrías no podía creerlo —confesó separándose de Casandra—. Cassandra Morrison en Richmond cuando había dicho que nunca volvería —narró con una sonrisa.

—Bueno, tengo que visitar a mi familia —respondió rodando los ojos con una pequeña sonrisa—, pero créeme, en cuanto me gradué serán ellos los que me visiten a mí —guiño un ojo y tomó asiento saludando al resto. 

—¿Podré visitarte yo? —preguntó con una pequeña sonrisa.

—Claro, no necesitas avisar, solo llegar —le dijo sonriente, Peter relamió su labio sin poder ocultar su emoción.

Mientras terminaba de saludar al resto de sus amigos, sacó su celular del bolsillo de su pantalón y mandó el primer mensaje de la noche a su padre.



«Estoy bien, ¿ya te has dormido?»



Lo guardo nuevamente y acepto la botella de cerveza que Michelle le paso.

—Brindemos —propuso la joven rubia con una gran sonrisa—, por el reencuentro de los vándalos.

Hubo algunas risas por eso, sin embargo, los ocho levantaron sus bebidas.

—¡Por el reencuentro de los vándalos! —chocaron los tarros y botellas de cervezas y entre sonrisas de alegría bebieron para comenzar a recordar sus momentos más graciosos estando en la secundaria.




En el vecindario Blackwell la casa de la familia Morrison se encontraba en un silencio sepulcral, salvo por el ruido de un cuchillo desgarrar las almohadas de Cassandra mientras que el hombre con pasamontañas sollozaba apuñalando una y otra vez las almohadas.

—¡Maldita se! —exclamó con molestia mientras las lágrimas brotaban de sus ojos—. ¡Tenías que estar aquí! ¡Tenías que estar aquí! ¡Teníamos que estar juntos hoy!

Recorrió la habitación con su mirada, en busca de alguna pista donde podría encontrarla, abrió el armario y olfateo la ropa cerrando sus ojos, se miró en el espejo y tomó el pintalabios rojo que guardo en el bolsillo de su pantalón; hojeo los libros del librero y tomó una de las fotografía en la repisa.

Apretó su mandíbula al ver la familia feliz y sin piedad la apuñaló con el cuchillo, arrancando la fotografía y quedándose con el pedazo donde se mostraba Cassandra sonriendo. 

Salió rápidamente por la puerta trasera y dejó atrás la casa de la familia para correr nuevamente por los árboles, cruzando el parque que se encontraba completamente desierto hasta llegar a un viejo sedán negro, al cual se montó y arrancó lo más rápido posible, alejándose del vecindario. 




A Casandra le gustaba divertirse, su pregunta era, ¿a qué adolescente no le gustaría hacerlo?, hace mucho tiempo que no bailaba de la forma en la que lo estaba haciendo y aunque no se encontrara bebiendo ya que no quería despertar a su padre para que fuera por ella, se encontraba con el humor adecuado para bailar y cantar junto quiénes fueron sus mejores amigos en la secundaria.

Peter le tomo la mano para que la colocará a su hombro y se acercó a ella sujetándola de la cintura, con su mano libre acarició la muñeca derecha de Casandra que sonrió y sintió a Peter acariciar su anillo.

—¿Aún lo llevas puesto? —preguntó sorprendido.

Cassandra asintió—. Luce bonito, ¿no crees? —preguntó inocente, causando que Peter soltó una risita.

—Sí, un poco —respondió entrelazando su mano—. Cass, ¿en serio nunca...?

—¿Nunca qué? —preguntó ladeando una sonrisa, mientras seguía bailando al ritmo de la música—. ¿Nunca he perdido mi virginidad?

—Bueno... vamos, Cass —musitó algo coqueto—, vives en Nueva York, sola, tienes tu propio departamento —Cassandra rodó los ojos sin quitar su sonrisa divertida.

—Sí, gritó promiscuidad por todos lados, ¿no?

—No es lo quise decir —dijo rápidamente.

—Solo, cállate y bésame, Peter.

Le obedeció sin pensarlo dos veces, fue un beso realmente lento y apasionante, Cassandra soltó una risita antes de separarse de él.

—¿Que dices si nos vamos de aquí? —preguntó con voz ronca, acariciando su mejilla e inclinándose para darle un corto beso.

Casandra jadeo—. Pero me estoy divirtiendo mucho —hizo un puchero que Peter considero adorable.

—Solo... piénsalo —susurró.

Beso lentamente el cuello de Casandra haciendo que cerrara su ojos y respiro profundamente con una pequeña sonrisa.

—Me estas convenciendo —dijo en voz muy baja, Peter le dio una pequeña mordida haciéndola jadear—, bueno... espera —se separó de él y sacó su celular achinando sus ojos.

Habían pasado tres horas y su padre no lo había respondido los últimos tres mensajes.

—¿Todo bien? —preguntó Peter llevando una mano al bolsillo de su pantalón.

—Es solo que... papá me dijo que le mandará mensajes cada hora —rodó los ojos con una sonrisa y escribió rápidamente.



«¡Sigo bien! Y seguro tu estas roncando, pero quiero que sepas que puedes confiar en mí.»



—¿Te está esperando despierto? —curioseo ladeando una sonrisa.

—No, no, solo está... ya sabes, siendo un padre responsable, pero, ¿a quién engañamos?, está roncando —rodó sus ojos con una sonrisa y relamió sus labios.

—¿Entonces? —Peter se balanceo sobre sus talones, tomando de la cintura a Cassandra. 

—Me gustaría hacerlo, realmente me gustaría —confesó cerrando sus ojos—, pero... son las casi tres de la mañana —murmuró.

Peter alzó sus manos—. De acuerdo, ¿quieres que te acompañe a casa?

Ella negó con una sonrisa—. Me iré sola, solo me tome una cerveza y, estoy muy bien —aseguró.

—¿A dónde crees que vas? —preguntó Elle balanceándose para llegar a ella.

—Woo, alerta borracha —tomó a su amiga por los hombros y la sentó lentamente en el sillón más cercano. 

—Estoy bien —aseguró arrastrando su lengua—, y tu no, ¡tu no estás bien!, ¿dónde quedó mi Batman? —hizo un puchero haciendo que Casandra sonriera.

—Michelle, creo que es hora de que te llevé a casa —la mencionada se quejo, el pelirrojo se dejó caer a su lado y pasó una mano por sus hombros.

—Amor, creo que será mejor que sigas el consejo de Cass —dijo besando su frente.

—Pero Johnny —Elle hizo un puchero que el pelirrojo imitó—, no quiero ir a casa, si papá me ve borracha (hip) me mandará a las pláticas de borrachos (hip).

John destapo la botella de agua y Casandra suspiró viéndola tomar agua—. Puedo llevarla a mi casa.

Michelle negó asustada—. No, no, mamá Lauren no puede verme así —dijo abriendo sus ojos, causando que los tres rieran algo divertidos por el gesto. 

—¿Qué hay de tu departamente, John? —preguntó Cassandra.

Él negó apretando sus labios—. Papá encontró... —hizo una mueca, Cassandra lo miro esperando a que continuara—. Papá me encontró marihuana y...

—¡John! —le reprimió.

—Lo siento, lo siento —murmuró con una mueca, Cassandra suspiró algo frustrada—. Solo fue una vez...

—Que podría ser otra y otra —él negó con su cabeza viendo a Elle, quien sin entender muy bien le dio la razón a Cassandra. 

—Ya, estoy de regreso en casa, ya sabes, estoy en prueba —suspiró rodando los ojos.

—Pues —hablo Peter llevando una mano a su nuca—, mi roomie salió a Chicago, así que mi departamento está libre —comentó.

—¡Sí! ¡Ding! ¡Ding! ¡Peter gana! ¡Woo! —Michelle levantó su puño al aire con una sonrisa.

—Será mejor irnos —dijo Casandra algo divertida—, yo manejo.




Cassandra nunca antes había manejado tan tensa. En los quince años que llevaba de conocer a Elle nunca se imaginó que la podría ver en ese estado, usualmente era ella quien tenía que ser cuidada por su amiga y ahora mismo sentía mucha pena por todo lo que tuvo que pasar. 

—Vamos Ella, ya casi llegamos —le hablaba John ya que parecía que pronto perdería la conciencia. 

—¿Desde cuándo toma tanto? —preguntó mirando a John por el retrovisor. 

Peter lanzó una mirada a John quien carraspeo—. Entonces... ¿no te lo dijo?

Casandra frunció el ceño mirando la carretera, miró nuevamente por el espejo retrovisor y negó con su cabeza.

—¿Decirme qué?

—La empresa de su padre está en quiebra —dijo con una mueca—, hace tres semanas que están bajo investigación por que aseguran a su padre de fraude.

—¿Fraude? Kendall nunca haría eso —murmuró girando tras la indicación de Peter.

—No, descubrieron que fue su contador —Casandra gruño rodando los ojos—, quien se dio a la fuga y no pueden encontrarlo, así que ahora todo cae sobre Kendall.

—Demonios —susurró Casandra soltando un suspiró.

—Sí, tuvo que dejar la universidad hace una semana por que no pudieron seguir pagando —dijo John acariciando el cabello de su novia.

—La firma de abogados de Kendall es de las más importantes del estado —agregó Peter—, hay al menos cien personas demandando y cada día aparecen más.

—¿No pueden hacer nada? Me refiero a, encontrar el contador —ambos negaron con su cabeza. 

—Se cambió de nombre, se fue del país, unos dicen que hasta se cambiará el rostro con todo el dinero que se robó.

—Que mierda —murmuró estacionándose, sintiendo un dolor en su garganta—, agh, nunca me agrado el contador, se llama... ¿Ryan?

—Brian —le corrigieron.

—Ew, no digan ese nombre que vomito —murmuró Elle un tanto adormilada.

—Fuera del auto de mi papá, fuera del auto de mi papá —chilló abriendo la puerta.

John logró bajarla del auto y lo primero que hizo en cuanto se cerró la puerta fue vomitar. Peter hizo una mueca y Casandra cubrió su boca, pero John solo sostuvo de su cabello para acariciarle la espalda.

—Estarás mejor, lo sé bebé, vamos adentro —murmuró cargándola por los hombros.



«Michelle está muy mal, ¿sabías lo que le pasó a su padre?, espero llegar para el desayuno.»



—Bueno, ya ha vomitado todo lo que había tomado —informó John sentandose al lado de Cassandra, quien apoyó su cabeza en el pelirrojo.

—¿Por qué crees que no me lo dijo? —preguntó en voz baja.

—No quería que te preocuparas —respondió con una mueca—, Elle sabía que te preocuparías.

—Claro que sí, es mi mejor amiga —suspiró algo frustrada y entonces le dio un fuerte golpe a John.

—¡Au! ¿Eso por qué? —preguntó adolorido.

—Tu eres mi primo y no me dijiste que salías con mi mejor amiga —John soltó una risita y acarició su brazo.

—Te lo queríamos decir en cuanto te vieramos —respondió sonriendo un poco.

Ambos miraron a Elle quien se encuentra recostada en el sillón, más no está dormida ya que se encuentra mirando a Cassandra y John. 

—Vete a casa, Cass —pidió John.

—¿Bromeas? Elle nunca me dejo y yo no la dejaré —respondió sacando su celular para mandar otro mensaje. 



«Estoy con John cuidando a Elle, prometo llegar para el desayuno»



«No he dormido nada, Elle vomitó en mis botas dos veces, ¡dos veces!»



«Hey, son las seis, despierta dormilón.»



«¿No es muy tarde como para que sigas dormido?»



«¿Papá?»



«¿Es una broma o algo por el estilo? Están por ser las nueve de la mañana, ¡despierta!»



Casandra soltó un bostezo tras mandar el último mensaje y sintió su estómago removerse, frotó su rostro algo cansada y ladeo su cabeza para ver a Michelle dormir en el pecho de John, quien se encuentra cambiándole a los canales en la tele.

—Bueno, se ha dormido por fin —murmuró parándose, John asintió apretando sus labios—, supongo que iré a mi casa y averiguaré porque mi padre no responde los mensajes y llamadas—caminó hasta la mesa del comedor para tomar las llaves del carro—, seguro se fueron a la playa sin mí.

Escucho el noticiero de las mañanas y bostezo nuevamente, golpeó sus mejillas ligeramente para despertar ya que tenía que manejar y se giró para ver a John.

Ya no se encuentra abrazado de Michelle y sus ojos se encuentran bien abiertos mirando la pantalla, su piel parece perder color y poco a poco su mirada demostraba miedo. 

—¿Ocurre algo? —preguntó frunciendo el ceño.

—Cass... esa... ¿esa no es tu casa? 





Nota de autora: 

En el siguiente capítulo sale nuestro favorite white boy 🤠

Lots of love, Cici x

pd: llegué a la conclusión de que actualizaré cada 2-3 días a la madrugada (aprox 2am méxico), so nos leemos soon ✨

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