fourteen


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La sirena de las ambulancias se hizo aún más fuerte, Cassandra sollozó con fuerza aferrándose al pecho de Spencer y cerro sus ojos al sentir las manos del hombre acariciarle su cabello. Las manos de Spencer sostuvieron con fuerza la espalda de Cassandra mientras veía como policías rodeaban a Dominick Anderson, el hombre detrás de todos los asesinatos y quien tenía una obsesión por Cassandra. 

—Todo está bien, Cassie —susurró besando su cabeza.

—Dios, me asuste tanto —confesó alzando su cabeza para verlo.

Sus ojos se encontraron una vez más, mientras sentía su corazón latir con rapidez. 

Spencer estaba bien y no había salido herido por que había sido más rápido que Dominick, disparándole dos veces justo en el hombro derecho, provocando que bajara su mano e impidiéndole disparar. 

—Perdona por apuntarte, en serio, no quería hacerlo —murmuró acariciando las mejillas de Cassandra con cariño. 

—¡Reid! —el nombrado se separó lentamente de Cassandra al ver a Derek caminar dar pasos rápidos.

El agente Morgan lo tomo con fuerza del hombro, asustandolo solo un poco; sin embargo, lo rodeo dándole un fuerte abrazo, aliviado.

—No vuelvas a hacer eso —le pidió al separarse.

Spencer ladeo una sonrisa—. No vuelvas a pedirme que deje de lado un caso —contraatacó sonriendo un poco. 

—Nunca —aseguró Derek con una sonrisa.

Los agentes se giraron para ver a Hotch y a Rossi quien abrazaron bastante alegres a Cassandra al notarla sana y salva.

—Me alegra saber que no tenemos que involucrarnos tanto —murmuró Spencer sonriendo un poco divertido.

—Imposible no hacerlo —comentó con una sonrisa ladina a Derek.

—¿Qué va a pasar con él? —preguntó Cassandra al equipo del FBI mientras juega nerviosa con sus manos, mientras veía como Dominick era subido a una ambulancia. 

—Será trasladado a un hospital —respondió JJ tomando la mano de Cassandra—. Una vez sea operado, será llevado de inmediato a la Penitenciaría de Lee, es de las más seguras —comentó, provocando que Cassandra soltará un suspiró aliviada. 

—No te preocupes, Cassandra, Dominick no saldrá de ahí nunca —aseguró Hotch—, lo más probable es que le den cadena perpetua. 

Tras escuchar aquello, lágrimas de alivio salieron de sus ojos y los cerró por unos segundos, sollozando un poco. Emily acarició su hombro con ternura y al abrir sus ojos, se encontró la mirada de Spencer.

Los ojos avellana del Doctor Reid nunca se habían visto tan brillantes como ese día. 

—¿Entonces terminó? —preguntó en voz baja—. ¿Ya estoy a salvo? —susurró tirando un poco de sus mangas.

—Sí, Cassie —respondió con una pequeña sonrisa Spencer—. Estás a salvo —dijo con voz queda. 

Sollozo con una pequeña sonrisa en su rostro. Cubrió su boca con la manga de su abrigo y miró al equipo del FBI que se encuentra rodeandola. Con voz quebrada y sentimientos encontrados, hablo—: Gracias. Gracias por cuidarme. 

JJ le dio un pequeño abrazo y Emily no dudo en unirse a ellas, Penélope sorbió sus mocos con un kleenex, Derek acarició la espalda de la técnica mientras que sonríe en dirección a Cassandra y Rossi le dedicó un guiño a la chica; Hotch sonrió con sinceridad y Spencer... Spencer solo se enfoco en memorizar el rostro de la chica que en seis días fue capaz de hacerle sentir mil y una emociones. 





Spencer termino de guardar la última carpeta en la caja y lanzó una rápida mirada a Penélope, quien está guardando su laptop en un maletín color rosado, el cual tiene diversos stickers coloridos. Por fin, regresaría a Quantico y aunque quería llegar a casa para descansar (como se debe), una parte de él no quería dejar Richmond.

O quizá, era a Cassandra.

—¿Todo bien, Spencey? —preguntó Penélope sonriendo un poco.

—Sí... creo —murmuró.

—Quieres verla, ¿no? —curioseo inclinándose para susurrar.

Un poco sonrojado, Spencer asintió lentamente con su cabeza.

—Anda, yo te cubriré —dijo guiñando un ojo.

Spencer estaba muy seguro de que Penélope en realidad terminaría por decirle a todos el equipo a donde había ido Spencer, sin embargo, tomó una de las llaves de la camioneta y tras dedicarle una pequeña sonrisa a Penélope, saliendo corriendo siendo visto por Rossi y Hotch.

—¿Crees que le dirá que siente algo por ella? —preguntó Rossi a Hotch, quien alzó una ceja.

—Lo más probable es que tartamudee y solo le diga que quiere mantenerse en contacto —respondió Hotch con una pequeña sonrisa divertida.





Cassandra se encontraba balanceándose en el columpio que se encuentra en el jardín de la mansión de los Campbell. Realmente sentía esa liberación de la cual Spencer le había hablado. Al menos, todas aquellas familias que se vieron afectadas por los asesinatos que cometió Dominick podrán descansar ahora que se encuentra preso. 

Dejó de balancearse lentamente y miro los rosales que cubren la gran barda de la mansión, soltó un suspiró sin poder evitarlo por que ahora en adelante, todo sería diferente.

Sus ojos se cristalizaron sin siquiera poder evitarlo por que ya no tendría que llamarle a su mamá todas las mañanas o ya no podría llamarle a su papá para desearle buenas noches; ahora, todas sus pertenencias que tenía de Star Wars ya no podría pasarlas a sus hermanitos y realmente le dolió mucho saber que nunca compartió con ellos más tiempo por preferir salir con sus amigos. 

Gran parte de su adolescencia se quejo de ellos por que solo tenían toda la atención de sus padres y por su culpa, ellos se encontraban muertos. 

Si nunca hubiese probado drogas no hubiese tenido que ir al grupo del sacerdote Philip. 

Si tan solo... 

—¿Cassie?

Se paro lentamente al reconocer la voz de Spencer. Aunque, no solo reconoció su voz, sino por que es la única persona que le llama Cassie. 

—Spencer —susurró limpiando sus lágrimas rápidamente—. ¿Qu-qué haces aquí? —preguntó algo confundida—. Creí... creí que ya regresabas a Quantico —murmuró bajando su mirada.

—Sí, nos iremos-nos iremos hoy —tartamudeo un poco y apretó su mandíbula.

No podía estar nervioso, ¿por qué estaba tan nervioso?

—Lo siento, y-yo, solo quería... —llevó una mano a su nuca bastante nervioso—, es solo... es solo que quería verte... antes, antes de irme —murmuró parpadeando varias veces. 

Cassandra sonrió un poco.

—En realidad, me alegra que vinieras —susurró sonriendo un poco tímida—.  Quería verte —confesó algo apenada.

—¿T-tú? —Spencer hizo sonar su garganta—. ¿Tú que-querías verme? —repitió algo nervioso. 

—Hum, sí —Cassandra ladeo una mueca y jugueteo con sus manos, por lo que Spencer la miro con ternura—. No me estudies —pidió algo apenada..

—No lo estoy haciendo, lo juro —respondió sonriendo un poco y mostrando las palmas de su mano con inocencia—. Cassie yo... en realidad siento mucho que hayas tenido que pasar por esto —hablo por fin dando un paso al frente—. Nadie merece pasar por esto y... entiendo que es difícil, pero tienes que saber, por favor, tienes que saber —tomo sus manos lentamente para verla a los ojos—, tienes que saber que nunca estarás sola, Cassie —dijo en voz baja, pero con claridad—. Por que siempre habrá alguien contigo y... y... te pido que sientas la confianza de llamarme si quieres hablar con alguien —susurró—. No importa la hora, el día, yo te responderé sin importar que esté del otro lado del otro lado del país.

Los ojos de Cassandra se cristalizaron al escucharle decir eso. 

—¿No importa si son las cuatro de la mañana? —preguntó en voz baja, y sin despegar su mirada de la de Spencer. 

Spencer negó con una sonrisa ladina—: Responderé —aseguró sonriendo un poco.

—Gracias, Spence —le dijo dándole un pequeño apretón de manos—. Gracias por todo lo que hiciste por mí —él negó lentamente con su cabeza.

—No fue nada Cassie —susurró—, lo haría una y otra vez.

Las mejillas de Spencer tomaron un ligero color carmesí y alzó su mirada maldiciendo mentalmente por haberlo dicho.

Lo sentía, sí, él realmente protegería a Cassandra una y otra vez, pero no había necesidad de decirlo.

—Yo... solo... yo solo quería decirte que... —hizo sonar un poco su garganta—. Espero, espero que realmente podamos seguir en contacto —susurró relamiendo sus labios.

—Lo haremos —respondió rápidamente Cassandra—. En serio me gustaría que sigamos... ya sabes que sigamos hablando y... eso —murmuró algo apenada.

Spencer sonrió un poco—. Claro, lo haremos.

—Y, cuando... cuanto tengas un caso en Nueva York puedes, si quieres —dijo rápidamente—, puedes visitarme —murmuró algo sonrojada.

—¿Recuerdas que te dije que si era necesario te iría a visitar una vez a la semana a Nueva York? —preguntó en voz baja Spencer, a lo que Cassandra asintió con su cabeza—. Esto lo digo en serio, Cassandra, si llegas a necesitar algo, solo... llamame y tomaré el primer vuelo a Nueva York.

Cassandra sonrió un poco y soltó una pequeña risita—. No deberías decirle eso a alguien que depende de las personas, Spence, me lo tomaré en serio —murmuró sonrojada.

—Es que, es que Cassie, nunca antes había hablado tan en serio como hoy —susurró.

Sus manos se juntaron y Cassandra apretó sus labios lentamente. Acaricio los largos dedos de Spencer y juguetearon un poco mientras ambos mantenían sus manos entrelazadas, se sentía tan bien estar de esa forma que Cassandra no quería soltarlo, no quería dejarlo ir.

—¿Tienes que irte? —preguntó en voz baja.

—Sí —respondió en voz baja.

Sus miradas se encontraron y lentamente Spencer llevó su mano a la mejilla de Cassandra, acariciandola con cariño, provocando que se relajará a tal grado que cerró sus ojos, disfrutando de aquella caricia. 

Podría verla todo el día y Spencer no se cansaría. 

El silencio y la tranquilidad se vio interrumpido cuando el celular de Spencer comenzó a sonar.

—Lo siento —murmuró con una mueca antes de responder—. ¿Hola? —hablo mientras su mirada se encuentra fija en Cassandra. 

—Spencer, soy Derek, estamos afuera de la casa de los Campbell. Tenemos que irnos —le informó. 

Spencer suspiró al sentir como Cassandra volvía a entrelazar sus manos y asintió con su cabeza aun sabiendo que no podían verlo.

—De acuerdo, ya voy —respondió con voz baja.

Colgó la llamada y miro a Cassandra, quien alzó su cabeza para verlo.

—¿Te tienes que ir? —preguntó en voz baja.

—Sí, Cassie —susurró con una mueca—, me esperan afuera —señalo.

—Oh... yo, te acompañaré —señaló con su cabeza.

Sin soltar sus manos, ingresaron a la casa y atravesaron el gran salón de piso de mármol mientras Spencer lanzaba una pequeña mirada a Cassie, quien sigue moviendo sus dedos entre los de Spencer.

Al salir, saludaron al guardia de seguridad que se encuentra protegiendo la entrada de la mansión y caminaron hasta la glorieta donde hay dos suburban negras y el resto del equipo del FBI esperando a Spencer.

Cassandra se soltó del agarre de Spencer para caminar apuradamente hacia JJ a quien le dio un fuerte abrazo. 

—Nos veremos otra vez, Cassie —susurró JJ acariciando el cabello de la chica—, lo prometo. 

Spencer lanzó las llaves de la camioneta a Derek, quien las atrapo fugazmente. Una vez que todos terminaron de despedirse, Penélope, Emily y Derek subieron a la camioneta que Spencer había manejado para llegar a la mansión de los Campbell. 

Se acercó algo nervioso a Cassandra quien frotó sus ojos.

—Hey, nos veremos otra vez —aseguró acariciando su cabello.

—Me iré a Nueva York en una semana —informó algo tímida—, quizá... quizá pueda hacer una parada en Quantico —Spencer sonrió.

—Eso me gustaría —respondió en voz baja—. Cassie, yo...

No pudo terminar por que Cassandra se colgó del cuello de Spencer dándole un fuerte abrazo que recibió gustoso.

—Gracias, Spencer —susurró sobre su oído.

—No es nada, Cassie.

Antes de separarse, la chica depositó un cálido beso sobre la mejilla del joven doctor y le dedicó una pequeña sonrisa tímida.

—¿Nos veremos en una semana?

—Tenlo por seguro —respondió sonriendo Spencer.

Subió a la camioneta donde Penélope le dio dos golpecitos en la pierna y ondeó su mano a Cassandra quien suspiró al ver como ambas suburban salían de la propiedad.

—Bueno, al menos valió la pena ser poco profesional, ¿no Spence? —preguntó algo burlona Emily.

—Oh, cállate —murmuró pegando su cabeza al asiento, mientras una pequeña sonrisa se forma en sus labios.

—¡Oh, Spencer se ha enamorado! —chilló Penélope con emoción.

Cubrió su rostro sonrojado mientras Derek, Emily y Penélope sueltan carcajadas y canturrean ante el comportamiento de Spencer. 




"El dolor mental es menos dramático que el dolor físico, pero es más común y también más difícil de soportar."

 —C. S. Lewis.








Nota de autora:

¡La fanfic llegó a su final! Así pequeñueles, este es el capítulo final de unprofessional, sin embargo, aún queda el epílogo, el cual publicaré en dos días a la misma hora jeje.

Mil gracias por leer y votar, les amo demasiado (a ti no lector fantasma, fuchi de mi historia)

¡Pasense por la otra fic de Spencer que recien publique! Se llama More Than Friends y la pueden encontrar en mi perfil (: 

Lots of love, Cici x

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