five


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Cassandra manejo con tanta prisa como nunca antes lo había hecho. Le importo poco el saltarse las luces rojas de los semáforos y ni siquiera se molestó en darle el paso a los peatones por que su casa había salido en la televisión y la reportera indicaba que había cadáveres dentro de la residencia.

Cuatro cadáveres.

Eso ya era mucho con la coincidencia de que su padre no respondiera sus mensajes y aunque Cassandra realmente deseaba que fuese solo un error, todo parecía indicar que era cierto. 

—¡Maldición! —las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos e hizo sonar el claxon con fuerza mientras daba golpes al volante. 

Maniobró para salir de la línea de carros andando por sentido contrario y se regresó al carril una vez que se pasó el semáforo.

—Por favor, no, es una error, es una error, mi familia está bien, están bien —susurró una y otra vez, mientras las lágrimas continuaban saliendo de sus ojos imparablemente.

Ni siquiera pudo estacionarse bien, los camarógrafos ya no estaban grabando, pero había gente fuera de su casa.

—¡Señorita no puede pasar! —exclamó un policía llamando la atención del resto de los agentes.

Casandra no le hizo casa, quedó estática al ver como su casa se encontraba rodeada de cinta amarilla que impedía el paso. Policías, agentes y médicos forenses se encontraban dentro de la casa de sus padres. 

Gente con trajes y guantes estaban hurgando en la casa de sus padres. 

—¡Es mi familia! ¡Es mi familia! —exclamó.

Empujó al policía haciéndolo tambalear, no le importo absolutamente nada, simplemente no podía dejar de pensar que dentro de su casa, sus padres se encontraban muertos, cuando ella había estado bailando con sus amigos. 

Se le impidió el paso y ni siquiera pudo escuchar a Spencer, tomó los brazos del chico que se mantenían sujetándola y sintió como todo comenzaba a dar vueltas. Los médicos forenses se encontraban saliendo con dos camillas, en las cuales dos cuerpos se encontraban dentro de bolsas negras.

Encontró la mirada preocupada de Spencer y con voz temblorosa, intento hablar.

—No son ellos —susurró—, no son ellos, ¿verdad?, no son mis hermanitos, ¿c-cierto? —miró a Spencer con esperanza.

Por más que Spencer quisiera mentirle, no podía hacerlo. No sería ético mentirle y eso simplemente le lastimaría más en el momento en que descubriera la verdad. 

Cassandra sollozó al ver que Spencer no respondía su pregunta y sus piernas flaquearon. La alcanzo a sujetar antes de que cayera de rodillas al piso y se aferró de Spencer como si su vida dependiera de ella. 

—Lo siento, Cassandra —susurró sobre su oído, acariciando su cabello—, son tus padres y tus hermanos.

La respiración le hizo falta y ni siquiera noto cuando Spencer llamaba a un paramédico porque Cassandra estaba teniendo ataque.

Hace unas horas habían estado juntos recorriendo la ciudad como nunca antes lo habían hecho. Se habían tomado fotos y había molestado a los gemelos diciéndoles que en realidad eran adoptados.

Michael casi se había puesto a llorar hasta que su madre intervino. 

Se había peleado con su madre por no dejarla salir con sus amigos y habían jugando Turista Mundial, reconciliándose, burlándose de lo mal jugador que era su padre y  mintiéndole a su madre al decirle que se iría  a dormir.

Ella había corrido a los gemelos sin haberles dado un beso de buenas noches o siquiera decirles te amo, una última vez. 

¿Pero cómo es que ella iba a saber que esa sería la última vez que les vería?  

Era la primera vez que los volvía a ver en seis meses y ahora ya no estaban.

—¿Cassandra? ¿Me escuchas Cassandra? —apenas fue capaz de asentir con su cabeza, tenía una mascarilla en su nariz y respiró profundamente—. Eso, muy bien, sigue respirando Cassandra, sigue respirando —le animó con voz queda.

Miró a Spencer con miedo, aún permanece a su lado y se aferró de su brazo con fuerza.

—Descuida Cassandra, no me iré a ningún lado —aseguró.

Cassandra alzó su cabeza mientras las lágrimas comenzaban a salir, observó las hojas verdes del gran árbol que su madre siempre regaba con amor y sollozo alejando la mascarilla de su boca.

Cubrió su rostro mientras lo juntaba con sus rodillas y gimoteo entre lágrimas.

—Quiero a mi mamá —susurró.

Spencer alzó su cabeza soltando un suspiró, ladeo su mirada para ver a Morgan y Hotch, quien desvió su vista de la chica. 

—Quiero a mi mamá, quiero a mi mamá —repitió nuevamente, sintiéndose realmente perdida.

—Lo siento tanto, Casandra, en serio lo siento mucho.




Spencer bebió de su vaso de café y miró a través del cristal a Cassandra, quien se encuentra sentada con su vista fija en la mesa y aunque han pasado dos horas las lágrimas solo continúan saliendo de sus ojos.

—O tuvo mucha suerte o sabe algo.

Frunció el ceño mirando a Rossi y negó con su cabeza—. ¿Hablas enserio? —preguntó algo ofendido—. Rossi, estaba temblando —le recordó—, ¿acaso no escuchaste sus gritos?, ¿acaso no la escuchaste llamar a su madre y a su padre?

—Spencer —le calmo Derek.

—Bueno, es el primer caso que no cuadra con la victimología —reconoció Hotch.

—Por Dios, ¿se están escuchando? —preguntó molesto—. Empujó a un policía para poder pasar a su casa, su carro ha sido multado por pasarse los altos y ustedes en serio la están culpando.

Los tres fijaron su vista en Casandra, quien llevó sus manos a su rostro y se pudo notar como volvía a sollozar.

—Será mejor que entres tú, Rossi —ordenó Derek.

—No —interrumpió—, que lo haga él —pidió señalando a Spencer.

Miró a Derek en señal de aprobación y una vez que asintió con su cabeza pasó entre Hotch y Rossi para entrar la pequeña sala.

Cerro la puerta con cuidado y frotó su mano izquierda en su pantalón.

—Hola Cassandra —saludó con voz tranquila, caminó hasta tomar asiento frente a ella—, soy... Spencer Reid —se presentó—, trabajo para el FBI.

Casandra alzó su mirada viendo a Spencer y por primera vez apareció su rostro.

Luce cansada, exhausta en realidad, tiene grandes ojeras y sus ojos se ven realmente hinchados, pese a eso, su rostro se ve realmente limpio y su piel muy suave.

—Spencer Reid, ¿dices? —preguntó en voz muy baja, él asintió colocando sus manos en la mesa, sollozó un poco y sorbió los mocos de su nariz—. Ignoré tu mensaje —susurró sollozando—. Creí-creí que era una broma —admitió bajando su mirada.

—Descuida Cassandra —murmuró Spencer.

—¡No! ¡Es mi culpa! —se exhaltó—. Sí hubiese respondido tu llamada, si-si no hubiese apagado mi celular —no pudo continuar por que las lágrimas comenzaron a salir nuevamente de sus ojos y Spencer la dejó llorar hasta que logrará calmarse un poco—. ¿Van a encontrarlo? —preguntó en voz baja, su voz se escuchó ronca—, ¿a quién hizo esto? —Spencer asintió con su cabeza.

—Estamos trabajando en eso —respondió.

—¿Por qué estoy aquí? —preguntó con miedo—, Y-yo, yo he visto películas y-y en estos lugares ponen a los culpables —susurró bajando su cabeza—, ¿en serio creen que yo le hice esto a mi familia? —le cuestionó con voz afligida. Spencer negó.

—No Cassandra, no lo creemos —aseguró.

Hotch y Rossi compartieron miradas detrás del vidrio, pero Derek no dijo nada.

—¿Crees que podrías responder unas preguntas? —Casandra frunció el ceño, asintió lentamente mirando a Spencer—. Bien, cuando no puedas seguir, solo, házmelo saber, ¿de acuerdo?



—Está siendo muy blando —murmuró Rossi.

—Spencer sabe lo que hace —aseguró Derek.



—Dime, ¿vives con tus padres? —preguntó poniendo sus manos sobre la mesa.

Cassandra negó con su cabeza lentamente—. N-no, yo, yo deje Virgina hace cuatro años —murmuró—, vivó en Nueva York —aclaró.

—Nueva York, es lindo, ¿no? —asintió con su cabeza y parpadeó varias veces—, ¿estudias allá? —volvió a responder con su cabeza de manera afirmativa—. ¿Qué estudias? 

—Sociología en la universidad de Columbia —respondió mirando la taza de café de Spencer.

Spencer trató de sonreír un poco—. Que interesante, tengo una especialidad en sociología —le dijo tratando de despistar un poco—, ¿algo en lo que te gustaría especializarte?

—No lo sé aún —confesó tomando aire—, pero estoy pensando en una maestría —alzó los hombros y un pequeño puchero se formó en sus labios—, fue idea de papá —ahogó el sollozó y limpio sus lágrimas antes de que salieran.

Spencer apretó sus labios y ladeo una mueca—. ¿Cuando llegaste a Virginia?

—Ayer —susurró.

—¿Estás de vacaciones? —preguntó curioso.

Casandra negó—. El cumpleaños, el cumpleaños de... —tomó aire, parpadeo continuamente pero aun así las lágrimas salieron de sus ojos—, el cumpleaños de papá es mañana... era... era.

Apoyó sus codos en la mesa, cubrió su rostro por unos momentos y Spencer observó el anillo algo curioso, pero no fue el único en notarlo, ya que los agentes detrás del cristal pudieron verlo también.

—Lo siento —susurró.

—No tienes nada de qué disculparte —aseguró Spencer—. ¿Puedes seguir?

Asintió sorbiendo sus mocos y juntó sus manos con fuerza.

—Encontramos el celular de tu padre —le informó—, y leímos los últimos mensajes que le enviaste —comentó lentamente.

Casandra sintió un dolor en su pecho y movió lado a lado su cabeza.

—¿Puedo saber cuál era el motivo de los mensajes?

Limpió sus lágrimas y tomó aire antes de hablar—. Quería reencontrarme con mis amigos de la secundaria —explicó, sus manos temblaron un poco y sollozó—, discutí con mamá porque no me quería dejar ir —sollozo recordando aquello. Tomó aire para controlarse y poder continuar—, pero no me dejo, no me dejo mamá.

—Pero sí tu papá —asintió lentamente y cubrió su boca impidiendo que un sollozó saliera de su boca—. Podemos tomar un momento, Casandra.

Ella negó con su cabeza—. No, yo-yo puedo seguir —aseguró.

—Cuéntame, ¿cómo saliste de tu casa?, ¿recuerdas la hora? —preguntó Spencer con voz calmada, para hacerla sentir sin mucha presión. 

—Papá me dijo que saliera en cuanto las luces de su cuarto se apagaran —respondió mordiendo internamente su labio inferior—, supongo que... supongo que lo dijo para despistar a mamá —relamió sus labios dejando que las lágrimas salieran por sus ojos—, me quite mis botas porque eran de tacón y hacían ruido —continuó—, y... brinqué, brinqué el último escalón porque rechina —sollozó apretando sus labios y llevó una mano a su pecho—, fue, fue rápido salir de la casa, yo... yo solía escaparme todo el tiempo antes y... conozco bien la perilla, sigue siendo la misma —murmuró con una pequeña sonrisa nostálgica.

—¿Le pusiste seguro al salir? —asintió con su cabeza bastante segura.

—Lo hice, sí, siempre lo hago —respondió.

—¿Te fuiste en carro? —afirmó con su cabeza y sorbió su nariz.

—No prendí las luces para salir —explicó—, el-el carro de papá, cuando lo prendes... —negó con su cabeza—, me refiero, el motor, no hace ruido.



—El UnSub nunca noto cuando salió de la casa —dijo Rossi a Hotch.

—Por eso acuchilló su almohada —agregó Derek.

—Estaba molesto por que primero mató a los padres, después a los hijos, pero no consiguió a Cassandra —musitó Hotch.



—¿A dónde fuiste?

—Se llama Red Soul, un bar en el centro —respondió.

—¿Estuviste toda la noche ahí? —Casandra negó.

—No, y-yo quería irme a casa, eran... eran las tres de la madrugada, sí, cuando me iba a ir —Spencer sacó el celular del padre de Casandra y lo colocó en la mesa.

El rostro afligido de Casandra le causo dolor a Spencer.

—¿Cuál fue el mensaje que le enviaste a esa hora?

Tomó el celular con sus manos y lentamente comenzó a buscarlo, mientras las lágrimas salían de sus ojos.

—«Sigo bien» —leyó con voz temblorosa—. «Y seguro tu estas roncando» —sollozó bajando su mirada y cerró sus ojos—, «pero quiero que sepas que puedes confiar en mí, te amo.»

No pudo continuar, dejo el celular en la mesa y cubrió su rostro con sus manos mientras las lágrimas solo continuaban saliendo de sus ojos.

—Todo estará bien, Casandra —aseguró Spencer, sintiendo esas palabras vacías ya que estaba seguro de que nada de eso le animaría—, vamos a atraparlo, lo haremos pagar por lo que hizo —le prometió.

—¿Lo harán? ¿En serio lo atraparan? —preguntó limpiando sus lágrimas con su sudadera—. Por favor, Spencer, tienes que prometerme, tienes que prometerme que lo atraparan —susurró con dolor.

—Te lo prometo —estiró lentamente su mano para tomar la de Casandra, le dio un ligero apretón en señal de apoyo—, te prometo que lo atraparemos.




—Reid se enamoró de la víctima.

Spencer rodó los ojos y miró molestó a Emily.

—No me enamoré de la víctima y su nombre es Cassandra, Emily, Cassandra —recalcó.

—Reid se enamoró de Cassandra.

—Basta, eso es poco profesional, estamos resolviendo un caso y esto es completamente serio —recordó—, la familia de Cassandra está muerta al igual que cinco familias más, tenemos un total de veintinueve personas fallecidas en un margen de dieciocho días, no tenemos el perfil y no hay ningún sospechoso.

—Ese espíritu me gusta —señaló Derek—, ¿qué piensas, niño?

—El UnSub no terminó su trabajo —murmuró cruzándose de brazos, mirando la fotografía de la familia Morrison asesinada—. Mató a cinco familias más para llegar al final con los Morrison, y no pudo hacer lo que tanto esperaba.

—Obtener a Cassandra —dijo Hotch haciendo que Spencer asintiera con su cabeza. 

—Vendrá por ella —dijo JJ llevando una mano a su sien. 

Reid observó la pizarra achinando sus ojos, escuchaba al equipo hablar, pero comenzó a ver las conexiones entre las imágenes y achino sus ojos.

—Oigan —interrumpió—, ¿saben si las familias eran religiosas?

—¿Qué? —preguntó JJ.

—Casandra tenía un anillo de castidad —recordó Rossi.

Spencer se acercó al teléfono y marcó rápidamente a Penélope.

—Aquí la mejor técnica del país, ¿quién por allá?

—Penélope necesito que busques algo —hablo Reid mirando el rostro de las familias felices que mostraban en las fotografías.

—Te escucho niño genio.

—Las familias asesinadas, ¿eran religiosas? —fue como un click que hizo que Spencer abriera los ojos—. ¡El grupo Penelope! ¡Ese debe ser el grupo! —dijo con notoria emoción. 

—¡Oh, eran cristianas, Spencer! —dijo Penelope algo orgullosa de sus habilidades. 

—¿Algo más que compartan? ¿Fueron a algún retiro? —preguntó Derek apoyándose en la mesa.

—Veamos, tecleo tan rápido como pue... —Penélope se interrumpió—. Lo encontré —respondió en un hilo de voz.  

—¿Qué ocurre Penélope? —cuestionó Spencer mirando el teléfono.

—Las familias se unieron a un grupo cristiano que sirve precisamente en Richmond, donde el sacerdote Philip O'Brien se encarga de rescatar adolescentes de las drogas y la mala vida —aclaró.

—¿Qué hay de Philip? ¿Algo en su expediente?

—Hum... está más limpio que mi mente —respondió causando que Emily y Derek sonrieran algo divertidos—. ¿Algo más?

—Sí, Penélope —hablo Spencer—, busca si los chicos tenía anillo de castidad —pidió dándole un ligero golpe a la mesa con su pulgar

—Anillo de castidad, anillo de castidad... ajá, todos tenían anillo de castidad —respondió.

—¿Todos? —preguntó Derek frunciendo el ceño.

—Me refiero a los cinco que fueron asesinados y estuvieron bajo la ayuda del padre Philip —aclaró—, al parecer, cerraban con eso, un anillo de... aquí dice pudicitiam—leyó algo confundida.

—Pureza en latín —preciso Spencer—. ¿El grupo tenía alguna cuota? ¿Era exclusivo?

—Por fuera dice que es para todos —musitó—, pero una vez que entras... bueno, si tienes que tener dinero por que hacen demasiados viajes por Virginia. Ni hablar de las donaciones que se hacen a las iglesias del estado y, bueno, tienen que comprar los anillos de una u otra forma, por que estoy segura de que tienen diamante —aclaró.

—Era un diamante —aseguró Spencer asintiendo con su cabeza—. Gracias Penélope, eres la mejor.

—Lo sé, bebé.

Corto la llamada y camino a la pizarra—. El UnSub formó parte de este grupo de ayuda, por lo que no debe tener más de veinticinco años —dijo señalando los rostros de los primogénitos de cada matrimonio fallecido—. Ninguno de ellos pasa de los veinticinco, debe estar en su rango de edad, y todas las familias formaban parte de una sociedad media-alta —aclaró.

—Les tenía envidia —musitó Rossi.

—Pero, pero, miren el patrón —círculo las cabezas de los hijos menores—, estas cinco son exactamente iguales, hijos mayores, estudiando en la universidad fuera de Virginia y con hermanos menores, una niña y un niño, de diferentes edades.

—Y los Morrison...

—Tienen una hija mayor, y gemelos —señaló.

—El UnSub pertenece también a la clase media-alta —murmuró Spencer ladeando su cabeza—, sí, sí, pero...

—Pero no podía tener a Casandra —le interrumpió Emily.

—Pero, ¿por qué abusar de las mujeres que mata? —cuestionó JJ.

—Estamos hablando de que tenían anillos de castidad, puede que les haya inculcado el pensamiento de tener relaciones únicamente dentro del matrimonio —respondió Emily.

—Necesito hablar con Casandra —pidió Spencer—, y...

—Spencer —todos se giraron al escuchar la voz de Casandra, Spencer se enderezo y la miro curioso—, también necesito hablar contigo —murmuró.

—¿Ocurre algo? —preguntó acercándose lentamente a ella. 

Mostró su celular y Spencer se apresuró para llegar a su lado y leer el mensaje.

—Spencer, ¿qué dice? —preguntó Rossi.

—Es el UnSub —respondió mirando al equipo—, y dice que no descansará hasta tenerla. 





Nota de autora:

Raza, edite esto diez veces por que mi cabeza, explotó.

Tengo alto miedo por que estoy tratando de pensar como asesino y seguro el FBI viene por mi por que hago preguntas muy raras a google JAJAJAJ.

Espero que les haya gustado, me ayudarían mucho con sus votos y comentarios que son los que me animan a subir capítulos y a continuar la historia ✨

Lots of love, Cici x

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