Tal como fue prometido, Eaddelyn y Aemond llegaron a Desembarco del Rey en la mañana rozando la tarde. La reina Alicent Hightower era quien esperaba de ellos justo en la entrada del castillo aliviada de por fin ver a su hijo luego de un par de dias despegada de él.

-Mi hijo, me alegra saber que has regresado con bien- dice la reina Alicent aliviada.

-Te dije que todo estaba bien, madre- relaja Aemond.

La mirada de la reina se desvía a la norteña quien los estaba observando -y tú debes ser Lady Eaddelyn Stark- camina para acercarse a la castaña.

-No le gustan que le digan "Lady"- deja Aemond en claro.

Eaddelyn sonríe nerviosa ante el comentario de Aemond -su majestad- saluda -me puede llamar Eaddelyn.

Alicent sonríe -eres una hermosa chica- rescata -mis mayores condolencias por el fallecimiento de tu padre Lord Rickon- se disculpa -entiendo ahora que tu hermano es el nuevo señor de Invernalia.

Fue ahí donde Eda recordó su misión de investigar cierta situación relacionada con la reina -así es.

La reina verde baja la mirada -y dime, Eaddelyn, cómo fue que Lord Cregan tomó control del Norte? Porque si yo mal no recuerdo, tu tío Bennard era quien estaba al mando en Winterfell- desea saber cuidadosamente.

-Madre, hablamos de esto- Aemond se entromete pues sabe que este tema le incomodaba a la norteña.

-Aemond, deja que las mujeres conversen- excluye.

-El cargo jamás le correspondió- responde en seco y fría -mi padre hizo heredero a mi hermano, cosa que Lord Bennard no aceptó y se rehusó a darle el puesto a mi hermano. Hace dos años nos rebelamos contra él y reclamamos lo que era de Cregan por derecho.

Alicent había quedado fascinada con el fuerte carácter que la norteña había demostrado -y qué le pasó a Lord Bennard?

-Descubrimos otros crímenes que cometió y lo sometimos a un juicio que terminó con su muerte como condena- Eaddelyn responde sin forcejear.

-Me imagino que debió ser difícil ver morir a su tío...

-No lo fue- defiende -mató a uno de los nuestros e intentó quedarse con el poder- reniega -no nos íbamos a quedar con las manos cruzadas.

La actitud desafiante sólo hace que Alicent quede más convencida de su pupila y próximamente de su nuera -eres como toda una Stark, me agradas.

-Si no le importa que pregunte- detiene Eda -por qué el repentino interés a mi familia?- intenta sacar la verdad.

Piensa en su respuesta -solo quiero conocer a la esposa de mi futuro hijo- se limita a decir -después de todo ya estás más que decidida a casarte con uno de mis hijos- desvela.

Esto si hizo temblar a la lobo, sin embargo siempre se mostró firme -cómo?

-Tú y tu novio ya tienen planes, cierto?- indaga la reina Alicent lanzando una mirada fugaz a su hijo Aemond quien se ruboriza levemente.

-Él no es mi novio- intenta negarlo.

-Pues creo que deberías decirle- dice Alicent.

Eaddelyn se confunde -qué?- se fija que Aemond no paraba de mirarla.

-Sólo el amor te hace así de loca, cariño- resalta la reina -también va para ti, Aemond- voltea a ver a su hijo -no crees que no he notado tu pequeña obsesión con Eaddelyn. Desde el día que la conociste quedaste flechado por la norteña, y no te culpo, ella es una chica dura y astuta. Ahora entiendo por qué la has elegido.

Llegó el momento del príncipe de enfrentarse a su madre -lo se- se coloca justo a un lado de Eaddelyn -yo se que tienes las intenciones de casarla ya sea con mi hermano Daeron o yo. Pero vengo a decirte que yo soy quien tomo a Eaddelyn Stark como mi única esposa a partir de hoy y para siempre. Quiero y estoy dispuesto a pasar una eternidad con Eaddelyn, y nada se interpondrá en mi camino. Añoro y deseo casarme con ella desde el día que la conocí, este día ha llegado y no creo poder esperar un día más- defiende desde lo más profundo de su corazón tomando la mano de la castaña para sentirse más fuerte.

Eaddelyn quedó fascinada con el discurso de Aemond inspirándola a apoyarlo -yo concuerdo con el príncipe Aemond. Lo quiero desde lo más profundo de mi corazón y reconozco que mi amor por él ha surgido desde que nos vino a visitar a Winterfell. A partir de ese día he esperado con ansias culminar mi amor por su hijo, reina Alicent. Y no estoy dispuesta a aceptar un rotundo no.

-Tampoco yo- se une Aemond -si planeas casarla con mi hermano Daeron, yo mismo me encargaré de secuestrar a mi Eaddelyn y casarnos en secreto para asegurarme que nadie la toque- reafirma muy decidido.

La reina queda sorprendida ante el amor que se tenían los adolescentes de 16 años -como desees, mi hijo- accede -organizaremos la boda el día de hoy para tener todo listo a primera hora de mañana- avisa conforme con su decisión.

-Gracias, madre- comenta Aemond -esto ya se está haciendo un sueño realidad, mi amor-voltea a ver a su amada.

La norteña sonríe -ya no puedo esperar más- el príncipe Targaryen abraza a su amada provocando que Eda mire de reojo a la reina quien sabía perfectamente que escondía algo detrás de esos ojos. Quizá si estuvo involucrada en el asesinato de su padre y controlaba a Lord Bennard a su conveniencia.

Para eso Eaddelyn Stark estaba aquí, no solo para estar más tiempo con su príncipe Aemond, sino buscaba descubrir la verdad detrás de la muerte de Rickon Stark. Sólo tenía que asegurarse de que Alicent Hightower confiara en ella plenamente y así poder sacarle toda la verdad posible.