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Una vez que Aemond, Eaddelyn y los caballeros partieron de Invernalia, estos tuvieron que emprender un largo viaje de regreso a Desembarco del Rey. Fue por Γ³rdenes de la reina Alicent que ella insistiΓ³ en que Aemond tenΓa que ir acompaΓ±ado por su nueva pupila prometida por parte de Lord Bennard, pues el mismo prΓncipe se habΓa ofrecido ir en su dragona Vhagar para ir mΓ‘s rΓ‘pido, a lo que su madre rechazΓ³ la propuesta.
-Mi prΓncipe- detiene uno de los caballeros que acompaΓ±aban -mis hombres y yo consideramos que todos necesitamos un descanso- pide con amabilidad -retomaremos camino en el siguiente amanecer- propone.
El tuerto mira a Eaddelyn quien iba montada en un caballo -quΓ© dices, milady?- pregunta Aemond.
Eaddelyn observa a los caballeros y caballos quienes mostraban seΓ±ales de cansancio -creo que reposar en la noche no nos vendrΓa mal- apunta.
-Como tu desees. Muy bien, tomaremos un descanso y continuaremos maΓ±ana- accede el prΓncipe Targaryen y todos se preparan para dormir.
Mientras que Aemond y Eaddelyn tenΓan otros planes, estos se esperaron a que los caballeros entraran en un profundo sueΓ±o y asΓ escapar de ellos en un intento de conseguir mΓ‘s privacidad. Comienzan primero a corretearse entre ellos hasta que deciden detenerse en un Γ‘rbol para poder platicar.
-Fueron unos dos eternos aΓ±os desde la ΓΊltima vez que vi tu hermoso rostro- confesa Aemond tomando la barbilla de Eaddelyn -Odio a tu hermano Cregan por castigarte pero valiΓ³ la pena la espera- confiesa.
Eda se le escapa una sonrisa -tengo un regalo para ti- busca en sus bolsillos y de ahΓ saca una gema en forma de espera color azul -es un zafiro, cuando lo vi pensΓ© en ti como un regalo de mi parte- confiesa.
Aemond toma el pequeΓ±o zafiro de las manos de su amada -lo adoro- exclama -es del perfecto tamaΓ±o para mi ojo. Gracias, mi amor- se atreve a decir.
Se sonroja al escuchar de los labios de Aemond que la habΓa llamado "mi amor" -quieres que lo coloque en tu ojo?
-SΓ³lo a ti te dejo que me toques cualquier parte de mi cuerpo- revela con un toque coqueto y es asΓ como Lady Stark se toma su tiempo para colocarle el zafiro justo en el hueco que tenΓa el prΓncipe tuerto. Cabe resaltar que a Aemond no le doliΓ³ en absoluto el proceso, mΓ‘s bien, el sentir el tacto de la norteΓ±a le transmitΓa calma y placer. Una vez que finalizΓ³, acerca sus labios a la palma de la castaΓ±a -te amo- se le escapa decir.
Esto hace derretir el corazΓ³n de la lobo -de verdad?- ella no se lo creΓa.
-Por supuesto- en ningΓΊn momento Aemond rompiΓ³ el contacto visual -eres mi mujer- afirma fuertemente.
Lady Stark tambiΓ©n sentΓa lo mismo -te amo, Aemond.
-No puedo esperar a casarme contigo- revela.
-Es enserio que nos casaremos?- desea saber con ganas.
El prΓncipe acierta -los planes de mi madre es de que te cases conmigo o Daeron, yo pelearΓ© hasta el final que sea yo el afortunado que pueda tomar tu mano- insiste.
-Y esperas que te llame hΓ©roe?- juega Eda.
Aemond sonrΓe de lado -no. Espero que me llames tu esposo- con su fuerza, toma a Lady Stark por los brazos para que se quede atrapada entre el Γ‘rbol y el prΓncipe.
No se hace del rogar y Eaddelyn se abalanza a los labios de su amado para compartir una breve sesiΓ³n de besos que inmediatamente se convierte en caricias de excitamiento. Es la misma norteΓ±a que toma la iniciativa mordiendo el labio inferior de Aemond al mismo tiempo que metΓa su lengua en la boca de este. Luego enreda sus dedos en ese platinado cabello representativo de los Targaryen resaltando que querΓa algo mΓ‘s que simples besos.
Aemond hace caso a las sΓΊplicas de la castaΓ±a y comienza a meter sus manos en la ropa de Eaddelyn para tener mejor acceso a los pechos de la lobo y apretarlos a su gusto. Esto le sienta bien a Eda dejando escapar gemidos de placer -ya deseaba ser manoseada por ti- revela con la respiraciΓ³n entrecortada.
El prΓncipe tuerto le pellizca los pezones a su amante provocando que esta suelte un grito de excitaciΓ³n -asΓ me gusta, que me desees a mΓ y solo a mΓ- dice con autoridad para luego irle quitando la blusa de un solo movimiento y asΓ comenzar a chupar con fuerza uno de los pechos de Lady Stark sin piedad y sin dejar de consentir el otro seno.
Eaddelyn se deja llevar por la brillante sensaciΓ³n que el prΓncipe le sacaba llegando a sentirse mojada en su intimidad -fΓ³llame ya, quieres?- ruega como puede.
El dragΓ³n alza la vista -oh, acaso la Lady quiere ya que penetre?- con lentitud baja una de sus manos a la vagina de Eaddelyn, con uno de sus dedos paseΓ‘ndose en esa zona.
-Si...- dice disfrutando de aquel dedo.
De pronto ya eran dos dedos los que jugaban dentro de Lady Stark -mierda, Eaddelyn, si es que ya te urge que te coja- sonrΓe con una mirada que mostraba nada mΓ‘s que lujuria.
Es asΓ como Aemond baja hasta que su boca quedara de frente a la intimidad de la norteΓ±a, le baja los pantalones de esta para tener una mejor vista, se pasa su lengua por sus labios en seΓ±al de que se estaba preparando, se encarga de abrir mΓ‘s las piernas de Eda y sin mΓ‘s espera, mete su lengua en la vagina de su amada comiΓ©ndose todo lo que salΓa de ella.
Lady Stark no se pudo contener dejΓ‘ndose correr todo para que el prΓncipe tenga su debida diversiΓ³n. Adoraba sentir la lengua de Aemond dentro de ella, se sentΓa simplemente mΓ‘gico y excitante, dejando escapar todo tipo de gemidos y gritos mientras acariciaba la nuca del tuerto. Lo que tambiΓ©n le encantΓ³ fue el hecho de que las manos de Aemond apretaban con fuerza los muslos de Eaddelyn cada que este succionaba de ella.
Esto solo resaltaba cuanto se extraΓ±aban el uno al otro y no podΓan esperar mΓ‘s quΓ© les deparaba el futuro.
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