-Enhorabuena por la victoria, mi Lord- felicita Ostric cuando justamente se reúnen en el cuarto de Cregan.

El hermano mayor sonríe leve -deja de formalidades, Ostric. Para ti siempre seré tu hermano mayor Cregan- aclara -pero no lo pude haber hecho sin ustedes, mis hermanos- apoya con cariño -su ayuda fue enorme.

Lady Stark también se encontraba con ellos -fue obra de los tres- desvía -todos fuimos responsables de acabar con nuestro tío y sus hijos.

Cregan voltea a ver a su hermano -estoy consiente de la cercanía que tenías con nuestro tío, Ostric- se disculpa.

-No te preocupes, Cregan- le da un apretón en su hombro -Bennard perdió mi confianza al momento de intentar quitarte el mandato del Norte- confiesa el menor de los Stark.

-Nadie se mete con mis hermanos- se une Eaddelyn -o si no sufrirán graves consecuencias- lanza la advertencia -propongo un brindis- prepara el vino entregándoles a sus hermanos -por el nuevo Lord de Winterfell- chocan sus vasos para después darle un trago al fuerte vino que recorrió su garganta con placer.

Las cosas en Invernalia fueron yendo normal, ahora con el nuevo liderazgo de Cregan Stark, todo estaba yendo muy bien. El joven lobo de 16 años supo manejar su nuevo rol y los norteños jamás dieron quejas, es más, se sentían mejor que cuando Bennard estaba a cargo.

Todo iba bien hasta que una carta por parte de Desembarco del Rey llegó, Cregan lo leyó y su reacción no fue la mejor -llama a mis hermanos por favor- pide a su sirviente y en cuestión de poco tiempo llegan sus hermanos mellizos quienes estaban entrenando.

Notaron que el rostro de su hermano indicaba que había malas noticias -qué sucede, Cregan?- Ostric cuestiona.

El Lord de Winterfell camina directo a su hermana -qué fue exactamente lo que sucedió en la reunión de nuestro tío y la Reina Alicent?- desea saber.

Eaddelyn lo mira extrañada -ya te lo dije, quería acabar con nosotros y aliarse con la familia del Rey Viserys y la Reina Alicent- repite.

-Estás segura?

-Por supuesto. Por qué?- pregunta preocupada.

Cregan le entrega el pergamino que se leía que Lord Bennard había jurado a la Reina Alicent Hightower entregar a su sobrina Eaddelyn Stark como su pupila y eventualmente casarla con uno de los príncipes Targaryen -no... esto no puede ser real...- se adelanta Ostric que alcanzó a leer lo que decía -Lord Bennard no tenía ningún derecho o control de la vida de Eda!!!- discute enojado.

-Si tenía cuando estaba en control del Norte- desmiente Cregan.

-No nada más podemos entregarles a Eaddelyn así como así!!- niega Ostric -no lo permitiré!

Por su parte, la joven lobo seguía con la mirada fija en la petición del pergamino pues esto solo apuntaba que podía casarse con Aemond Targaryen, algo en lo que si estaba dispuesta a aceptar, pero Aemond no era el único príncipe pues también estaba Daeron Targaryen, el último hijo del Rey Viserys.

De todas maneras, esta no era la manera de que quisiese abandonar por todo lo que había luchado. Eaddelyn por más que quería a Aemond, su corazón y lealtad siempre irá primero a su familia -yo tampoco permitiré que me arrebaten a mi hermana- Cregan le lanza una mirada de cariño a Eda -tomo a Eaddelyn Stark como esposa- decide con firmeza ganándose las miradas sorpresivas de sus hermanos.

-Qué?!- irrumpe Ostric.

Cregan se dirige a su hermano -discúlpame hermano. Conozco lo que sientes por Eda, pero el yo hacerla mi esposa asegurará que no toquen a Eda por ningún motivo, la dejarán en paz una vez que conozcan que es mi esposa- revela provocando que Eaddelyn se asombre ante los sentimientos de su hermano.

-Ostric... es verdad?- pregunta Lady Stark.

El castaño no podía mirarla a los ojos -así es...- dice en un susurro -me siento atraído por ti, Eda. No quería otra mujer que no fueras tú.

Eaddelyn se sintió traicionada por ambos hermanos al ocultarle aquellos sentimientos -no puedo creerlo... debiste decírmelo!!- alza la voz -acaso hay algo más de lo que no me haya enterado?!

-Hermana, te pido que te calmes- Cregan se pone frente a Eda pues esta estaba a punto de golpear a Ostric -si estamos en desacuerdo o divididos, perderemos todo con facilidad- advierte -podemos resolver este lío sin llamar la atención. Ostric, ve a mandar una carta a King's Landing indicando que Eaddelyn Stark está casada con el Lord de Winterfell y que no puede abandonar el Norte- mira a su hermana -a menos que quieras ir.

La mente de Lady Stark estaba hecha un desastre, en un principio estaba dispuesta a casarse con su hermano para no darle el beneficio de victoria a su tío Bennard, y así ella se queda a ayudar a su hermano y compañía en el Norte. Pero también extrañaba de Aemond y esta era una llamada del destino que podía estar por fin con él y ser su esposa.

-Dime la verdad, hermano- pide Eaddelyn -me necesitas?- interroga.

Cregan la toma de las manos -eres indispensable en mi vida, Eda. Por supuesto que te necesito- la manera en la que respondió reveló que al igual que su hermano mellizo, Cregan tenía cierto amor y afecto más allá de ser familia. Y con la mirada que le estaba regalando, delataba que también estaba ansioso en que llegase a casarse con Eaddelyn.

Odiaba ser vista derrotada pero tampoco quería ser egoísta -entonces seré tu esposa, Cregan. Por el bien de Invernalia.

Ostric observa a sus hermanos recién comprometidos con dolor y tristeza reflejados en su rostro. En esos momentos él añoraba con ser el hermano mayor y tener que casarse con Eda para ser feliz. Pero si esta era la mejor opción para que su melliza siguiera en el Norte, tenía que sacrificar sus sentimientos.

-Le notificaré al maestre Ludwik, mi Lord- acepta el hermano menor sin algún sentimiento en su voz.

Mientras ve a su hermano salir del cuarto, Eaddelyn se estaba lamentando en su interior al fallarle a su amor Aemond Targaryen que no podría estar con él. Era su culpa y de nadie más, Cregan le había dado escoger y Lady Stark escogió serle leal a su familia antes que a su amado.