[2.4] winterfell's return














La llegada de Eaddelyn Stark a Invernalia fue una agradable sorpresa para Cregan, Ostric y compañía. Se asombraron que la castaña haya llegado en un dragón diferente a manos de una jinete nueva, la princesa Helaena Targaryen. Y quedaron pasmados aún más al ver a su hermana encinta.

—Hermanos! —saluda Eda con una enorme sonrisa al reencontrarse con sus hermanos. 

—Eda!! —exclaman ambos hermanos Stark emocionados por abrazar a su única hermana. 

Los norteños comparten un enorme y cálido abrazo por un largo tiempo hasta ser separados para presenciar del embarazo de su hermana quien les da detalles de ello. Luego se gira con la princesa Targaryen presentándolos entre ellos. 

—Tengo un par de novedades con respecto al asesinato de nuestro padre y demás.

Cregan da un paso adelante—. Te importaría compartir las noticias en mi cuarto? Hay alguien que desea verte —insinúa. 

—Rickon!! Mi hijo!! —recuerda con sus latidos acelerados. 

Los hermanos parten hacia el cuarto de Cregan, no sin antes darle un lugar cálido y cómodo a la princesa mientras espera de los lobos. Una vez llegando a un lugar más privado y de saludar a su hijo quien cada vez estaba aumentando de tamaño, se ponen a platicar de su descubrimiento. 

—Tuve una conversación con la reina Alicent Hightower revelando que aquella vez que vinieron a visitar Invernalia, efectivamente ella estuvo en una reunion privada con nuestro tío Bennard acerca del plan para matar a nuestro padre. 

—Pero, por qué nuestro tío aceptó? —cuestiona Ostric. 

—Por la simple y sencilla razón de que Alicent le aseguró que los descendientes de Bennard iban a tener un lugar en la corte de la realeza sí cumplía su promesa de gobernar el Norte. 

—Lamentablemente la reina no contaba conque nosotros nos interpondríamos en sus planes —rescata Cregan. 

Eaddelyn niega con la cabeza— no creo que eso haya afectado en Alicent —niega con culpa—. Si, la reina mandó a asesinar nuestro padre por medio de nuestro tío para mantener lealtad a su linaje. Sin embargo, ahora que hay un nuevo lord en Invernalia, es decir tú Cregan, estás obligado a jurar lealtad a Aegon Targaryen por mi culpa. 

Ambos hermanos se miran entre sí con el ceño fruncido—. Cómo?! Pero si nuestro padre juró lealtad a la princesa Rhaenyra Targaryen haciendo que todo Invernalia tenga el apoyo de la princesa. —reniega Ostric

—Un Stark nunca olvida un juramento y nos mantendremos fieles a ello —sostiene Cregan. 

—Intenté defender esos ideales contra la reina. No obstante, el yo contraer matrimonio con su primogénito trajo consecuencias y gracias a mi casamiento, se forjó una nueva alianza con ellos —explica. 

—Pensábamos que te habías casado con Aemond todo este tiempo —dice Cregan. 

—Fui traicionada por los Hightower —culpa Eda—. No había nada que hacer.

—No —niega Ostric. —Lord Bennard también te ofreció como premio hacia la realeza. No es tu culpa. 

Cregan acierta— es verdad, Eda. Todos hemos sigo engañados —reafirma—. Me niego a jurarle lealtad a la familia responsable de la muerte de nuestro padre —dice a regañadientes.

Ostric empieza a idear— sólo tenemos que avisar de que la reina Alicent fue la responsable de la muerte del viejo Señor de Invernalia y así nos mantenemos lejos de ellos.

—Alicent hará lo que sea para silenciar esos rumores, créanme! —detiene Eaddelyn preocupada—. Me ha amenazado en ir en contra de ella.

—Cómo exactamente? —desea el Lord de Winterfell. 

La castaña alza la mirada—. Con desaparecer Invernalia. 

—Ahí se encuentra una razón más! No tiene derecho de extorsionar a uno de los nuestros! —demanda el menor de los Stark. 

El hermano mayor da círculos por el cuarto—. No. Ella puede por ser la reina —explica pensado en lo siguiente qué hacer—. Tendremos que fingir que estamos de su lado para demostrarles que los Stark somos una de las casas con las que no deberían amenazar. 

—Estarías técnicamente rompiendo el juramento hacia Aegon —resalta Eda.

—No exactamente —dice Cregan—. Porque el Norte primero juró lealtad a Rhaenyra Targaryen —defiende con autoridad—. Una guerra se aproxima y primero tengo que pensar en mi gente antes que un simple juramento. Ahí es donde mi lealtad pertenece, a Invernalia y no a los Targaryen...

Justo en ese preciso momento, Eaddelyn sintió un líquido salir por su intimidad avisando que estaba a pocos minutos de dar a luz. El rostro pálido de la norteña alarma a sus hermanos indicando que iba a nacer su nuevo sobrino. 

De inmediato, los hombres se apresuraron al cuarto de Eda llamando a los sastres y doncellas para la ayuda del parto. La historia se volvía a repetir cuando fue la llegada de Rickon, sólo que esta vez el parto se complicó. La castaña sufría del incontrolable dolor al estar empujando para que el primer bebé saliera dejando ver que era un varón de cabello oscuro pero con esos ojos violetas característicos de los Targaryen. 

Todos pensaron que se había acabado, no obstante, la doncella avisa que otro bebé estaba albergado en el vientre de Eaddelyn. Así que vuelve a sacar energías para que nazca su otro bebé igual que su hermano gemelo provocando que la norteña caiga en un profundo sueño debido al exceso esfuerzo dado en el parto. 

Eaddelyn despierta al día siguiente con sus hermanos sentados a un lado de ella. La castaña saca una sonrisa al ver de Ostric y Cregan esperando a que abra los ojos—. Los preocupé? —dice aún soñolienta.

Los hombres se inclinan a ella aliviados de escuchar a su hermana— nos pegaste un susto, Eda —reclama Cregan.

—Pensábamos que te iba a suceder lo que pasó con mamá —confiesa Ostric.

—Estoy bien, gracias.

Los Stark se ponen a dialogar acerca del destino de los hijos de Eaddelyn llegando a la conclusion de que se quedarán en Winterfell para protegerlos bajo otros nombres para así ocultar su identidad. Y que Eda mentirá a la realeza que había perdido a su bebé durante el parto haciéndoles creer que la norteña no poseía la habilidad de concederle un heredero a Aegon.

Momentos después con una Eaddelyn ya recuperada, entra la princesa Helaena preocupada por lo sucedido. Eda les pide a sus hermanos que las dejen solas y ambas se quedan a conversar. 

—Mis hermanos me hubieran reclamado si algo te fuera a pasar —dice con un leve toque de broma. 

La lobo ríe—. Soy muy difícil de matar, te recuerdo. 

Helaena se sonroja ante el pequeño tono coqueto que le transmitía la norteña—. Ellos se pelean por ti, Eaddelyn. 

La princesa se sienta al borde de la cama muy pegada a Eda—. Lo sé, pero mi corazón únicamente le pertenece a Aemond —deja en claro. 

Baja la vista al cuello de lady Stark para sin querer dirigir sus ojos al borde de los pechos de ella—. Es una lástima. Y si te dijera que hay una Targaryen más que te desea? 

Eaddelyn notó el olor de alcohol que tenía el aliento de la princesa— Te gusto, Helaena? —susurra extrañamente excitada. 

Acerca su rostro al de la castaña, seguido de meter su mano en la ropa de Eaddelyn para apretar uno de los pechos de Eda provocando que esta deje escapar un gemido— quizá...

—Estas tomada, Helaena —sonríe la lobo disfrutando el apretón de pecho.

—Eso no significa que mienta, milady —se deja caer a los labios de Eaddelyn para besarla salvajemente. 

La castaña se sorprende de la intensidad y lo caliente que la princesa estaba, y se asombra aún más de lo excitada que estaba gracias a las caricias. Empujaban, jalaban y juntaban sus bocas formándose una sola. Sus lenguas se golpeaban entre sí, seguido de cada una morder el labio de la otra. Sin duda un beso muy mojado y caliente. 

A Helaena no le importaba que Eda acababa de parir el día anterior, con tal de poder saborear cada parte de ella se conformaba a como diera lugar. Con lo que no contaba era que la norteña no se iba a dejar tan fácilmente. 

Se levanta rompiendo ese beso sensual que acababan de compartir— estás muy caliente, su alteza —coquetea Eaddelyn.

—Tu me prendes, milady —dice Helaena jadeando.

Toma la mano de la princesa para levantarla, seguido de empujarla en contra de la pared haciendo que la Targaryen suelte un gemido— ahora yo estoy a cargo, Helaena —susurra Eaddelyn rosando en el oido de la princesa provocando que se estremezca. 

La platinada se deja llevar y primero Eda rompe la ropa de Helaena quedando completamente desnuda frente a ella. Se pasa su lengua por sus labios por lo excitada que ponía al ver su piel descubierta— te gusta lo que ves? —insinúa la dragón. 

—Eres perfecta, Helaena. Y te envidio por eso. 

—Te estoy esperando, Eaddelyn —ruega necesitada y la boca de Eaddelyn se pasea por el cuello dejando chupetones en él. 

Seguido de meter su rostro entre los grandes pechos de la princesa disfrutando del placer que le daban para después chuparlos con ganas mordiendo los pezones. Finalmente llegó a la intimidad de la platinada, tocó con sus dedos notando lo mojada que ya estaba— abre tus piernas, su alteza. Te tengo que comer. —ordena con delicadeza. 

—Si, milady —Helaena acaricia la nuca de Eaddelyn. 

Sin previo aviso, Eda mete su lengua dentro de la vagina de Helaena para comérsela extendiendo de ella lo más que podía. La princesa no pudo contener los enormes gritos que la norteña le sacaba por lo excitada que andaba. Eaddelyn supo satisfacer de sus necesidades haciéndola sentir en el cielo a tal punto de correrse dentro de la boca de Eaddelyn quien saboreaba con mucho placer a la princesa. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top